¿Cómo se le puede otorgar
amnistía a un genocida al que un tribunal ha declarado culpable? Esas
deslealtades a la: justicia, identidad, conciencia y memoria histórica solo
suceden en Guatemala. Solo en Guatemala los magistrados de una Corte de
Constitucionalidad deshonran la oportunidad de haber accedido a la educación
superior, enlutándola con el proceder de vil ladrones, perpetradores,
traicionadores de cuello y camisa blanca. ¡Qué más se puede esperar de esta
gente!
GUATEMALA: AMNISTÍA
A UN GENOCIDA
Por Ilka Oliva
El 22 de octubre de 1930 nace en Argentina Estela Barnes de Carlotto,
activista por los derechos humanos y de la Asociación Abuelas de la Plaza de
Mayo.
El 22 de octubre de 2004 se fijó en Argentina a través de la resolución del
Congreso Nacional como el Día Nacional del Derecho a la Identidad. Fue
instituido en homenaje a Las Abuelas de la Plaza de Mayo y su lucha por
recuperar nietos desaparecidos –apropiados- durante la última dictadura
cívico-militar. Un ejemplo de querer hacer las cosas bien, de promover cambios,
de mantener vigente, fresca, lozana la memoria histórica es este día.
Argentina tanto como Guatemala son parte de aquel sueño llamado Patria
Grande, mientras hace algunas horas se conmemoraba el día de Derecho a la
Identidad en Argentina, las y los guatemaltecos amanecemos con la estocada
final, con la puñalada por la espalda, con la daga clavada en el centro del
corazón: la Corte de Constitucionalidad ha otorgado amnistía al genocida Efraín
Ríos Montt.
Me pregunto, ¿sabremos algo de identidad en Guatemala? Aunque ese alud ya
se veía venir con impulso de torrente de invierno en agosto: no nos ahogó, no
nos soterró.
Hay pesar, tristeza, enojo, cólera porque se ha deshonrado, desacreditado y
pretendido eliminar el testimonio de cada mujer, de cada hombre que se atrevió
a hablar y a narrar lo sucedido y vivido en carne propia en años en que el
ejército de Guatemala –el insigne- se apropió de territorios, masacró
comunidades enteras, desapareció y asesinó criaturas, ultrajó mujeres y junto a
los hombres masacrados de la comunidad las lanzó a fosas clandestinas. Bajo la
tutela de un gobierno estadounidense y la guía y consentimiento del famoso –por
tanto hedor a estiércol que emana- CACIF.
¿Cómo se le puede otorgar amnistía a un genocida al que un tribunal ha
declarado culpable? Esas deslealtades a la: justicia, identidad, conciencia y
memoria histórica solo suceden en Guatemala. Solo en Guatemala los magistrados
de una Corte de Constitucionalidad deshonran la oportunidad de haber accedido a
la educación superior, enlutándola con el proceder de vil ladrones,
perpetradores, traicionadores de cuello y camisa blanca. ¡Qué más se puede
esperar de esta gente!
El problema real no es que un genocida esté suelto, porque de hecho hay
muchos dentro y fuera del país. Docenas de ultrajadores, asesinos,
secuestradores que con uniforme puesto o de civil obedeciendo órdenes de
hacendados, gobernantes, coroneles, empresarios, desmembraron las comunidades
enteras en Guatemala.
Ríos Montt es el rostro de todos y de cada uno de ellos. Para no buscarle
tres pies al gato y para no ver la harina de otro costal, a todas luces todos
los días vemos nuestra vergüenza nacional ejerciendo como presidente de
Guatemala – y no digamos la vicepresidenta que para cuando salgan sus trapitos
al sol ya estará jampona en otro país o ya con la amnistía firmada que cargará
como documento de identidad- . Ese imbécil que sale diciendo en televisión que
Guatemala sufre por el resultado de un partido de fútbol, el mismo truhán que
se a atrevido a vender la tierra a compañías internacionales, el mismo que
manda a asesinar campesinos que defienden los derechos humanos, la libre
expresión y el derecho a la tierra. El mismo soquete que cuando termine su temporada
en la poltrona saldrá más millonario que el mismo ladronzuelo Carlos Slim, – y
su secuas Carlos Salinas de Gortari- como Vinicio Cerezo, -y su empresa de
telefonía-, como Serrano Elías – y sus haciendas y caballos importados- como el
mismo Pollo Ronco cuando termine de penar los años en el pavonón gringo, que
los mismos militares a los que la jueza de la vergüenza Carol Patricia Flores
absolvió de un robo millonario. ¿Quién dijo que todas las mujeres son dignas?
