¿Será verdad que
fueron los rusos informados por los Estados Unidos del ataque misilístico y
ellos informaron a su vez a los sirios sobre la inminencia del ataque? Es un
extremo que quisiéramos declarara personalmente el presidente Putin, de lo
contrario su prestigio político estaría realmente en entredicho, porque lo
entenderíamos como colaboracionismo ruso con los Estados Unidos y que sería
totalmente indigno porque pondría en entredicho los principios de la soberanía
propia entre los Estados.
JUEGOS DE GUERRA: ¿UN
ATAQUE REAL DE ESTADOS UNIDOS
Por Luciano Castro Barillas
Tengo la impresión personal y muchos ciudadanos del mundo que Vladimir
Putin es un político serio, de gran serenidad en el análisis, firme, todo un
estadista, amante de los animales y la naturaleza, pero sobre todo es un hombre
honesto. Eso creo de este ex agente de la KGB (la policía política de la
extinta Unión Soviética) que ha llevado a Rusia a la grandeza perdida por los
años del inmovilismo comunista y que reposicionó a esta gran nación en el lugar
que le corresponde en el concierto de los pueblos del mundo. Digo esto porque
se mueven dos fuertes corrientes de opinión respecto del ataque que fuera
objeto un viejo aeropuerto de una base militar siria donde se reparaban viejos
aviones de fabricación rusa y otros que se guardaban allí, ya en desuso; que
hizo del ataque militar con misiles crucero Tomahawk (59) en total un gasto
suntuario que ronda la bicoca de ¡80 millones de dólares! Para abatir unos
aviones que ya eran auténtica chatarra. Y peor aún, como táctica militar,
resulta sospechoso que se le avise al enemigo una hora antes que va a caer una
lluvia de fuego para que se pongan a buen resguardo personal y de equipo.
También es objeto de alta suspicacia el hecho
que disponiendo Rusia en la base militar de Latakia de un sofisticado sistema
de antimisiles S400, lo más avanzado en bloqueo coheteril, no se haya disparado
ni siquiera uno para interceptar a los cohetes que venían de la fragata
norteamericana recalada en el mar Mediterráneo. Lo propio pudieron también
hacer las fuerzas armadas sirias, porque disponen de un sistema parecido e
igual de efectivo que son los cohetes S300. Pero eso no ocurrió.
¿Será verdad que fueron los rusos informados
por los Estados Unidos del ataque misilístico y ellos informaron a su vez a los
sirios sobre la inminencia del ataque? Es un extremo que quisiéramos declarara
personalmente el presidente Putin, de lo contrario su prestigio político
estaría realmente en entredicho, porque lo entenderíamos como colaboracionismo
ruso con los Estados Unidos y que sería totalmente indigno porque pondría
en entredicho los principios de la soberanía propia entre los Estados. De
complacencia con un loco tiranuelo como Trump que le encantan, según se ve, los
juegos de guerra. Jugar los juegos de niño rico que nunca ha conocido la
urgencia, la pesadumbre y el dolor.
Sería totalmente inadmisible e inexcusable que
en aras de oxigenar a Trump por la gran presión de los lobbys ultraderechistas
internos se le permita el caprichito de echar mucho músculo lanzando 59
misiles. Ese ñeque militar y político era lo que esperaban los sectores
chovinistas de los Estados Unidos que les fascina, les enloquece literalmente,
los vuelve delirantes; cuando la otrora gran potencia venida a menos, hace esos desplantes de fortalezas
perdidas atacando por poco, un basurero de chatarra. Menudo y flaco lucimiento
de poder. Yo creo que podría ser un montaje, porque si el señor Trump hubiera
querido pleito de verdad, guerra, hubiera atacado la base militar rusa de
Latakia y entonces hubiéramos creído sin rechistar que la acción militar era
totalmente real.
O también podría ser la extrema paciencia de un
gran estadista que pese al fuego atronador de por medio, subo mantener la
calma, la extrema paciencia y tolerancia, porque una acción aventurera y
precipitada de este tipo contra las fuerzas rusas significaba una clara
declaración de guerra de gravísimas consecuencias. Nadie que esté cuerdo quiere
una guerra. Entonces tiene el señor Putin el beneficio de la duda con la medida
que asumió el mando militar y político ruso en menos de veinticuatro horas:
dejar sin lugar el memorándum de prevención sobre incidentes aéreos acordados
entre Rusia, Estados Unidos y países europeos participantes con sus respectivas
fuerzas aéreas, en los vuelos sobre el territorio sirio.
Es, a partir de ahora, el cielo sirio, un lugar
peligroso para cualquier avión bobalicón que ande despistado por esa fracción
de espacio porque corre el riesgo de ser derribado. O también atacada cualquier
fragata estadounidense que esté en esas disparaderas a las tontas y locas. Veremos
que acontece en los días que vienen, aunque yo, personalmente creo que no
pasará nada. Trump tiene una enorme semejanza con el líder norcoreano con eso
de las amenazas. Nunca creí en las amenazas nucleares de Kim Jong Il y el
temido disparo atómico, a no ser el que podría salirle en medio de las nalgas
por el gusto excesivo que tiene por las
papas fritas.
Publicado por La Cuna del Sol
USA.
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