Este proceso en avance en
los últimos días logra hacer de Venezuela un punto de atracción mundial con lo
cual como ha quedado en evidencia, agencias de noticias internacionales de gran
poder como CNN o France Press, empiezan a jugar su parte central dentro de los
hechos, manipulando, tergiversando, utilizando la buena o la mala fe de actores
dentro del conflicto.
LAS BISAGRAS DEL FASCISMO
Por: Roland Denis
1. Cinco bisagras amarradas
El “faschio” no es como observamos en otro artículo ni un movimiento
aristocrático llevado por el comando inmediato de las clases dominantes, ni es
un fenómeno que se desata en forma evidente desde un primer momento. Se trata
de una realidad política extrema que se construye en la misma medida en que
determinados hechos bien manejados en el inconsciente colectivo van generando
los odios sociales necesarios como para que un grupo muy reducido políticamente
pueda, primero absorber a un liderazgo socio-político más vasto ligado a las
tendencias democráticas de la derecha política, y luego extenderse hacia zonas
sociales mucho más complejas, apegadas al individualismo y el consumo en
nuestro caso, pero con demandas legítimas no cumplidas, hasta llegar a las
propias clases trabajadoras.
Efectivamente desde el 12 de febrero una fracción fascista dentro del
movimiento estudiantil ligado a la oposición y en particular al partido
Voluntad Popular, logra tomar el liderazgo con las acciones previas desatadas
en Táchira y Mérida, hasta reventar en Caracas con los hechos de sangre
sucedidos ese día.
Los disparos provienen de agentes del Sebin hasta donde se sabe,
oscureciendo aún más la situación dejan en el limbo quién fue el que armó
directamente esa matanza. Lo cierto es que se desata una violencia generalizada
que es rechazada en un primer momento por la mayoría de la oposición, pero como
típico movimiento fascista insiste en ella hasta lograr el saldo de suficiente
de tensión y confrontación como para amarrar su primera bisagra: la
mayoría del conjunto de la oposición.
Este paso dado fundamentalmente por Capriles y M.C Machado en esta semana,
pareciera recomponer una unidad que pudo haberse resquebrajado desde el momento
en que por lo visto Leopoldo López se “tragó el semáforo” y tiró un plan
conspirativo adelante tratando de robarle el liderazgo al resto opositor, algo que
estaría pensado para momentos más críticos económicamente previsibles entre
Mayo y Junio. El extremismo reaccionario y anticomunista de grupos incubados en
las clases medias altas, su violencia guarimbera, sus asesinatos propios, y la
efectiva provocación a una Guardia Nacional acostumbrada a ser el órgano
represivo de Estado por excelencia, crea un saldo suficiente en sangre como
para que ella empiece a extenderse socialmente y obligue a la oposición a
adelantar su plan conjunto. Solo Henry Falcón con aspiraciones presidenciales
posteriores titubea jugando al centrismo y aceptando el plan de paz de Maduro
de manera condicionada.
Con ello logran amarrar la segunda bisagra: la identificación de
vastos sectores de clases medias con las acciones que empiezan a ser
interpretadas como de “protesta nacional” contra este “régimen” culpable
de mucho de sus males: inseguridad, desabastecimiento, inflación, etc.
La espiral que avanza desde el 12 logra dos cometidos fundamentales que son
acompañados por otras tres de fundamental importancia. Primero logran en el
caso del Táchira una verdadera rebelión de masas bajo un liderazgo totalmente
fascista o uribista que es lo mismo, como es el caso de Daniel Ceballos alcalde
de San Cristóbal. Esta rebelión les permite ir amarrando una tercera
bisagra imprescindible: presentarse como una protesta con capacidad de control
territorial.
Punto básico para garantizar a los agentes encubiertos fuera y dentro del
Estado, militares y civiles, que puedan estar previamente comprometidos con la
conspiración o atraídos por ella o tensionados por el desarrollo de los
hechos, empiecen a sentir que ha llegado el momento y puedan ir armando las
condiciones necesarias para acercarse a una de las metas primordiales exigidas
por los gringos: mediante un golpe acompañado por la acción
paramilitar, dasatar la guerra civil o una confrontación mucho más amplia y
violenta que permita crear las condiciones para una negociación de derrota al
gobierno de Maduro. Los tiempos y condiciones de esta cuarta bisagra no
deben estar todavía definidos por el “forze” de los acontecimientos, pero las
palabras de Capriles al definir este gobierno como “moribundo” transparentan
perfectamente que el propósito va en vías de acuerdo y de sumar actores.
Este proceso en avance en los últimos días logra hacer de Venezuela un
punto de atracción mundial con lo cual como ha quedado en evidencia, agencias
de noticias internacionales de gran poder como CNN o France Press, empiezan a
jugar su parte central dentro de los hechos, manipulando, tergiversando,
utilizando la buena o la mala fe de actores dentro del conflicto. Su poder no
solo vale para el radio de influencia que manejan sino que se alimenta y a su
vez nutre todo un universo mediático que tiende hacia la multiplicación indetenible
de verdades, mentiras y manipulaciones, pero siempre en la línea de la
“protesta nacional” protagonizada por las redes sociales mediáticas. Momento en
que entran en juego los agentes vendidos del espectáculo liderizados por Rubén
Blades y todo un universo de “artistas” que expresan su solidaridad por el
“pueblo venezolano”. Es la quinta bisagra mediática y espectacular que
hasta los momentos si no ha convencido del todo ha alarmado al mundo entero,
empezando a ubicar a Venezuela al lado de Ucrania, cuyos desenlaces de caída de
gobierno y llamado a elecciones en un clima totalmente favorable a los
intereses imperiales gringos y europeos, sería uno de los escenarios
preferibles a repetir en Venezuela.
Armando las piezas necesarias como para cerrar este conjunto de bisagras el
fascismo, es decir, el odio activo y politizado hacia todo lo que intente
cambiar el orden estructural y de valores en que se soporta una sociedad,
podemos decir que el “faschio” comienza a abonar el terreno para ir cerrando al
menos tres de las últimas jugadas que les falta en este momento: el
pronunciamiento a favor de la alta burguesía indecisa en estos momentos por las
fabulosas ganancias que ha tenido en los últimos años a nivel bancario y los
monopolios de importación. El apoyo mundial explícito de los centros imperiales
que acompañan a los EEUU, particularmente de la Comunidad Europea. Y
finalmente, el más importante de todos, el acompañamiento de sectores más
pobres de las clases subalternas castigados por la crisis económica, hecho que
ya se ha presentado en algunas ciudades como San Cristóbal y Maracaibo, en
combinación con bandas de delincuencia, narcotráfico y contrabando.
Mientras tanto toda esta situación constituye una burbuja en aumento que en
cualquier momento puede desatar situaciones no previstas en las agendas de
nadie y acelerar los acontecimientos. Lo cierto es que esto ocurre entre
tanto con el concurso de una clase media miedosa como siempre pero que se siente
cada vez más identificada con la “protesta”, “faschio” propiamente, las
agrupaciones de la ultraderecha fascista, aprovechan para tomar terreno en su
violencia local y terriblemente agresiva contra todo lo que simboliza una
comunidad que se libera y autoorganiza y que en nuestro caso siempre o casi se
hace llamar “chavista”. Las agresiones en el centro y occidente de Venezuela
contra las empresas sociales comuneras, los centros de acopio, de salud, las
casas populares de cultura, la unidades de transporte del Estado, que ni
siquiera los medios de Estado reportan por la línea de trabajo meramente
propagandística en que se estructuraron al son del poder burocrático en
aumento, son hechos que pueden desatar niveles de confrontación superiores en
una guerra de “pobres contra ricos” y de “pueblo en lucha contra vanguardias
fascistas”.
La situación puede forzar una confrontación entre el “nosotros” y los
“hijos de puta” en palabras de Pancho Villa. No se ha llegado aún a este punto,
al menos está lejos de generalizarse, pero estos en la medida en que cierran
sus bisagras crean las condiciones para hacerlo.
2. El gobierno, el pueblo
El gobierno ha llamado al diálogo y la paz, tiene razón en principio. Pero
sus reflejos como estructura de gobierno que en su inmensa mayoría ya perdió el
sentido de pueblo para más bien utilizarlo, movilizarlo a su favor,
clientelizarlo, hace lectura del diálogo hacia arriba. Con una oposición y una
burguesía cada vez más cerca de decidirse por entero en favor de la
conspiración total. El gobierno lo interpreta como una vuelta al 2002 y va
sumergiéndose en la misma trampa en que cayó Chávez a lo largo del 2002. Tuvo
que venir un 13 de Abril y salir victoriosa la resistencia al saboteo
petrolero, para que los hechos y las palabras de gobierno cambien hacia una
puesta en claro de la diatriba política y civilizatoria en que nos encontramos
en este país. No se da cuenta encerrado en su vida mediática y burocrática,
dejando en la impunidad total tanta corrupción y delito de cualquier orden,
empezando por la cantidad -centenares- de dirigentes populares asesinados, que
estamos en una situación muy distinta al 2002 a nivel social.
Si bien reaparecen los agentes políticos de la derecha, esta vez el
“escualidismo” social no es solo una masa aterrorizada por la manipulación
mediática de que un loco comunista que llegó al poder te quitará el
apartamento, el carro y los hijos. Esta vez también hay una masa harta de
sectores medios y trabajadores que en cualquier momento hace puente con
sectores más bajos, harta en general del atropello del modelo
corporativo-burocrático que reventó cantidad de alternativas productivas en
favor de los monopolios privados y del Estado y nos hunde en un rentismo
monopólico que ya no tiene con que financiar una sociedad que demanda derechos
al consumo y servicios públicos como nunca. Es con esa base potencial y cada
vez más real y no psicótica de la “protesta” que tiene sentido “el diálogo”. Lo
otro es sencillamente una negociación política de paz donde obviamente si hay
negociación que no sea una payasada para la propaganda de ambos lados, es para
que la derecha empiece a retomar el poder de manera cabal, con poderes de
Estado en sus manos que exigirán hasta terminar de acabar con todo sentido
progresista de gobierno.
El diálogo con la clase obrera, campesinos, comuneros, el traspaso
inmediato de poder productivo y distributivo al tejido organizado del pueblo en
lucha, el plan de emergencia productiva que incorpore a sectores privados
pequeños y medios, el fortalecimiento de su capacidad de la autodefensa, no es
el plan en este momento de gobierno cuyo discurso se centra en la victimización
de sí mismo y el desarme del movimiento popular. Y mientras tanto sigue
debilitándose y las demandas racionales medias tienden a unificarse con el
movimiento conjunto hegemonizado por los sectores fascistas. En tal sentido,
considero que está muy claro el plano que se viene dibujando: una
situación donde la única y verdadera salida es que lo elementos de contenido,
progresivos, incluso revolucionarios que están regados entre los laberintos de
esta “protesta” y mucho más allá de ella, sean absorbidos lo más pronto por una
vanguardia colectiva y revolucionaria que defienda la democracia, la
participación protagónica, la revolución social, como única salida a la
violencia fascista ya hegemónica. No hay demasiado tiempo y así baje
la intensidad del alzamiento fascista, este retomará su curso con violencias
superiores y el fortalecimiento de sus bisagras al menos que el gobierno le
negocie el alma, cosa que mucho vagabundo metido entre sus oficinas y
direcciones estaría fascinado; victoria para la “paz” de sus bolsillos. Es allí
donde la defensa y la protesta del pueblo en lucha tienen que manifestarse con
toda su fuerza, las razones sobran.
Publicado por LaQnadlSol
CT., USA.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario