Si la permanencia, contra
viento y marea, de Pérez Molina en el gobierno deviene de apoyos corporativos y
de élites de poder, la exigencia de su renuncia, juicio y condena (y de todos
los implicados en corrupción y abuso de poder) es innegociable: no cabe en
cálculos pragmáticos o de conveniencia política.
JUICIO Y CONDENA DE PÉREZ
MOLINA
Y TODOS LOS CORRUPTOS
Por Andrés Cabanas
¿Qué factores y actores sostienen a un
Presidente aislado, cuestionado, sin Ministros y sin partido, implicado en corrupción y
otros actos delicitivos?
El apoyo a Pérez Molina del empresariado y más
sectores (Embajada de Estados Unidos, al no solicitar su renuncia como sí hizo
con la Vicepresidenta; Ministerio Público y Comisión Internacional contra la
Impunidad, porque no conectan las investigaciones de corrupción con el
mandatario, a pesar de evidencias telefónicas; partidos políticos que buscan en
la salvación del Presidente su propia supervivencia) parte, en primer lugar,
del intento de promover una agenda de reformas políticas controladas,
que sacuda y oxigene el árbol del poder sin afectar sus raíces. Pérez Molina
representa, hasta el momento, garantía para el impulso de estas reformas
limitadas frente al miedo a la ruptura institucional y la pérdida
de control del proceso.
En segundo lugar, el renovado (pero frágil y no
necesariamente permanente) apoyo a Pérez Molina se fundamenta en las extensas
complicidades de sectores empresariales (nacionales y transnacionales)
con su gobierno y partido, que actuaron como operadores para el impulso de la
agenda de control territorial y extracción de recursos de las comunidades. Las
complicidades abarcan a gobiernos extranjeros (España, Estados Unidos, Canadá)
que vieron en Pérez Molina garantía para el desarrollo de inversiones y para la
configuración del mapa de seguridad regional y hemisférica. El temor de una
caída del Presidente Molina se expresa así: ¿si él se va de manera abrupta, cuántos
de nosotros caemos a su lado? Por el contrario, la Presidencia de Molina
garantizaría persistencia de la impunidad: investigaciones y juicios
ejemplarizantes pero focalizados.
El paradigma del poder
Mantener al frente del Ejecutivo a Pérez Molina
es una decisión arriesgada y puede revertirse. Aunque las acciones y los
márgenes de recomposición del esquema de poder son amplios, en el día de hoy el
"status quo" pierde si se queda Pérez Molina (complicidad) y pierde
si se va, porque su caída será consecuencia de la presión social y el
incremento de la conciencia política: la convicción de que el Presidente
favorece intereses personales y de sectores que utilizan el Estado para su
beneficio.
Después del 16 de abril (revelación de una red
institucional y empresarial dedicada a la defraudación tributaria) se evidencia
para amplios sectores de la población que elEstado guatemalteco ignora las
necesidades colectivas y privilegia el robo y el enriquecimiento; que
los jueces y abogados se venden (bufetes de la impunidad); que partidos
y diputados ofrecen sus votos a cambio de contratos o cheques onerosos; que
empresarios hacen todo lo posible por eludir sus obligaciones tributarias y
colectivas…
Pérez Molina, la exvicepresidenta Baldetti y la gestión del Partido
Patriota llevaron a extremos insostenibles este régimen de privilegios
y beneficios (y lo adecuaron en el marco de alianzas oligarquía-economía criminal-ejército
y de las necesidades del poder transnacional) pero no son los artífices ni
beneficiarios exclusivos del mismo.
Ya nos hemos percatado, como la pequeña burguesía de la obra de Manuel
Galich, dela dimensión real del horror (1). Por
consiguiente, las manifestaciones ciudadanas acusan y señalan a los actuales
gobernantes y a un sistema de organización y un Estado que olvidan su función
de buscar el bien común y garantizar el ejercicio de derechos, al tiempo que
naturalizan el robo, la corrupción, el engaño, la mentira, la comisión de
delitos. En medios de prensa, foros públicos y en las plazas se debate sobre la
configuración de un Estado a espaldas de la población. Se discute, con mayor o
menor profundidad, sobre el poder, el modelo de sociedad, el sistema
que invita al latrocinio, como acertada pero tardía e hipócritamente
reconoció Otto Pérez Molina.
