domingo, 13 de octubre de 2013

UN MUNDO DES-AMERICANIZADO


Ante la parálisis del gobierno de los Estados Unidos, un artículo publicado en el portal de la agencia oficial de noticias de China, Xinhua, pide que el mundo sea de-americanizado. De acuerdo al comentario, estas alarmantes situaciones, cuando los destinos de los demás están en las manos de una nación hipócrita, tienen que terminar, y un nuevo orden mundial debe ser puesto en su lugar, según el cual, los intereses fundamentales de todas las naciones, grandes o pequeñas, ricas o pobres, puedan ser protegidos y respetados en igualdad de condiciones.


EL IMPASE FISCAL EN EEUU DEMANDA LA
DES-AMERICANIZACIÓN DEL MUNDO


Por Liu Chang

BEIJING, 13 oct (Xinhua) - Mientras los políticos de ambos partidos estadounidenses siguen arrastrando los pies  entre la Casa Blanca y el Capitolio, sin llegar a un acuerdo viable para lograr la normalidad del cuerpo político del que ellos se jactan, es quizás un buen momento para que el mundo, confundido como esta, empiece a considerar la construcción de un mundo de-americanizado.

Al emerger del baño de sangre de la Segunda Guerra Mundial, como la nación más poderosa del mundo, los Estados Unidos han estado tratando desde entonces de construir un imperio global, imponiendo para ello un orden mundial de posguerra, alimentando la recuperación en Europa, y fomentando el cambio de regímenes en aquellos países que difícilmente son considerados amigos de Washington.

Con su poderío económico y militar, aparentemente sin igual, los Estados Unidos han declarado que tienen intereses nacionales vitales que proteger en casi todos los rincones del mundo, y se ha habituado a entrometerse en los asuntos de otros países y regiones alejadas de sus costas.

Mientras tanto, el gobierno de EE.UU. ha tratado por todos los medios de aparecer ante el mundo como el único en poseer una superioridad moral, sin embargo, secretamente hace cosas que son tan audaces como torturar  prisioneros de guerra, matar a civiles en ataques con aviones no tripulados, y espiar a los líderes mundiales.

Bajo lo que se conoce como la Pax-Americana, nosotros somos incapaces de ver un mundo en el que Estados Unidos está ayudando a reducir la violencia y los conflictos, disminuir la población de pobres y desplazados, y lograr una paz real y duradera.

Además, en lugar de honrar sus obligaciones con la responsabilidad que conlleva ser la principal potencia, un Washington egoísta ha abusado de su condición de superpotencia y ha introducido aún más caos en el mundo al desplazar los riesgos financieros a otros países, instigando las tensiones regionales en medio de disputas territoriales, y peleando guerras injustificadas  bajo la cubierta de mentiras descaradas.

Como resultado, y gracias a la voracidad de las élites de Wall Street, el mundo sigue tratando de salir del desastre económico, mientras que los bombardeos y los asesinatos se han convertido en rutina casi diaria en Irak, años después de que Washington afirmó haber liberado a su pueblo de la tiranía.

Más recientemente, el estancamiento cíclico en Washington por una solución bipartidista viable sobre el presupuesto federal y la aprobación para elevar el techo de la deuda,  ha puesto de nuevo en peligro los enormes activos en dólares de muchas naciones y ha dejado muy angustiada a la comunidad internacional.

Estas alarmantes situaciones, cuando los destinos de los demás están en las manos de una nación hipócrita, tienen que terminar, y un nuevo orden mundial debe ser puesto en su lugar, de acuerdo al cual, los intereses fundamentales de todas las naciones, grandes o pequeñas, ricas o pobres, puedan ser protegidos y respetados en igualdad de condiciones.

Para ello, varias piedras angulares deben ser colocadas para apuntalar un mundo des-americanizado.

Para empezar, todas las naciones tienen que ceñirse a los principios básicos del derecho internacional, incluido el respeto por la soberanía y mantener las manos fuera de los asuntos internos de los demás.

Además, tiene que ser reconocida la autoridad de las Naciones Unidas en el manejo de los problemas globales más candentes. Eso significa que nadie tiene el derecho de emprender cualquier tipo de acción militar en contra de los demás sin un mandato de la ONU.
Aparte de eso, el sistema financiero del mundo tiene también que adoptar algunas reformas sustanciales.

Las economías de mercado emergentes y en desarrollo deben tener más voz en las principales instituciones financieras internacionales como el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional, para que puedan reflejar mejor las transformaciones del panorama económico y político mundial.

Lo que también puede incluirse como una parte clave de una reforma eficaz, es la introducción de una nueva moneda de reserva internacional, que se va a crear para reemplazar al dólar dominante de EE.UU., para que la comunidad internacional pueda permanecer a salvo del daño colateral, producto de la intensificación de la agitación política en los Estados Unidos.

Por supuesto, el propósito de promover estos cambios no es para dejar completamente a un lado a los Estados Unidos, algo que es también imposible. Más bien, es empujar  a Washington a  jugar un papel más constructivo al abordar los asuntos mundiales.

Y entre todas las opciones, se sugiere que los políticos en Washigton, primero comienzan con poner fin al pernicioso impase.          


Traducido del inglés por Marvin Najarro










Publicado por LaQnadlSol
CT., USA.

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