Es totalmente comprensible
también que luego de 36 años de guerra interna se intentara privilegiar el
diálogo, no obstante, pese al surgimiento de esa cultura de la interlocución,
los resultados fueron siempre precarios porque subyacía y subyace la subcultura
de la impostación, de la demagogia, de la falta de sinceridad y voluntad en el
diálogo.
GUATEMALA, PARAÍSO DE LAS
MESAS DE DIÁLOGO
Por Luciano Castro Barillas
No cabe la menor duda que el mejor método para la resolución de
controversias durante todos los tiempos y en todas partes es el diálogo, por
supuesto, cuando frente a nosotros está un interlocutor válido, legítimo, de
buena fe y voluntad política para encontrar soluciones honestas a los difíciles
atolladeros de la vida social. Guatemala, durante todo el proceso de diálogo
para constituir los Acuerdos de Paz marcó una cultura y después una subcultura
del diálogo. Todo mundo dio a partir de entonces en instaurar Mesas de Diálogo
para esto o aquello. Es totalmente comprensible también que luego de 36 años de
guerra interna se intentara privilegiar el diálogo, no obstante, pese al
surgimiento de esa cultura de la interlocución, los resultados fueron siempre
precarios porque subyacía y subyace la subcultura de la impostación, de la
demagogia, de la falta de sinceridad y voluntad en el diálogo. Guatemala nunca
ha dejado de estar en guerra y el apotegma del militar prusiano de que "la
guerra es una continuación de la política, solo que por otros medios" se
cumple en Guatemala al revés, como una paradoja o quiasmo alucinante de
contradicciones estúpidas, pues podemos afirmar que en Guatemala "la
política es ahora mismo la continuación de la guerra". Nunca hemos tenido
un momento de paz pese a los Acuerdos de Paz suscritos en 1996 porque la guerra
siguió existiendo de las maneras más perversas. Todos los poderes públicos del
Estado copados y cooptados por los mismos grupos sociales de poder. Una
oligarquía que no hace concesiones y que sigue disfrutando de los privilegios
de una sociedad en su mayoría excluida y discriminada y atontada porque sigue y
seguirá votando por las derechas en sus diferentes expresiones una y otra vez.
Malqueridos los pobres por las derechas, pero siempre con ella, como una
especie de amor contrariado.
Una de las instancias de diálogo que se conoce como "Foro
Guatemala" jugó en algún momento incidencias políticas limitadas, cuando
no tímidas, pero hoy, en septiembre de 2017, es un espacio de participación
ciudadana totalmente desfasado y diré por qué. En primer lugar por la presencia
del señor Stein, vicepresidente del gobierno derechista sin disimulo de Oscar
Berger inmerso en innumerables actos de corrupción (por ejemplo la pésima obra
de remoción realizada en el aeropuerto y la expoliación o robo de las tierras campesinas del valle del río
Polochic, en el departamento de Alta Verapaz, por parte de esta familia de
agroexportadores para introducir contra razón los cultivos de la palma
africana) y del que el señor Stein fuera persona cercana en amistad y acciones
políticas. No sé de dónde este señor se inviste de persona democrática cuando
en los hechos nunca ha sido un agente de cambio porque hizo gobierno a alto nivel
de un gobierno impopular que se involucró hasta en tareas de limpieza social,
tal el caso del ex jefe de la Policía Nacional, señor Sperisen, procesado en
Suiza por ese grave delito). De cuándo acá el señor Stein es una personalidad
democrática, pues el hombre es lo que hace, no lo que dice y será, no cabe la
menor duda, un doctor en educación de mucha labia al hablar e inteligible en su
conceptualidad, seguramente para pendejear a las personas incautas, pero que al
final, no dice nada o repite los sobados planteamientos tecnocráticos de los
estudiosos de la política, que no la viven en la calle sino en las aulas. Y
otra persona peor aún, el presidente de la Alianza Evangélica de Guatemala, que
preside el pensamiento más atrasado y reaccionario de las abundantes sectas
evangélicas integradas en esa alianza antidemocrática. Nadie que esté en contra
de la CICIG y su adalid en contra de la lucha contra la corrupción y la
impunidad merece el mínimo respeto. Esa actitud es la flagrancia ética de peor
envergadura. Por eso creo justo y correcto lo que ha hecho GAM y la Fundación
Mirna Mack de abandonar esa instancia para no entrarle al juego de diálogo de
sordos porque cuando no hay cohesión ni armonización de ideales y propósitos,
más vale dejar lo que no sirve. La Asociación de Estudiantes Universitarios
tiene la suficiente inteligencia y moralidad para sacar adelante al país de la
crisis que vive y para crear un diálogo verdaderamente productivo que recoja la
preocupación más sentida de Guatemala: que se largue Jimmy Morales y los 107
diputados corruptos. A partir de allí se puede empezar a dialogar, porque si
eso no es así, se deja de lado el clamor popular y se cae en el mismo punto
muerto del gobierno: desoír el sentir popular.
Publicado por La Cuna del Sol
USA.
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