(…) La hipocresía de la
"ley y el orden" y las injusticias provocadas por el capitalismo no
se pueden curar mediante la reforma institucional, sino a través de la
desobediencia civil y la acción directa. Sí, viole la ley, pero creo que a
veces las leyes hay que romperlas con el fin de crear espacio para el
cambio".
JEREMY HAMMOND: EL CORAJE DE
UN ACTIVISTA
PARA ASUMIR SU
RESPONSABILIDAD
El viernes 15 de noviembre, Jeremy Hammond quien había sido arrestado por
el FBI en marzo del 2012, bajo el cargo de piratería informática contra la
empresa privada de inteligencia Stratfor, admitió su delito en una corte
federal de Manhattan, NY, y le explicó a la
Jueza Loretta A. Preska, el porqué de su acción al haber hecho del conocimiento público
una valiosa colección de emails y otra información que puso al descubierto la colaboración
posiblemente ilegal y ciertamente inmoral de una importante empresa de
inteligencia llamada Stratfor con el gobierno de los EEUU.
Además enfatizó lo que muchos de sus partidarios sabían de
antemano: que sus actividades fueron alentadas, organizadas y facilitadas por
un informante del FBI que se volvió un agente al servicio de esa organización. En
resumen, su compañero en estas "violaciones de la ley de los Estados
Unidos" fue el gobierno de los Estados Unidos. Reconoció que la jueza lo
podía sentenciar a 10 años de prisión pero nunca se disculpó por sus acciones o
cuestionó la validez de su activismo
político.
Contrario a lo que frecuentemente sucede con muchos que buscan defenderse
en corte cuestionando si hicieron aquello de lo que se les acusa, Hammond se
defendió diciendo que hizo lo que dicen que hizo y más, y que hizo lo correcto.
Después de 20 meses en prisión y con una declaración de esa naturaleza marcada
por el coraje y convicciones políticas, él se ha establecido como uno de los
personajes heroicos en la lucha por la libertad y justicia.
"Los actos de desobediencia civil y acción directa por los que estoy
siendo sentenciado hoy, están en línea con los principios de comunidad e
igualdad que han guiado mi vida", dijo a la corte. "Infiltré a
docenas de corporaciones de alto
perfil y a instituciones
gubernamentales, sabiendo claramente que lo que estaba haciendo era ilegal, y
que mis acciones me podían llevar de nuevo a la prisión federal. Pero sentía
que tenía la obligación de usar mis habilidades para exponer y confrontar la
injusticia y sacar la verdad a luz.”
Hammond no podía esperar justicia de la Jueza que se había negado a
inhibirse del caso después de enterarse de que su marido había sido uno de los
objetivos de los hackers de Hammond que habían atacado a la firma de servicios
de seguridad Stratfor. Ella lo sentenció con la máxima pena, 10 años de prisión, y
luego en una actitud grosera le recetó tres años adicionales de libertad
condicional en caso de ser liberado. Durante ese tiempo no podrá hacer uso del
código cifrado en el Internet, que básicamente le impedirá vivir una vida
moderna. La sentencia de la jueza contra el activista equivale a poner signos
de exclamación sobre el argumento que este caso plantea sobre el gobierno. Mientras
conduce operaciones de espionaje sobre todos sus ciudadanos (y hace uso de
aviones no tripulados y de agentes y de las guerras para pisotear los derechos
humanos de las personas en todo el mundo), también utiliza elaboradas
operaciones encubiertas y estrategias con agentes para atraer a los los
activistas de Internet para que recopilen la información que quiere, pero no
puede obtener legalmente y luego los pone en la cárcel para silenciarlos.
La historia de Hammond como activista político se inició a los 18 años cuando siendo estudiante de escuela secundaria
y en pleno activismo contra la guerra lanzó el legendario website HackThisSite "un sitio de entrenamiento gratuito,
seguro y legal para que los hackers
pusieran a prueba y ampliaran sus habilidades y que continua siendo una
de las más populares y respetadas comunidades en educación on-line para piratas
informáticos.
Su historia en la última década está salpicada de una serie de arrestos
durante protestas contra la guerra de Irak, el pisoteo de los derechos de los
homosexuales, la erosión de los derechos democráticos y las actividades
disruptivas de grupos de extrema derecha. Por estas acciones ha sido golpeado y
detenido en más de una media docena de ocasiones. De hecho en el 2007 fue
arrestado por hackear el website del grupo de extrema derecha Protest Warriors
conocido por atacar manifestaciones de grupos de activistas contra la guerra.
Después de pasar dos años en prisión acusado del delito de robo de
identidad en el caso de Protest Warriors, delito que no cometió pues ninguna
tarjeta de crédito fue alguna vez usada, Hammond fue liberado. Al reiniciar sus actividades de
protesta, y según le dijo a la corte, él se enteró que “la administración
de Obama continuaba con las guerras en Iraq y Afganistán, había escalado el uso
de drones y no había cumplido con cerrar el campo de prisioneros de Guantánamo.
Convencido de que había necesidad de más acción directa, y “debido al racismo y
desigualdad conque la ley es aplicada”, empezó de nuevo sus actividades de
piratería dirigidas a los departamentos de policía y las agencias a cargo de la ley. También fueron blancos de
sus actividades de hackeo los fabricantes de equipo militar y policial, así
como los contratistas de seguridad y vigilancia.
En marzo del 2012 un grupo de hackactivistas del colectivo LulzSec,
conocido por varios ataques de gran notoriedad a sitios del gobierno y de
corporaciones, fueron arrestados en varios países, entre ellos se encontraba
Jeremy Hammond quien fue arrestado en Chicago. Según se supo después, Hecto
Xavier Monsegur, alias “Sabu” la figuras más visible dentro del colectivo de hackers
y quien había sido arrestado por las autoridades federales en junio del 20011,
se convirtió en informante del FBI y luego valiéndose de su membresía en el
colectivo colaboró con las autoridades para tenderles una a trampa a
los demás miembros. Monsegur no gozaba de la total confianza de sus compañeros
hackers pues era visto como alguien que obraba más por goce personal y arrebatos de rebeldía que por
principios políticos. Podría decirse que las sospechas de muchos de los
activistas on-line estaban bien fundamentadas. Sabu estaba trabajando para el
FBI.
“Literlamente, desde el día que fue arrestado, el acusado ha estado
cooperando con el gobierno de manera proactiva”, dijo el Fiscal Asistente de
EEUU, James Pastore en una audiencia secreta sobre la fianza de Monsegur dos
meses después de que empezó a trabajar para el FBI. “Existen todas las razones para creer que la
continuación de la fianza del acusado, permitiéndole continuar mitigando el
daño de los ataques cibernéticos, y desarrollar evidencias contra otros
objetivos, eso permitirá mitigar el crimen cibernético y también aprehender a
algunos criminales cibernéticos muy peligrosos”. Sabu no era un simple delator
que pudo haber facilitado al FBI los nombres, emails, y detalles sobre los
activistas y hackers que conocía. El actuaba como un activo provocador quien
bajo el pretexto de pertenecer a LulzSec persuadía a otros activistas del
Internet a cometer actos criminales.
Trabajando como informante del gobierno, Sabu, hizo uso de los servidores
del FBI para coordinar proyectos de hackers que eventualmente llevarían a
prisión a activistas del Internet, incluyendo a casi todos los miembros del
colectivo Lulzsec, esto es el equivalente a cometer crímenes en la oficina del
FBI.
En diciembre de 2011, Sabu ejecutó un golpe maestro. A través de la obtención de programas
(exploits) que permitían la entrada a un servidor, él pudo acceder a la base de
datos de la tarjeta de crédito de Statfor, un contratista de seguridad y vigilancia
al servicio de las grandes corporaciones. Bajo la supervisión del FBI, Sabu
inició sesiones en un chatrrom privado dirigido por el clectivo hacker AntiSec
del que Hammond era miembro y comenzó a distribuir enlaces y contraseñas a los
servidores de Stratfor. Hammond se involucró y estuvo una semana intentando el
acceso a los sistemas de correo electrónico de Stratfor y luego cargar la
información que él y otros habían obtenido en los servidores que pertenecían y
eran administrados por el FBI.
La información resultante, dada a conocer en su mayoría por Wikileaks, era
impresionante.
Los correos electrónicos muestran que Stratfor había espiado a los
movimientos de otros países, los movimientos y organizaciones en los EEUU y a
activistas individuales. Tambien había hecho blanco de su espionaje a PETA (People
for the Ethical Treatment of Animals) y a la organización política de los
Yesmen, y a activistas implicados en la campaña contra Dow Chemical responsable
de la catastrófica fuga de gas en Bhopal, India. En cooperación con el gobierno
llevó a cabo una notable campaña de intensa vigilancia de infiltración del
movimiento Occupy. "Y", como dijo el periodista Chris Hedges en una
entrevista con el Real News Network, "también encontramos, de los
intercambios de correos electrónicos, que había un intento concertado por parte
de funcionarios de seguridad, tanto dentro del gobierno y en la agencia privada
de seguridad, para ligar, falsamente, a los grupos de disidentes no violentos
con los grupos terroristas para que se pudieran aplicar las leyes de terrorismo
contra estos grupos".
Según la
declaración de Hammond, después del ataque a Stratfor, el siguió utilizando la
información de Sabu para hackear sitios corporativos y varios sitios oficiales del
gobierno. También suministró a Sabu y a otros piratas informáticos
información similarmente usada. "No sé cómo se pudo haber utilizado otra
información que proporcioné al (Sabu)", dijo Hammond, "pero creo que hay que
investigar al gobierno por la recolección y el uso de estos datos".
Parte de la
declaración de Hammond que fue eliminada por la jueza después de objeciones de
la fiscalía, pero que está disponible en el sitio Pastebin, parece sacada de una novela de espionaje:
"Sabu también suministró listas de objetivos... A petición suya, estos
sitios fueron allanados, sus correos electrónicos y bases de datos fueron
subidos al servidor del FBI de Sabu, y la información de contraseñas y la
ubicación de puertas traseras de raíz fueron también suministradas. Estas
intrusiones tuvieron lugar en enero / febrero de 2012 y afectaron a más de 2,000
dominios, incluyendo numerosos sitios web de gobiernos extranjeros en Brasil,
Turquía, Siria, Puerto Rico, Colombia, Nigeria, Irán, Eslovenia, Grecia,
Pakistán, y otros. Algunos de los sitios web comprometidos que yo recuerde incluían
el sitio web oficial del Gobernador de Puerto Rico, la División de la Policía
Militar del Brasil, la página oficial del príncipe heredero de Kuwait, el
Departamento Tributario de Turquía, el Centro Académico para la Educación e Investigación de la
Cultura Iraní, la Embajada de Polonia en el Reino Unido, y el Ministerio de
Electricidad de Irak”.
Según lo declarado por Hammond, el FBI a través de Sabu logro obtener
información de un grupo de hackers que tenían acceso a cientos de sistemas e
instituciones del gobierno sirio, además de bancos y ISPs. “El FBI se aprovechó
de estos hackers que querían ayudar al pueblo sirio en su lucha contra el
régimen de Assad. En su lugar, sin saberlo proporcionaron al gobierno acceso a
los sistemas sirios, sin duda facilitándoles valiosa inteligencia a los
militares para ser usada en una guerra”
“Todo esto sucedió bajo el control y supervisión de FBI”, agrega Hammond.
“…Sin embargo, la magnitud de los abusos del FBI permanece oculta. Debido a que
me declare culpable, no tengo acceso a muchos de los documentos que pudieron
habérseme proporcionado antes del juicio, tal el caso de las comunicaciones de
Sabu con el FBI. Adicionalmente la mayoría de documentos que me han sido
proporcionados están bajo una ‘orden de
protección’, que protege a este material del escrutinio público…yo creo que los
documentos demostraran que las acciones del gobierno van más allá de la captura
de hackers y detener los crímenes informáticos”.
Las declaraciones de Hammond ilustran muy claramente que el gobierno en su
afán de impedir las actividades de los grupos de hackactivistas por el
potencial peligro que representan para el orden establecido al servicio de los
grande intereses corporativos, hará uso de todas las herramientas a su
disposición, incluyendo el comportamiento criminal para instigar a otros a
actuar criminalmente facilitándoles los medios
para cometer sus delitos. Hammond a través de un informante que lo
alentó y le proporcionó la información necesaria obtuvo gran cantidad de
información que luego subiría a los servidores del gobierno a los cuales se le
había otorgado acceso. En otras palabras las acciones criminales de Hammond fueron
alentadas por el gobierno incluso para para obtener data de los sitios de
gobiernos extranjeros alrededor del mundo.
Mientras que las revelaciones de Manning y Snowden han demostrado como el
gobierno ha hecho uso de la tecnología informática para espiar a todos los
países del mundo, el caso de Hammond expone como el gobierno usa a los
activistas del Internet para hacer lo mismo y luego para acallarlos y
castigarlos por haberlo hecho. Además el caso del hackactivista deja en claro
la no existencia de líneas entre las agencias de inteligencia del gobierno y
las redes de contratistas privados que contrata para que hagan parte de su
trabajo. Mientras el gobierno puede ser criticado por violar constantemente las
leyes de privacidad, los contratistas privados son inmunes ya que ellos no
operan bajo esas leyes.
El activismo de Jeremy Hammond, en las calles como frente a una
computadora, es lo que lo hace, primero que nada, un activista en todo el
sentido de la palabra. El representa el tipo de activismo de aquellos que han
usado Internet como un vehículo para subvertir el actual orden de cosas y para
servir al movimiento progresista de este país y del mundo, es la gente que cree
en la causa de la democracia y la justicia y usan todas sus habilidades
tecnológicas como una extensión lógica de esas convicciones. Pero para un
gobierno envuelto en una frenética campana represiva estos activistas
representan un gran peligro.
"Me hago responsable por mis acciones, al declararme culpable, pero ¿cuándo
se hará al gobierno responder por sus
crímenes?", dijo Hammond a la corte. "Los EEUU exageran la amenaza de los
piratas informáticos con el fin de justificar los miles millones de dólares del
complejo industrial de seguridad cibernético, pero también es responsable de la
misma conducta agresiva que persigue y afirma que trabaja para prevenir. La
hipocresía de la "ley y orden" y las injusticias provocadas por el
capitalismo no se pueden curar mediante la reforma institucional, sino a través
de la desobediencia civil y la acción directa. Sí, viole la ley, pero creo que
a veces las leyes hay que romperlas con el fin de crear espacio para el cambio".
Estas son las declaraciones de un valeroso joven que no se amilanó ante
la implacable jueza que lo condenó a la pena máxima de diez años de prisión. Las palabras de un
joven comprometido y convencido de que únicamente las luchas que conduzcan a un
cambio radical son la única solución para ponerle fin a un sistema decadente
que poco a poco se desmorona y que el gobierno haciendo uso de todos los
mecanismos represivos a su alcance se empeña en mantener a flote. Por esto, por
su activismo, por lo que es y representa, Jeremy Hammond es un gran peligro
para el gobierno, pero también es el ejemplo de lucha y de valor de alguien que
no ha rehuido su rol histórico en la gran confrontación por la democracia y la
justicia para todos.
Publicado por LaQnadlSol
CT., USA.
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