viernes, 8 de noviembre de 2013

CHANTAJE ELECTRÓNICO

¿Si la NSA conduce amplias operaciones de espionaje sobre los líderes de otros países, no estará haciendo lo mismo internamente con los líderes de los EEUU? Y si se piensa que la NSA está propiciando el chantaje de líderes foráneos ¿no es posible pensar que lo mismo este pasando a nivel doméstico?

¿PUEDE EL ESPIONAJE ELECTRÓNICO SER
UTILIZADO COMO MEDIO DE CHANTAJE?


Ángela Merkel que experimentó el vasto poder de la red de espionaje de la STASI  en Alemania del Este,  de amigos que bajo fuertes presiones y el chantaje de la policía secreta se convertían en traidores, ahora se encuentra ante la interrogante, del por qué,  aparte del espionaje masivo de los EEUU sobre la población alemana en general, ella, la Canciller de Alemania, por el amor de Dios, también ha estado siendo víctima de la amplia red de espionaje de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) estadounidense por más de diez años.

Dave Lindorff, comentando en el periódico digital This Can’t Be Happening! Escribe que,  efectivamente y como ha sido revelado por el New York Times, el programa de espionaje global de la NSA ha estado, desde los primeros tiempos del gobierno de Bush-Cheney, succionando las conversaciones telefónicas (y sin duda luego después las comunicaciones en internet) no solo de lideres como la Canciller Ángela Merkel, sino de la misma Merkel cuando fungía como líder de la oposición antes de llegar al poder en Alemania. Tal y como lo menciona el periódico neoyorquino, el monitoreo telefónico que se remonta a la era de la Guerra Fría, antes de 1990, “difícilmente este limitado a los 35 líderes de países como Alemania, y además incluye a sus principales asesores y a los cabecillas de los partidos de oposición”.

Según reporta el periódico sobre el enorme alcance de la red de espionaje y de acuerdo a la información obtenida de los documentos dados a conocer por Snowden, el espionaje fue más allá de eso, e incluso dirigió sus actividades a prometedores y potenciales líderes de los llamados “estados amigos”.

James Clapper, director de la inteligencia nacional ha dicho que el espionajes de la NSA se realizó con el total conocimiento de los presidentes y que su propósito fue simplemente para conocer “si lo que ellos dicen concuerda con lo que en realidad está aconteciendo, y como las políticas de los otros países nos impactan en un amplio rango de cuestiones”. Hay que tener muy en cuenta que el Señor Clapper no es alguien en quien se pueda confiar, ya que el mismo admitió al ser fuertemente presionado, que había mentido ante el congreso sobre el alcance del programa masivo espionaje de la NSA bajo su cargo.
La primera explicación ofrecida por el Señor Clapper es en verdad una manera eufemística de decir que la ASN quiere darse cuenta si en realidad los supuestos amigos de los EEUU están mintiendo. La segunda es una manera de decir que los EEUU están espiando para ganar acceso a información privilegiada a cerca de las metas políticas y estrategias de sus aliados, y probablemente sobre sus posiciones en negociaciones, como los tratados comerciales, regulaciones internacionales, etc.

Lo que habría que cuestionar, según Lindorff, y lo que el New York Times no hace en su reporte del espionaje sobre los presidentes y de potenciales lideres es, si habrá otro motivo para esta extraordinaria campaña de espionaje: el chantaje.

Dadas las sorprendentemente tibias respuestas de los líderes de los países cuyas comunicaciones privadas han sido espiadas por la NSA, así como también, la renuencia de los países europeos a concederle asilo a Snowden, quien después de todo les ha permitido enterarse de la perfidia de su gran aliado y, el vil consentimiento a las criminales intervenciones militares de los Estados Unidos en Iraq y Afganistán y el apoyo incondicional de Israel, resulta muy difícil encontrar una explicación que justifique claramente sus actuaciones más allá de la duda de la existencia de razones muy poderosas y comprometedoras.

Otras interrogantes que resultan obvias, serian: ¿Si la NSA conduce amplias operaciones de espionaje sobre los líderes de otros países, no estará haciendo lo mismo internamente con los líderes de los EEUU? Y si se piensa que la NSA está propiciando el chantaje de líderes foráneos ¿no es posible pensar que lo mismo este pasando a nivel doméstico?

Reflexionando un poco más sobre  esta línea de pensamiento, sería conveniente preguntarnos, ¿Quién es el que está detrás de este asunto del chantaje? Se ha dicho desde la Casa Blanca que el presidente “no sabía” sobre el espionaje de Ángela Merkel y otros líderes, aunque Clapper y el director de la ASN, Keith Alexander han negado que el presidente no haya estado al tanto de las operaciones de espionaje de la agencia, pero ambos personajes son conocidos por sus mentiras a cerca de las acciones de la NSA. Las mentiras que James Clapper admitió haber dicho al congreso, nos pueden servir como evidencia de que la NSA ha estado practicando el chantaje contra miembros del congreso, o al menos los congresistas piensan que son vulnerables a la coerción. Y a pesar de lo escandaloso de la ofensa, al mentir al congreso sobre el masivo programa de espionaje de la agencia, ninguna de las cámaras del congreso, como tampoco los dos Comités de Inteligencia de dicho cuerpo legislativo, han promovido una resolución de desacato contra Clapper. ¿Cómo puede suceder eso?

A menudo los miembros del congreso citan o amenazan con citar a figuras deportivas por desacato al congreso, por mentir a los senadores o representantes a cerca del uso de esteroides, y sin embargo, cuando el jefe de la organización de espionaje de la nación miente sobre una enorme operación sin precedentes, estos señores simple y sencillamente lo dejan pasar. Frente a semejante insulto institucional tiene que haber una razón para tanta cobardía.

Resulta increíble que con todos estos crímenes cometidos contra la constitución por esta administración, ni un solo miembro del congreso ha tenido el coraje de presentar una resolución de enjuiciamiento (impeachment) de la manera que lo hizo el congresista Henry Gonzales contra George H.W. Bush en enero de 1991, con ocasión del lanzamiento de la primera guerra contra Iraq. Resulta menos increíble que en esta era de continuas violaciones de la constitución y de lo rutinario del crimen corporativo, no exista un solo senador de la talla de Wayne Morse que tuvo la valentía conjuntamente con el senador Ernest Gruening de votar contra la resolución del Golfo Tonkin que autorizó la intervención militar a gran escala de los EEUU en Indochina. Por cierto y hablando de chantaje, ese voto contra la fraudulenta resolución de Tonkin y su continua oposición a la guerra de Vietnam, le significó al senador Morse, según se supo después, el ser espiado por el FBI por órdenes del presidente Lyndon Johnson. El motivo era desenterrar información que pudiera ser usada para silenciar  o derrotar políticamente al senador Morse.

Se podría argumentar casi con certeza que el espionaje de la NSA sobre dirigentes foráneos es tan solo la punta del iceberg y que el verdadero horror es que esta espiando a los políticos locales, y probablemente insinuando que está en posición de chantajearlos. La cuestión es en nombre de quien está ejerciendo la NSA sus actividades de espionaje. Se podría asumir, como fue el caso durante la presidencia de Johnson, que es en nombre del presidente y de la Casa Blanca. Pero en los momentos actuales puede ser que haya otros que están a cargo. Esto podría explicar la fenomenal debilidad y falta de voluntad política y coraje del actual ocupante de la oficina oval. El presidente Obama sabe perfectamente que es lo que quieren  los votantes que lo eligieron: trabajos, fin a las guerras en el extranjero, disolución de los grandes bancos, y seguro médico universal, no el Obamacare que los obliga a comprar un seguro de la compañías privadas que les permitirá seguir succionando beneficios económicos del sistema. El presidente sabe que el público no quiere recortes al programa del Seguro Social y Medicare, sino que sus beneficios sean expandidos y mejorados. ¿Por qué entonces el presidente sabotearía el mismo su propio legado y las posibilidades futuras de su propio partido al no presionar decididamente a favor de estos temas? ¿Por qué el presidente iba a seguir hablando a cerca de un “Gran Acuerdo” que implicaría mas cortes en los beneficios a los pobres y ancianos –dos baluartes de la mayoría del partido Demócrata?

¿Podría ser esto una indicación de que el presidente está demasiado temeroso del chantaje, o ya ha sido efectivamente chantajeado? Por su puesto que es muy difícil saber las respuestas a estas interrogantes, pero en este momento es obviamente necesario que sean planteadas y consideradas.

Hace unos años un grupo de periodistas sostuvo una reunión extraoficial con el juez federal retirado, Stanley Sporking, en ese entonces jefe de la división de ejecución de la Securities & Exchange Commission (SEC). Uno de los periodistas del grupo le pregunto cómo la SEC lograba descubrir algunas de las barrocas maquinaciones de corrupción que estaba persiguiendo (esto fue durante el último año del gobierno de Jimmy Carter, cuando la SEC todavía andaba realmente tras la corrupción en Wall Street). Sporkin les dijo a los periodistas que los miembros de su comisión de ejecución solían pasar el tiempo  pensando en maneras de defraudar a los inversionistas. Una vez imaginado un complot criminal, saldrían en busca de evidencia de su existencia y, típicamente, encontraban a alguien que lo estaba haciendo.

Lo mismo, se sospecha es cierto de la nuevas e increíbles capacidades tecnológicas de la Agencia de Seguridad Nacional para espiar. Si nos podemos imaginar a esa agencia kafkiana haciendo algo, es casi seguro que la NSA lo está haciendo. Y en este momento uno se puede imaginar que la NSA está conduciendo una operación masiva de chantaje político a nivel doméstico y foráneo en una escala asombrosa y sin precedentes. Por cierto otro “whistleblower” de la NSA de nombre Russell Tice, ha dicho que mientras trabajaba para la agencia en el 2004, se dio cuenta que la agencia espiaba a Barack Obama quien en ese entonces era candidato a senador demócrata por Chicago. Por otra parte, aun si congresistas y jueces federales piensan que están siendo espiados y son de esa manera vulnerables al chantaje, es improbable que se salgan de la línea y voten o dictaminen de la manera incorrecta.

La única interrogante que queda es ¿Quién está detrás de toda esta operación de espionaje y posible chantaje? ¿Es la NSA un ingobernable operador actuando para proteger y expandir su propio poder? Quizás, pero más probablemente, podríamos suponer, es la existencia de algo más grande, “un gobierno permanente” formado por las cabecillas de los intereses corporativos claves –quizás lideres prominentes de los sectores financiero, militar/inteligencia y de otras industria claves como las compañías petroleras – quien está manejando los hilos tras bastidores.


Quizas Snowden tenga la respuesta a esta interrogante. Si no, tendremos que esperar que aparezca el próximo y corajudo informante.









Publicado por LaQnadlSol
CT., USA.

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