(…) El deseo de fin del
mundo de las clases medias complotistas y consumistas estadounidenses -y ya
internacionales- revela también, o sobre todo, una destructiva sed de
comunidad. El Apocalipsis representa el fin de la soledad y no porque implique
el fin de todo lo existente sino porque nos une a todos en el tiempo y en el
espacio, aunque sólo sea para matarnos; porque nombra a la humanidad en su
conjunto, aunque sólo sea para aniquilarla. El deseo de Apocalipsis, que es un
deseo de fiesta, es un deseo de fusión amorosa definitiva (como lo son, en la
tradición popular, todas las verdaderas fusiones amorosas). Es, si se quiere,
una protesta mortal contra el ensimismamiento del consumo. Santiago Alba Rico
EL MUNDO NO SE ACABÓ
Por Marvin Najarro
Bueno, no sucedió como algunos (unos 100 millones) esperaban e incluso se
prepararon para la catástrofe final que habría de disponer de este muy
atribulado y mal tratado -por los humanos- planeta tierra. Hace tan solo unas
pocas horas hemos traspasado el umbral del nuevo año y dejado atrás, ya en el
pasado inmediato, el 2012, el año del fin del mundo. Dejando a un lado, o
mejor dicho, en el pasado inmediato, todo el agorerismo que recorrió el mundo a
lo largo de todo el 2012, mal interpretando o en el peor de los casos
tergiversando con fines perversos la sabiduría de un pueblo muy sabio, resulta que
si la profecía no acabó de cumplirse, tampoco el mundo luce nada bien y
al contrario por obra y arte de nuestras malsanas actitudes -arrogancia y
ambición desmedida- todo indica que en un futuro no muy lejano habremos hecho
de este un lugar donde las posibilidades de la existencia humana sean mínimas o
inexistentes, en otras palabras, habremos extinguido toda posibilidad de vida
sobre la faz de la tierra.
Basta dar un vistazo a nuestro alrededor para formarnos una idea de la
magnitud de los problemas que afectan a la raza humana y de la catástrofe que
se avecina. De norte a sur y de oriente a occidente (o viceversa) el paisaje
luce tenebroso y cada día que pasa en su alocada carrera aquellos que manejan los hilos del poder
global se juegan el destino de toda la
humanidad, como en un tablero de ajedrez, no con inteligencia, sino con la
estupidez, la irracionalidad, de las que, la ambición y el poder sin límites
son causantes.
En las últimas décadas hemos visto o nos hemos enterado de lo que el nuevo
orden mundial que nos ha sido impuesto significa. La globalización económica,
no es otra cosa que la globalización del saqueo de los recursos naturales del
planeta, la imposición a escala global de medidas económicas estructurales sobre
los países menos desarrollados, que han causado más miseria, explotación y
pobreza a millones de personas en beneficio de los grandes intereses económicos
y del consumismo desaforado de los más desarrollados. La pobreza, el hambre y
el desempleo a nivel global han aumentado enormemente aunque las manipuladas
estadísticas que nos prodigan las burocracias financieras internacionales digan
otra cosa. Hemos visto como la globalización económica lleva emparejada la
globalización del poderío militar intervencionista-hegemónico que, somete a
fuerza de balas, bombas y destrucción indiscriminada a todo aquel que en
cualquier parte ose desafiar o ser un obstáculo a los designios imperialistas
de los amos del universo.
Hemos presenciado y en buena medida muchos nos hemos beneficiado de los
extraordinarios avances tecnológicos de los últimos tiempos, pero también,
hemos sabido como esa misma tecnología ha sido utilizada para otros fines,
contrarios muchas veces a las buenas y loables intenciones de sus creadores,
como la manipulación financiera causante del gran fraude bancario que desató la
actual crisis económica en los principales centros del poder global y que se ha
metastaseado como cáncer por todo el orbe. Ataques con virus cibernéticos,
espionaje electrónico masivo, drones que matan a control remoto, bombas
inteligentes guidas por rayos laser y la manipulación genética en la producción
de alimentos, son tan solo un ejemplo del uso de la tecnología por mentes
siniestras que hasta en la destrucción buscan ganancias.
Sabemos que la tecnología “fracking” le está permitiendo a los grandes
monopolios energéticos perforar las entrañas de la tierra a profundidades antes
impensadas para extraer hasta la última gota del oro negro sin importar el daño
irreversible al medio ambiente y a la ecología en su conjunto. El calentamiento
global se cierne como una amenaza incontenible. Los mega desastres naturales
desnudando la impotencia de las potencias han estado a la orden del día. Los
hielos polares y el permafrost se están derritiendo a pasos acelerados y con
ellos muchas de las especies animales que cohabitan en esas regiones se están
extinguiendo. Pero la voracidad capitalista no tiene límites y las compañías
turísticas ya tienen a disposición de los amantes de lo exótico tours en yates
de placer por esas regiones de témpanos derretidos al tiempo que los
gigantescos monopolios energéticos ya se frotan las manos, pues se imaginan los
chorros de oro negro que emanaran de las profundidades de esas prístinas
regiones.
El año recién ido, aunque no fue el juicio final, no dejó de
mostrarnos de variadas formas el apocalíptico porvenir que nos espera de no
corregir o cambiar radicalmente el sistema de gobierno global capitalista
que en estos días rige los destinos de
la humanidad y que aunque acercándose con todas sus crisis cada vez más al
abismo no da marcha atrás en su apetito destructivo de paso arrastrando con él
a toda la humanidad.
No es recomendable embarcarse en predicciones en el corto plazo pues lo
impredecible de los vaivenes en el mundo real, en lo político, económico y
cultural puede resultar en un juego te tontos. Seguramente que estos no son
momentos muy felices para la mayoría de la gente y en el transcurso del 2013 y
de los años que se avecinan veremos una aceleración de la presente crisis. El
desempleo, el saqueo de los recursos naturales y todas aquellas políticas diseñadas
por los poderes hegemónicos globales para remodelar el mundo de acuerdo a su
ideología e intereses aumentaran no disminuirán.
Habrán focos de resistencia popular como ya se ha visto ante la arremetida
de la clase rica y privilegiada que no duerme y busca a toda costa a través del
engaño y la fuerza bruta continuar o implementar un nuevo sistema cuyas
características seran la continuación de tres aspectos claves del presente
sistema capitalista; la jerarquía, la explotación y la polarización.
En palabras de Immanuel Wallerstein, “En el otro lado habrán fuerzas populares
alrededor del mundo que buscaran una nueva clase de sistema histórico, uno que todavía
no ha existido, basado en una relativa democracia e igualdad. Es casi que
imposible de predecir lo que esto significa en términos de las instituciones
que el mundo creará. En las décadas por venir sabremos de la construcción de este sistema”.
Publicado por LaQnadlSol
CT., USA.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario