De acuerdo a un reciente reporte hecho público por Pew Hispanic Center, un
total de 6.1 millones de niños latinos viven en la pobreza. El dato anterior
corresponde al año 2010 y revela, entre otras cosas, que los niños latinos que
viven en los Estados Unidos son los más pobres, en comparación con otros grupos
demográficos. Aunque la vasta mayoría (86%) son ciudadanos americanos, esto de
ninguna manera implica que estén a salvo de la pobreza, la cual se ha hecho más
patente debido a la actual crisis económica que atraviesa el país y que ha
golpeado con severidad a los sectores más vulnerables de la sociedad
norteamericana. Según el reporte del Pew Hispanic Center, son tres las causas
que han contribuido a este fenómeno: El crecimiento del número de hispanos, la
alta tasa de nacimientos y la crisis económica. Uno de los participantes en la
elaboración del reporte argumenta que la actual recesión económica es el factor
que más ha incidido en los niveles de pobreza que afectan a los niños latinos
en los Estados Unidos. Muchos de estos niños (ciudadanos norteamericanos)
provienen de hogares de inmigrantes cuyos puestos de trabajos en aéreas, como
la construcción y servicios han sido los más golpeados por la crisis económica.
Se estima que la tasa de desempleo entre los hispanos alcanza el 11.3%,
superior al promedio nacional del 9.1%. Únicamente los afroamericanos con el
16% tienen una tasa desempleo más elevado. Lo anterior ha resultado en una
vertiginosa caída en el bienestar económico de muchas familias hispanas, que
lógicamente ha repercutido en el bienestar de la gran mayoría de niños latinos
cuyas posibilidades de un futuro mejor se verán seriamente afectadas. Según el
mismo reporte, antes de la recesión el número de niños blancos viviendo en
condiciones de pobreza era mayor, en comparación a los niños latinos. Sin
embargo, desde el 2007 ese patrón se ha revertido. Entre el 2007 y 2010 un
numero adicional de 1.6 millones de niños hispanos han entrado a engrosar las
filas de los que viven en la pobreza, la cual para el 2010 fue definida por el
gobierno federal como el equivalente a un ingreso anual de 20,000 dólares
o menos para una familia de cuatro personas. Lo anterior representa un
incremento del 36% en tres años, mientras que para los niños blancos y
afroamericanos representa un incremento del 18% y 12% respectivamente.
Como se podrá observar, los datos emitidos por el reporte del Pew Hispanic
Center proyectan un cuadro sombrío para las perspectivas de una vida mejor para
los niños latinos que hoy en día forman parte de la comunidad
constituida ya en la segunda mayoría del país. En términos
generales la población hispana es la más joven en este país, los niños latinos,
por ejemplo, constituyen un cuarto de la niñez de la nación. Constituyendo el
16% del total de la población. “En lo que ellos se conviertan, lo que pase con
ellos, es crucial para el futuro de la nación,” dijo uno de los participantes
en la elaboración del reporte. Como una observación final es importante
mencionar que, mientras la crisis económica asuela los segmentos más
vulnerables de la sociedad estadounidense, el gobierno de la administración
Obama sigue empeñado en reducir el gasto público, eliminando o reduciendo
programas de asistencia social vitales para la subsistencia de millones de
niños, quienes al final terminaran siendo las víctimas, sin futuro alguno, de
la inconsecuencia y la ambición desmedida de toda una clase política y de
quienes les financian, que sin los mínimos escrúpulos se gastan miles de
millones de dólares en aventuras guerreristas, sembrando el caos y destrucción
en tierras lejanas, por el solo avieso propósito de convertirse en los amos y señores
del mundo entero. Imaginémonos lo que se podría hacer con todo ese dinero si se
utilizara para algo más productivo. Si por ejemplo, en lugar de pagar por
bombas para ser lanzadas alrededor del mundo, todo ese dinero de los
contribuyentes se usara para satisfacer las necesidades humanas más urgentes y
sensatas, haciendo amigos no enemigos. Por el costo de tan solo un minuto
de guerra se podría construir 16 nuevas escuelas en Afganistán. Por 60 segundos
de paz, se podrían contratar a 36 maestros de escuela elemental aquí en casa.
Con los 172.4 billones de dólares destinados este año para las guerras en Iraq
y Afganistán se podría proveer de cuidado médico a 88.4 millones de niños
pobres aquí en los Estados Unidos.
A continuación procedemos a publicar el artículo titulado: Ninos latinos en Estados Unidos: los más
numerosos, los más pobres, escrito por la Periodista Cristina Baccin de la revista electrónica Global Research (Agosto 30 2011). Marvin Najarro
Niños latinos en Estados Unidos: los más
numerosos, los más pobres
María de los Ángeles vive en un barrio del Condado de Fresno (California), uno de los lugares del país donde habitan más niños latinos pobres. Tiene 8 años y está muy orgullosa porque ha comenzado su año escolar. Sus padres son de Guatemala y emigraron a los Estados Unidos hace más de 15 años. Su papá, de origen maya, Mario, nació en un pueblo de Quetzaltenango, una zona particularmente azotada por la violencia y el terrorismo de Estado. Él se dedica al arreglo de techos y su mamá, al servicio doméstico por hora. María de los Ángeles tiene un hermanito pequeño, Joaquín, de menos de un año a quien le toca cuidar algunas veces. Cuando le preguntan si quiere a su hermanito, ella responde con claridad: “A veces, lo quiero. Otras, no”.
