La guerra de la
desinformación y las amenazas contra Venezuela arrecian, se busca deslegitimar
a toda costa la legitimidad de todas las acciones del gobierno de Nicolás
Maduro intentando crear con ello las
condiciones propicias para su eventual derrocamiento. Univisión y Telemundo con
su constante manipulación informativa están ayudando a crear esas condiciones
preparando el terreno para el cambio de régimen que Washington ha venido tramando
desde hace mucho tiempo.
UNIVISIÓN Y TELEMUNDO HERRAMIENTAS DEL
IMPERIALISMO CONTRA VENEZUELA
Estos dos conglomerados televisivos que se disputan la audiencia
hispanohablante-mayormente inmigrante- en los Estados Unidos, tienen, aparte
de la mala calidad de su programación y de pertenecer a grandes intereses
corporativos estadounidenses, algo más en común: su aversión hacia los
gobiernos progresistas o populistas de izquierda, como ellos peyorativamente los
denominan, que actualmente y por la vía democrática gobiernan en algunos países
latinoamericanos, en específico el caso de Venezuela, cuyo gobierno se ha
convertido en el blanco de los ataques mediáticos que a diario difunden en sus
diferentes programas estos dos medios de comunicación televisada que en aras de
la defensa de unos supuestos valores democráticos y derechos humanos, fachada
del imperialismo criminal destructor de pueblos, no escatiman esfuerzos para
denigrar y deslegitimar ante sus crédulas audiencias, un proceso político-democrático
nacido de la genuina voluntad democrática de un pueblo que aspira a construir y
vivir en un sistema que responda a sus necesidades más urgentes, libre de toda
interferencia foránea.
Venezuela se encuentra hoy en día prácticamente sitiada, bajo el ataque de
una enorme guerra mediática dirigida desde el extranjero y secundada
internamente por todos los medios de la burguesía entreguista venezolana cuyo
solo objetivo es el aniquilamiento, borrar todo vestigio, del proceso
revolucionario bolivariano venezolano. A
la guerra desinformativa contra Venezuela, orquestada por Washington y la colaboración de los grandes
medios de comunicación del imperialismo angloamericano, se han sumado las
cadenas en español Telemundo y Univisión que en razón de ejercer un monopolio
sobre la audiencia hispana en Estados Unidos, vienen a ser la herramienta
perfecta para propagar entre un público incauto y poco informado la sesgada y
falsa narrativa sobre los acontecimientos en Venezuela que más le conviene al
criminal proyecto del cambio de régimen diseñado por Washington y seguido al
pie de la letra por las fuerzas fascistas de oposición locales.
Es tal la descarada la manipulación de los hechos que cualquier espectador
medianamente informado y sin mayor esfuerzo es capaz de detectar la naturaleza engañosa
de la información que se difunde por estos dos medios, como por ejemplo: la
naturaleza violenta y destructiva de grupos de la oposición que emplean
tácticas terroristas pero que los susodichos medios destacan como pacíficos, en
contraste el comportamiento del gobierno venezolano y sus fuerzas de seguridad que
han mostrado un alto grado de tolerancia hacia estos grupos violentos, que
difícilmente veríamos en países “democráticos”, incluso en los propios Estados
Unidos, es considerado represivo y dictatorial. Jamás estos medios hacen
referencia al criminal intervencionismo norteamericano o el carácter represivo
y antidemocrático de regímenes como el colombiano, brasileño o mexicano que
desaparecen, masacran y violan diariamente los derechos humanos de sus propios
ciudadanos; el enfoque es sobre Venezuela sencillamente por querer seguir un
rumbo político diferente al trazado por el hegemón del norte a sus lacayos.
No es solamente en los segmentos de noticias donde la distorsión de la
información y la realidad tienen lugar, sucede también en los programas de
variedades, en las galas de las celebridades, en las violentas narconovelas o
narcoseries y en los programas de debate político, donde son comunes las
alusiones al narco-estado, la dictadura que reprime violentamente las
manifestaciones pacíficas, encarcela y tortura a líderes de la oposición y está
matando de hambre y enfermedades al pueblo venezolano que a pesar de ello, lucha
heroicamente por recuperar la libertad que el totalitarismo, a lo Cubano, les
ha arrebatado. Todo esto no es más que propaganda desinformativa en su forma
más pura, mentiras que se repiten una y otra vez hasta que terminan siendo
aceptadas como verdades por un público indolente, sumiso, sin capacidad de reacción
como para cuestionar la naturaleza de la flagrante manipulación de la que son
víctimas.
