sábado, 16 de marzo de 2013

EL BEITAR F.C Y EL RACISMO ISRAELÍ



En marzo del pasado año y después de un juego de futbol, cientos de aficionados del Beitar inundaron un centro comercial en Jerusalén Occidental en donde asaltaron brutalmente a un grupo de guardianes palestinos al tiempo que cantaban “muerte a los árabes”. Mohammed Yusef, uno de los trabajadores de un servicio de limpieza, describió el incidente como “un masivo intento de linchamiento”. El encabezado en el Haaretz lo dijo todo: “Cientos de aficionados del Beitar golpean a trabajadores árabes en centro comercial; no hay arrestos”.



ISRAEL: DONDE LOS AFICIONDOS AL FUTBOL SOCCER ABUCHEAN A
SUS PROPIOS JUGADORES CUANDO ANOTAN UN GOL


Por Dave Zirin

“Esto no es racismo. Ellos sencillamente no deberían estar aquí”.

Ni siquiera en los primeros días del histórico debut de Jackie Robinson en 1947 con los Dodgers de Brooklyn los aficionados del equipo de beisbol de Brooklyn abandonaban el estadio después que el legendario numero 42 robaba una base o se anotaba un hit. El profundo cariño de los aficionados  de Brooklyn por los “Dem Bums” superaba cualquier racismo presente en las graderías. ¿Qué es lo que nos dice esto, que sesenta y siete años más tarde  los aficionados del club de futbol Beitar Jerusalén no hayan llegado a evolucionar a los estándares de decencia humana de Brooklyn de la posguerra?

Temprano en esta temporada, Beitar Jerusalén rompió con su propia versión de la segregación racial al contratar por primera vez en la historia del equipo a dos jugadores musulmanes: Zaur Sadayev y Dzhabrail Kadiyev. Como era de esperar, los seguidores del Beitar se pusieron más furiosos  que los miembros de la Asociación Nacional del Rifle (NRA) en una zona escolar. Los abucheos han llovido sobre Sadayev y Kadiyev cada vez que entran al terreno de juego o tocan el balón. Varios miembros del club de fans del equipo desplegaron una bandera en la que se leía, “Beitar es puro por siempre”. Otros dos seguidores intentaron quemar las oficinas del equipo. Esto, sin embargo, palidece en comparación a lo sucedido cuando Sadayev marcó su primer gol para el equipo la semana pasada. Después de la celebración del goleador, cientos de aficionados del Beitar Jerusalén simplemente se pusieron de pie y salieron del estadio. Aun para los estándares del soccer, donde el racismo en el campo de juego es una plaga continua, la naturaleza de esta acción organizada fue algo vergonzoso.

Como le dijo un aficionado de 19 años de edad al The Independent. “La reacción contra los jugadores musulmanes que están aquí no es racista. Pero la existencia del club está bajo amenaza. Beitar es un símbolo de todo el país”. Otro aficionado dijo, “Esto no es racismo, simple y sencillamente ellos no deberían estar aquí…Beitar Jerusalén siempre ha sido un club limpio, pero ahora está siendo destruido –muchos de los jugadores están pensando en irse a causa de los jugadores musulmanes que están aquí”.

Moshe Zimmerman, un historiador deportivo de la Hebrew University, le dijo al New York Times que él  ve algo más siniestro actuando en las tribunas de los estadios de futbol que, simplemente hooligans excediéndose más allá de los límites: “Generalmente la gente en Israel trata de ubicar al Beitar Jerusalén como algo en los márgenes extremos; esta es una manera de mitigar la vergüenza. El hecho es que la sociedad israelita en su conjunto se está volviendo más racista, o al menos más etnocéntrica, y esto es una expresión”.

Si aceptamos como verdad las opiniones de Zimmerman, que el Beitar es el reflejo del país entero, entonces sus acciones de los años recientes se hacen más aterradoras. En marzo del pasado año y después de un juego de futbol, cientos de aficionados del Beitar inundaron un centro comercial en Jerusalén Occidental en donde asaltaron brutalmente a un grupo de guardianes palestinos al tiempo que cantaban “muerte a los árabes”. Mohammed Yusef, uno de los trabajadores de un servicio de limpieza, describió el incidente como “un masivo intento de linchamiento”. El encabezado en el Haaretz lo dijo todo: “Cientos de aficionados del Beitar golpean a trabajadores árabes en centro comercial; no hay arrestos”.

