sábado, 21 de diciembre de 2013

EEUU FUENTE DE GUERRA Y POBREZA

El capitalismo dominado por los Estados Unidos es una fuente mundial de pobreza y guerra. Es mucho menos el sueño americano y mucho más la pesadilla  de la humanidad.


ESTADOS UNIDOS FUENTE
GLOBAL DE GUERRA Y POBREZA


Por Finiam Cunningham

El último acuerdo bilateral entre republicanos y demócratas sobre el presupuesto federal de los EEUU es un recordatorio impactante de las monstruosas prioridades  de la clase dominante estadounidense.

La pobreza, el hambre, la enfermedad y la falta de vivienda azotan a millones de estadounidenses comunes y corrientes, mientras que el militarismo desenfrenado EEUU acecha al mundo como un Leviatán demente, proyectando una sombra de guerra y  destrucción en cada esquina.

El capitalismo dominado por los Estados Unidos es una fuente mundial de pobreza y guerra. Es mucho menos el sueño americano y mucho más la pesadilla  de la humanidad.

La divulgación esta semana de que Rusia está por desplegar misiles balísticos Iskander en la región báltica, y el doble pensar, las acusaciones invertidas derivadas de Washington que Moscú está desestabilizando la seguridad global, es parte de esta monstruosa disfunción global inducida por los EEUU -más sobre esto más adelante.

Los republicanos y demócratas estadounidenses -dos caras de la misma moneda oligárquica- se felicitaron por el reciente paquete del presupuesto federal, que asciende a cerca de $1 billón en el gasto del gobierno de EE.UU. para cada uno de los próximos dos años.

Pero de ese billón de dólares anuales, el dinero asignado para los gastos militares equivale a unos 633 mil millones dólares. Es decir, casi dos tercios -más del 63 por ciento- del presupuesto total del gobierno de EEUU es consumido por los medios de la guerra y la muerte.

Para darle  a esto un poco de perspectiva, los EEUU gastan diez veces más en armas y en los medios para destruir y matar a otros seres humanos que lo que invierte en la educación de toda su población.

¿Qué tipo de economía, o mejor dicho, de sociedad, es esa? Un cínico podría decir que es justo lo que quiere la clase dominante estadounidense. Mantener a la mayoría sin educación y mal informada, mientras que los oligarcas de la industria militar y sus secuaces políticos siguen devorando la riqueza de la nación.

Esta máquina de guerra de los EEUU implica el mantenimiento de más de 1.000 bases militares alrededor del mundo, el patrullaje de los mares chinos con submarinos nucleares y portaaviones, la expansión de los sistemas de misiles a través de las estepas euroasiáticas para cercar a Rusia, y los aviones no tripulados que terminan matando a más civiles que "terroristas" en países desérticos y remotos.

Mientras tanto, el presupuesto "acordado", firmado por los republicanos y los demócratas está buscando realizar recortes masivos en la seguridad social y los servicios públicos  en los EEUU. Unos $ 100 mil millones en recortes del gasto público están considerados en cada año durante la próxima década. El presidente del Comité de Servicios Armados de la cámara baja, Buck McKeon elogió la parte del león que el Pentágono obtendrá del presupuesto, como "buen negocio para los contribuyentes".

Como resultado de este distorsionado "buen negocio", durante el año siguiente millones de estadounidenses desempleados verán  el subsidio para familias de escasos recursos llegar  a su fin,  debido a que el nuevo presupuesto federal ordena $25 mil millones en recortes. Millones de estadounidenses más pasarán hambre  al ser recortados $4 mil millones en cupones de alimentos. Millones de estadounidenses sucumbirán a la enfermedad  ya que se eliminaran $30 mil millones de los programas federales de atención médica.

Ahora mismo, las cifras oficiales muestran que hay cerca de 47 millones de estadounidenses que sufren de pobreza extrema en los EEUU. Según algunas estimaciones, la pobreza total en EEUU asciende a 150 millones -casi la mitad de la población- amplificada por seis años de depresión económica desde la crisis financiera global del 2008, inducida por los bancos de Estados Unidos. Estos mismos bancos de Wall Street, que son una parte integral del cáncer militar-industrial, reciben $85 mil millones al mes en forma de rescate en efectivo pagado con el dinero de los contribuyentes de los EEUU.

Por supuesto, este desequilibrio absurdo del gasto militar de EEUU como porción de la riqueza de la nación no es nada nuevo. El ex presidente de EEUU Dwight Eisenhower advirtió sobre la reproducción del complejo militar-industrial hace casi medio siglo.

Pero lo que resulta revelador acerca de la situación actual, independientemente de consideraciones racionales o morales, es que el gasto militar de EEUU sigue creciendo. Se estima que entre 1962 y la actualidad, el llamado presupuesto anual de defensa estadounidense se ha más que duplicado.

William D. Hartung  del Centro para la Política Internacional  con sede en los EEUU, reconoce que los militares estadounidenses ahora consumen 100 mil millones dólares más por año, que el promedio durante los años de la Guerra Fría, cuando los EEUU y la Unión Soviética estaban enfrascados en una gigantesca carrera armamentista.

Hay que tener en cuenta que esta cifra adicional de $100, 000, 000,000 arrogada por el Pentágono y su nexo corporativo es equivalente a todos los recortes que se buscan en la seguridad de desempleo, servicios de salud y en los servicios públicos de los EEUU.

La Guerra Fría terminó -o se suponía haber terminado- hace más de dos décadas. La posterior, llamada Guerra contra el Terrorismo, incluso si se toma ingenuamente al pie de la letra, es una contingencia del tamaño de una pulga en comparación con la Guerra Fría.

Sin embargo, hoy la economía estadounidense está más subsumida que nunca, en el crecimiento y la perpetuación de los medios de guerra. Y esto sucede, mientras las necesidades humanas y sociales de los estadounidenses comunes y corrientes, ahora más que nunca, están pidiendo a gritos un alivio. Esa  flagrante contradicción es un síntoma de lo podrido del corazón del capitalismo estadounidense.

Lo que esta espantosa y mal asignación de los recursos nacionales demuestra es, que la guerra y la pobreza son endémicas al capitalismo estadounidense. El sistema se sostiene -pero no es sostenible- gracias solamente a la subvención masiva e incesante, con el dinero de los contribuyentes, del militarismo obsceno.
Esa prioridad perversa no está sólo en la raíz del colapso social estadounidense. También impulsa al resto del mundo, en una dinámica similar, destructiva y peligrosa,  hacia el militarismo nihilista.

Los EEUU gastan más en sus fuerzas armadas que todas las demás naciones combinadas, incluyendo Rusia y China. Sin embargo, el falseado "excepcionalismo estadounidense"  etiqueta todos los demás como una amenaza para la paz mundial.

Mientras los EEUU amplían su militarismo a nivel mundial y en particular hacia Rusia y China, asimismo obliga a estos países a destinar cada vez más de sus presupuestos en armamento y desarrollo de armas, en lugar de la mejora de los beneficios sociales. Esta repercusión negativa para el retardado desarrollo internacional no puede ser exagerada. Como ya se ha señalado, el "sueño" americano es en realidad la pesadilla de la humanidad.

Se ha estimado que China ha duplicado su gasto militar anual de alrededor $200 mil millones durante la última década, en gran parte impulsada por el militarista "Asian Pivot" de Washington; Japón está aumentando su gasto militar en un cinco por ciento como resultado de las reivindicaciones territoriales de China, que a su vez se originan del pivote de Washington en el patio trasero de China, mientras que Rusia tiene la intención de inyectar unos $700 mil millones en su industria de armas en la próxima década.

