Aunque todavía se sigue
especulando de la existencia de una especie de acuerdo secreto entre los
Estados Unidos y Rusia para derrotar a los extremistas y dividirse el trabajo
en la operación militar para la captura de Raqqa, los rusos han decido no
correr riesgos y están acelerando sus operaciones militares, conjuntamente con
el ejército sirio y las demás fuerzas de la resistencia, en Raqqa y Aleppo,
dado que entienden que es un juego de grandes riesgos y donde el ganador se
lleva todo, especialmente cuando se trata de conflictos como el sirio de
grandes implicaciones geopolíticas regionales y globales.
LA DISPUTA POR EL CONTROL
DE SIRIA SE ACELERA
Los últimos sucesos alrededor de la guerra en Siria, sobre todo las
ofensivas militares en curso, por un lado Estados Unidos y sus aliados kurdos y
por el otro Rusia apoyando al ejército sirio y las fuerzas de la resistencia, contra
la capital de facto del llamado Estado Islámico, Al-Raqa, más que el inicio del
fin de la guerra en Siria, indican que las mayores potencias militares
envueltas en el conflicto buscan posicionarse de acuerdo a la lógica de sus contrapuestos
intereses geopolíticos sobre el destino de Siria y en sí de todo el Oriente
Medio, considerando que el conflicto sirio se ha constituido en el evento que
determinará el futuro de toda la región y más allá, en este complicado panorama
bélico que enfrenta a a las dos mayores potencias militares del planeta.
En ese sentido las batallas por el control de Alepo y Raqqa representan la
fase más importante por el control de Siria por parte de los EE.UU y Rusia.
Tras la sorpresiva retirada parcial de las fuerzas militares rusas de Siria
se habló mucho sobre los motivos reales de esa decisión. Se dijo que obedecía a
una decisión deliberada de Moscú tras haber cumplido con los principales
objetivos de su intervención militar (golpear y debilitar a las fuerzas del
terrorismo yihadista internacional, fortalecer la capacidad militar del ejército
sirio y evitar atascarse en el pantano sirio), sin embargo, parece que todo se
debía a la existencia de un acuerdo entre los EE.UU y Rusia para buscarle un
solución diplomática al conflicto. De ahí se origina precisamente el cese de
hostilidades, que no necesariamente implicaba un cese al fuego, como preludio
para las ya fracasadas conversaciones de paz en Ginebra. Se dijo que como parte
del acuerdo ruso-estadounidense tanto Rusia como Estados Unidos se encargarían de
reinar sobre los impulsos bélicos de cada uno de sus aliados. Rusia aceptó, como
parte del acuerdo, retirar parcialmente sus fuerzas militares de Siria,
mientras que los EE.UU fracasaban o simplemente obviaban cumplir con la parte
que le correspondía del acuerdo. En este sentido las reciente declaraciones del
ministro de Exteriores ruso, Sergey Lavrov resultan ser muy reveladoras.
De acuerdo a la información que se
ha divulgado (Indian Punchline), Lavrov ha indicado que Rusia está reanudando
su ofensiva militar en Siria, la cual se encontraba en un estado de suspensión
como consecuencia del acuerdo del cese al fuego pactado entre Washington y
Moscú en febrero. Lavrov mencionó de
manera específica el apoyo aéreo que Rusia le brindará a las fuerzas
gubernamentales que han estado bajo el ataque de la agrupación terrorista
Frente al-Nusra en la parte suroccidental de Alepo en el norte de Siria. Entre
los motivos que empujaron a Moscú para tomar la decisión de reanudar su apoyo
aéreo al gobierno sirio, Lavrov hizo
mención de lo siguiente:
-Los EE.UU “no ha cumplido con su obligación” de separar del Frente
al-Nusra a los grupos rebeldes que le son leales.
-Los EE.UU no podido cumplir con otra promesa, concretamente, “tomar las
medidas para evitar las infiltraciones de militantes y armas desde Turquía”.
-Los estadounidenses han sido notificados que a Rusia no le queda otra
opción que “reanudar los ataques
aéreos”.
