martes, 20 de noviembre de 2012

El ghetto de Gaza

La división de todo el territorio de la histórica Palestina para acomodar a una importada y sin lugar a dudas, una población extranjera, a expensas de la sociedad indígena, se reconoció no ser una acción política legítima. Sus destructivas consecuencias debieron ser obvias a priori, y la historia ha demostrado  la exactitud de tales previsiones. Tal escisión ha causado daño a la población indígena en todos los aspectos de su vida: política, económica, social educacional, cultural; religiosa, histórica y geográfica. La destrucción de Palestina, la expulsión de una gran mayoría de su población y los continuos y deliberados ataques genocidas sobre lo queda de ella viviendo bajo la conquista judía, solo realza la ilegitimidad de la presencia judía y de su agresión en contra de los palestinos. Lynda Burstein Brayer (Counterpunch)


EL GHETTO DE GAZA

Por Luciano Castro Barillas

La verdad es que no es otra cosa esa faja de tierra estéril  de 360 kilómetros cuadrados que da al mar  Mediterráneo y que se conecta al este y norte con el Estado judío y al sur con Egipto, donde viven sin espacio vital casi dos millones de personas que, aferrados a la vida, son toda una inspiración de sobrevivencia, superación y sacrificio. Ese territorio con escasos habitantes en 1917 fue una provincia del Mandato Británico de Palestina y cuando se creó, desafortunadamente, el Estado de Israel gracias al voto de desempate del guatemalteco Jorge García Granados en la Asamblea General de la ONU en 1947, el destino se selló para los habitantes de esas tierras yermas aquende de la península del Sinaí. En la guerra de 1967 la Franja fue conquistada por Israel y permaneció en esa situación hasta 1994 que los Tratados de Oslo terminaron con la ocupación y aunque Israel habilitó 8 puestos fronterizos para hacer más expedita la locomoción de las personas, en la práctica restringió hasta donde pudo la movilización de mercancías y personas en dos puntos: uno en el norte y otro en el sur.

Muchos palestinos no estuvieron de acuerdo en los términos de las negociaciones de paz entre la Organización para la Liberación de Palestina, OLP e Israel y como el demonio se escapó de las páginas de la Biblia y sentó sus reales en esos lugares (hay por cierto un demonio hebreo antiguo llamado precisamente Asrael), siempre metiendo la cola del divisionismo, la ruptura no tardó en llegar. Al ganar Hamas las elecciones en el 2006, se apartó casi de inmediato de la línea política del dirigente histórico Yasser Arafat,  ya en esos tiempos conciliador y pragmático, en el entendido que la efusión de sangre  -aunque plenamente justificada-  no modificaba, no coadyuvaba para nada, en la creación del Estado Palestino, aspiración estratégica de los palestinos apátridas, quedando en segundo plano el máximo desideratum: la destrucción del Estado de Israel.

La Intifada o Levantamiento Palestino del año 2000 fue el inicio de los después habituales genocidios del Estado Judío contra el pueblo palestino, cuyos horrores de Sabra y Shatila están presentes en la memoria de todos los hombres conscientes y comprometidos del mundo. La radicalización de los habitantes de la Franja de Gaza tiene su razón de ser en las lamentables condiciones de vida de sus habitantes (miseria extrema de la gran mayoría de personas), condición que difiere un poco de las condiciones de vida más tolerables de los palestinos de Cisjordania (la antigua Judea y Samaria), palabreja neolatina inventada por los colonialistas británicos para designar esa región de 5,640 kilómetros cuadrados situados al lado oeste del río Jordán, por eso se le conoce como Ribera Occidental. Oficialmente se reconoce por las Naciones Unidas como un territorio en litigio, pero la verdad es que es una zona ocupada militarmente por Israel con cientos de asentamientos judíos (método para apropiarse de tierras ajenas e impulsar luego la famosa política de “hechos consumados” a que tan inclinados son los sionistas) en un territorio que en este caso no les pertenece en absoluto: los samaritanos han sido siempre una comunidad nacional con cultura, territorio y lengua propia, además, desde siempre; con malas relaciones con los judíos. Si no recordemos la anécdota tan conocida de Jesús cuando una mujer samaritana la ofrece agua, él bebe, en una actitud de tolerancia y obsecuencia, siendo cuestionado al instante por sus compañeros fanáticos y de escasas luces.

Hoy se está a las puertas de una nueva escalada de violencia y la entidad sionista, al parecer, quiere poner toda la carne en el asador: entrar a Gaza para resolver de una buena vez el incordio de una población que no se resigna al sometimiento ni a la humillación. Los cohetes artesanales lanzados tras la ejecución de comandante de las brigadas Ahmed Abu Jalal de Hamas, son el pretexto. En el fondo trabajan una elaborada provocación, orientada a Irán, que no sería indiferente ante un genocidio sin límites del pueblo palestino. Es lo que esperan los sionistas y los imperialistas. Es la trampa perfecta para desencadenar acciones de guerra contra los iraníes. Los cohetes artesanales son erráticos, de poco alcance y más son un arma de hostigamiento psicológico que mortífera. Hay una desproporción abismal con el ejército sionista. Además los 3 mil millones de dólares de ayuda de los Estados Unidos para algo tienen que servir: el Domo de Acero (nuevo sistema antimisiles de los sionistas) ha derribado a los cohetes más atrevidos que surcan el cielo de Israel, por lo tanto los daños son mínimos: 3 muertos judíos con los 88 que van de parte de los palestinos.  Ante la escalada de violencia,  la Liga Árabe, siempre buena para nada (es la OEA del mundo árabe) ofrece su floja y desatendida mediación. Al final hay otro objetivo, aparte de la agresión contra Irán: evitar la proclamación el 29 de noviembre de 2012 del Estado Palestino por parte de la Asamblea General de la ONU. Esperan los israelitas  (realmente europeos disfrazados de judíos y detentadores únicamente de cultura judía en el mejor de los casos) que el Estado Palestino y la nación se constituya, pues claro, con muertos.






Publicado por LaQnadlSol
CT., USA.

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