domingo, 9 de abril de 2017

Juegos de guerra: ¿un ataque real de Estados Unidos o un montaje en colusión con Rusia?

¿Será verdad que fueron los rusos informados por los Estados Unidos del ataque misilístico y ellos informaron a su vez a los sirios sobre la inminencia del ataque? Es un extremo que quisiéramos declarara personalmente el presidente Putin, de lo contrario su prestigio político estaría realmente en entredicho, porque lo entenderíamos como colaboracionismo ruso con los Estados Unidos y que sería totalmente indigno porque pondría en entredicho los principios de la soberanía propia entre los Estados.


JUEGOS DE GUERRA: ¿UN ATAQUE REAL DE ESTADOS UNIDOS
O UN MONTAJE EN COLUSIÓN CON RUSIA?


Por Luciano Castro Barillas

Tengo la impresión personal y  muchos ciudadanos del mundo que Vladimir Putin es un político serio, de gran serenidad en el análisis, firme, todo un estadista, amante de los animales y la naturaleza, pero sobre todo es un hombre honesto. Eso creo de este ex agente de la KGB (la policía política de la extinta Unión Soviética) que ha llevado a Rusia a la grandeza perdida por los años del inmovilismo comunista y que reposicionó a esta gran nación en el lugar que le corresponde en el concierto de los pueblos del mundo. Digo esto porque se mueven dos fuertes corrientes de opinión respecto del ataque que fuera objeto un viejo aeropuerto de una base militar siria donde se reparaban viejos aviones de fabricación rusa y otros que se guardaban allí, ya en desuso; que hizo del ataque militar con misiles crucero Tomahawk (59) en total un gasto suntuario que ronda la bicoca de ¡80 millones de dólares! Para abatir unos aviones que ya eran auténtica chatarra. Y peor aún, como táctica militar, resulta sospechoso que se le avise al enemigo una hora antes que va a caer una lluvia de fuego para que se pongan a buen resguardo personal y de equipo.

También es objeto de alta suspicacia el hecho que disponiendo Rusia en la base militar de Latakia de un sofisticado sistema de antimisiles S400, lo más avanzado en bloqueo coheteril, no se haya disparado ni siquiera uno para interceptar a los cohetes que venían de la fragata norteamericana recalada en el mar Mediterráneo. Lo propio pudieron también hacer las fuerzas armadas sirias, porque disponen de un sistema parecido e igual de efectivo que son los cohetes S300. Pero eso no ocurrió.

¿Será verdad que fueron los rusos informados por los Estados Unidos del ataque misilístico y ellos informaron a su vez a los sirios sobre la inminencia del ataque? Es un extremo que quisiéramos declarara personalmente el presidente Putin, de lo contrario su prestigio político estaría realmente en entredicho, porque lo entenderíamos como colaboracionismo ruso con los Estados Unidos y que sería totalmente indigno porque pondría en entredicho los principios de la soberanía propia entre los Estados. De complacencia con un loco tiranuelo como Trump que le encantan, según se ve, los juegos de guerra. Jugar los juegos de niño rico que nunca ha conocido la urgencia, la pesadumbre y el dolor.

Sería totalmente inadmisible e inexcusable que en aras de oxigenar a Trump por la gran presión de los lobbys ultraderechistas internos se le permita el caprichito de echar mucho músculo lanzando 59 misiles. Ese ñeque militar y político era lo que esperaban los sectores chovinistas de los Estados Unidos que les fascina, les enloquece literalmente, los vuelve delirantes; cuando la otrora gran potencia venida  a menos, hace esos desplantes de fortalezas perdidas atacando por poco, un basurero de chatarra. Menudo y flaco lucimiento de poder. Yo creo que podría ser un montaje, porque si el señor Trump hubiera querido pleito de verdad, guerra, hubiera atacado la base militar rusa de Latakia y entonces hubiéramos creído sin rechistar que la acción militar era totalmente real.

O también podría ser la extrema paciencia de un gran estadista que pese al fuego atronador de por medio, subo mantener la calma, la extrema paciencia y tolerancia, porque una acción aventurera y precipitada de este tipo contra las fuerzas rusas significaba una clara declaración de guerra de gravísimas consecuencias. Nadie que esté cuerdo quiere una guerra. Entonces tiene el señor Putin el beneficio de la duda con la medida que asumió el mando militar y político ruso en menos de veinticuatro horas: dejar sin lugar el memorándum de prevención sobre incidentes aéreos acordados entre Rusia, Estados Unidos y países europeos participantes con sus respectivas fuerzas aéreas, en los vuelos sobre el territorio sirio.


Es, a partir de ahora, el cielo sirio, un lugar peligroso para cualquier avión bobalicón que ande despistado por esa fracción de espacio porque corre el riesgo de ser derribado. O también atacada cualquier fragata estadounidense que esté en esas disparaderas a las tontas y locas. Veremos que acontece en los días que vienen, aunque yo, personalmente creo que no pasará nada. Trump tiene una enorme semejanza con el líder norcoreano con eso de las amenazas. Nunca creí en las amenazas nucleares de Kim Jong Il y el temido disparo atómico, a no ser el que podría salirle en medio de las nalgas por el gusto excesivo que tiene por las  papas fritas.






Publicado por La Cuna del Sol
USA.

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