viernes, 30 de noviembre de 2012

BUENAS NOCHES AL PRESIDENTE…



Cuando México fue el anfitrión de la reunión del G-20 en junio, él estuvo del lado de Obama y de otros pesos pesados del globo apoyando las reformas de mercado y los rescates financieros del FMI como las claves para la recuperación y el desarrollo. Dado el giro en años recientes de Latinoamérica hacia la izquierda, Calderón se ha convertido en aliado cercano de Estados Unidos, Canadá, España e Inglaterra, al contrario de lo que ha hecho con sus vecinos del patio trasero.



BUENAS NOCHES AL PRESIDENTE
FELIPE CALDERON, EL GUERRERO DE LA DROGA

Por Paul Imison

Recuerdan la clásica escena en la película Scarface en donde el furioso y borracho Tony Montana les dice a los clientes de un restaurante lleno con el 1% de los ricos de Miami: “¡Digan buenas noches al chico malo! ¡Es la última vez que ustedes van a ver a un chico malo como este”!

Esas son seguramente las palabras que al presidente mexicano Felipe Calderón le gustaría gritar al despedirse, metafóricamente tambaleando, (los rumores de su alcoholismo abundan) de la presidencia el 1 de diciembre. La portada de semanario de izquierda Proceso lo dice todo: “La pesadilla se ha acabado”. En los últimos seis años, el hombre ha sido culpado por todo: Si en verdad se lo merece o no él pasará a ser considerado como uno de los peores presidentes en la historia de México.

Digámosle buenas noches al chico malo; amigo querido de dos de las administraciones de la Casa Blanca, leal defensor del FMI, extraordinario “guerrero de la droga” y, un hombre a quien miles de mexicanos han pedido que sea investigado por la Corte Criminal Internacional por crímenes de guerra.

Cualquier otra cosa que él haya logrado, la presidencia de Calderón será recordada ultimadamente por una cosa: los 90,000 asesinatos que ocurrieron bajo su mandato; la mayoría de ellos como resultado de su multibillonaria ($), completamente cargada, “Guerra contra las Drogas”, que ha visto como los militares y los grupos del crimen organizado del país armados hasta los dientes se disputan todo. Bajo esas circunstancias, la pobreza, desempleo y salarios de hambre son solo el equivalente a la era del NAFTA.

Como despedida el “sexenio de la maldición” de Calderón deja en el poder al Partido Institucional Revolucionario (PRI) al cual los votantes que abandonaron a su Partido de Acción Nacional re -eligieron el pasado mes de julio. La vieja guardia - que gobernó  México como una dictadura de facto durante 71 años – retorna el sábado en la figura del ultra telegénico Enrique Peña Nieto, en estos momentos todo un hit en You Tube  por sus metidas de pata al estilo Bush, un inglés crudo y apariciones en público con traficantes de droga. ¿La pesadilla se ha acabado? Ni soñarlo.

En el clásico estilo del PRI, Peña Nieto sobrepasó en más del 1000% el límite de gastos de campaña de $25 millones y fue fuertemente apoyado por las corporaciones que controlan los medios informativos en lo que los movimientos de protesta dieron por llamar una imposición sobre el electorado. Después del blanqueo de una investigación sobre supuesta coerción y compra de votos, el Tribunal Federal Electoral del país ratifico la elección el 6 de septiembre.

A pesar de que en enero pasado Calderón le dijera a todo el mundo que “solamente muerto él” el PRI retornaría al poder, la transición ha transcurrido con toda calma, llevando a muchos a sospechar de la existencia de un pacto entre los dos para para dejar afuera al populista (i.e. chavista) de izquierda. Calderón hasta se apartó de su partido rehusando condenar la mala jugada del PRI. Después de todo, parece que los chicos malos se llevan bien.

Hay que darle un chance a la guerra

Desde el inicio estos seis años fueron de escándalo y derramamiento de sangre. En julio 2 del 2006, Calderón derrotó al izquierdista candidato Manuel López Obrador del Partido Revolucionario Democrático (PRD) por tan solo el 0.56% del voto y enfrentó meses de protestas al estilo “Occupy” en la Ciudad de México por manifestantes que reclamaban que su victoria había sido un fraude.  Las protestas siguieron a Calderón hasta el día de su inauguración siendo introducido al congreso a media noche bajo fuerte protección armada mientras que los diputados del PAN y PRD reñían literalmente sobre el piso de la cámara.

Un mes después de llegar a la presidencia, Calderón hizo las de “George Dubya” y notoriamente vestido de militar se presentó en la base de las fuerzas armadas de Michoacán. Listo para declarar oficialmente, con el apoyo de Washington, su guerra al crimen organizado, publicitó con bombos y platillos el imparable poderío de las fuerzas armadas mexicanas; muchos de cuyos oficiales de alto rango han esencialmente administrado el negocio del narcotráfico por años.

Por cierto en México ha existido una rivalidad sangrienta entre las mafias de la droga pero solamente el 16% de sus ciudadanos creen que el país es más seguro desde que Calderón envió a las calles del país a miles de soldados. Las masacres y los encuentros armados ocurren todos los días; la extorsión, el secuestro y otros crímenes han aumentado conforme los carteles se diversifican. Calderón alardea de haber capturado o matado a 25 de los más buscados señores de la droga del país (“la estrategia del cabecilla”) pero en la víspera de su partida, el crimen organizado luce más fuerte y más profundamente enraizado que nunca.

La “guerra” no ha sido más que un intento de unificar los $40 - 60 billones del negocio mexicano de la droga bajo la sombrilla del Cartel de Sinaloa, el narcogrupo favorito de Calderón. La toma por el cartel de Sinaloa de las ciudades fronterizas como Tijuana, Ciudad Juárez y Nuevo Laredo apoyado por los militares y la policía federal simplemente ha conducido a una brutal violencia, pero lo que más choca es la impunidad. En el 2010, el Fiscal General de México admitió que únicamente el 5% de los asesinatos relacionados con las pandillas habían sido investigados mientras que apenas el 28% de los arrestos federales fueron llevados  a juicio.

Con un sistema legal débil, la estrategia ha sido pura represión. Miembros de las pandillas callejeras son carne de cañón; los ricos señores de la droga no son molestados o se les ofrece un trato de protección confortable. Usualmente cualquiera de ellos que resulte una inconveniencia termina muerto. En cuanto al rol de los militares, denuncias oficiales en contra del ejército por abusos de los derechos humanos se dan por miles.

Trapos sucios continuaran emergiendo sobre cuán profundamente la administración de Calderón fue penetrada por el cartel de Sinaloa. Contrario al mito de que los periodistas han sido silenciados por la violencia en el país, ha habido  algunos trabajos absolutamente sobresalientes que demuestran hasta donde llega la corrupción. Entre el 60 – 70% de las elecciones en México muestran evidencia de haber sido penetradas por el crimen organizado y los tres partidos mayoritarios - incluyendo la izquierda - han sido implicados en lo que el ex consejero de seguridad de la ONU, Edgardo Buscaglia, llama un “pacto de impunidad” entre la clase política del país.

Es la economía, estúpido

En cuanto a la economía, hay que ignorar la exageración de que México es el siguiente BRIC en la pared, o la ‘m’ en TIMBI - cualquiera sea la novedad más reciente entre los gurús del libre comercio. La extrema pobreza se ha incrementado aproximadamente un 20% bajo los doce años de los supuestamente inclusivos, “democráticos” gobiernos del PAN. El país es oficialmente el segundo con mayor desigualdad entre los estados miembros de la OECD, con programas sociales inefectivos y corrupción institucionalizada tan claves como NAFTA en el lento y sobrecargado crecimiento de México.

El mandato de Calderón  fue todo a cerca de “reformas estructurales - energía, trabajo y reforma fiscal – que fueron bloqueadas repetidamente por el izquierdista PRD y el falso populista PRI (su nombre, el “Partido Institucional Revolucionario”,  resume  la paradoja ideológica que representa).  El PRI sin embargo proseguirá exactamente con las mismas reformas a instancias de la elite de México; el cabecilla del partido en el congreso, Manlio Fabio Beltrones, ha dicho que tales reformas son esenciales si el país quiere emerger de la mediocridad.

Por “mediocridad”, él quiere decir que de los 115 millones de habitantes del país el 70% vive en la pobreza, 8 millones de jóvenes no tienen trabajo o no estudian y aproximadamente la mitad de la fuerza de trabajo labora duramente en la economía informal. La respuesta del gobierno es simplemente hacer todo más fácil para los inversionistas extranjeros con la esperanza que sean ellos quienes arreglen el desastre. Wal - Mart  es actualmente el mayor empleador en el país.

Uno de los muy publicitados logros de Calderón fue la expansión de programas de salud pública en las comunidades rurales más aisladas a través del Seguro Popular; es lo mínimo que el gobierno le debe a su gente. Pero sin una seria inversión en el futuro, tales programas ni siquiera empiezan por abordar la problemática detrás de la desigualdad en el país. Muy temprano en este año, por ejemplo, los indios Raramuri en el árido norteño estado de Chihuahua estaban muriendo de hambre. En tanto que países como Brazil y Venezuela han sido elogiados por la reducción de la pobreza, en México, similares programas sociales han tenido poco efecto.

El capital foráneo, por su puesto, tiene su propia agenda. Parte del pacto entre Calderón y Peña Nieto después de las elecciones de este año fue claramente el apoyo del PRI a una controversial reforma laboral con la cual han estado obsesionados los halcones del NAFTA desde la década de los 90. Designada para hacer de la fuerza laboral lo más maleable y desechable posible, la iniciativa no iba a ser aprobada sin ser previamente negociada; el presidente desestimaría la evidencia de fraude electoral y la medida sería agilizada antes que la nueva legislatura dominada por la izquierda la pudiera bloquear.

Un incuestionable y positivo aspecto de la administración de Calderón fue la aprobación de la muy necesitada reforma migratoria (¿Mr Obama, lo está leyendo?) designada para proteger a los vulnerables migrantes, mayormente de Centro América que hacen uso de México como un escalón en su viaje al norte. La reforma fue aprobada unánimemente debido a la horrenda masacres en Tamaulipas hace dos años que dejó 70 migrantes muertos. Sin embargo activistas y promotores de los derechos humanos permanecen escépticos; se estima que unos 70,000 migrantes han desaparecido en México desde el 2006. El cambio en la ley - que otorga un estatus semi legal a tales personas - es más bien un rayito de esperanza que una victoria.

Abajo el PAN

Una de las grandes interrogantes es lo que se avecina para el PAN; el naufragio humeante de un partido que fue decisivamente derrotado en las elecciones del 1 de julio, en gran medida gracias al fiasco de la “Guerra contra las Drogas”. Cuando llegó el momento de seleccionar al candidato para las elecciones de este año, el partido se distanció del escogido por Calderón, el Ministro de Finanzas, Ernesto Cordero - probablemente la apuesta más segura - y se decidió por la peso liviano Josefina Vázquez Mota cuya campana fue un estrepitoso fracaso.

El partido está ahora dividido entre los calderonistas y el actual jefe del partido Gustavo Madero que sabe que el partido necesita una cirugía facial antes de que pueda nuevamente competir con el PRI. El PAN, fundado en 1939  por católicos de la derecha es hoy en día un partido conservador representante de los grandes negocios que está en riesgo de hundirse en la irrelevancia y ver como el centro izquierda PRD se transforma en el mayor partido de oposición del país. A partir del 1 de diciembre el PRD y sus aliados serán al segunda mayor fuerza en el congreso además de contar con una buena presencia en el senado.

El PRD tiene todo para ganar. Inmensamente popular en la Ciudad de México, la que ha gobernado desde 1997, en los próximos seis años el partido rehuirá la retórica antiimperialista de Andrés Manuel López Obrador (AMLO) y a través de la candidatura del saliente alcalde de la Ciudad de México, Marcelo Ebrard, se reposicionará como una alternativa centrista “segura”. Dependiendo de lo que haga Ebrard en atraer los votos de la clase media, el PRD podría desplazar al PAN por siempre.

Las cosas, sin embargo, nunca son tan simples en la izquierda mexicana. En septiembre 9, AMLO, el dos veces candidato presidencial anunció que finalmente y después de 23 años cortaba sus lazos con el PRD para convertir a su base activista del Movimiento Nacional de Regeneración (MORENA) en un partido político. Esto ciertamente dividirá el voto de la izquierda y probablemente resulte en otra victoria para el PRI en el 2018.

¡Harvard le espera!

Mientras que en México divide a la opinión como ningún otro, Felipe Calderón ha sido ampliamente  elogiado a nivel internacional; por ser exactamente la clase de líder que los peces gordos de Washington y Bruselas quieren ver dirigiendo el show en el sur. Cuando México fue el anfitrión de la reunión del G-20 en junio, él estuvo del lado de Obama y de otros pesos pesados del globo apoyando las reformas de mercado y los rescates financieros del FMI como las claves para la recuperación y el desarrollo. Dado el giro en años recientes de Latinoamérica hacia la izquierda, Calderón se ha hecho aliado cercano de Estados Unidos, Canadá, España e Inglaterra, al contrario de lo que hace con sus vecinos del patio trasero.

Sus relaciones con ambas administraciones, las de George W. Bush y Barack Obama, han sido ejemplares (en un sentido neocolonial), aun si como cualquier presidente mexicano ocasionalmente tenga que regañar al Big Gringo por su desmedido apetito por las drogas, leyes anti armas  terriblemente flojas y el degradante trato de los inmigrantes. Mientras que el voto latino fue crucial en las recientes elecciones de EEUU, México fue notable por su ausencia en los debates.

No debería sorprender entonces que en breve Calderón mueva a su familia a los Estados Unidos. Con una petición de grupos de ciudadanos a  la Corte Criminal Internacional acusándolo de crímenes contra la humanidad por la muerte de más de 70,000 en la “Guerra contra la Drogas”, se habrá sentido animado por las noticias de que Washington le ha otorgado inmunidad al ex presidente (y profesor de Yale) Ernesto Zedillo quien está siendo demandado en un caso civil por su papel en 1977 en la masacre de Acteal.

Calderón había sido ligado a un puesto de enseñanza en Austin hasta que un numeroso grupo de estudiantes hispanos de la UT protestaron con vehemencia  la idea de que él formara parte de su facultad. Harvard luce ahora como un lugar más seguro, donde sin dudadas predicará las virtudes del libre comercio y de la “seguridad democrática” al estilo colombiano. Como la mayoría de ex “guerreros de la droga” de América Latina, seguramente y en cierto momento él saldrá en favor de la legalización - seis años ya muy tarde.

En cuanto a México, aquellos votantes  que se alejaron del calderonismo este julio pasado con la esperanza de que el PRI restaurará la muy necesitada seguridad pública y el crecimiento económico, con seguridad serán desilusionados. El PRI, antes muy nacionalista, es ahora simplemente otro partido neoliberal y hasta aquí es poco lo que ha ofrecido en cuanto a un  cambio en la lucha contra el crimen organizado. Protestas de estudiantes, sindicatos y otros movimientos sociales están planeados para la inauguración de Peña Nieto el sábado en el momento que otro “chico malo” toma las riendas del poder.


Traducción: Delmar Manuel

  
Paul Imison reside en México.










Publicado por LaQnadlSol
CT., USA.

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