INTRODUCCIÓN
Al buen morenazo de Obama ¡quien se
imaginaba!- sería nuevamente recibido como toda una “estrella de rock” en la
recién finalizada Cumbre de la Américas (Cumbre Empresarial para los Estados
Unidos). Nunca se le ocurrió pensar, como tampoco a sus asesores, que las cosas
han cambiado mucho y los países latinoamericanos; otrora fieles y sumisos
sirvientes de los intereses norteamericanos en la región, ahora, cada día; se
van desmarcando del poder avasallante de Washington, exigiendo respeto mutuo y
trato igualitario en todas las relaciones tanto bilaterales como multilaterales.
No lograba comprender Obama, la rebelión latinoamericana que demandaba la
integración de Cuba en ese foro de la Américas, aunque a decir verdad y como lo
expresara el ex presidente colombiano Cesar Gaviria, parece ser que esta será
la última Cumbre de la Américas. Tan atolondrado estaba el mandatario
norteamericano que ni siquiera pudo pronunciar correctamente el nombre de las
Islas Malvinas, confundiéndolas con las Islas Maldivas. Error o ignorancia, lo
cierto de todo esto es que refleja la verdadera actitud de Washington para con
todos sus vecinos al sur de la frontera. Negando lo obvio, ante la falta de una
declaración como punto culminante de la cumbre, el presidente colombiano Juan
Manuel Santos, visiblemente irritado, negó que la cumbre haya sido un fracaso.
Pero fue compensado por Obama por su lealtad: todos los colombianos a partir de
mayo, cuando entre en vigencia el Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos,
tendrán visas por 10 años.
En una de sus acostumbradas reflexiones, Fidel
Castro observaba lo siguiente a cerca de la Cumbre de las Américas y de Obama
en particular: "Cualquiera diría que, por obvias
razones políticas, la figura que peor impresión me causaría sería Obama. Sin
embargo no fue así. Lo observé pensativo y a veces bastante ausente. Era como
si durmiera con los ojos abiertos. No se conoce cuánto descansó antes de llegar
a Cartagena, con qué generales habló, qué problemas ocupaban su mente. Si
estaría pensando en Siria, Afganistán, Irak, Corea del Norte o Irán. Con
seguridad, desde luego, en las elecciones, las jugadas del Tea Party y los
planes tenebrosos de Mitt Romney. A última hora, poco antes de la Cumbre,
decidió que las contribuciones de los más ricos deben alcanzar por lo menos el
30% de sus ingresos, como ocurría antes de Bush hijo. Desde luego que eso le
permite presentarse frente a la derecha republicana con una imagen más diáfana
de su sentido de justicia. Pero el problema es otro: la enorme deuda acumulada
por el gobierno Federal que rebasa los 15 millones de millones de dólares, lo
cual demanda recursos que suman no menos de 5 millones de millones de dólares.
El impuesto a los más ricos aportará alrededor de 50 000 millones de dólares en
diez años, mientras la necesidad de dinero se eleva a 5 millones de millones.
Recibiría por tanto un dólar por cada 100 de los que necesita. El cálculo está
al alcance de un alumno con 8 grados de escolaridad. Obama, acostumbrado a
decir la última palabra, sabe que la economía de Brasil surge con impresionante
fuerza, que asociada a las economías como las de Venezuela, Argentina, China,
Rusia, Sudáfrica y otras de América Latina y el mundo, trazarían el futuro del
desarrollo mundial.
Veo que las
reuniones en Cartagena se prolongan y las realidades edulcoradas se alejan. De
las guayaberas obsequiadas a Obama no se habló. Alguien tendrá que encargarse
de indemnizar al diseñador de Cartagena, Edgar Gómez. Marvin Najarro
VI CUMBRE DE LAS
AMÉRICAS:
ENTRE REZONGOS Y
DESACUERDOS
Por Valentín Zamora
Estados Unidos llegó a lo que quería realmente,
a promover sus Tratados de Libre Comercio que en la cumbre adquirió el elusivo
eufemismo de “cumbre empresarial” y
a la que se aplicó con amor y convicción Felipe Calderón y Juan Manuel Santos,
cuyos planteamientos desarrollistas pasan por alto soluciones estructurales,
que sería una adecuada propuesta de desarrollo. El tema de la exclusión de Cuba
fue abordado tangencialmente y el litigio de soberanía de las islas Malvinas
todavía peor, asuntos muy sensibles para los latinoamericanos y sobre los
cuales tampoco se llegó a ningún acuerdo. Lo que sí queda para la historia es
lo dicho por el morenazo Obama, que conmovió las entrañas de las personas
democráticas del mundo y medianamente informadas. Dijo: “Lo que impide que Cuba sea un miembro completo de la comunidad
internacional no es Estados Unidos, es su propia política, que es contraria a
los principios universales”. O sea que para Obama, la democracia socialista
cubana para ser buena o efectiva tiene que ser democracia estadounidense,
porque según su peregrina opinión, la mejor democracia es la “americana”. De muchas maneras el gran
perdedor de esta cumbre fue Obama pues haber admitido gran parte de
responsabilidad del problema del narcotráfico será para la Asociación Nacional
del Rifle un signo imperdonable de debilidad y pone en riesgo el negocio del
tráfico ilegal de armas que fluyen con facilidad hacia el sur del continente.
Tampoco fue el mejor resultado en tiempos de campaña electoral, pues los
sectores ultraconservadores de la derecha estadounidense no estarán contentos
que los primos hayan puestos contra
las cuerdas al Tío Sam, acostumbrado a ser caprichoso y hacer lo que se le ha
dado la gana. Es decir, se ha llevado a los Estados Unidos a hacer,
precisamente lo que no le gusta: dialogar. Ellos están acostumbrados a los
monólogos y a las imposiciones, no obstante, el imperio está débil, y cuando
esto ocurre, como en la antigua Roma; empezaron a ser emperadores personajes
nacidos en las provincias conquistadas, o sea patricios de segunda categoría.
El gran ganador de todos fue Felipe Calderón quien oportunistamente y dando su
brazo a torcer ante la sociedad civil mexicana, ha admitido discutir una vía
alternativa en la lucha contra el narcotráfico, pues ya admitido que La
Guerra de Calderón,
como le llaman en México a su estrategia confrontativa, no tiene viabilidad. Es
un total fracaso con un costo de 60,000 personas muertas en los seis años de su
gobierno. Marcar un punto de inflexión en este momento electoral significa
atraer puntos a favor con una posición más liberal y menos engarrotada. Y no
faltó la nota cómica en esta cumbre, el gesto histriónico de Mauricio Funes,
quien para no quedarse atrás, como todo guanaco, anunció en plena cumbre que el
14 de abril es el primer día que en El Salvador no ocurre ni un solo asesinato.
Asunto por averiguar, pues tiene características de patraña, y es probable que
lo haya dicho para recomponerse y recuperar imagen por lo que le dijera el
presidente guatemalteco: que había sido utilizado por los Estados Unidos para
boicotear la reunión de Guatemala. O sea
-ejemplo a seguir por los países del mundo- hay que pactar con los delincuentes que están
en las cárceles para llevar la paz a la ciudadanía. Menuda ocurrencia ¿no cree?
En fin, la cumbre sí cumplió sus expectativas:
ser más de lo mismo.
Publicado por Marvin Najarro
CT., USA.
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