La misma mustia que dejó ir a su casa en júbilo y bacanal al ultrajador de
menores de edad que articulaba una banda de trata de mujeres y las explotaba
sexualmente.
¿Justicia en tribunales? Paradójicamente sí la hay y son mujeres las que
han orquestado la manifestación y la Sentencia de La Dignidad.
El general –en su nica- Efraín Ríos Montt es culpable de genocidio, ha sido
ya dictada la sentencia por la jueza Jazmín Barrios, la verdad está dicha y es
verdad absoluta. En este caso no depende del color del cristal con que se mire,
eso solo lo hacen los medios de comunicación aleados a los dueños de la
fincona, éstos que se encargan de tergiversar, desinformar, manipular y dirigir
la marioneta de un pueblo que no lee, que no investiga, que no busca, que no
pregunta, que no actúa, que se deja llevar por la música tocada al mejor ritmo
de chinique en Casa Presidencial. El pueblo que quiere no ser guatemalteco sino
gringo, europeo. El pueblo que no sabe que es guatemalteco porque nunca lo ha
sentido en el corazón, en la sangre, en la memoria, en la identidad.
¿Magistrado? ¿Qué significará esa palabra? ¿Qué concepto? Si en Guatemala
los magistrados de toga y saco fino son los más arrastrados del sistema de
justicia, los que ponen el trasero para que les den con un puro encendido, ésos
que salen en portadas de revistas y en páginas de sociales en los periódicos,
los mismos que chupan y lamen a cambio de una marmaja, una mordida, una
ofrenda, un puesto de trabajo, un viaje vacacional, una niña virgen, y la casa
en colonia residencial. El carro blindado, el mejor licor, la placa postiza, la
viagra al por mayor. La mejor foto y el mejor hotel.
¿Magistrados? Los ladrones entrenados, ilustrados, disfrazados de
educación. Los de la sonrisa fingida, la mirada lasciva, lo sentados en el
mejor balcón. ¿Magistrados? Son los que hacen los mandados ordenados por el
mejor postor.
En Guatemala tuvimos un Temporal de Justicia y tuvo rostro, esencia y aroma
de mujeres: letradas, campesinas, aldeanas. Fortalecidas, redimidas, valientes
que conformaron un jardín en flor, de las que nunca se marchitan porque la
semilla es fértil en plan y ladera. ¿Amnistía? Que el mundo sepa que Ríos Montt
es genocida sentenciado a cárcel y que atrás de él vienen ya apartando espacio
en la mazmorra quienes hoy sonríen satisfechos por más chinchiletes, capicúas,
carambolas, por más pagos debajo de la mesa y a puerta cerrada no podrán jamás
borrar ante el mundo entero que en Guatemala Sí Hubo Genocidio.
Y a nosotros: pueblo sumiso, adormilado, acomplejado, sosegado,
atolondrado, apendejado, manipulado, a nosotros también ya nos están haciendo
disfrutar de los avatares del puro encendido porque no somos hoy capaces de
convertir la horchata en sangre: hirviente, denunciante. El cerebro pensante,
actuante. Digno, honesto, leal. si seguimos dejando que nos den agua de
calcetín a cambio de atol blanco, si aceptamos la propaganda política impuesta
en un chaleco color naranja de Rabinal, si la musiquita de la telenovela y el
anuncio televisivo, si la canción en la radio jocosamente adiestradora, si los
conciertos estratégicos.
Porque no somos capaces de defender la justicia y zozobramos en los amores
contrariados de la impunidad, no tenemos ningún derecho a quejarnos de
absolutamente nada, abramos las piernas y busquemos la mejor postura para que
no nos quemen las cenizas los muslos flácidos de piel enjuta con poros de
silencio y traición.
Nota: que no le ofendan mis palabras si no le gusta el puro, a ellas
tampoco les gustaban las estacas.
Publicado por LaQnadlSol
CT., USA.
Y lo más complicado de todo es que no es solo cosa de los magistrados sino de nosotros como pueblo que en este momento estamos celebrando los goles de los equipos del fútbol extranjero en lugar de meter las narices en donde corresponde.
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