jueves, 30 de enero de 2014

EL DISCURSO DE OBAMA

El discurso del presidente de los EE.UU, Barack Obama, sobre el estado de la unión el martes fue, tal vez incluso más que sus anteriores discursos, una farsa cínica y reaccionaria. La retórica vacía fue combinada con una desconexión completa de la realidad económica y social que enfrentan a millones de personas en el país.


EL DISCURSO DE OBAMA


Como ha sido la costumbre de Obama en sus discursos anuales sobre el  estado de la nación, cada vez exhibe el mismo cinismo, patrioterismo militar, amenazas de guerra y la creencia de que los Estados Unidos sigue siendo la nación indispensable, cuyos supremos y envidiables valores democráticos son de gran beneficio para el mundo, que está destinada a continuar liderando por lo que resta del siglo actual y más allá. Pero Obama, aun con su elevada retórica y de grandes dotes de orador, como político que es, la mayoría de las veces pinta un paisaje con colores ajenos a la realidad. Este último discurso del presidente, promovido por los medios de prensa como mayormente enfocado en el problema de la enorme desigualdad económica que continua ampliando la brecha entre ricos y pobres, estuvo más bien plagado de una mezcla de falsificaciones sobre el verdadero estado de la economía, la promoción de los grandes negocios como una panacea y una mezcolanza  de pequeñas recetas para los actuales males económicos del país.

Para empezar, el discurso de Obama tuvo lugar ante los miembros del congreso, un club de millonarios que cuenta con uno de los índices de aprobación más bajos -7%- entre el público estadounidense y de otros invitados de la elite que en ningún momento representan los intereses de la clase trabajadora del país. De acuerdo a la percepción de Obama en los últimos cinco años, después de salir de la gran recesión, el país ha experimentado la más baja tasa de desempleo, el resurgimiento del mercado inmobiliario, y un sector manufacturero que por primera vez desde 1990 está creando trabajos. El no mencionó que la caída en el desempleo se debía a que millones de trabajadores habían abandonado la búsqueda de trabajos o que el pequeño incremento en trabajos manufactureros se debe a la caída de los salarios promovida por su gobierno. Además olvidó mencionar que el centro histórico de la industria manufacturera, Detroit, está hoy en bancarrota y con la ayuda de su gobierno las cortes están siendo utilizadas para forzar cortes profundos en las pensiones y en el acceso  a otros derechos sociales y culturales.

Sin embargo, elogió el trabajo de la primera mujer CEO del gigante de la industria automotriz, GM, quien tiene planes para acelerar el aumento de las ganancias a través de reducciones en los costos de producción en Europa y los EE.UU. También elogió a un proveedor de repuestos para autos en Detroit que ha trabajado muy de cerca con los sindicatos para contratar trabajadores por una fracción de su antiguo salario.

El presidente, quien ha hecho más que cualquiera de sus predecesores para canalizar dinero a Wall Street, reconoció que las ganancias de las corporaciones y los precios de las acciones rara vez han sido más altos, y que aquellos en la cima nunca han estado mejor, como si las políticas de su gobierno no tuvieran nadada que ver con eso. Sin embargo, rápidamente afirmó que, los estadounidenses “no resienten a quienes, por virtud de su esfuerzo, logran un éxito increíble”. Probablemente esta era una referencia a uno de sus banqueros preferidos, el CEO de JPMorgan, Jamie Dimon, quien, a pesar de las repetidas y documentadas actividades criminales de su empresa, no solo ha evadido la justicia, sino que hace poco recibió un incremento del 74% en su salario.

De acuerdo a algunos relatos, los redactores del discurso de Obama fueron instruidos para moderar el tono en cuanto a las referencias a la desigualdad social y en su lugar enfatizar el concepto de la “oportunidad”, el viejo mito de que con perseverancia cualquiera se puede convertir en millonario.

