Para Lenin, después del
imperialismo no puede haber más que socialismo, y todo lo que se intente por
terceras vías, cualquiera que sea el nombre que reciba y más allá de los
propósitos que guíen a los líderes, no superará el capitalismo. La revolución
bolivariana ha suscitado muchas esperanzas, pero, en aquellos que han
renunciado hace muchos años al socialismo científico y que huérfanos de teorías
y faltos de experiencias que soporten su abjuración, se aferran a cualquier
posibilidad real o no.
¿ETAPISMO O SOCIALISMO?
Numerosos países de América Latina han elegido el sendero del “progreso”
vía hacia el socialismo. Primero el desarrollo y luego el socialismo, suelen
decir sus dirigentes y quienes les siguen desde Europa.
El PCOE se ha solidarizado siempre con estos pueblos, porque cada país
puede elegir el destino que más les guste; sin embargo, cuando se habla de
desarrollo como una etapa hacia el socialismo, aún defendiendo la libertad de
elegir por los pueblos, tenemos que ser honestos y expresarnos tal como lo
sentimos y lo vemos.
Para Lenin, después del imperialismo no puede haber más que socialismo, y
todo lo que se intente por terceras vías, cualquiera que sea el nombre que
reciba y más allá de los propósitos que guíen a los líderes, no superará el
capitalismo. La revolución bolivariana ha suscitado muchas esperanzas, pero, en
aquellos que han renunciado hace muchos años al socialismo científico y que
huérfanos de teorías y faltos de experiencias que soporten su abjuración, se
aferran a cualquier posibilidad real o no. Resulta muy difícil, siquiera
suponer que después de España, Chile, demás abortos, todavía haya partidos y
dirigentes que tengan fe en llegar al socialismo por evolución desde las
entrañas del capitalismo. Pero los hay y en nuestro país tenemos el ejemplo del
PCE-IU, que aún sustentan que desde la Constitución española se puede llegar al
socialismo. Exacto, para estos, tiene más credibilidad un papel emborronado que
la lucha de clases.
Pero veamos. La primera fase contempla el desarrollo capitalista de la
nación para dar bienestar al pueblo, adquirir la tecnología necesaria para
luego, siempre un luego indeterminado, poder iniciar la etapa socialista. Para
un marxista es fácil desmontar esta teoría viciada y desahuciada por la
historia, pero no lo es para todo un pueblo que ha depositado sus ilusiones en
un líder carismático y querido.
En primer lugar, hay que contar con que las grandes burguesías nacionales e
internacionales deben estar dispuestas para sacrificarse. ¿Es pensable que la
burguesía imperialista se instale en Venezuela, Bolivia o en cualquier otro
país, para cooperar con sus gobiernos a que la liquide? ¿Es pensable que una
empresa española, pongamos el ejemplo de AYESA, con capital institucional, que
reprime los derechos sindicales de sus trabajadores, que está despidiendo
impunemente, que ha congelado los salarios desde hace años, etc., vaya a ir a América Latina para ayudar a los
gobiernos a elevar el nivel de vida de sus trabajadores sabiendo que después va
a ser sacrificada? No, puesto que de
empresas imperialistas están llenas las naciones “etapistas”: se
instalan allá porque van a explotar aún más a sus trabajadores que a lo
españoles, rusos…, porque sus salarios son más bajos. Van allá para acaparar
mercado, adquirir poder económico y también político. Van allá para pelear
contra los otros imperios y arrebatarles cotas de mercado y de poder.
Mucho de incauto debemos tener si creemos que los Estados Unidos, cuya
credencial más fiable es la de haber intervenido en 70 golpes de estado y la
mayor de las veces en América Latina, se va a quedar quieto y renunciar a su
imperio, por no sabemos qué.
En virtud del proceso gradual, ha llegado Lula a transformar a su PT en una
organización al servicio de industriales, sustituyendo las reivindicaciones de
los trabajadores por los objetivos de los capitalistas. Por el “etapismo”, o
sea, por convivir con los imperialistas, Evo Morales ha tenido que responder
contundente a las protestas de indígenas.
