Todo parece
indicar que los flamantes “dirigentes” deportivos guatemaltecos, ante la heroica actuación de los atletas Chapines
en Guadalajara, México, cosechando
triunfos y medallas como nunca antes en la historia de las participaciones de
Guatemala en ese tipo de justas deportivas internacionales, llenos de envidia
y no queriendo verse relegados por el
triunfo de estos jóvenes atletas. Han
decidido ellos mismos subirse al podio y colgarse las medallas de lo insólito, lo absurdo y lo estúpido. Claro que estos rubros de la conducta
humana estos personajes hace mucho tiempo que las han venido cosechando, pero
lo que resulta inaudito es que ahora,
ante su flagrante incompetencia, quieran negarle a estos heroicos atletas y al
pueblo de Guatemala el merecido derecho a la algarabía y el júbilo. De verdad que estos sujetos ya no tienen ni madre y hasta el
diccionario se queda corto en epítetos para endilgárselos y así agregárselos a su tan “codiciado medallero.” Seguidamente La Cuna
del Sol procede con la siguiente nota periodística del profesor Luciano Castro
Barillas.Marvin Najarro
¡INSÓLITA, ABSURDA Y ESTÚPIDA LA DECISIÓN DEL
COMITÉ OLÍMPICO GUATEMALTECO! NO PERMITE AL
CAMPEÓN PANAMERICANO BARRONDO CELEBRAR SU TRIUNFO
COMITÉ OLÍMPICO GUATEMALTECO! NO PERMITE AL
CAMPEÓN PANAMERICANO BARRONDO CELEBRAR SU TRIUNFO
Por Luciano
Castro Barillas
No hay una explicación lógica a
tan disparatada decisión. El Comité Olímpico Guatemalteco, COG, propuso,
“sugirió” -pero más seguramente ordenó-
a Erick Bernabé Barrondo que a su llegada a Guatemala, después de su brillante
participación en Guadalajara, “abstenerse de ser recibido con algarabía”
cuando llegara a sus tierra natal, como si acaso fuera Barrondo el que
organizaría el recibimiento en la cabecera municipal de San Cristóbal Verapaz,
según reportaje del periodista Eduardo Sam Chun publicado ayer en la edición
del Prensa Libre (28-10-2011) en las páginas 74-75 de la sección deportiva del
diario en mención. Ante tal “sugerencia” del COG y no otra cosa que una clara intención de invisibilización, Barrondo
hizo lo indicado posiblemente para no comprometer su participación olímpica en
Londres. Luego de su paso por el aeropuerto La Aurora, cogió en solitario a la
terminal de buses del norte rumbo a su municipio llevando el arreglo de globos,
su maleta y por supuesto, la medalla de oro, ganada en tan heroica lid. Al
llegar a su pueblo sólo lo estaban esperando su padre, sus dos hermanos y una
hermana. Pasó por las calles del pequeño poblado casi desapercibido y enfilando
por una vereda bordeada de cafetales a ambos lados, llegó a su casa, una
humilde vivienda de tablas y piso de tierra de la aldea Chiyuc. El imbatible
campeón Panamericano llegó de este modo a su tierra natal, casi de incógnito,
siguiendo la sugerencia del Comité Olímpico Guatemalteco que por extrañas
razones hubiera querido que Barrondo llegara hasta con alguna máscara de
luchador o de Hallowen. El asunto de que el campeón llegara con tanto sigilo es
realmente inexplicable y se necesitará un criptólogo para que explique tanto
disparate. Quien haya dado tal sugerencia a Barrondo es dueño de una
especie subrazonamiento, surgidos de una
cabeza digna para hacer con ella el más rico revolcado antigüeño. No se puede
decir de otra manera y ni se merece menos. En cualquier parte del mundo los
héroes deportivos son recibidos apoteósicamente por su pueblo y no con la suma discresión indicada por
los mismos directivos de que hemos hablado, al campeón panamericano de marcha
Erick Barnabé Barrondo. ¿O acaso piensa el COG que la medalla de oro
conquistada por el marchista es de oro macizo y puede correr el riesgo que los
Zetas que operan en ese departamento pretendan quitársela? ¿O creen que el
Estado de Sitio que hubo en ese departamento puede hacerlo sospechoso de
sedición si lo recibía una multitud? ¿O será que esos cerebros guatemaltecos
son los herederos del cerebro del gobernador de California de 1955 que comunicó
a los vecinos de Los Ángeles que no tuvieran pena, que los rusos no se iban a
robar Disneylandia, cuando el Secretario General del Partido Comunista de la
Unión Soviética, Nikita Krushov, visitó los Estados Unidos? En fin, vaya usted a saber, los motivos que
dieron lugar a tan peregrina sugerencia y tamaña memez. El triunfo de Barrondo
fue conocido en todo el mundo y tenía que ser en la siempre inefable e
impredecible Guatemala que unos directivos deportivos descerebrados tuvieran
estas reales defecaciones mentales, propias del ya no va más, del
súmmum de la mediocridad -que es decir
poco, repito- cuando no sea la
coronación pontificia de la estupidez nacional. ¿Habrá un calificativo menos
grosero para tal acción? No lo creo. Tienen, como Barrondo, la medalla de oro,
pero de consumados burros. Esa estirpe de onocentauros que controla desde hace
54 años la institucionalidad guatemalteca y nos tiene en los últimos lugares de
desarrollo humano y material entre las naciones del mundo.
Hay, mucho menos, reconocimiento
al entrenador cubano Rigoberto Medina, El Maca, que es el otro artífice de esta
victoria gallarda que nos llena de orgullo a todos los guatemaltecos. O más
bien, a casi todos. Como se ven las cosas, no está lejano que el profesor
Medina no le renueven su contrato, porque este competente entrenador está
metido, posiblemente sin saberlo, en el reino de la mediocridad, la mezquindad
y la total falta de seso, como lo es el mundillo maloliente de los directivos
del deporte guatemalteco. Me temo que no se salva nadie.
Otro idiota, en la Federación de
Karate, puso en riesgo la participación de María Castellanos, la Madola, pues
habiendo estado “participando”
en un congresillo de esa disciplina deportiva y dándosele los pormenores del
equipamiento de reglamento nuevo que tendrían que llevar los deportistas de
karate, sencillamente, no comunicó nada a la federación y se tuvo que
improvisar. A duras penas pudo superarse el problema, afortunadamente Madola
pudo cumplir una incomparable jornada deportiva y se trajo el oro para nuestro
país. De lo contrario, a cambio de contribuir al triunfo, estos memos los echan
a perder.
No cabe la menor duda que en
esto del deporte guatemalteco muchas cosas andan terriblemente mal. Los
directivos del deporte, según parece, no están a favor de Guatemala sino en
contra, por lo que se ve. Urge la movilización nacional para sacar de esos
cargos, no a los promotores del deporte, sino a esa pléyade de vividores que tienen copadas las
distintas federaciones. Los resultados actuales del deporte guatemalteco no es
producto directo y genuino de los directivos del deporte nacional. Ellos
realmente son un estorbo y una obstrucción que necesita ser removida para que
fluyan las buenas, sensatas y lúcidas decisiones. Sin embargo, la perspectiva
no es prometedora para el país: en menos de diez días nos toca que elegir, como
dijera Vargas Llosa de los candidatos presidenciales de Perú no muy acertadamente
pero con sabrosura de expresión, entre el cáncer y el sida.
Publicado por Marvin Najarro
CT, USA.
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