De las declaraciones de Lavrov se deduce muy claramente la existencia de un
acuerdo entre ambas partes para avanzar hacia el fin de las hostilidades en
Siria, sin embargo, los EE.UU más interesado en la prolongación de la guerra y
en el derrocamiento de Al Assad, no cumplió con lo pactado y en su lugar se ha
dedicado a la práctica del doble juego, por un lado pretendiendo combatir al
terrorismo yihadista mientras que por el otro colaborando con los supuestos
“rebeldes moderados”, aliados de al Qaeda en Siria. Todo este engañoso accionar
de los EE.UU ha tenido como objetivo sabotear los planes de Rusia en Siria, a
la vez que forma parte de la estrategia para contrarrestar o eliminar la amenaza
que Rusia representa para el diseño de dominación global que Washington busca
mantener a toda costa.
Teniendo en cuenta la insinceridad de los EE.UU, Lavrov hizo una aguda
observación advirtiendo a Washington contra cualquier intento de ganar tiempo
haciendo promesas vacías mientras sigue adelante trabajando simultáneamente
sobre un “Plan B” para moverle el tapete a los rusos. En este último punto,
según algunos analistas, es donde radica el meollo del asunto. Tanto Irán como
Siria han estado advirtiendo a Moscú que el cese al fuego ha estado siendo
aprovechado por las fuerzas de la oposición apoyadas por los EE.UU, Turquía,
Arabia Saudita y otros para recuperarse y lanzar nuevos ataques militares con
el objetivo de modificar el balance de fuerzas en el teatro de guerra sirio,
que actualmente favorece a las fuerzas gubernamentales.
Aunque todavía se sigue especulando de la existencia de una especie de
acuerdo secreto entre los Estados Unidos y Rusia para derrotar a los
extremistas y dividirse el trabajo en la operación militar para la captura de
Raqqa, los rusos han decido no correr riesgos y están acelerando sus
operaciones militares, conjuntamente con el ejército sirio y las demás fuerzas
de la resistencia, en Raqqa y Aleppo, dado que entienden que es un juego de
grandes riesgos y donde el ganador se lleva todo, especialmente cuando se trata
de conflictos como el sirio de grandes implicaciones geopolíticas regionales y globales.
Según la publicación turca Al Manar, la paciencia de Rusia parece haberse
agotado, y su próximo movimiento estaría enfocado en Raqqa así como también en
Aleppo. Los EE.UU, por su parte, esperan evitar una situación en la que Raqqa
sea liberada por el ejército sirio con la ayuda de las milicias chiitas de los
países árabes y el apoyo de la aviación rusa. Rusia sabe que para Estados
Unidos sería inaceptable que Damasco logre establecer su control sobre las
áreas liberadas que están en poder del EIL. En otras palabras los
estadounidenses prefieren a los kurdos (como también asirios, grupos árabes,
armenios, turcomanos) en lugar del ejército sirio. Sin embargo, al parecer una
parte del movimiento kurdo no estaría dispuesto a abandonar su objetivo de unificar
los tres cantones kurdos por la captura de Raqqa.
Tomando en cuenta la actual situación, existe una posibilidad muy real de
que Raqqa se convierta en el escenario de una confrontación mayor que podría tener graves repercusiones
internacionales. Por una parte está el ejército sirio, apoyado por la aviación
y fuerzas especiales rusas dirigiéndose a Raqqa desde el este, mientras que por
otro lado las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS) apoyadas por la aviación y las
fuerzas especiales estadounidenses se aproximan a Raqqa desde el oeste. Ambas
partes se encuentran en una carrera o competencia para hacerse con el control
de la capital de facto del llamado Estado Islámico, ganar territorio y declararse
victoriosos ante todo el mundo. Sin embargo, podría suceder que ambos lleguen a
Raqqa simultáneamente y entonces tendríamos una situación en la que la alianza
sirio-rusa podría encontrarse cara a cara con la posibilidad de un conflicto
militar con la alianza EE.UU-FDS. En ese momento, la interrogante seria ¿quién,
si alguno, retrocederá? Si ambas fuerzas toman la decisión de seguir adelante,
el resultado sería catastrófico no solo para Siria sino para el resto del
mundo.
Independientemente de lo que suceda, es muy importante señalar que el
ejército sirio está actuando legítimamente en defensa propia contra los
terroristas que se hacen pasar por “rebeldes moderados” y los Estados Unidos.
Rusia, Irán y Hizboláh están en Siria a petición del gobierno de Al Assad,
actúan legalmente con el consentimiento del gobierno sirio, mientras los
Estados Unidos y la coalición que comanda actúan completamente al margen de las
leyes internacionales en un intento por apuntalar a sus fuerzas terroristas empeñadas
en la destrucción de la República Árabe Siria.
Publicado por La Cuna del Sol
USA.
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