Mientras que las autoridades han sido muy flexibles con el Beitar cuando comete actos de intimidación, en cierto modo también se ha convertido en una vergüenza internacional. El pasado año, Dan Ephron de la revista Newsweek escribió a cerca del equipo con el siguiente subtitulo, “El equipo de futbol favorito de Jerusalén tiene políticas de contratación reminiscentes del Apartheid y de las leyes de segregación racial Jim Crow”. El artículo, el cual no cita a ningún palestino, si reproduce las declaraciones del comentarista de futbol israelí, Yoav Borowitz. Ephron escribe:

Borowitz compara al Beitar con las políticas de de los equipos de rugby de Sudáfrica durante la era del apartheid de permitir solamente jugadores blancos, una comparación que la mayoría de israelíes encuentran repugnante. En un reciente blog, Borowitz prometió no cubrir más las actividades futbolísticas del Beitar e hizo un llamado para que los otros periodistas hagan lo mismo.  “Un equipo de futbol que se rehúsa  contratar árabes pertenece al basurero de la historia”, escribió Borowitz. “Yo he escrito más de un artículo a cerca del Beitar…. “Ya no lo volveré a hacer”.

Las noticias internacionales sobre los aficionados del Beitar que rechazan a sus propios goleadores también llegan en un momento nada propicio para el futbol de Israel. Este junio Israel será el anfitrión del Campeonato Sub 21 de la Asociación de Futbol de Europa (UEFA) del 2013. La decisión, sin embargo, ha sido objeto de constantes protestas incluyendo, la ocupación de las oficinas de la UEFA, invasiones de los campos de juego por manifestantes pro derechos de los palestinos y la formación de una organización llamada  “Red Card Israeli Racism.”

La represión sufrida por la selección nacional de futbol de Palestina a manos de Israel, incluyendo el encarcelamiento y el asesinato de jugadores y el bombardeo de las oficinas del equipo durante el ataque a gaza el otoño pasado, también ha movilizado a la acción no solo a los activistas sino que también a jugadores e inclusive a la FIFA. En el 2010, hasta el presidente de la UEFA, Michel Platini, amenazó a Israel con expulsarlo de la FIFA si continuaba saboteando el futbol en Palestina. Platini dijo, “Israel tiene que escoger entre permitir que continúe prosperando el deporte en Palestina o ser forzado a enfrentar las consecuencias por su comportamiento”. Lo que enfada a la gente es que al celebrarse el torneo Sub 21 en Israel, parece como si se le estuviera premiando.

Históricamente el gran poder del deporte ha radicado en proveer un espacio para que los marginados hagan escuchar su voz, como también un escenario para que todos nosotros descubramos a través del juego aquellos valores humanos que tenemos en común.

¿Qué nos dice acerca de Israel que en pleno siglo  veintiuno un equipo como el Beitar Jerusalén pueda no solo sobrevivir sino que  prosperar? ¿Qué nos dice el hecho que Israel todavía consiga ser el anfitrión del campeonato Sub 21 de la UEFA a pesar de interferir con los esfuerzos de los palestinos en la formación de un equipo de futbol? ¿Qué nos dice el que ahora los deportes estén envueltos en los conflictos políticos de la región? Por lo menos nos dice, que ni siquiera los deportes pueden proveer un escape, respiro, o un refugio seguro de las presiones de la ocupación. Además nos dice que la búsqueda de la justicia en el campo de juego y en las graderías de los estadios de futbol de Israel, es también, la búsqueda de justicia para el pueblo palestino y ninguna arena cultural puede quedar exenta de este proceso. Sé de qué lado estaría Jackie Robinson, y no sería con los llamados fans quienes odian la etnicidad de un jugador de futbol más de lo que celebran un gol de su equipo.




Traducido del inglés por Marvin Najarro










Publicado por LaQnadlSol
CT., USA. Auff!

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