Estos niños guatemalteco-americanos ya son parte de las cifras
demográficas más impactantes de la última década en Estados Unidos: como
niños latinos son la población que más aumenta en este país y, al mismo tiempo,
engrosan su porción más pobre. Según el último Censo del 2010, los
latinos son 50 millones y medio de personas, constituyendo
hoy la minoría más importante de EEUU. Mexicanos, puertorriqueños, cubanos,
salvadoreños, guatemaltecos, dominicanos y más componen uno de
los “países latinos” de mayor población en el mundo. Su
población infantil (menores de 17 años) es la que más crece en comparación a
otros grupos de edad y pertenencia étnica: hoy son 17 millones y han
aumentado un 39% en sólo la última década, según el Pew Hispanic
Center (www.pewhispanic.org).
¿Cómo trata este país a sus niños? ¿Cómo trata a los niños de la
“minoría-mayoría” más importante de este país?
El Fondo para la Defensa de la Infancia (Children´s Defense Fund, CDF,
www.childrensdefense.org) en su último informe “El estado de los niños de
América: 2011” examina la situación del sector más vulnerable de la
sociedad estadounidense y alerta que los niños son el grupo
poblacional más pobre del país. Alrededor de 17 millones de niños están
lidiando con “inseguridad alimentaria”, según el último reporte de “Feeding
America” (una organización en red que reúne 200 Bancos Alimentarios y la
organización caritativa de distribución de alimentos más importante del país;
www.feedingamerica.org).
Uno de cada 4 niños en el país viven sin acceso seguro a suficiente
comida nutritiva: “Los niños afroamericanos están enfrentando la peor crisis
desde los tiempos de esclavitud y, en diversas áreas, los niños hispanos y de
aborígenes nativoamericanos se encuentran en situación similar”, se sostiene
en el mencionado reporte. Los niños latinos no saben si comen hoy ni si
comerán mañana: más de un tercio vive en condiciones de pobreza y
de inseguridad alimentaria (“The State of America´s Children, 2011”).
Debido a las condiciones de malnutrición, la infancia latina está expuesta a
mayores riesgos de salud; una de sus epidemias es el sobrepeso y la obesidad
debido al consumo de barata no nutritiva comida-chatarra (32%
de los niños hispanos están más obesos que los niños blancos ).
A su vez, la sobrevivencia de los programas de ayuda alimentaria, es
amenazada por los cortes de presupuesto o por cambios de programas que
enmarañan el funcionamiento de la red de seguridad social para la infancia
pobre. Como ilustración de la situación, desde que comenzó esta recesión
económica, a partir del 2007, se han incorporado más de 800.000
personas al programa de ayuda WIC (Supplemental Nutrition Program for Women,
Infants, and Children). El 76% de los destinatarios de este programa son
niños y adolescentes.
Es sabido que la pobreza y la malnutrición impactan profundamente en la
educación. Los niños malnutridos tienen dificultad para aprender. La mayoría
de los niños afroamericanos o latinos (79%) que concurren a escuelas públicas
no están en condiciones de leer o rendir en matemáticas al nivel del grado
que están concurriendo.
Estados Unidos (junto a Somalía) son los únicos dos miembros
de las Naciones Unidas que no han ratificado la Convención sobre los Derechos
del Niño. Los derechos básicos de niños como María de los Ángeles y Joaquín
no son respetados. Se encuentran entre los grupos de mayor riesgo y
vulnerabilidad, comenzando por el riesgo nutricional. Cuando estén en edad de
comenzar su educación universitaria o de incorporarse a la fuerza laboral,
tienen pocas chances de estar en condiciones físicas y educativas para ello.
Cuando su papá emigró de Guatemala con la esperanza de un futuro mejor, sin
violencia para sus hijos, no se imaginó que la violencia es como una espiral
de múltiples formas: en este caso, la violencia de un Estado y una sociedad
que maltratan a su propia prole no garantizándole la satisfacción de sus
necesidades básicas.
Esta generación de latinos no sólo tiene cercenado el derecho a una vida
saludable y digna, sino que tampoco podrá asegurar el bienestar de los
ancianos a través de su incorporación productiva al ciclo de la seguridad
social. Como cuando el perro muerde su propia cola, Estados Unidos
muerde el bienestar de sus propios niños. En unos pocos diez años más, las
consecuencias de este sistema que persiste en aumentar el ingreso del 10% más
rico, disminuir el ingreso del 90% restante de la población y no respetar
derechos básicos de la niñez, se encontrará con un círculo que se cierra: cuando
la actual población blanca esté en edad de jubilarse, la población
mayoritaria para ese entonces, más joven y “de color”, no estará en
condiciones de seguir haciendo girar la rueda del sistema social porque
fueron los niños que otrora no fueron respetados, nutridos ni educados.
Cristina BACCIN : Escribe desde ESTADOS UNIDOS -
Periodista – Fue Decana de la Facultad de Ciencias Sociales, UNICEN (Prov.
Buenos Aires, Argentina), Profesora e Investigadora en Comunicación Social en
Argentina (Univ. Nac. de La Plata, Universidad Nacional del Centro
de Bs. As., entre otras) y España (Univ. Pont. de Salamanca).
|
No hay comentarios.:
Publicar un comentario