Y claro, el complejo militar-industrial de EEUU debe estar frotándose las ensangrentadas manos con cínico regocijo sobre ese anuncio.

Putin se refería al sistema de misiles que los EEUU tiene previsto instalar en Europa del Este a lo largo de las fronteras de Rusia, así como la actualización de armas nucleares tácticas de Estados Unidos ordenada por el presidente Nobel de la Paz, Barack Obama, a pesar de haber firmado del nuevo tratado START de reducción nuclear en el 2010.

Uno puede entender por qué los rusos y los chinos están perplejos. La Guerra Fría terminó hace mucho, ninguno de estos países representa una amenaza para los EEUU, sin embargo, los EEUU insiste  incorregiblemente en una intrusión ofensiva. Ese instinto como el de un escorpión se deriva de la naturaleza destructiva inherente del capitalismo de EEUU y su oligarquía, que se alimenta de la pobreza, el militarismo y el imperialismo depredador. Está programado en el ADN del sistema.

El conductor del militarismo de Rusia y China –como indican las declaraciones de Putin- es el desequilibrio de poder y la inseguridad que la economía estadounidense, grotescamente militarizada, engendra. La economía capitalista estadounidense es grotescamente militarizada porque esa es la única manera de apuntalar un sistema que inexorablemente hace a los ricos infinitamente más ricos y a los pobres infinitamente más pobres.

De este modo el craso desperdicio de riqueza del capitalismo de EEUU esta no sólo en la raíz del empobrecimiento de millones de estadounidenses, y en la destrucción de la sociedad estadounidense en general; la misma prioridad obscena del militarismo estadounidense está alimentando la inseguridad global, el enorme despilfarro económico y en última instancia esta conduciendo al mundo continuamente hacia la guerra.

La única manera de romper esta espiral de muerte está en el pueblo estadounidense, que se den cuenta de una vez y por todas que su sistema en bancarrota económica, conocido como capitalismo, y sus secuaces políticos de los dos partidos que lo apuntalan en nombre de sus amos corporativos -todo eso necesita ser destrozado y reemplazado  por una democracia real. El capitalismo de EEUU no es sólo el flagelo del mundo, sino que también es el flagelo de los estadounidenses.

Vamos a imaginarnos un mundo donde la relación 10:1 entre el presupuesto militar y el de educación estadounidense fuera revertido, un mundo en donde el capital y la experiencia tecnológica del Pentágono, de las corporaciones y bancos  fuera puesto bajo control democrático para crear bienes socialmente útiles. Sin duda otro mundo sería posible. Todo lo que hace falta, hasta ahora, es la voluntad política de la mayoría para producir el cambio necesario. Si este mundo va a sobrevivir, esa voluntad política tendrá que surgir por la fuerza de la necesidad.



Traducido del inglés por Marvin Najarro



Finian Cunningham (nacido en 1963) ha escrito extensamente sobre asuntos internacionales, sus  artículos son publicados en varios idiomas. Cuenta con una Maestría en Química Agrícola y trabajó como editor científico de la Sociedad Real de Química, Cambridge, Inglaterra, antes de seguir una carrera en el periodismo. Él es también un músico y compositor. Durante casi 20 años, trabajó como editor y escritor en las principales organizaciones de medios de comunicación, incluyendo The Mirror, Irish Times y The Independent. Originario de Belfast, Irlanda, ahora se encuentra en el este de África como periodista independiente, donde está escribiendo un libro sobre Bahrein y la Primavera Árabe, basado en la experiencia de testigo presencial trabajando en el Golfo Pérsico como editor de una revista de negocios y posteriormente como un corresponsal de noticias independiente. El autor fue deportado de Bahrein en junio de 2011 a causa de su periodismo crítico en el que destacó las violaciones sistemáticas de los derechos humanos por parte de las fuerzas del régimen. Actualmente es columnista de política internacional para Press TV y Strategic Culture Foundation.









Publicado por LaQnadlSol
CT., USA. 

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