El presidente de Guatemala, el
señor Jimmy Morales estará presente en la Asamblea General de las Naciones
Unidas, ante el pleno dirá cualquier cosa, menos de los escándalos en los que
se encuentra embrollado, razón por la cual su presidencia está al borde del
colapso. Mientras tanto las fuerzas oscuras le apuestan a ganar tiempo confiados
en que la indignación popular, como en otras ocasiones, amainará y todo volverá
a ser igual.
LOS TRES TEMORES DE LOS
GUATEMALTECOS
EN ESTOS DÍAS INGOBERNABLES
Por Luciano Castro Barillas
En la semana que hoy se inicia, la primera pena del guatemalteco consciente
de la realidad nacional y al mismo tiempo preocupado por el decoro nacional, es
la presencia en la Asamblea General de las Naciones Unidas del presidente de
Guatemala, señor Jimmy Morales, quien, como si nada hubiera hecho y pasando por
alto todos sus desaguisados que han llevado al pueblo guatemalteco al borde del
abismo, disertará (que es mucho decir de él como persona) sobre el estado de la
Nación en la segunda ronda de debates en el transcurso de la tarde del día
martes 19 de septiembre. Hablará, indudablemente, puras generalidades porque no
puede hacer otra cosa, ya que su "programa de gobierno", si es que
alguna vez existió, tendría que ser una improvisación lamentable pues no es
posible que personas de esa índole puedan generar acciones consistente de
Estado. Será su intervención en Naciones Unidas una genuina cháchara de locutor
de variedades, cuando no despotrique con palabras derogatorias hacia aquellas
personas que él percibe como sus enemigos y que quieren, por nada, echarlo del
cargo. Ignoro quiénes sean sus asesores pero tendrán que ser dos clases de
personas por lo que hemos visto hasta la fecha: tontos irremediables o pícaros
impenitentes, incorregibles al tal punto, en el entendido que Dios los crió y
el Diablo los juntó. Son personas mareadas por el poder que se imaginaron que
podían hacer lo que querían y los resultados del abuso, pues, sencillamente
están a la vista. Si se explaya en sandeces para dar la impresión que él no
tiene ninguna aprensión o ahuevamiento por la situación crítica nacional y la
cesión de espacios a las fuerzas opositoras de variado cuño, entonces hablará
con más normalidad, pasando por alto toda presión emocional. Hará exhibición de
sandeces y mentiras para dar la impresión de ser un gobernante con presencia
política, porque eso podrían musitarle al oído la pandilla de pícaros
aprovechados que sacan ganancia de sus escasas luces o de viveza extrema, ya
que el presidente podría padecer de un trastorno bastante serio de doble,
triple o quíntuple personalidad. Es decir, no se sabe con qué cara está uno
hablando tal como le pasó al señor Antonio Guterrez, razón que le causó, como
él mismo declarara, "gran consternación".
La segunda pena de los guatemaltecos es lo relacionado con los granujas de
los diputados, pues estos pillos de 7 Suelas, descarados y caraduras, como
ratas, están escondidos en su guarida y solo se les ven las orejas y el hocico
muy brevemente. El recinto del Congreso está desolado, solo están unos cuantos
empleados recepcionistas pues los diputados atorrantes y bandidos, resulta que
ahora andan con un gran miedo porque temen morir despellejados o apaleados por
la ira del pueblo; temor que realmente deberían dejarlo de lado pues esta clase
de sujetos, opina el pueblo enardecido; no valen el garrotazo. Ahora los niños
traumados están recibiendo atención psicológica por el susto que llevaron esa
noche aciaga y que derivó en que varios de estas linduras resultaran con
diabetes tipo "A" porque pensaron seriamente que serían linchados.
Ahora la lucha es porque se vayan de una buena vez y que no le estén jugando al
enfriamiento del ardor popular para que al rato estén haciendo lo mismo. Algún
descerebrado le está aconsejando que el
pueblo se va a cansar y que hay que tener paciencia, que todo pasará, que todo
volverá a estar igual; que el pueblo de Guatemala es un pueblo pendejo que solo
monta en cólera un rato y después, como amantes contrariados, estarán nuevamente contentos en su desgracia y yaciendo
en el mismo lecho. Les persuaden que después de la tormenta viene la calma y
que sobre todo ya no volverán a escuchar otro grito de felicidad como el
emitido por Javier Hernández, el jefe de bancada del FCN, quien al enterarse
del resultado de la votación favorable para Jimmy Morales con el asunto del
retiro de la inmunidad, gritó desaforado, como resultado también de ver mucha
tele; en los pasillos del Congreso: ¡Siiiii! Los diputados y sus aliados
cochinos, pues, se están recomponiendo para contraatacar y según estas
opiniones de que están tan asustados son puras pamplinas, pues, cabezas duras
que son, no será cosa fácil echarlos de su trabajo, perdón, de su centro de
holgazanería.
Por último, está el temor que la convocatoria para el Paro o Huelga General
del miércoles 20 sea un fracaso, pues, conociendo del enfriamiento emocional de
los guatemaltecos, es muy posible que los meados ya se les hayan enfriado, por
el problema que son pocos los que se mueven por conciencia de las cosas, sino
simplemente, porque les gusta, como desfogue; la chingadera, el relajo y los
desvergues; asunto por averiguar porque esa nueva filosofía de las masas es
novedosa, original y desmarcadora de Ortega y Gasset, ese filósofo patoso
español enemigo de las luchas revolucionarias y la clase trabajadora. Yo creo
que sí ha crecido la conciencia sobre la realidad nacional, los compromisos
activos sobre la necesidad de la transformación social, los alcances nefastos del
individualismo y el abandono pesimista por el destino de un país que por
momentos pensamos que no tiene remedio. CACIF, para variar, ya está dando su aporte
catódico, negativo, como siempre; y uno de los entrevistados de la Cámara del
Agro (el sector más conservador de ese grupo empresarial) declaró que ya los
diputados se retractaron y que eso es suficiente, que todo está bien y que lo
que debe preocuparnos a los chapines es "proyectar una imagen positiva de
Guatemala", como si el asunto fuera solo de relaciones públicas, de
maquillajes de las feas caras del capitalismo salvaje guatemalteco; pasando por
alto las tremendas injusticias sociales de la mayoría de los guatemaltecos. Que
no asustemos a los inversionistas. Saquen, lectores, sus propias conclusiones.
Publicado por La Cuna del Sol
USA.
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