domingo, 24 de septiembre de 2017

La gran resaca en Guatemala después del paro nacional

Pocas veces se dan esas coincidencias donde la burguesía, la pequeña burguesía y los sectores populares tienen un enemigo en común. Los vasos aglutinantes de una lucha política unitaria siempre lo constituye ese enemigo de todos. En Cuba fue la revolución unida graníticamente contra la figura oprobiosa de Fulgencio Batista, en Nicaragua fue la abusiva figura de los Somoza, que de no existir ese emblema ignominioso, no se hubiera dado la unidad de las diferentes facciones no sólo sandinistas sino de la izquierda revolucionaria. En el caso guatemalteco el enemigo en común es la corrupción y la impunidad y para derrotarlo es urgente la creación de una sola dirección política que en las actuales circunstancias corresponde a la Asociación de Estudiantes Universitarios, AEU, que es la única organización capaz de dar coherencia al esfuerzo de lucha que tiene un denominador común imperativo que es el ataque frontal a la corrupción y a la impunidad.


LA GRAN RESACA EN GUATEMALA
DESPUES DEL PARO NACIONAL


Por Luciano Castro Barillas

Después de la gran movilización popular nacional del miércoles diez y nueve de septiembre convocada por la Universidad de San Carlos de Guatemala y respaldada por otros centros privados de enseñanza superior, con el acompañamiento minoritario de obreros y campesinos, devienen posiciones políticas de variada filiación que pretenden posicionarse de una u otra manera en sus espacios de incidencia, es decir de hacerse notar, dar su aporte o no querer renunciar a sus viejos protagonismos invocando su "experiencia", lo que debe hacerse de manera inmediata es crear una sola dirección política en un órgano fuerte y unitario que tiene que ser la Asociación de Estudiantes Universitarios, AEU, capaz en los actuales momentos de dar coherencia al esfuerzo de lucha que tiene un denominador común imperativo que es el ataque frontal a la corrupción y a la impunidad.


Pocas veces se dan esas coincidencias donde la burguesía, la pequeña burguesía y los sectores populares tienen un enemigo en común. Los vasos aglutinantes de una lucha política unitaria siempre lo constituye ese enemigo de todos y pondré dos ejemplos históricos cercanos geográficamente a nosotros: la revolución cubana unida granítica contra Fulgencio Batista, donde ninguna genial dirección hubiera sido exitosa si ese ícono de la grosería y el oprobio que era Batista no hubiera estado presente. Igual pasó en Nicaragua donde la abusiva figura de los Somoza, que de no existir ese emblema ignominioso, no se hubiera dado la unidad de las diferentes facciones no sólo sandinistas sino de la izquierda revolucionaria. Hubo una dirección política acertada de Humberto Ortega, más que de Daniel y la lucha revolucionaria se perfiló como triunfadora en los dos últimos años, pues allí mismo estaba funcional, aglutinados y de rechazo la figura catódica del último de los Somoza.  Esa era la condición subjetiva de oro que haría salir todo bien en esos 24 meses finales de la lucha antisomocista. En Rusia fue el Zar y así siguen los ejemplos históricos cómo se fraguan las unidades orgánicas o coyunturales y sus altas posibilidades de éxito. Sin embargo una unidad no se forma cuando ese esfuerzo unitario hay voces discrepantes, tal el caso del pastor evangélico César Valdez, presidente de la Alianza Evangélica de Guatemala quien define a ultranza la soberanía y ve como injerencia internacional los convenios entre el Estado y organismos como la ONU y es ya una piedra en el zapato, un incordio en el Foro Guatemala que debe estar fuera. Son los jóvenes los protagonistas, no pasemos eso por alto.






Publicado por La Cuna del Sol
USA.

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