En su discurso Obama brevemente hizo referencia al corte de beneficios de desempleo que  1.6 millones de trabajadores experimentaron a finales del año pasado debido a las acciones de demócratas y republicanos. Al mismo tiempo hizo un llamado para “reformar el seguro de desempleo para que sea más efectivo en la economía de hoy”, lo que en definitiva significaría introducir mayores restricciones en cuanto a la elegibilidad.

Obama tampoco dijo nada sobre el recorte de ayuda en cupones de alimentos a los más necesitados por valor de 8,7000 millones de dólares recientemente acordado por demócratas y republicanos. El recorte es el segundo desde la creación del programa –el primero sucedió hace unos pocos meses.

Luego vendría la que fue promovida como la iniciativa más audaz de Obama, pensada como una concesión a los sindicatos y a los liberales y  pseudo izquierdistas que simpatizan con su gobierno; la movida de una orden ejecutiva que requiere que los contratistas federales paguen un salario mínimo de 10 dólares por hora para empleados bajo nuevos contratos o que sean renovados, este requerimiento no aplica a los contratos existentes. Esta propuesta afectará a unos 250,000 trabajadores los cuales representan una pequeña fracción de los aproximadamente 50 millones de estadounidenses clasificados como “trabajadores pobres”. Mientras los trabajadores bajo esa propuesta permanecerán en la pobreza, la misma constituye la muestra más clara de que la clase gobernante no tiene ninguna intención de hacerle frente al flagelo de la desigualdad económica, pobreza y desempleo masivo.

La realidad es que, si el salario mínimo hubiera aumentado al mismo ritmo que la remuneración de los CEOs de los Estados Unidos, el 1 por ciento, el trabajador más pobremente pagado en los EE.UU estaría ahora ganando más de $ 33 por hora. Si fuera acorde al ritmo del aumento de la productividad, sería más de $ 22 por hora.

El discurso incluyó la obligada referencia  al  “fuerte” estado de la unión, junto con la afirmación de que el 2014 puede convertirse en "un año de significativos avances para los Estados Unidos". Pero ¿a quién  cree Obama que le está tomándole el pelo? Encuesta tras encuestas muestran que alrededor de dos terceras partes de la población estadounidense que experimentan un declive en su bienestar  creen que la economía es cualquier cosa menos, que la economía esta robusta, no obstante los falsos indicadores citados por Obama. Una encuesta llevada a cabo a finales del mes pasado, encontró que más de la mitad de la población se ve obligada a reducir sus gastos, y un 36 por ciento están recortando sus gastos en alimentos y medicinas. Por otra parte, cada día son más los desamparados y el número de personas que complementan sus exiguos ingresos por medio del reciclaje de envases de vidrio y plástico o con la recolección y venta de chatarra.

En el análisis final, el quinto discurso de Obama sobre el estado de la unión ha puesto de manifiesto su presidencia como una fuerza políticamente gastada. El será recordado, primeramente, como un presidente que fue capaz de explotar las ilusiones con sus falsas promesas de cambio para llevar a cabo la mayor estafa de la historia, el rescate de Wall Street, que ha sido testigo de la transferencia de miles de millones de dólares de la riqueza social de la mayoría de la población a los bancos y los súper ricos. En segundo lugar, su legado será el montaje del Estado policial y la trituración de los derechos democráticos y constitucionales más básicos. Obama será recordado como un hombre alejado, desconectado de la dura realidad que aflige a millones de pobres y desempleados, víctimas de la desigualdad económica y social íntimamente ligadas al capitalismo que privilegia el aumento de las ganancias sobre el bienestar de la población y que él entusiastamente sigue promoviendo. Pero que se puede esperar de un hombre que disfruta de todos los privilegios de ser el presidente de la nación más poderosa del mundo, y por cuyas memorias, ya le están ofreciendo entre 17 y 20 millones de dólares. La respuesta no puede ser otra que, falsas promesas, como la pretendida reforma migratoria integral, a la que apenas le dedicó unos escasos segundos en su alocución.








Publicado por LaQnadlSol
CT., USA. 

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