Para una gran mayoría del público hispanohablante que asiduamente entra en
sintonía con la programación de Telemundo y Univisión resulta imposible, ya sea
por ignorancia, complacencia, o su negativa a buscar información en medios
alternativos, no aceptar como verdad la
versión distorsionada de los hechos propagada por estos medios pro-imperialistas
que se afanan en presentar la situación en Venezuela como una de profunda
crisis y caos incontrolable, resultado exclusivo del fracaso de las políticas
socialistas del régimen dictatorial de Nicolás Maduro, el cual es resistido por
casi la totalidad del pueblo venezolano que, a pesar de protestar pacíficamente,
es reprimido violentamente por la fuerzas de seguridad, a las que se atribuyen
las varias decenas de muertos. Sin embargo, esta versión manipulada de la
verdad escoge omitir los grandes logros del proceso revolucionario bolivariano,
o que la crisis política, económica y social tiene sus raíces en la caída
global de los precios del petróleo, la masiva fuga de capitales y el
acaparamiento y contrabando de alimentos y medicinas como estrategia de la burguesía
para provocar la asfixia económica del gobierno y el descontento de la
población. A esto hay que sumarle el abierto e ilegal intervencionismo de
Washington que amparado en el apoyo a las fuerzas reaccionarias de la oposición
busca por todos los medios el cambio de régimen como paso para establecer su
dominio sobre la desobediente Venezuela y apropiarse de los recursos
estratégicos del país.
En una crisis tan complicada como la que vive Venezuela, estas son
cuestiones que no se pueden pasar por alto si se desea exponer al público a una
versión de los hechos que más se aproxime a la verdad, sin embargo para los
grandes medios de comunicación, que sirven de voceros del imperialismo, la
difusión de la verdad corresponde a una falsa realidad que el mismo
imperialismo se encarga de crear y esparcir a través de la manipulación
sicológica de las masas que medios como Telemundo y Univisión cumplen sin
ninguna objeción.
Venezuela como un país soberano tiene el derecho a elegir libremente el
sistema político que más se ajuste a sus necesidades democráticas, sea este del
tinte ideológico que sea, y ningún país o entidad política que se diga ser
amante de la libertad y la democracia puede o debe cuestionar, mucho menos
intentar sabotear o aniquilar un proceso democrático nacido de la libertad de
escogencia de un pueblo. Ni la Revolución Bolivariana, ni Hugo Chávez, o
Nicolás Maduro son el resultado de la imposición arbitraria, son el producto de
la decisión soberana de un pueblo y eso, debe respetarse, de lo contrario la “Democracia”,
la que tanto aman y defienden personajes como Donald Trump, que llegó a ser
presidente aun perdiendo el voto popular, y ahora impone sanciones y demanda
que Venezuela obedezca sus dictados imperialistas, pierde su valor y se
transforma en un simple concepto vacío, manipulable al placer y antojo de
quienes intentan imponer su voluntad sobre aquellas naciones que buscan
construir su propio destino libres de todo injerencismo foráneo en sus asuntos
internos.
La guerra de la desinformación y las amenazas contra Venezuela arrecian, se
busca deslegitimar a toda costa la legitimidad de todas las acciones del
gobierno de Nicolás Maduro intentando crear con ello las condiciones propicias para su eventual
derrocamiento. Univisión y Telemundo con su constante manipulación informativa están
ayudando a crear esas condiciones preparando el terreno para el cambio de
régimen que Washington ha venido tramando desde hace mucho tiempo. Con ello se
demuestra que su defensa de la democracia y la libertad del pueblo venezolano
es una falsedad que encubre las perversas intenciones del imperialismo y sus
lacayos. Para estos medios de comunicación debería ser vergonzoso asumir esa
posición en contra de un pueblo latinoamericano que lucha por ser independiente
y romper con el eterno yugo del “patio trasero”, sin embargo, esa suposición no
cabe en su lógica y en su negocio de la desinformación, pues al fin al cabo por
algo sirven de herramientas del gran aparato propagandístico del Norte libre y
rico, deseoso de imponer las bondades de su hegemonía sobre los atrasados y
pobres pueblos del Sur.
Publicado por La Cuna del Sol
USA.
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