miércoles, 29 de septiembre de 2021

¿Qué puede hacer un gobierno, de derecha o izquierda, cuando un pueblo no se quiere vacunar?

Guatemala en su gran mayoría es un pueblo de ideas conservadoras y ahora en su degeneración está contra todo: a favor de los que están en contra, y en contra de los que están a favor. Con un pueblo así nadie puede.

 

¿QUÉ PUEDE HACER UN GOBIERNO, DE DERECHA
O IZQUIERDA, CUANDO UN PUEBLO
NO SE QUIERE VACUNAR?



Luciano Castro Barillas
La Cuna del Sol

Una respuesta sobre la cuestión indicada en el título de este ensayo pareciera sencilla de responderse desde un ejercicio de lógica formal. Pero no es así de simple. Entraña una complejidad de razonamientos que hace muchos años han sido objeto de mis reflexiones y la de algunos amigos cuando hemos conversado al respecto. No es un tema lineal sino de muchas inflexiones. De tal modo las incisiones que son propias de una mente retorcida, llena de dobleces o pliegues, ya que el pensamiento del guatemalteco de los sectores populares, incluido allí el lumpen proletariado, se ha vuelto insondable. No se puede penetrar. Tiene un blindaje descomunal que, a estas alturas históricas, ya no se puede entender. Se necesita de una epistemología renovada para abordar este fenómeno: la mente del guatemalteco pobre.  Es una mente poco receptiva para lo positivo. Coge presta esta mentecita todo lo malo, lo negativo, lo que no sirve, en lo fundamental, para su vida.

Me preguntaba por qué esa mente no es receptiva para las ideas democráticas. Las mentes avanzadas en ese ideal humanitario, la democracia, siempre han sido pocas en nuestro país. Han crecido en las coyunturas revolucionarias y luego tornan a lo mismo; al pensamiento no tanto conservador, sino reaccionario, anti progreso, anticivilización. Es un pueblo que perdió toda posibilidad de soñar y redujo su razón de ser en el dinero. Lo comprendo en los capitalistas y su locura de acumulación monetaria. O las capas medias oportunistas de siempre renegando de su cercanía proletaria y huyendo, como siempre, de ese mundo de miseria material y espiritual. Pero me cuesta bastante entenderlo en las personas cuya extracción social los sitúa en los niveles más bajo del conglomerado social. Allí es donde mis razonamientos se vuelcan en dificultad.

Los políticos nacionales se imaginan, creen que engañan a la gente sencilla. No es así. La gente de los sectores populares como las oligarquías no hacen otra cosa que defender sus intereses y aliarse con quienes representan esos intereses. Esa es la razón el por qué a lo largo de sesenta años han prevalecido las diferentes expresiones de las derechas.  La necesidad ha orillado a los sectores populares a la marginalidad política en primer lugar, y luego, a la marginalidad socioeconómica y sus secuelas espirituales.

El pueblo de Guatemala no es tonto. Todo lo contrario, es un pueblo despabilado en la defensa de sus intereses, pero al final, resulta tonto, porque con quienes se alían, ni les aprecian, ni les quieren, ni les van a cumplir. Y así vienen dando tumbos desde hace más de medio siglo y echando a perder el proyecto estratégico de nación. ¿Solo la oligarquía empresarial tiene responsabilidad o el ejército? Creo que al final todos. Todo este conglomerado donde la imbecilidad transita; en los cotilleos académicos, en los sindicalistas corruptos, empresarios venales o un ejército corrompido que no sabe ni quiere saber nada de la soberanía nacional.

Pero hay algo digno de tomar en estas consideraciones y es lo relacionado con la cultura ancestral, específicamente lo relacionado con “la sabiduría de los abuelos”. Y daré un ejemplo concreto de una de las razones del rechazo a las vacunas entres los sectores del área rural. Hacía el día de ayer fila para ingresar a un banco para hacer un retiro de dinero. Iban detrás de mí dos abuelos, uno de 75 años y otro de 80. Ambos con nietos y bisnietos. Conversaban sobre la vacuna y ambos coincidían en que no había que vacunarse y que eso habían aconsejado a sus descendientes. Estos señores, “hijos de Ubico”, muy seguramente, estaban contra todo, principalmente contra la democracia, nostálgicos de las dictaduras militares.

¿Quiénes promueven la NO VACUNACIÓN? Los de siempre, los de la derecha recalcitrante, indomeñable, con el agravante de que son gente humilde, pero sobre todo pobres. Guatemala en su gran mayoría es un pueblo de ideas conservadoras y ahora en su degeneración está contra todo: a favor de los que están en contra, y en contra de los que están a favor. Con un pueblo así nadie puede. Hay vacunas ahora por todas partes y los trabajadores salubristas se exponen cuando visitan las áreas rurales exhortándolos a vacunarse: los han tratado mal y los amenazan si vuelven otra vez. ¿Se puede hacer algo por un pueblo así? Creo que no. Y cada guatemalteco lúcido tendrá que seguir solo su camino porque con gente así, me imagino, sola dictadura del proletariado funciona.




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sábado, 25 de septiembre de 2021

Nayib Bukele empieza a patinar con eso del bitcoin

Los salvadoreños no ganan nada con el bitcoin de Bukele. No hay condiciones educaciones ni tecnológicas adecuadas. Además, la Locomotora de la Economía Mundial, China, declaró ilegales el uso en sus relaciones financieras las monedas virtuales o divisas digitales.

 

NAYIB BUKELE EMPIEZA A PATINAR CON ESO DEL
BITCOIN, CON EL QUE USTED PUEDE HACER EN LÍNEA
LA COMPRA DE UN PUPUSA DE CHICHARRÓN CON PELOS
Y SU VASO DE HORCHATA



La Cuna del Sol

Este joven presidente, don Nayib Bukele, es hijo de un bien posicionado empresario, el doctor Armando Bukele Kattán, de fe musulmana, de origen palestino y con reputación de intelectual, al punto que tuvo años atrás un programa de nombre “Aclarando Conceptos” con explicaciones políticas, filosóficas e históricas de los temas abordados. Pero el señor Armando Bukele sería otro más, a no ser porque su hijo Nayib, llegó a ser presidente de El Salvador. Esa familia proviene de un contexto de dolor y me imagino, pensando con generosidad, que no se han desclasado y están conscientes y son solidarios con su país de origen, atormentado desde hace muchos años por el sionismo israelita.

Es un hombre de gran habilidad comunicativa y sabe responder pausado y reflexionando todo lo que dice. Fue miembro del FMLN y quizá allí estuviera todavía a no ser por el lío de faldas en que se vio involucrado con unas feminazis que pusieron la queja ante el Tribunal de Honor del partido y lo purgaron. Tuvo que salir o quizá él sólo se fue, pues los varones del Tribunal de Honor, rasgándose las vestiduras de la “decencia machista”, tomaron partido por las feminazis que, al final, terminaron llevándose al FMLN al barranco, pues ahora es un partido como cualquier otro, en minoría, y aliándose con sus con sus infernales de ARENA ¡quién lo diría! Igual a Daniel Ortega que hizo migas con el gordito corrupto y ratero, Arnoldo Alemán, en su momento. Lo que le permitió ganar la presidencia.

Bukele ganó no por ser una “verdadera y profunda opción política”, ideológica y con principios. Lo fue por el desencanto del pueblo salvadoreño con el FMLN, que hizo en sus dos períodos de gobierno, todo lo necesario para perder. Bukele es hijo legítimo de las circunstancias, que le favorecieron, de un pueblo también harto de la extrema derecha de ARENA. En su momento funcionó como una “opción práctica”, un centrismo puro, que fue logrado por el asesoramiento del clan Bukele, tres hermanos que visualizaron que era en ese momento para que “Nuevas Ideas” se hiciera con el triunfo. Bukele era ya ampliamente conocido y no hubo necesidad de posicionar una figura nueva. Pero este señor tiene también inclinaciones dictatoriales de perpetuidad.

