El régimen de espionaje de
Washington sobre América Latina es la
extensión de lo que ha hecho desde que el presidente Monroe decidió que el Sur
era una esfera de intereses americanos exclusivos a los de Europa. Los europeos
podrían haber sido unos saqueadores, deseosos de ejercer influencia en las
Américas (sus grandes obsequios la viruela, los conquistadores y la envidia), y
el estado norteamericano en ciernes deseaba tener la exclusividad en morder la
cereza. El patio era grande, pero demasiado pequeño para otras potencias.
EL MANDATO DE LA NSA
EN AMÉRICA LATINA
Por Binoy Kampmark
Espiando a México
Espiar a México ha sido un hobby de los EEUU por años. Apropiadamente, fue
Edward Snowden quien reveló lo que todos hemos sospechado: las autoridades
mexicanas y sus ciudadanos son un blanco legítimo y sus autoridades de vital
importancia para los intereses de Washington. El semanario alemán Der Spiegel informó
el domingo que el correo electrónico del ex presidente de México, Felipe Calderón
había sido hackeado vía dominio Presidencia de México. Justamente cuando la
tormenta se estaba gestando, Le Monde informó que la Agencia de Seguridad
Nacional había monitoreado en secreto 70.3 millones de comunicaciones
telefónicas en Francia durante de 30 días, a partir del 10 de diciembre del año
pasado al 08 de enero de este año (AFP, 22 de octubre).
¿Qué es lo que esto sugiere? Más de lo mismo, a pesar de la declaración
oficial de la cancillería mexicana de, que era "inaceptable e ilegítimo y
en contra de las leyes mexicanas e internacionales. “El mes pasado, la red
Globo TV de Brasil reveló que la NSA había estado observando los mensajes del
correo electrónico del actual presidente mexicano Enrique Peña Nieto, antes de
suceder a Calderón en diciembre de 2012. En Nieto no se podía confiar, dada su
plataforma electoral de disminuir el rol
de los militares en la guerra contra los carteles de la droga, mientras le decía
a la administración Obama que ningún cambio en la política se llevaría a cabo.
El Estado mexicano siempre ha sido considerado como un hijo bastardo de la
lucha colonial -en primer lugar, de la ambición española, luego después, del
ojo del águila de los Estados Unidos. Estos hijos son indisciplinados. Y, en
palabras de otro presidente mexicano Porfirio Díaz, “ellos están tan lejos de
Dios y tan cerca de los Estados Unidos”. Washington confía en el hecho de que
México, mientras que inquieta un poco, va a continuar en su negocio del
comercio y en mantener la seguridad transfronteriza. 0chenta por ciento de sus
exportaciones van a los EEUU.
Tal sobrecarga por parte de Washington es de esperar. El presidente Woodrow
Wilson puede haber abrazado la diplomacia abierta, pero era vulnerable a la
moralina, sobre todo en asuntos relacionados con América Latina. Estaba
preocupado con la inestabilidad cerca de casa, una sensación de que los
salvajes oscuros hacia el sur estaban destinados a portarse mal en sus
experimentos con el gobierno. Esto fue particularmente cierto con el general
Victoriano Huerta, que había derrocado al presidente Francisco Madero dos
semanas antes de que Wilson asumiera el cargo.
Aún más interesante es una nota de la Agencia Central de Inteligencia
publicada en su página web titulada, "Inteligencia a lo largo de la
historia: Woodrow Wilson y la Revolución Mexicana". En ella se alaba el "método
analítico" de Wilson en la recolección de fuentes del vecino de EEUU.
También se destacan las fotografías e "intervención de las líneas
telefónicas", incluidos los teléfonos de Alemania y Austria. La inteligencia
de señales (SIGINT, por sus siglas en inglés) "resultó ser especialmente
útil en la primavera de 1915 para prevenir el regreso de Huerta a México de su
exilio en España, a donde huyó en julio de 1914."
Este interés apremiante, incluso obsesión, en la estabilización del sur se
prolongó hasta la década de 1940, lo que sugiere que las autoridades
estadounidenses han tendido a considerar a la soberanía mexicana más como la
nota al pie, que el cuerpo. En vez de tenerles confianza, ellos deben ser
observados. El futuro ganador del Premio Nobel de la Paz, Norman E. Borlaugh
fue enviado como parte de una misión política agraria a instancias de la
Fundación Rockefeller. El objetivo era modernizar el supuestamente arcaico sistema
agrario mexicano. México se convirtió en un conejillo de indias en la experimentación
con la tecnología de semillas, la agricultura intensiva, el uso de pesticidas e
insecticidas. El objetivo: calmar al campesinado a la espera de que el cortejo
de la ideología del comunismo no prosperara. El resultado no fue la tan cacareada
Revolución Verde, algo por lo que Borlaugh se ha convertido en un santo
secular, pero que sin embargo, ha costado en varias formas, los medios de
subsistencia y vidas.
La escala moderna del interés en México varía en función de las
prioridades. Los servicios de inteligencia de Estados Unidos, de acuerdo con
las revelaciones de Snowden, tienden a alinear sus objetivos estratégicos en
una escala de 1 a 5, donde 1 es de alta prioridad, y 5 el de menor importancia.
En cuanto a México, el narcotráfico gana la medalla de oro, el liderazgo del
país recibe una calificación aprobatoria de importancia de 3. En términos
operativos, la explotación de la "clave de servidor de correo en el
dominio Presidencia de México, dentro de la red presidencial mexicana" y a
través de la operación "Flatliquid" ha demostrado ser una
"fuente lucrativa". El documento de la NSA apenas oculta la emoción
de sus autores, ya que el dominio de correo electrónico también les brindó el
acceso a "las comunicaciones diplomáticas, económicas y del liderazgo que
siguen proporcionado información sobre el sistema político y la estabilidad
interna de México".
La estabilidad ha sido la consigna. En agosto de 2009, siempre según Der Spiegel,
una operación llamada "Whitetamale " fue empleada por la NSA para
hackear los correos electrónicos de los funcionarios de alto rango en la
Secretaría de Seguridad Pública de México. De esta amanera se logró el acceso a
"los puntos de discusión diplomáticas" y el conocimiento de los
diversos cárteles de la droga. Las motivaciones aquí eran tanto
económicas, como políticas.
El régimen de espionaje de Washington
sobre América Latina es la extensión de lo que ha hecho desde que el
presidente Monroe decidió que el Sur era una esfera de intereses americanos
exclusivos a los de Europa. Los europeos podrían haber sido unos saqueadores,
deseosos de ejercer influencia en las Américas (sus grandes obsequios la viruela,
los conquistadores y la envidia), y el estado norteamericano en ciernes deseaba
tener la exclusividad en morder la cereza. El patio era grande, pero demasiado
pequeño para otras potencias.
La NSA no es más
que la extensión de ese proyecto. Sus maestros han dejado en claro quiénes son
los enemigos: Todo el mundo, por todo el tiempo.
Traducido del inglés por Marvin Najarro
Dr. Binoy Kampmark fue investigador de la Commonwealth en el Selwyn
College, Cambridge. Es profesor en la Universidad RMIT, Melbourne y participó con
Julian Assange como candidato por el Partido WikiLeaks al Senado de Victoria.
Email: bkampmark@gmail.com
Publicado por LaQnadlSol
CT., USA.
CT., USA.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario