La futura historia de
Guatemala ya está escrita. Nuestro glorioso ejército desaparecerá y las futuras
generaciones lo estudiarán como una mancha sórdida del pasado.
ÁNIMO EJERCITO – GRACIAS POR
TODO,
QUE LES ¡VAYA BIEN!
Por OJ. Russell
Sobre los años nos han convencido que nuestros militares están dotados de
sabiduría excepcional, honradez incomparable, honor ejemplar y que solo ellos
saben gobernar a Guatemala eficazmente, pero no es así.
Más bien . . . Se han dedicado a robarnos, intimidarnos, oprimirnos,
violarnos y asesinarnos, desde la primera vez que permitimos que se cuadraran
en algún potrero en el interior de la república.
Dicho de otra manera . . . Nuestros militares han sido una banda armada
deshonrosa, mantenidos en cuarteles al servicio de los dueños de la finca, cuyo
único propósito ha sido intimidar y obstruir todo avance social desde nuestra
independencia y mantener subyugado a la población Guatemalteca.
En realidad, los orígenes del ejercito de Guatemala no fueron nada nada
honrosos ya que originalmente eran bandas armadas de mozos en las fincas, cuyos
dueños se auto-nombraron de capitanes, coroneles y generales y
que sin la menor idea de como se establecía un ejercito profesional e
independiente a la política.
Muchos de los capitanes, coroneles y generales
criollos a cargo de estas bandas itinerantes de civiles armados, no
eran los cuchillos más filudos en la cocina y resultaron ser tan brutos que al
fin tuvieron que pedirle a los Chilenos que vinieran a enseñarles como pasar
lista, desfilar, alzar banderas, tocar cornetas, saludar al estilo militar y
explicarles como organizase en rangos.
El hecho que sobre los años el ejercito de Guatemala ha tenido entrenadores
de Chile, Argentina, Israel, EE.UU, Colombia etc., y a saber quien más, es una
prueba contundente que han sido totalmente inútiles e incapaces ellos mismos,
de desarrollar una institución valiosa para el país.
Al examinar la historia del glorioso Ejercito de Guatemala, incluyendo la
Marina y la Fuerza Aérea, rápidamente llegamos a la conclusión que nos han estado
chingado sobre los años, mucho más de lo que nos han ayudado.
El rango de Almirante, normalmente es reservado para marinas armadas con
escuadrones de buques de guerra capaces de infligir daño al enemigo. Nunca para
lanchas rápidas de placer, pintadas de color gris que se pierden y atascan en
los ríos y bahías poco profundas porque los pilotos nunca han aprendido a
navegar y que se marean cuando cruzan las barras.
Mucho menos comandantes de aviación de la Fuerza Aérea que no tienen ni
suficientes aviones para formar un escuadrón del mismo tipo, para por lo menos,
divertir a los niños una ves al año con un sobre vuelo, cada 15 de Septiembre.
Nuestros militares son poco más que la eterna pantomima de
una república bananera que se hunde bajo el peso de las medallas
militares clavadas a los uniformes de hombres adultos que juegan a soldados,
pilotos y marineros sin ningún beneficio para la nación.
Hasta la famosa guerra interna, no fue mucho más que una
riña entre dos bandos de oficiales del ejercito, durante la cual pocos
soldados murieron pero lograron matar a miles y miles de civiles inocentes. De
sus propias filas salieron los mismos guerrilleros que tanto odian hoy día.
Pensándolo bien . . . ¿Qué exactamente hace el glorioso Ejercito de
Guatemala para el bien del país, día a día? Y la respuesta es, absolutamente
nada.
Nuestro glorioso Ejercito Nacional no ha aportado nada al desarrollo de
Guatemala y se ha dedicado a vivir como un parásito del estado, organizando
fraudes electorales, golpes de estado, secuestros, asesinatos notorios, arraso
de tierras, operando campos de concentración, desapareciendo a civiles en fosas
o tirando a otros desde aviones y helicópteros al mar.
Además, las fuerzas armadas de Guatemala han sido un refugio y repositorio
para bobos, tontos y estúpidos, a donde se han ingresado a los jóvenes que no
lograron ni calificar para becas de la USAC (Universidad de San Carlos).
Nuestra fuerzas armadas están repletas de subtenientes, tenientes,
coroneles y generales que apenas lograron terminar sexto primaria, si eso. Sus
currículos están acolchados con numerosos cursitos de esto y el otro que tienen
poco mérito educativo, para hacerse pasar como más instruidos.
Pasar dos semanas en la Escuela de las Américas (o su nueva
encarnación), aprendiendo como torturar y garrotear a civiles inocentes, no
es reconocido en ningún lado como una educación válida, aunque los gringos le
regalen al estudiante un certificado que pueda colgar con orgullo en la pared
de su sala.
Numerosos estudios demuestran que personas que buscan carreras como
policías, guardias privados, guardias de prisiones y militares, disfrutan del
poder que estos puestos les otorgan y les permite practicar sus deseos
psicópatas reprimidos.
Con un presupuesto de Q2.7 mil millones para este año (2016),
resulta que este monto es un 50% de los Q5.5 mil millones que se le aportó al
Ministerio de Salud y casi 25% del presupuesto de Q12.8 mil millones que se le
aportó al Ministerio de Educación y estos dos últimos son los que más fondos
necesitan.
Claramente, los militares se apropiaron de su taja del pastel primero,
asegurándose de que sus propios intereses fueran prioridad ya que la mayoría de
este dinero es para el uso de sueldos de oficiales y más importante, para el
pago de pensiones a los militares retirados y jubilados.
Lo que nunca vemos, es a militares flacos por falta de comer, más bien
todos son obesos o corpulentos y tampoco los vemos haciendo fila en los
hospitales públicos ni los oímos quejándose de que tienen que comprar sus
propios insumos médicos cuando se enferman.
Tampoco hemos visto u oído de militares ofreciendo el uso de sus hospitales
e instalaciones médicas durante la crisis que abruma el sistema publico de
salud. No señor, el glorioso Ejercito de Guatemala no está para eso.
Tampoco vemos a nuestro glorioso ejercito ofreciendo transportar por
helicóptero a algún ciudadano seriamente herido a uno de sus hospitales de
lujo, para así evitar heridas adicionales al paciente, causadas por los seis
mil túmulos que la ambulancia necesita negociar en la carretera, rumbo al
hospital sin insumos. No señor, el glorioso Ejercito de Guatemala no está para
eso.
Durante la segunda guerra mundial, los militares deportaron a los Alemanes
bajo el pretexto de ser anti-nazis, pero en realidad, la mayoría del mismo
liderazgo militar eran Nazis fascistas y se apropiaron de todas sus
propiedades, fincas y negocios, al igual que hicieron sus héroes en Alemania e
Italia. En otras palabras se robaron a propósito, todo lo que envidiaban.
En 1954, los militares se vendieron por unos dólares y todos se rindieron
ante 350 traidores y mercenarios, bajo la promesa de riquezas. El
comportamiento del Glorioso Ejercito de Guatemala desde entonces, ha sido una
vergüenza nacional que hoy día tratan de ocultar bajo las mantras de Patria,
Honor y Sacrificio.
Los únicos que nos recuerdan a menudo que el ejercito de Guatemala es
amado, querido y respetado por la mayoría de la población es el mismo ejercito,
pero en realidad esto no es nada más que una amenaza sutil que nos dice; “Hagan
caso o vamos a salir de los cuarteles a cometer atrocidades contra la
población, como lo hemos hecho numerosa veces antes”.
Los que idolatran nuestro glorioso ejército, carecen de argumentos. Al
preguntarles porque esta institución se ha metido en tantos líos inimaginables,
tratan de dignificar lo que nunca ha tenido dignidad, ya que sus miembros a
menudo resultan ser parte de la delincuencia común, operadores de bandas
criminales y dirigentes de bandas de cuello blanco en Guatemala, el país que
prometieron defender.
Muy parecidos a la mafia, practican Omerta y nunca se denuncian entre
ellos. Nunca saben o dicen nada. Todo lo arreglan a puertas cerradas. Con
nuestros impuestos se mantienen atrincherados, mientras nos roban, nos
secuestran, nos intimidan y destruyen nuestra intelectualidad.
Al acusarlos de ser delincuentes, hoy día se rasgan las vestiduras,
profundamente ofendidos, aunque hasta hace poco, nos sacaban a patadas de
nuestras casas y nos desaparecían de la faz de la tierra para siempre.
Las fuerzas armadas de Guatemala nos han causado suficientes vergüenzas
históricas sin que en el 2015 se haya pretendido ascender a General la imagen
del Señor de la Merced, sin olvidar la idiotez de Rafael Cabrera quien otorgó a
la imagen del Señor de la Merced el rango militar de Coronel y a Carlos
Castillo Armas que nombró a la imagen del Señor de Esquipulas como Capitán y
Comandante de su propia banda de traidores y mercenarios, el ejército
de liberación.
La más reciente manifestación de imbecilidad por nuestro glorioso ejercito
es la Fundación
contra el Terrorismo que
se dedica a intimidar y desprestigiar a todo aquel que los persigue por
crímenes cometidos, que hasta ahora han permanecido impunes.
Desactivar y eliminar al glorioso ejercito de Guatemala no será fácil y los
que más se opondrán a este proceso serán los parientes de los militares que
mantienen sus niveles de vida y estatus, en base a las pensiones que reciben de
sus padres, hijos, abuelos, hermanos y primos que sirven o sirvieron, cortesía
de nuestros impuestos.
Retiremos a todos los militares, con un pago único y dejemos de pagarles
sus jugosos pensiones y jubilaciones. Hay decenas de países que nos regalarían
el dinero para este propósito.
De hecho, ya es hora que el glorioso ejercito de Guatemala publique el
listado completo de todos los sueldos y pensiones de todos los militares
activos, retirados y muertos, que maman año tras año de nuestros impuestos. A
esto lo llamaremos la Linea Militar.
Incluido en este listado debería estar el detallado patrimonio de cada uno
de estos parásitos, como obtuvieron sus mansiones, sus casas en los puertos y
sus enormes fincas y haciendas con los sueldos que derivaron de su servicio
militar.
Al militar que divulgue estos datos le deberíamos otorgar el Orden
del Quetzal y sería el único en la toda la historia de nuestra
gloriosa historia militar, que merecería tal honor.
Eliminemos de manera civilizada a los militares de nuestra historia, muy
diferente a la manera en que ellos le han eliminado la vida a tantos de
nuestros con-ciudadanos sobre los años.
Ánimo Ejercito – Gracias por todo, que les vaya
bien
Publicado por La Cuna del Sol
USA.
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