Su ambición por el poder ha ido creciendo. Y el amago de las reformas constitucionales que debiera de hacerlas, pero sin ser el candidato presidencial. Su buena fe llegará a ese punto. De lo contrario, tendrá que salir por donde se fue. Porque algo muy importante digno de ser tomado en cuenta: su régimen tiene una proyección popular, de beneficios indudables para los sectores más necesitados de El Salvador. ¿Cómo se decantará en las próximas elecciones? Por dejar de lado los sectores opositores que antes fueron antagónicos y ahora decidan por el sentido común y gane nuevamente Bukele, pese a los jalados cambios constitucionales.

El pueblo salvadoreño es un pueblo cansado, agotado por el bipartidismo y si bien durante las insurrecciones previas a la independencia proyecto una imagen de heroísmo por su alzamiento contra la Corona Española que nos hizo admirarlo. Nada de eso, lector amigo. Los salvadoreños, en este caso la oligarquía criolla de la Provincia de El Salvador; quiso ser un Estado Asociado de los Estados Unidos. Por eso, inclinaciones como dolarizar su economía y el asunto del bitcoin, es una expresión del entreguismo que ha estado siempre en lo más profundo de los oligarcas de El Salvador.

Los salvadoreños no ganan nada con el bitcoin de Bukele. No hay condiciones educaciones ni tecnológicas adecuadas. Además, la Locomotora de la Economía Mundial, China, ayer declaró ilegales el uso en sus relaciones financieras las monedas virtuales o divisas digitales, transacciones que quedaron totalmente prohibidas, al justificar la medida de la siguiente manera (…) la expansión desenfrenada de las monedas virtuales como el bitcoin han perturbado el orden económico y financiero. Favorecen las actividades delictivas como el blanqueo de capitales y la inseguridad de los bienes de todas personas. China no reconoce las criptomonedas como moneda de curso legal. Todo esto regulado por el Banco Popular de China y el Partido Comunista. Prohibida cualquier transacción con otras criptomonedas como el Ether o XRP.

Quizá Bukele, con la influencia de éter, cometió semejantes mulada. China avisó que para el futuro tendrá su propia criptomoneda debidamente encriptada y hasta entonces las cosas se normalizarán en el mundo financiero y económico.




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martes, 21 de septiembre de 2021

Consuelo Porras, recibió un galardón de los Estados Unidos

El karma siempre viene de vuelta por lo bueno o malo que hagamos. Así le ha pasado a esta singular señora, actual Jefa del Ministerio Público de Guatemala.

 

LA ACTRIZ CORRUPTA DE GUATEMALA,
CONY TAMALES O CONSUELO PORRAS,
RECIBIÓ UN GALARDÓN DE LOS ESTADOS UNIDOS



La Cuna del Sol

El karma siempre viene de vuelta por lo bueno o malo que hagamos. Así le ha pasado a esta singular señora, actual Jefa del Ministerio Público, doña Consuelo Porras, quien por muy dura que sea de roer, eso que lo sitúen a uno en el entredicho, cala hondo, lastima, golpea, duele y puede traumar; aunque la persona que sufre semejante situación diga que no. Se haga la dura. A doña Consuelo se le ven apagados los ojos, endurecida la mirada, desde que míster Anthony Blinken diera a conocer que la administración Biden le otorgara el Galardón de Actora Corrupta. Jodido asunto, no cabe la menor duda, que lo ponga a uno a nivel de marrano o marrana, en este caso.

Y es que en realidad la señora, desde siempre, ha estado en el bando de los “rudos”, no de los luchadores “técnicos” por la democracia. Se parece a Tonina Jackson que lanzaba patadas voladoras, apretón de huevos o mordida en la oreja. Es esposa de un militar, de seguro contrainsurgente, porque ambos o solo el maredetto es el que dirige la política oficial del Ministerio Público. Nunca se había visto algo semejante, exceptuando los tiempos del estafador Acisclo Valladares Molina o El Guasón. Realmente de estas tres caras del MP no sé cuál realmente sea la más repulsiva.

Anthony Blinken publicó hace unos días en su cuenta de twitter del Informe sobre Personajes Extranjeros “que han participado en acciones que socavan procesos o instituciones democráticas, actos significativos de corrupción u obstrucción de investigaciones sobre la lucha contra la corrupción en Guatemala” y aparece con medalla de oro de 18 kilates nuestra impresentable señora. La inefable señora Jefa del Ministerio Público cuya profesionalidad está siendo puesta en duda por su falta de profesionalismo como “mujer de derecho”, como ella dice; y que, sin embargo, se trajo de cabeza todos los esfuerzos en la lucha contra la corrupción.

Este país con todas las instituciones copadas (no cooptadas) por el crimen organizado no tiene futuro si no se hace como lo hizo México con la dictadura de Manuel Estrada Cabrera: intervenir de manera directa de algún modo. Qué más dan los falsos pudores de los izquierdistas que pondrían el grito en el cielo con el asunto de la soberanía nacional. Tenemos desde hace más de sesenta años una DICTADURA EMPRESARIAL, UNA DICTADURA OLIGÁRQUICA, que con lo que se les viene encima en el campo económico y financiero por parte de los Estados Unidos (ya están mal recomendados, por ejemplo, ante la banca prestamista del Banco Mundial y el FMI y no será fácil que les faciliten los dólares).

El panorama económico se ve negro para la vida económica de Guatemala. Pero hasta allí la han llevado estos señores que por su codicia no tienen límites. Va ir quedando para los Estados Unidos, después de las presiones económicas, financieras y políticas, si no surten efectos; una llamadita a los militares menos podridos para que den un golpecito, eso sí, con la promesa, de convocar cuanto antes a una Constituyente y determinar fecha para las nuevas elecciones, como única manera de deshacerse de la zopilotera actualmente en todos los cargos públicos de importancia. No hay otra manera de mejorar la cooperación con Guatemala y detener la migración irregular y el narcotráfico.




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lunes, 20 de septiembre de 2021

Beguin y Sharon, premios Nobel de la Muerte

Lo más increíble de todo es que Menájem Beguin sea premio Nobel de la Paz. Pero lo es sin remedio -aunque ahora cueste trabajo creerlo- desde que le fue concedido en 1978, al mismo tiempo que a Anwar el Sadat, entonces presidente de Egipto, por haber suscrito un acuerdo de paz separada en Camp David.

 

BEGUIN Y SHARON,
PREMIOS NOBEL DE LA MUERTE



Gabriel García Márquez
La Haine

Texto del escritor colombiano a propósito de la invasión sionista al Líbano en 1982 y las masacres de Sabra y Chatila

Lo más increíble de todo es que Menájem Beguin sea premio Nobel de la Paz. Pero lo es sin remedio -aunque ahora cueste trabajo creerlo- desde que le fue concedido en 1978, al mismo tiempo que a Anwar el Sadat, entonces presidente de Egipto, por haber suscrito un acuerdo de paz separada en Camp David.

Aquella determinación espectacular le costó a Sadat el repudio inmediato de la comunidad árabe, y más tarde le costó la vida. A Beguin, en cambio, le ha permitido la ejecución metódica de un proyecto estratégico que aún no ha culminado. Pero que hace pocos días propició la masacre bárbara de más de un millar de refugiados palestinos en un campamento de Beirut. Si existiera el Premio Nobel de la Muerte, este año lo tendrían asegurado sin rivales el mismo Menájem Beguin y su asesino profesional Ariel Sharon.

En efecto, vistos ahora, los acuerdos de Camp David no tendrían para Beguin otra finalidad que la de cubrirse las espaldas para exterminar, primero, a la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), y establecer luego nuevos asentamientos israelíes en Samaria y Judea. Para quienes tenemos una edad que nos permite recordar las consignas de los nazis, estos dos propósitos de Beguin suscitan reminiscencias espantosas: la teoría del espacio vital, con la que Hitler se propuso extender su imperio a medio mundo, y lo que él mismo llamó la solución final del problema judío, que condujo a los campos de exterminio a más de seis millones de seres humanos inocentes.

La ampliación del espacio vital del Estado de Israel y la solución final del problema palestino -tal como las concibe hoy el premio Nobel de la Paz de 1978- se iniciaron, en la noche del 5 de junio pasado, con la invasión de Líbano por fuerzas militares israelíes especializadas en la ciencia de la demolición y el exterminio. Menájem Beguin trató de justificar esta expedición sangrienta con dos argumentos falsos. El primero fue la tentativa de asesinato del embajador de Israel en Londres, Shlomo Argov, a finales de mayo. El segundo fue el supuesto bombardeo de Galilea por la OLP, refugiada en Líbano.

Beguin acusó del atentado de Londres a la resistencia palestina y amenazó con represalias inmediatas. Pero Scotland Yard reveló más tarde que los verdaderos autores habían sido miembros de la organización disidente de Abou Nidal, que en los meses anteriores había asesinado inclusive a varios dirigentes de la OLP. En cuanto al segundo argumento, se comprobó muy pronto que los palestinos sólo dispararon dos o tres veces contra Galilea y causaron un muerto. Los disparos fueron hechos como represalia por los bombardeos de Israel contra los campos de refugiados palestinos, que dieron muerte a varios centenares de civiles (las masacres de Sabra y Chatila).

En realidad, la guerra sin corazón desatada por Beguin con base en aquellos dos pretextos no era nada nuevo para los lectores del semanario israelí Haclam Haze, que había anunciado con todos sus pormenores desde septiembre de 1981. Es decir, nueve meses antes. Contra el refrán según el cual una guerra avisada no mata a nadie, las tropas israelíes -que se consideran entre las más eficaces y las más preparadas del mundo- mataron en las primeras dos semanas a casi 30.000 civiles palestinos y libaneses y convirtieron en escombros a media ciudad. Sus pérdidas en el mismo período no habían pasado de trescientas.

Ahora la estrategia de Beguin es muy clara. Al destruir a la OLP ha tratado de eliminar al único interlocutor palestino que parecía capaz de negociar una paz fundada sobre la base de la instalación de un Estado palestino independiente en Cisjordania y Gaza, que el propio Beguin ha proclamado como territorios ancestrales del pueblo judío. Ese acuerdo estaba al alcance de la mano desde el 4 de julio pasado, cuando Yasir Arafat, presidente de la OLP, aceptó el principio de un reconocimiento recíproco de los pueblos de Israel y Palestina, en una entrevista publicada por Le Monde, de París, en aquella fecha. Pero Beguin ignoró esa declaración, que entorpecia sus proyectos expansionistas ya en pleno desarrollo, y prosiguió con el establecimiento de un cinturón de seguridad en torno de Israel. Un cambio de Gobierno en Siria podría ser el paso inmediato, con la extensión consiguiente de una guerra desigual y sin cuartel, cuyas consecuencias finales son imprevisibles.

Yo estaba en París en junio pasado, cuando las tropas de Israel invadieron Líbano. Por casualidad estaba también el año anterior, cuando el general Jaruzelsky implantó el poder militar en Polonia contra la voluntad evidente de la mayoría del pueblo polaco. Y también por casualidad me encontraba allí cuando las tropas argentinas desembarcaron en las islas Malvinas. Las reacciones de los medios de comunicación ante esos tres acontecimientos, así como las de los intelectuales y, la de la opinión pública en general, fueron para mí una lección inquietante.

La crisis de Polonia produjo en Europa una especie de conmoción social. Yo tuve la buena ocasión de agregar mi firma a la de los muy escogidos y muy notables intelectuales y artistas que suscribieron la invitación para un homenaje al heroísmo del pueblo polaco, que se celebró en el teatro de la Opera de París, patrocinado por el Ministerio de Cultura de Francia. Sin embargo, algunos anticomunistas profesionales me acusaron en público de que mi protesta no fuera tan histórica como la de ellos. En aquel clima pasional, toda actitud que no fuera maniqueísta se consideraba ambigua.

