Habiendo logrado sus
objetivos y evitando involucrarse indefinidamente en el conflicto interno
sirio, algo que sus enemigos imperialistas deseaban con vehemencia, Rusia ha
tomado la decisión de retirarse parcialmente. Esto significa que Rusia
continuará apoyando al gobierno sirio de Al Assad en su lucha contra las bandas
de terroristas -como efectivamente está sucediendo en Palmira- que están fuera
de todo el proceso de negociaciones que se está desarrollando en Ginebra, que
precisamente era uno de los objetivos principales de su intervención en Siria.
LA RETIRADA PARCIAL DE LA
FUERZA MILITAR RUSA DE SIRIA
El anuncio del presidente de Rusia, Vladimir Putin, dado a conocer el 14 de
marzo en el sentido de que había ordenado el retiro de una parte sustancial de
la fuerza militar que Rusia ha tenido estacionada en Siria desde septiembre del
2015, con el objetivo de ayudar al gobierno sirio a contener la embestida del
terrorismo yihadista, tomó por sorpresa a todo el mundo, incluyendo a
Washington -al menos eso es lo que se dice oficialmente- que no esperaban una
maniobra de este tipo de parte del presidente Putin. Aunque el retiro de las
fuerzas militares rusas es parcial, ya que según el mismo presidente ruso una
parte del contingente militar seguirá operando en la base naval del puerto de
Tartus y en la base aérea de Khmeinmin para supervisar el mantenimiento del
acuerdo del cese al fuego, la naturaleza de la movida de Putin tiene a toda la
prensa atlantista atareada especulando sobre las reales motivaciones detrás de
esa sorpresiva acción del presidente Putin, sobre todo cuando se efectúa en
momentos en que el ejército sirio y sus aliados con el apoyo de la aviación
rusa se encuentran a punto de obtener una gran victoria sobre las bandas de
terroristas que operan en varias regiones de la República Árabe Siria. A lo
anterior se suma la denuncia hecha por Rusia sobre los preparativos de Turquia
para invadir Siria. Como es posible, argumentan, que en estas condiciones Rusia
anuncie su retirada.
Al comunicar su decisión en una reunión con el ministro de Defensa, Shoigu
y el ministro de Exteriores, Sergey Lavrov, el presidente Putin dijo:
“Considero que los objetivos estipulados al Ministerio de Defensa han sido en
general logrados. Por este motivo ordeno empezar con el retiro de la parte
principal de nuestro contingente militar del territorio de la Republica Arabe
Siria a partir de mañana (martes 15 de
marzo). Posteriormente explico que, “en un corto periodo de tiempo Rusia ha
creado un pequeño pero efectivo grupo militar en Siria. El trabajo efectivo de
nuestras fuerzas militares ha permitido el inicio de un proceso de paz”. Luego
añadió, “las tropas del gobierno ruso y las fuerzas patrióticas [de Siria] han
modificado la situación en el combate contra el terrorismo internacional y han
cesado la iniciativa”.
Desde el inicio de la intervención militar de Rusia en Siria, Putin dejo en
claro cuáles serían los objetivos de esa operación militar. El 11 de octubre en
entrevista con el canal de TV Rusia 1, el presidente Putin declaró lo
siguiente: “Nuestro objetivo es la estabilización del legítimo gobierno y crear
las condiciones para que se logre un compromiso político”.
Ahora veamos parte de lo que Putin dijo recientemente en una reunión en el
Kremlin donde se llevó a cabo una ceremonia de condecoración del personal
militar por su participación en la operación militar en la Republica Árabe
Siria:
“De plena conformidad con el derecho internacional, a petición del gobierno
legítimo y del presidente del país, tomamos la decisión de lanzar nuestra
operación militar. Desde el principio, fuimos muy claros a cerca de sus
objetivos: apoyar al ejército sirio en su lucha legítima contra los grupos
terroristas. Nuestras acciones también fueron programadas para el periodo de
ataques intensivos contra los terroristas. Muy claramente enfatizamos que no
teníamos la intención de involucrarnos en un conflicto interno. Únicamente a los
sirios corresponde buscar una solución final y decidir el futuro de su país.
El objetivo principal de nuestra operación fue el terrorismo. La lucha
contra el terrorismo internacional es una causa justa y honorable. Esta es una
lucha contra los enemigos de la civilización, contra los que traen consigo la
barbarie y la violencia, renegando los grandes valores espirituales, humanitarios
sobre los que descansa el mundo.
Me gustaría reiterar que el objetivo principal de nuestras acciones en Siria
era detener el mal global del terrorismo y no dejar que se extendiera a Rusia.
Y nuestro país ha demostrado su liderazgo indiscutible, la determinación y la
responsabilidad.
En cuanto a los resultados que hemos logrado. Sus acciones y los intensos
esfuerzos en los combates revirtieron la situación. No permitimos que creciera
este tumor terrorista, destruimos los escondites de los bandidos y depósitos de
municiones y se bloquearon las rutas de contrabando de petróleo que constituía
la principal fuente de financiación de los terroristas.
Hemos realizad una enorme trabajo para apoyar a las autoridades legítimas
de Siria –de esto es lo que he hablado al dirigirme a las Naciones Unidas en el
70 aniversario de la organización. Hemos fortalecido sus fuerzas armadas, que
ahora son capaces no sólo de repeler a los terroristas, sino también de llevar
a cabo operaciones de asalto en contra de ellos. El ejército sirio ha ganado la
iniciativa estratégica y continua limpiando el terreno de terroristas.
Lo más importante es que hemos creado las condiciones para el inicio de un
proceso de pacificación. Hemos logrado establecer una cooperación positiva y
constructiva con los Estados Unidos de América y una serie de otros países, así
como con las fuerzas políticas consientes dentro de Siria que realmente desean
detener la guerra y encontrar la única y posible solución política al
conflicto. Fueron ustedes, los soldados rusos que abrieron el camino a la paz”.
El presidente Putin no puede ser más contundente es sus declaraciones, los
objetivos de la operación militar en Siria se cumplieron dentro del marco de
tiempo establecido de antemano (un poco más del periodo de tiempo de 3 a 4 meses
establecido por el gobierno ruso al inicio de la intervención). Con la ayuda de
Rusia, el gobierno de Al Assad se ha fortalecido y el ejército sirio mejor
organizado y capacitado se encuentra a la ofensiva recuperando territorio que
anteriormente era ocupado por la bandas de yihadistas. Gran parte de la
infraestructura militar y económica de los grupos terroristas ha sido
severamente golpeada por la aviación rusa reduciendo significativamente su capacidad
militar. La amenaza del terrorismo a la seguridad nacional de Rusia ha sido
contenida. Pero lo más significativo; ha creado las condiciones para un cese al
fuego y un posterior arreglo político entre todas las facciones involucradas
para poner fin a la guerra que ha desangrado a Siria.
Habiendo logrado esos objetivos y evitando involucrarse indefinidamente en
el conflicto interno sirio, algo que sus enemigos imperialistas deseaban con
vehemencia, Rusia ha tomado la decisión de retirarse parcialmente. Esto significa
que Rusia continuará apoyando al gobierno sirio de Al Assad en su lucha contra
las bandas de terroristas -como efectivamente está sucediendo en Palmira- que
están fuera de todo el proceso de negociaciones que se está desarrollando en
Ginebra. Lo anterior es importante considerarlo, ya que echa por tierra todas
las infundadas especulaciones tejidas por la prensa pro-imperialista, entre
ellas, que la retirada de las fuerzas militares rusas se ha producido como una
forma de presionar al gobierno de Al Assad para que desista en su
intransigencia y se ponga a negociar sin ningún tipo de precondiciones la paz
en Siria.
Si previo a la retirada rusa de Siria se había llegado, como se presume en
algunos medios, a un acuerdo -la partición de Siria- entre el gobierno de Obama y el presidente Putin
para encontrarle una solución al conflicto sirio, es
claro que Putin ha cumplido con su parte y ahora el balón está en el terreno de
Obama que tendrá que manifestar sin ambigüedades que realmente está
comprometido con la paz en Siria. En este sentido, lo dicho por Obama en una
larga entrevista publicada por la revista The Atlantic, unos pocos días antes
del anuncio de Putin, da para especular que el presidente Obama podría ir por
esa dirección. De acuerdo a lo que publica The Atlantic, Obama estaría en un
proceso de rebalance o de abandono de la política que tradicionalmente ha
caracterizado a los EE.UU con relación al Oriente Medio, misma que Obama identifica con la respuesta
militar -que viene del establishment de la política exterior de Washigton- a
cada situación que se presente en una región que él considera ya no es de gran
importancia para los intereses de los EE.UU y, aun si lo fuera, sería muy poco
lo que un presidente estadounidense podría hacer para hacerla un mejor lugar. En
esa entrevista, Obama, aparte de reconocer el papel constructivo del presidente
Putin en Siria, no esconde su hartazgo con Arabia Saudita y Turquía por
considerar que sus actuaciones, apoyando el terrorismo, han servido para
agravar la conflictividad en el Oriente Medio.
Si las declaraciones de Obama (más las conversaciones secretas entre Henry
Kissinger y Putin) tienen alguna aplicación práctica en la resolución del
conflicto en Siria, entonces estamos hablando que Obama ya habría tomado la
decisión de frenar la belicosidad y los planes destructivos de sus dos
principales socios, Arabia Saudita y Turquía, con el fin de cumplir con lo que
se presume sería un acuerdo entre Obama y Putin que involucraría no solamente a
Siria, sino también a Ucrania. Sobre esto último y de acuerdo a The Atlantic,
Obama maneja una teoría muy simple, Ucrania es fundamental para los intereses
de Rusia, no así para los EE.UU, por consiguiente, en palabras de Obama, “Rusia
estará siempre en condiciones de ejercer su dominio allí, no importa lo que
hagamos”.
¿Se logrará la paz en Siria? ¿Existe en realidad un acuerdo entre Rusia y
Estados Unidos?
Estas son interrogantes que solo con el paso de los días se lograran
dilucidar. Mientras tanto, lo que ahora es evidente es que Rusia, dando
muestras de su poderío militar en tan corto tiempo se ha posicionado,
estableciendo hechos ineludibles en el terreno, como un poder militar el que
Estados Unidos se ve obligado a reconocer y aceptar como una potente realidad de
la geopolítica en el conflictivo Oriente Medio. La retirad rusa de Siria es
solamente parcial, permanece vigilante y presta a actuar cuando las circunstancias
lo demanden, como en Palmira y la reciente destrucción de un convoy de terroristas
provenientes de Turquía.
Publicado por La Cuna del Sol
USA.
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