Agenda mínima: juicio a todos los corruptos
El cálculo de sectores empresariales y de poder
puede ser el siguiente: mantener a Pérez Molina como garantía de estabilidad
(evitar el rompimiento constitucional) mientras se promueve una moderada agenda
de reformas (ley electoral, administración tributaria, ley de compras y
contrataciones) que redefina espacios de poder de las élites (disputa
oligarquía-actores emergentes) y contenga parte del descontento social. Pérez
Molina sería, en este contexto, un Presidente sin funciones,la voz
de un ejecutivo que ya no controla.
Si la permanencia, contra viento y marea, de Pérez Molina en el gobierno
deviene de apoyos corporativos y de élites de poder, la exigencia de su
renuncia, juicio y condena (y de todos los implicados en corrupción y abuso de
poder) es innegociable: no cabe en cálculos pragmáticos o de conveniencia
política.
La investigación, captura, juicio y castigo (de Otto Pérez Molina, Roxana
Baldetti, Juan Carlos Monzón, Luis Mendizábal, Lima Oliva, narcotraficantes
Mendoza, Junta Directiva del IGSS, jueces y bufetes de la impunidad,
empresarios corruptos, autoridades que usan la ley a su conveniencia y antojo)
es hoy demanda política esencial, que marcará tanto el presente (logros) como
las posibilidades de futuro del movimiento ciudadano y social. Se trata de
recuperar mínimamente la justicia, la ética, las reglas de la democracia.
En este marco, es fundamental que la Comisión Internacional contra la
Impunidad en Guatemala profundice y amplíe investigaciones y responsabilidades,
así como que se promuevan otras acciones jurídicas (de naturaleza similar a las
realizadas por por Movimiento Nueva República y Winaq) contra los mandatarios,
autoridades y particulares.
Renuncia ya! y qué más: la ruptura democrática
Un sistema, un estado y un poder construidos
desde y para el enriquecimiento privado, solamente pueden cambiarse
construyendo nuevas formas de “poder y autoridad compartida” (Boaventura
de Sousa): formas democráticas, colectivas, orientadas al bien común y el bien
vivir, participativas, honestas, construidas con todos y para todos. Este ideal
exige una profunda articulación de movimientos sociales, comunidades y
pueblos, que deberán tender puentes con sectores ciudadanos indignados para
definir medidas y acciones inmediatas y en el largo plazo.
Los cambios sociales no llegan solos, sino que dependen de las decisiones
inmediatas y estratégicas, de las voluntades y apuestas políticas, de la
capacidad de superar las divisiones (estableciendo comprensiones y
entendimientos comunes), del reconocimiento, dialogo y respeto entre actores y
sectores, de la combinación de acciones institucionales, jurídicas, legales,
comunicativas, movilizaciones sociales, y otras.
Hoy más que nunca es necesario asumir que mi lucha, mi
proyecto no son el proyecto, único, histórico, sino parte
de una propuesta más amplia. Debemos complementar y no cooptar o subordinar;
construir conjuntamente sin partir de un proyecto ya elaborado, diseñado e
impreso; velar porque los intereses partidario-electorales no anulen
demandas y luchas colectivas territoriales.
El reto es, a partir de la sensibilidad social contra la corrupción y
abusos de autoridad, fortalecer escenarios y condiciones para la ruptura
democrática: el debate, la reflexión y la organización para construir
nuevas formas de organización y poder.
Nota
(1) Me percaté de que la pequeña burguesía guatemalteca había perdido
la dimensión de la muerte, del crimen, del horror, a fuerza de respirarlo todos
los días. Era necesario restregarles la sangre en el hocico, había que
explicarlos por qué lucha nuestro pueblo, quiénes están detrás de los asesinos,
quién dirige la mano del ejecutor en los crímenes, como esa pequeña burguesía
alienada y la alta burguesía financiera, comercial o terrateniente están
atrapadas en la lucha real entre un imperialismo que no tiene nada de
abstracción y el pueblo que exige su derecho a vivir.
Manuel Galich, Delito, condena y ejecución de una gallina
Publicado por La Cuna del Sol
USA.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario