martes, 7 de agosto de 2012

USA: LA BRUTALIDAD…



Es un patrón de conducta criminal determinado por el Estado policial que trata con guantes de seda a los criminales de las corporaciones de la elite billonaria, intensificando, en cambio, la represión política de ciudadanos y de inmigrantes que no han cometido crimen alguno contra la seguridad pública y el orden. Millones han sido encarcelados, golpeados y deportados. Cientos de vecindarios latinos y negros han sido el blanco de incursiones, balaceras y muertes ocasionadas por la policía que opera con total impunidad. Se calcula que unos 40 millones de habitantes participando en actividades políticas legales están bajo constante vigilancia y son rutinariamente acosados por los agentes del Estado policial.







USA: LA BRUTALIDAD DEL
ESTADO POLICIAL















Por Delmar Manuel
Agosto 7, 2012

Tan solo unos días antes de perpetrarse la masacre de Denver, Colorado, cometida por el desquiciado neurocientífico (según los medios desinformativos de prensa y reportes oficiales), un hombre de San Francisco que había sido capturado y engrilletado por la policía fue fatalmente herido de dos balazos en el pecho por los mismos oficiales de policía. Dos días después del incidente en Colorado, otra persona quien según el reporte policial era un “documentado miembro de una pandilla” fue mortalmente baleado en Anaheim, California, mientras huía de la policía. En los días posteriores un joven latino fue salvajemente vapuleado, sin razón aparente alguna, por un descomunal policía en una de las estaciones del subterráneo de la ciudad de Nueva York (ver aquí) en donde los agentes policiacos acompañados muchas veces de sus pastores alemanes K-9, rutinariamente y haciendo uso del perfil racial detienen y registran a todo aquel, especialmente jóvenes, que se ajuste a dicho perfil. Lo anterior no constituye, de ninguna manera incidentes aislados de buenos policías a la caza de salvajes criminales, todo lo contrario, es un patrón de conducta; la manifestación contundente del abuso y consecuente impunidad con la que obran los agentes del “orden” del Estado policial en los Estados Unidos. Hoy en día es un gran peligro el tener que ser confrontado por la policía, sobre todo si uno pertenece a grupo minoritario alguno, pues se corre el riesgo de ser tratado salvajemente y en el peor de los casos abatido a balazos por cualquier motivo, real o imaginario, que justifique la agresión policial.

Los niveles de brutalidad policial en ciudades como los Ángeles, Chicago y Nueva York han llegado a niveles máximos siendo las victimas predilectas los miembros de las eufemísticamente llamadas comunidades minoritarias,  negras y latinas, que viven en los guetos urbanos completamente segregados de la civilización blanca de las gated comunities suburbanas. Lamentablemente estos actos de brutalidad policial pasan desapercibidos o son ignorados por grandes sectores de la población norteamericana que víctima de la desinformación propalada por los medios de prensa, brazo propagandístico del Estado policial, con su actitud justifican y en muchos casos glorifican la acciones violentas de los agentes policiacos. Pues negros y latinos de acuerdo a los prejuicios dominantes enquistados en la psique del ciudadano americano promedio y en consonancia con las campañas racistas denigrantes, unas veces sutiles otras abiertas de los medios de comunicación, no son vistos más que como delincuentes, salvajes y criminarles a quienes hay que aplicarles toda la dureza de la ley ya que representan una amenaza a la seguridad de la comunidad civilizada.

El salvajismo en el comportamiento de la policía quedo ampliamente expuesto a toda lo opinión pública en los eventos subsecuentes a la ejecución en Anaheim, del joven Manuel Díaz de 25 años de edad. Cuando el joven Díaz cayó herido de los primeros disparos, prácticamente rendido, este fue literalmente ejecutado por la policía de un disparo en la parte trasera de la cabeza. Acto seguido y según versiones de testigos presenciales, la policía procedió a esposar el cuerpo postrado del joven Díaz y enviarlo al hospital, no sin antes registrar sus bolsillos, en donde murió en un lapso de tres horas. Al enterarse los vecinos de lo sucedido salieron a  las calles del vecindario a protestar pacíficamente por la indebida conducta exhibida por la policía siendo reprimidos sin consideración alguna y de manera indiscriminada con balas de goma, gas pimienta y perros policías (ver aquí). Como se menciona arriba, estos no son incidentes aislados, como la mayoría de las veces los reportes oficiales y los medios desinformativos quieren hacerlo creer. Es un patrón de conducta criminal determinado por el Estado policial que trata con guantes de seda los crimines de las corporaciones de la elite billonaria, intensificando, en cambio, la represión política de ciudadanos y de inmigrantes que no han cometido crimen alguno contra la seguridad pública y el orden. Millones han sido encarcelados, golpeados y deportados. Cientos de vecindarios latinos y negros han sido el blanco de incursiones, balaceras y muertes ocasionadas por la policía que opera con total impunidad. Se calcula que unos 40 millones de habitantes participando en actividades políticas legales están bajo constante vigilancia y son rutinariamente acosados por los agentes del Estado policial.

¿Pero por qué la pasividad de un gran sector de la población norteamericana ante tanto abuso de poder?

Según el análisis de James Petras y Robin Eastman Abaya, aunque es muy difícil de explicar la verdadera razón de la pasividad y consentimiento de gran parte de la población a la omnipotencia del Estado policial, existen tres posibles causas. Primera, el poder y la omnipresencia del estado policial ha creado un temor profundo, especialmente entre la gente con obligaciones familiares, empleos en peligro y con moderados compromisos a las libertades democráticas. Este grupo esta consiente de casos en donde el poder policial ha afectado a otros ciudadanos… y no están dispuestos a sacrificar su seguridad y bienestar de sus familias por lo que ellos creen es una causa perdida… Segunda,… ellos tienden a apoyar el Estado policial, basados en la aceptación de la ideología antiterrorista y su virulento racismo anti musulmán y anti árabe… la crisis económica inducida por Wall Street, pérdida de empleos y el fallo de las políticas del gobierno provocaron una merma en el apoyo al Estado policial…. Sin embargo, al menos un tercio del electorado todavía apoya al Estado policial, “correcto o equivocado” en su accionar…. Ellos creen firmemente que el Estado policial les garantiza su seguridad, que los sospechosos, los detenidos y los que están siendo vigilados "deben haber hecho algo ilegal"....Los más ardientes partidarios del Estado policial se encuentran entre los furibundos grupos antiinmigrantes que apoyan las redadas arbitrarias, deportaciones masivas y la expansión de los poderes policiacos a expensas de las garantías constitucionales. Tercera, el posible motivo para el consentimiento del Estado policial es la ignorancia: esos millones de ciudadanos estadounidenses que no están conscientes del tamaño, alcance y de las actividades del Estado policial. Su comportamiento practico habla de la noción de que, “ya que no soy directamente afectado, no debe de existir”. Preocupado en los quehaceres de la vida diaria, ganarse la vida, disfrutar del tiempo de ocio, entretenimiento; deportes, familia, vecindarios y preocupado únicamente a cerca del presupuesto del hogar…. Esta masa esta tan preocupada en su “micro mundo” personal, que considera las cuestiones macroeconómicas y políticas planteadas por el Estado policial, como “distantes”, fuera de sus intereses o de su sentir: “no tengo tiempo”, “no se lo suficiente”, es todo política”…. El extendido apoliticismo del público de los Estados Unidos juega un papel lamentable en su ignorancia del monstro que ha crecido su interior.

Ideológicamente, el Estado policial fundamenta su existencia en identificar la expansión de los poderes policiales con la “seguridad nacional” de la mayoría “silenciosa”, aun si crea profunda inseguridad para una activa y fundamental minoría.

Por último es pertinente mencionar el papel fundamental que juegan los medios masivos de comunicación al presentar a los salvajes policías como héroes y sus acciones y las del Estado policial, aun en violación de los más fundamentales derechos democráticos, como normales y necesarios para mantener el orden y la seguridad ante la arremetida de extraños (aliens) criminales.










Publicado por LaQnadl Sol
CT., USA.

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