INTRODUCCIÓN
Un reciente estudio de la Universidad de
Toronto sobre cómo el poder influye en
el comportamiento de las personas determinó, en opinión de
los investigadores, que el poder solo corrompe a la gente que, de antemano, tiene
una moral laxa. Por el contrario, enfatiza los buenos valores de la gente que
previamente tiene fuertes convicciones morales. Si esta conclusión la aplicamos
al caso de los flamantes diputados guatemaltecos, especialistas en bochornosos
espectáculos en el seno del congreso, diríamos que son personas, de antemano,
con escasos valores morales, si acaso los tienen, que buscan el poder como un
medio para afianzarse y esquilmar la vaca sagrada del Estado. Las pocas
personas decentes que llegan al poder terminan invariablemente encaramándose en
el tren del espectáculo circense y de la corrupción. ¿Y el pueblo? Apenas
organizado y dividido, bien gracias, no ha pasado nada, todo sigue igual, 58
años no han hecho ninguna diferencia y probablemente no lo hagan 100 o hasta
200 años. Marvin Najarro
LOS ABOMINABLES
HOMBRES
DEL CONGRESO DE LA
REPÚBLICA
Por Luciano Castro Barillas
No se sabe se reír o llorar, pero los orates
del Congreso de la República de Guatemala hace apenas 48 horas dieron otro
espectáculo circense, pero no de la calidad del grandioso circo de Moscú, sino
de un circo arrabalero de vagos y malvivientes que encontraron en ese recinto
del Estado guatemalteco, una manera de no trabajar y ganar bien; sinecura a la
que aspiran todos los atorrantes del mundo pero que en Guatemala, un país hasta
al fondo en los índices de desarrollo material y humano, los petardos hechos
explotar en el interior del hemiciclo, los improperios más groseros dichos de
manera altisonante y sin ninguna consideración a los ciudadanos, la absoluta
falta de debate político y la insoportable presencia del partido más porquerizo
del mundo que ha registrado la historia politiquera de Guatemala -el LIDER de Manuel Baldizón- hace que toda persona con un mínimo de
discernimiento y un valor básico de decencia no pueda sino sentir la más
terrible decepción de todos esos granujas por antonomasia Padres de la Patria,
que son la peor expresión del politiquero guatemalteco engendrado por las ideas
neoliberales contemporáneas pero que tienen sus matriz histórica en la
Contrarrevolución organizada, financiada y entrenada por los Estados Unidos en
1954 que destruyó el único proceso auténticamente democrático que ha
vivido la sociedad guatemalteca como lo fue la Revolución de Octubre de 1944,
que pese a su naturaleza democrático burguesa (no fue un movimiento impulsado
por los sectores populares sino por las capas medias urbanas) tuvo una amplia
proyección nacional, popular y antiimperialista que le hizo ganarse el odio del
imperio que sigue haciendo actualmente lo mismo en otras partes del mundo, de
lo hecho a Guatemala hace 58 años. Todas las desgracias sociales, políticas y
económicas de este país se originan en la política intervencionista de esos
años, de allí que los actos violentos que sufren los ciudadanos norteamericanos
en todas partes del mundo son consecuencias (tal el caso del embajador Steven
en la ciudad de Bengasi, Libia) de su falta de respeto a las
autodeterminaciones de los pueblos. Las circunstancias en que muere el embajador
norteamericanos en el nido de espías en que se había convertido la embajada de
los Estados Unidos, emulan, curiosamente, las circunstancias de la muerte de
Moamar el Gadafi: herido, arrastrado, vejado y humillado. La venganza bíblica
de ojo por ojo y diente por diente. Hoy, a 68 años de esa gesta libertaria del
pueblo guatemalteco, Guatemala, ciertamente, es irreconocible, pues todas las
conquistas sociales de ese esfuerzo social están ya al nivel de referencia
historiográfica: pésimo sistema educativo, horrorosos indicadores sociales,
leyes diseñadas por las cúpulas gobernantes y sus incondicionales para
disminuir las conquistas de la Revolución del 1944 y no para fortalecerlas,
pero lo peor de todo, politiqueros que como hongos y levaduras se reproducen en
los estercoleros o muladares, que son los partidos políticos guatemaltecos.
Vivimos una situación histórica de infamia, de división enfermiza entre los
pobres: 48 organizaciones magisteriales y unas doscientas organizaciones
indígenas que se hacen la guerra entre ellas, poniendo en entredicho la
proclamada hermandad de sangre. La única hermandad estratégica entre los
pobres, entre los desheredados de la tierra; es de clase. Quien promueva otro
tipo de unidades -indudablemente importantes como las étnicas o gremiales- pero que excluye el profundo sentido de la
unidad con sentido proletario, poco o casi nada está haciendo como dirigente
social: es un sectario más y un contrarrevolucionario esclavo de la ideología
egoísta de sus amos.
Publicado por LaQnadlSo
CT., USA.
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