El show farandulero es otra
de las estrategias para respaldar el terrorismo mediático y narco paraco que en
esta mala hora quiere destrozar a Venezuela. Pero, por ahora y para siempre la
voz diáfana del pueblo apagará cualquier mala nota.
NARCO-FARANDULA
INTERNACIONAL
ARREMETE CONTRA VENEZUELA
Por: Amable Fernández
Repito una vez más: Lo que está a la vista no necesita anteojos... El
performance montado hace poco por fieras del gran espectáculo no sorprende a
nadie. Si seguimos con objetividad los acontecimientos acaecidos en todo el
planeta vemos que se trata de un mismo guión. Esta vez, no obstante, el
terrorismo narco-yanqui ha incluido un ya estrenado acto de circo.
Para continuar con el golpe de estado que desde 2002 se ha mantenido contra la Revolución Bolivariana, reaparece de pronto el libreto de terrorismo lai. Se trata esta vez de figurines de la farándula cuya vida poco ejemplar revela sus pérfidas intenciones, pero ahora se presentan con un guión perverso, elaborado poe el terrorismo narco nasal que gobierna el Pentágono. Y es que este nuevo terrorismo escénico es el mismo viejo show que comenzó con los tristemente célebres Conciertos por la Paz (no olvidemos que uno de estos parapetos escénicos se realizó en la frontera Venezuela-Colombia, y también en la Habana). Eran los llamados Conciertos por la pasta...
En aquel entonces sugerí irónicamente a los cantanticos que se atrevieran a
hacer un Concierto Mundial frente a la Casa Blanca. Les recordé incluso que
cuando la guerra contra Vietnam el Pentágono drogaba a los soldados yanquis
para que masacraran a la población civil, y como repudio a este genocicio, no
obstante, el cantan pop Bob Dylan había dicho que el presidente de los Estados
Unidos debería cagar en su casa(?). Les recordé a los mediocres cantantitos
aspirantes que como malos remedadores habían tomado por himno
antirrevolucionario la camisa negra del bandido corazón partío(?) Recuerdo
también que muchos de los astros y estrellas convocados a este mitin
antivenezolano no se presentaron al mitin musical (la verdad es que olfatearon
a tiempo que el premeditado show o concierto funesto se esfumaría por tanto
humo cocalino-basukoide). Esta ausencia de divos y divas especialmente
invitados fue una simple precaución, pues en el fondo no quisieron ser
coautores de una pantomima tan narco-uribista Es que, en realidad fue un remedo
demasiado mediocre de aquellos grandes Festivales o Conciertos de rock que en
los 60 y 70`s se realizaron en EUA y el
mundo entero (casi todos en protesta contra la guerra de Vietnam, el
armamentismo genocida, el hipergasto militar yanqui sionista, el uso gringo
sionista de las armas químicas, el hambre en Biafra, etc).
Y aquellos mismos concerteros por la pasta... en estos días, con otras caras, han repetido
la misma estrategia; claro, hay mucho dólar como paga (porque el narco
Pentágono sionista controla el marketing de la cocalina así la llaman los
viciosos de la White House que de Colombia llevan toneladas de droga para
satisfacer el excesivo consumo que existe en el país más drogadicto del
planeta: Estados Unidos).
Y es que, si vemos con detenimiento, no por casualidad, las figuras y
figurines que declararon contra Venezuela Revolucionaria son divas y divos
cuasi en peligro de extinción; es decir, cronológicamente necesitan vengarse de
su ya largo vacío interior; por eso drenan su arrechera y se ensañan contra la
Patria chavista. Es que estos opositores a sueldo ya no aguantan los estragos
del vicio y del calendario (una mezcla fatal). Su indetenible decaimiento
físico-cronológico les exige oxígeno fresco en realidad están muy caducos y
necesitan un verdadero milagro para mantenerse en boga. Y si no miren a
MacDona, que lucha contra la belleza joven de muchas vocalistas (el chisme
farandulero dice que odia a Beyoncé). Y en el cantarín Mac Antoni es notoria su
bajada en el tobogán del raiting (no sólo lo ha afectado el inesperado
afloramiento de voces que le día a día le merman su antigua preponderancia de
divo-marketin; también lo derrumbó la corno-pérdida de su hermosísima Jennifer.
De Bleides, no extraña que Peter Navaja como cualquier Ringo en decadencia- se
deje capturar por un puñado de dólares. Tampoco extraña la humareda armada por
el Juaningo de la camisa negra, quien fue embajador electro-artístico de narco
Uribe 82 -por cierto que este bichito no ha dicho ni pito de las masacres
uribistas en Colombia, ni de los falsos positivos ni de las mutilaciones que
con sierras eléctricas hacían los narco paracos a los cadáveres de los
asesinados selectivamente. Mucho menos hablará jamás de los millones de
desplazados que de la martirizada Colombia huyen a Venezuela, Ecuador, Brasil y
otros países del Sur (ya no huyen a Europa ni a EEUU porque la drástica crisis
económica del primer mundo ha provocado un verdadero éxodo hacia el Tercer
Mundo).
Es evidente entonces el desgaste psico-físico farandulero que atormenta a
cierta gente del estrellato, un síndrome que abunda en el llamado gran
espectáculo. También se sabe que mucho divo y mucha diva han sucumbido a los
bojoticos psicotrópicos. En todo el mundo, el escenario exige un tren de vida
que los inteligentes controlan con alimentación sana, cero vicios, viajes,
reposo mínimo y buena lectura. Pero una minoría, los astutos vivianes del
espectáculo, acuden a riesgosas soluciones dosificadas En el escenario abunda
entonces la vitamina inefable, que desde hace décadas (en todo el mundo) se
utiliza para mantener la forma, evitar el stress, el mal aliento y obtener la
energía necesaria para asimilar psicológicamente el individualismo de la gran
fama (a estos personajes les cuesta contener el continuo asedio de sus fans y
paparazzi).
Esta vitamina sicotrópica, incluso, se ha llevado al más allá a grandes
deportistas Y hasta la NASA sabe que en la última década se han autosuicidado
artistas y atletas de mucha fama y celebridad el otro mal que los carcome
apresuradamente es el afán tenaz de aumentar los decibeles de su celebridad.
Creo que este síndrome contradictorio, entre otras verdolagas inorgánicas y
defectos orgánicos, explica la reciente actuación de figuras y figurines
farandularios cuyo peor skech ha sido descargar tronas de arrechera contra la
República Bolivariana de Venezuela. De hecho, en todo el mundo, la droga está
ligada al espectáculo. Claro que no todos ni todas tienen el vicio conocido como
aspiración narco-nasal, adicción muy costosa por cierto, pero el narco sionismo
uribista no descansa y en el pérfido intento de destruir la Revolución
Bolivariana invierte millones de verdolagas inorgánicas que envía el Pentágono.
El show farandulero es otra de las estrategias para respaldar el terrorismo
mediático y narco paraco que en esta mala hora quiere destrozar a Venezuela.
Pero, por ahora y para siempre la voz diáfana del pueblo apagará cualquier mala
nota.
*Escritor surmerideño.
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