En cambio, cuando las tropas de Israel invadieron y ensangrentaron Líbano, el silencio fue casi unánime aun entre los más exaltados Jeremías de Polonia, a pesar de que ni el número de muertos ni el tamaño de los estragos admitían ningún posibilidad de comparación entre la tragedia de los dos países. Más aún: por esas mismas fechas, los argentinos habían recuperado las islas Malvinas, y el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas no esperó 48 horas para ordenar el retiro de las tropas ni la Comunidad Económica Europea lo pensó demasiado para imponer sanciones comerciales a Argentina.

En cambio, ni ese mismo organismo ni ningún otro de su envergadura ordenó el retiro de las tropas israelíes de Líbano en aquella ocasión. El Gobierno del presidente Reagan, por supuesto, fue el cómplice más servicial de la pandilla sionista. Por último, la prudencia casi inconcebible de la Unión Soviética, y la fragmentación fraternal del mundo árabe acabaron de completar las condiciones propicias para el mesanismo demente de Beguin y la barbarie guerrera del general Sharon. Tengo muchos amigos, cuyas voces fuertes podrían escucharse en medio mundo, que hubieran querido y sin duda siguen queriendo expresar su indignación por este festival de sangre, pero algunos de ellos confiesan en voz baja que no se atreven por temor de ser señalados de antisemitas. No sé si serán conscientes de que están cediendo -al precio de su alma- ante un chantaje inadmisible.

La verdad es que nadie ha estado tan solo como el pueblo judío y el pueblo palestino en medio de tanto horror. Desde el principio de la invasión a Líbano empezaron en Tel Aviv y otras ciudades las manifestaciones populares de protesta que aún no han terminado, y que en el pasado fin de semana habían alcanzado una fuerza emocionante. Eran más de 400.000 israelíes proclamando en las calles que aquella guerra sucia no es la suya porque está muy lejos de ser la de su dios, que durante tantos y tantos siglos se había complacido con la convivencia de palestinos y judíos bajo el mismo cielo. En un país de tres millones de habitantes, una manifestación de 400.000 personas equivaldrían en términos proporcionales a una de casi treinta millones en Washington.

Es con esa protesta interna con la que me siento identificado cada vez que conozco las noticias de las hostilidades de los Beguines y los Sharones en Líbano, y en cualquier parte del mundo, y a ella quiero sumar mi voz de escritor solitario por el gran cariño y la admiración inmensa que siento por un pueblo que no conocí en los periódicos de hoy, sino en la lectura asombrada de la Biblia. No le temo al chantaje del antisemitismo, no le he temido nunca al chantaje del anticomunismo profesional, que andan juntos y a veces revueltos, y siempre haciendo estragos semejantes en este mundo desdichado.

1982. Gabriel Garcia Márquez – ACI.




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viernes, 17 de septiembre de 2021

Ha muerto Mario Roberto Morales, el creyente de la tercera vía para el desarrollo

 Tenía indudable talento para escribir y no era un hombre desinformado. Lo que dijo y lo que hizo fue totalmente deliberado, para justificar, de varias hábiles maneras, su inconsistencia política, su flacidez de principios, su oportunismo y su inequívoco gusto por la buena vida burguesa.

 

HA MUERTO MARIO ROBERTO MORALES,
EL CREYENTE DE LA TERCERA VÍA PARA EL DESARROLLO:
NI CAPITALISMO, NI SOCIALISMO…



La Cuna de Sol

Tenía indudable talento para escribir y no era un hombre desinformado. Lo que dijo y lo que hizo fue totalmente deliberado, para justificar, de varias hábiles maneras, su inconsistencia política, su flacidez de principios, su oportunismo y su inequívoco gusto por la buena vida burguesa. Aunque se proclamaba como hombre de izquierda, progre, le gustaba codearse, según cuenta un amigo residente en Estados Unidos, con la elite intelectual y rica del Este de ese todavía gran país. Por supuesto, si tenía cubierto los gastos del pasaje aéreo, alojamiento y comida de algún mecenas institucional o personal. En ese vivir sin cubrir sus gastos llegó a creer que él también pertenecía a ese mundillo de la opulencia y de las grandes revelaciones. De esa manera rastrera la fue pasando con los gringos, envidiando y lamentándose en lo más profundo de su corazón el no haber nacido en USA donde su inteligencia hubiera descollado tanto, como lo dijera otro imbécil infame enfermo de egocentrismo, hediondo como pedo; el comunista y después anticomunista, Carlos Manuel Pellecer.

Este revolucionario de pacotilla apetecía esa “dulce vita” y la disfrutaba. Sus hijos estudiaron en universidades extranjeras porque la Universidad de San Carlos, donde él era profesor e investigador, le parecía poca cosa, pese a pertenecer a la aristocracia burocrática de la U, con un salario irrisorio de treinta mil quetzales y más mensuales. Estaba ya en tiempo de jubilación, pero, hombre arrogante, sabelotodo, vividor del prestigio revolucionario de otros, daba por autoproclamarse hombre de izquierda, aunque, como Portillo, a la hora de los hechos, “pateaba con la derecha”.

Su verborrea, su facundia era proverbial. Había nacido para la paja; al punto que sus artificios verbales, elocutivos, dejaban sin palabras a cualquiera, sobre todo a muchachos, mocetones que querían participar, con sus novatadas intelectuales. Era el hijo legítimo de otro gran intransigente en la facultad de Humanidades de la USAC, el señor José Mata Gavidia, a la sazón en los años 70, director del Departamento de Filosofía y representante del idealismo subjetivo. Quizá solo él creía en sus pendejadas filosóficas. A don Mario Roberto, donde no le hacían caso, simplemente no volvía a llegar.

Recuerdo su intervención, una vez, en el paraninfo universitario, cuando el movimiento popular salió a defender a la gente sencilla de los embustes del gran gurú de la Universidad Francisco Marroquín, Manuel Ayau, con la controversia de la Reforma Constitucional diseñada por el CACIF. Este señor Morales no había estado de cerca del proceso de lucha contra la reforma constitucional, intervino y quiso que se le hiciera caso. Al no ser atendidos sus planteamientos, se levantó con gran culo de ira y no se asomó nunca más a ese recinto cultural universitario. Farfullando, al retirarse, expresó que todos los allí presentes eran “mulas”. Claro, solo él no. Sin ponderar la exposición del doctor Murga, un científico de las ciencias económicas, que dio una pormenorizada explicación de los alcances económicos nefastos para la reforma constitucional del corporativismo nacional. El doctor Murga era un experto en cuestiones económicas y allí sí que le tocó morder el leño a este sujeto arrogante.

Ahora a los que sí baboseó el señor Morales fue a los de CODECA y su partido por la liberación de los pueblos, a quienes no pudo aclarar o no pudieron entender que los votos obtenidos en la pasada contienda electoral eran los sufragios desplazados de doña Telma Aldana, ante la imposibilidad que tuvo de ser candidato presidencial. Este señor, ideólogo barato, afirmó lo aprendido muy bien en las universidades norteamericanas: que el desarrollo del mundo atrasado va por la Tercera Vía, o sea, un capitalismo con rostro humano; ignorando el ABC del materialismo histórico; lo de la producción social y la apropiación individual. Es decir, ni capitalismo salvaje, ni socialismo trasnochado.

Hoy está muerto éste encubierto admirador del capitalismo y le tocó, al final de sus días, apelar a la solidaridad de sus cientos de miles de admiradores (solo en su cabeza) pidiendo su familia, orientada por él muy de seguro; ayuda para los gastos médicos por su contagio con el Covid-19. No creo que hayan sido chorros de dinero en la cuenta donde iban a hacerse los depósitos monetarios sus admiradores, porque hasta en lo último, quiso verle cara de babosos a los demás.




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martes, 14 de septiembre de 2021

Los mafiosos del congreso de Guatemala en gran pleito con el Don

Todo lo que esa gente hace es engañoso. Y ahora están en gran pleito con el presidente a quien bien le han servido y enriquecido este carísimo e improductivo muladar nacional.

 

LOS MAFIOSOS DEL CONGRESO DE GUATEMALA ESTÁN
EN GRAN PLEITO POR LA APROPIACIÓN
 DE UN MIL OCHOCIENTOS MILLONES DE QUETZALES



La Cuna del Sol

Todo lo que esa gente hace es engañoso. Y ahora están en gran pleito con el presidente a quien bien le han servido y enriquecido este carísimo e improductivo muladar nacional. Pero entre rapaces o chuchos, todo parece poco. Bien cebados están todos; diputados, funcionarios, magistrados de las diferentes cortes, jueces, con la noble excepción de los letrados Ericka Aifán y Miguel Ángel Gálvez; quienes, pese a las dificultades, siguen enarbolando, teniendo en alto, la bandera de la dignidad y la independencia judicial, condición que los ha hecho objeto de infinitos odios por gentuza como Ricardo Méndez Ruiz y su asesor principal, “El Cara de Luna”, Raúl Falla. No les ha gustado a los diputados que el Don, Alejandro Giammattei, tiene muy ancho el galillo y traga mucho más pinol que ellos.

Ya días vienen teniendo “problemas intelectuales”, con eso de que Giammattei ha tenido que soltar buena billetiza para que le aprueben leyes de su interés de su pésimo gobierno, pero el Don, no le gusta compartir mucho y mal acostumbrados como tiene a los corruptos diputados, hoy que le generosidad del mandatario ha cesado, se enfadaron con él y en la rabieta dan a entender que ya no quieren tratos, por eso los fracasos seguidos del partido oficial en el recinto parlamentario (donde no parlamentan sino se insultan) que ha dado al traste con iniciativas de ley del ejecutivo.

Los diputados, para reducirle el galillo al Don, aprobaron con gran celeridad la Ley de Emergencia Nacional para la atención de la pandemia Covid-19, pues no son poca cosa mil ochocientos millones de quetzales ($ 239,680 millones de dólares al cambio actual de 7.51) para un país empobrecido como Guatemala.

Preocupados los diputados por la reelección y la campaña política que arranca en el año 2022, ahora se la quieren dar de responsables y conscientes de la crisis nacional de salud, pues la reputación de ese órgano del Estado anda por los suelos. No creo que lleguen ni al 5% de aceptación o credibilidad nacional. Que se puede esperar, para citar un solo ejemplo, que en la sesión solemne del Congreso el día de hoy 14 de septiembre, ante el cuestionamiento de la bancada del partido político Semilla, cuyos diputados portaban carteles cuestionadores; el diputado José Ubico del partido TODOS montando en cólera arrebato, estrujó y rompió los carteles, lanzándoselos acto seguido a los pies de sus colegas. Este sujeto, gran pillo y cara dura de siete suelas, estuvo preso en los Estados Unidos tres años ocho meses por tráfico de heroína y allí usted lo ve, de diputado, tal si el ilícito cometido fuera el hurto de una libra de azúcar.

Resulta también sobrecogedor que “El Gordo Panqueque”, Allan Rodríguez, se dio baños de moralidad el muy cochino al afirmar sin bajar la vista y sus pestañas de puerco, entre otras cosas, las siguientes: (…) que no deje la juventud que su mente y corazón se contaminen por la política del espectáculo y la manipulación videopolítica.  Obviamente estas palabas iban referidas al trabajo de denuncia hecha por el diputado de oposición Aldo Dávila en una sesión del Congreso, que los puso en evidencia en todas sus bajezas.

Todos los que tienen miedo a las suciedades que se vienen encima o porque ya están lo suficientemente satisfechos con lo robado, como la Ministra de Salud, que renunció hace unos días, prefiere apartarse del trasiego por aquello de que las cosas, por milagro, puedan cambiar en este país y pueda parar en el bote. Todos los corruptos se asustan ante los niveles de descaro del Don que, en el afán de no ser evidente con sus hechos corruptos, por salvarse, hunde a cualquiera. Ya se sabe, pues que, entre pillos, no hay lealtades. Así estamos actualmente, totalmente dominados por el crimen organizado.




Publicado por La Cuna del Sol