Los supuestos teóricos, en los que basan los países etapistas para convivir
con el capitalismo durante una primera etapa sin fecha de caducidad, son
falsos. Se trata de alcanzar la independencia antiimperialista. Pero como
sabemos la independencia de un imperio capitalista en el modo de producción
burgués, durante la fase del imperialismo, es una burda patraña, pues solo se
puede dar en el socialismo. Pero los etapistas hacen juegos malabares para
convencernos de que no es así, que basta con desligarse de EE.UU , el único
imperio según ellos, y llegar a acuerdos con los países emergentes,
especialmente Rusia y China, e incluso se admitió en tiempo que España “subimperialista”
podría entrar en este juego.
Mucho tenemos que pensar y mal, para llegar a la conclusión que Rusia,
China y España, acuden al mercado latinoamericano con fines altruistas y no
imperialistas. Pero este es el único sostén teórico que puede sustentar una tal
locura. De China ya hemos hablado en varias ocasiones y para no crear una
polémica que descentre el tenor literal y central del presente escrito, nos
referimos a Rusia. ¿Es Rusia un país capitalista o socialista? Las empresas
rusas que intentan arrebatar a los EE.UU el mercado, ¿pertenecen al estado
capitalista y a la propiedad privada, o al pueblo ruso? Por cualquier lado que
miremos y analicemos llegamos a la conclusión que América Latina, al igual que
Oriente Medio, África y Asia, están en estos momentos de grave crisis en el
centro de las disputas interimperialistas, que se va agudizando aceleradamente,
con evidente peligro para la humanidad.
El centro vital de la revolución bolivariana y del etapismo, lo conforma
actualmente Venezuela, que por cuestiones económicas, y porque a juicios de
todos, lleva su proceso en varios escalones más arriba que los demás países.
Pero Venezuela, de lleno en el etapismo, es decir, en el capitalismo todavía,
no ha logrado desterrar una corrupción propia de un país clasista, que ya se
hace eterna y que junto con la falta de seguridad social, el deficiente
abastecimiento y la presión del capital endógeno para que el gobierno devalúe
la moneda, más una oposición fuerte, asesorada y pagada por EE.UU y Europa, no
ofrece muchas garantías de consolidación y longevidad al pretendido
desarrollismo.
No hay que ser un lince para saber que si Venezuela cae, el destino de
América Latina se complicará. Lo preocupante, no es que nosotros nos demos
cuenta, sino que los EE.UU. saben muy bien que asestando el golpe mortal a
Venezuela, el viejo imperio recuperaría su tarta sin tener que repartir trozos
con nadie.
EE.UU y Europa lo han intentado ya y lo volverán a hacer mientras vean la
posibilidad de derribar el chavismo que estorba por esos lares para su
reconquista. La reconquista de América Latina sería un duro golpe para la
política de expansión de los “países” emergentes y situaría a los yanquis y a
Europa en inmejorables condiciones para continuar la lucha por el poder el
mundo.
Las tres muertes y los 23 heridos ocasionados por los opositores al régimen
venezolano, es un aviso fuerte y contundente, de que el proceso de un golpe de
estado está en marcha. La intención es producir el caos que provoque una guerra
civil y la posterior intervención del imperialismo americano, para imponer el
orden, su orden. No hay tiempo que perder en dudas, se requiere firmeza y
rotundidad e inmediatamente las transformaciones radicales que permitan al
pueblo hacerse con la situación. De lo contrario, una vez más correrá la sangre
de mártires inocentes sobre la que el imperio recuperará su paraiso.
El PCOE denuncia las tretas del imperialismo para conducir a Venezuela
hacia su muerte, y nos solidarizamos con el gobierno de Maduro en la
inteligencia de que sabrá imponer los intereses vitales de su nación frente a
falsas disquisiciones y dudas peligrosas que nos hagan recordar de nuevo a
nuestros hermanos de CHILE.
FUERA EL IMPERIALISMO DE VENEZUELA
¡VIVA LALUCHA DEL PUEBLO VENEZOLANO!
PARTIDO COMUNISTA OBRERO ESPAÑOL (PCOE)
www.pcoe.net
Publicado por LaQnadlSol
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