miércoles, 23 de abril de 2014

Condenado al fracaso EE.UU ataca a China y Rusia

Mientras que los medios occidentales higienizan la propaganda trillada sobre el papel desinteresado de Washington como gendarme global, la verdadera historia es la de un moribundo matón hegemónico estadounidense tratando de aplazar su defunción -atacando a China y Rusia, incluso si eso significa encender una guerra mundial catastrófica.


CONDENADO AL FRACASO EE.UU
ATACA A CHINA Y RUSIA


Por Finian Cunningham

El presidente de EE.UU, Barack Obama inicia su gira por el este de Asia esta semana con una amenaza de agresión militar hacia China, al mismo tiempo que el vicepresidente Joe Biden intensificaba provocaciones similares contra Rusia sobre la crisis de Ucrania.

Esto está sucediendo así porque el llamado "pivote asiático" estadounidense está íntimamente relacionado con la crisis en Ucrania y las crecientes tensiones entre Washington y Moscú. Ambos casos son el resultado de la agresión imperialista de los EE.UU cuyo objetivo es posponer el colapso de la hegemonía global estadounidense. Aunque en la forma risible en que los medios de prensa corporativa occidental revierten la realidad, la depravación de Washington se convierte en una virtud.

The Wall Street Journal nos dice: "El pivote (asiático) de los EE.UU en repetidas ocasiones ha sido puesto fuera de balance como consecuencia de que Washington ha centrado su atención en Siria, Irán, las conversaciones de paz en Oriente Medio y ahora Ucrania."

Esta es una versión en la que Estados Unidos actua como el noble "policía global". Observe la forma en que el Wall Street Journal insinúa que Washington es una fuerza benevolente en varios conflictos en el mundo, cuando en realidad es Washington quien en efecto es la fuente de conflictos en todos los escenarios citados. Este es un ejemplo clásico de los "medios de prensa" occidental -más precisamente, el "sistema de propaganda de lavado de cerebro" -en acción.

Los EE.UU está exacerbando la inseguridad en Asia, entre China y sus vecinos, Washington es el principal patrocinador de la guerra terrorista encubierta en Siria, Irán sigue siendo objeto de criminales sanciones lideradas por Estados Unidos sobre la base de afirmaciones inventadas con relación al programa nuclear iraní, el "proceso de paz" de Oriente Medio en Palestina está en un punto muerto, a causa de que los EE.UU apoya al genocida régimen de Israel, y en Ucrania, fue el ilegal golpe de Estado instigado por Washington en Kiev lo que ha empujado a ese país al borde de la guerra civil, e incluso puede provocar una guerra mundial con Rusia.

Cuando Obama aterrizó en Japón esta semana en el inicio de su gira por cuatro países asiáticos, que incluye a Corea del Sur, Filipinas y Malasia, fue significativamente revelador que a su llegada a Tokio hiciera una observación fundamental, que Estados Unidos respalda a Japón en su disputa territorial con China. Obama dijo que el apoyo militar es parte del llamado "pacto de defensa" entre los EE.UU y Japón.

El hecho de que los estadounidenses digan estar "defendiendo" a un país al que le lanzaron bombas atómicas, desafía cualquier razonamiento inteligente. Ese es el poder de lavado de cerebro.

Sin embargo, la descarada intromisión de Obama en la disputa entre China y Japón fue obviamente una provocación calculada que dará lugar a que aumenten las tensiones regionales, que a su vez le da a Washington más pretextos para mantener allí decenas de miles de sus tropas, misiles, aviones de combate y buques de guerra.

Lo que Washington le está diciendo a China es: tus reivindicaciones territoriales contra Japón son nulas y si intentas utilizar la fuerza militar en apoyo de tus reclamos, entonces los EE.UU se reservan el derecho de lanzar una guerra "defensiva".

No importa que el largo diferendo entre Tokio y Beijing sobre las islas Senkaku/ Diaoyu este muy posiblemente a favor de las alegaciones de China. Las islas están próximas a la costa sudeste de China y a cientos de kilómetros de Japón. Japón continúa con la ocupación de las islas que se deriva de su guerra de agresión imperialista contra China hace casi siete décadas. También a principios de este mes tuvo lugar la primera ampliación de las instalaciones militares japonesas en Okinawa en más de 40 años, que señala el fin de las promesas pacifistas del Japón de la posguerra.

Teniendo en cuenta la horrible destrucción que Japón causó en China y otros vecinos asiáticos durante su expansión imperialista, en la memoria viviente, tales movimientos de Tokio están destinados a causar profunda alarma. Sin embargo, Washington irrumpe con botas claveteadas para pisotear las sensibilidades de China. Lo que es más, Washington y la supina prensa occidental  de nuevo invierten la realidad acusando a China de comportarse provocativamente en la región.

El pivote asiático de Estados Unidos que Obama puso en marcha en el 2011, tiene que ver con a vivar la agresión militar con China, bajo el pretexto de ofrecer defender a los países vecinos -de la misma manera que un jefe mafioso establece un chantaje.

El verdadero propósito es obstaculizar la importancia económica estratégica de China y de impedir el cambio inexorable en la economía mundial fuera de la hegemonía de Washington. Ese cambio significa la sentencia para el arruinado dólar de EE.UU y su ahuecado sistema capitalista.

Mientras que los arrogantes medios de comunicación occidentales hacen como que Obama está de gira por Asia en "un desafortunado" momento del  "manejo de la crisis" sobre Ucrania, la realidad es que las dos cuestiones están muy profundamente conectadas.

Como lo señala el ex economista del Banco Mundial Peter Koenig, Rusia y China son los principales actores en la conformación del nuevo eje euroasiático de la economía global. Un importante presagio sobre el futuro fue dado el mes pasado, cuando en una visita de Estado a Alemania el presidente chino, Xi Jinping, dio a conocer los planes para volver a abrir la famosa Ruta de la Seda (Silk Road) -una de las rutas comerciales más antiguas y más estratégicas del mundo.

Dice Koenig: "China reabrirá la antigua Ruta de la Seda como una nueva ruta comercial uniendo Alemania, Rusia y China, lo que permiti conectar y desarrollar nuevos mercados a lo largo de la ruta, especialmente en Asia Central, donde este nuevo proyecto traerá estabilidad económica y política".

Este desarrollo también será una buena noticia para Irán, un adelanto de lo cual fue el informe del mayor acuerdo petrolero a principios de este mes entre Moscú y Teherán –para la enorme ira de Washington.

El movimiento tectónico en la economía mundial hacia un eje euroasiático ha estado en marcha desde hace varios años y está integrado con la emergencia de las llamadas naciones BRIC, que incluyen también  a la India y Brasil. Este cambio de paradigma también esta integrado con estas naciones desvinculándose  a sí mismas del uso el dólar estadounidense como moneda de reserva internacional.

Como señala Koenig, Rusia dejo caer "una bomba" este mes, cuando anunció que iba a llevar a cabo todo su comercio internacional futuro en el rublo ruso o en otras monedas nacionales. Esa decisión de Moscú -que los medios occidentales evitaron reportar -fue motivada por las provocadoras sanciones de Washington hacia Rusia sobre la crisis de Ucrania. El abandono del dólar por parte de Rusia va a acelerar la dinámica contra la moneda EE.UU

Esta es la razón por la que que China y Rusia ahora están en la mira de Washington, casi en la desesperación. Su ascenso presagia la caída del imperio en bancarrota de Estados Unidos.

Mientras que los medios occidentales higienizan la propaganda trillada sobre el papel desinteresado de Washington como gendarme global, la verdadera historia es la de un moribundo matón hegemónico estadounidense tratando de aplazar su defunción -atacando a China y Rusia, incluso si eso significa encender una guerra mundial catastrófica.


Traducido del inglés por Marvin Najarro






Publicado por LaQnadlSol
CT., USA.

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