Ante todo debo advertir que
el curso de la historia, aunque zigzagueante, siempre es ascendente. En ella es
elemental la contradicción que conduce al movimiento y la dinámica. Solo
tomando conciencia de esto es posible una visión acertada de la nueva realidad mundial.
Cierto, los cambios han sido sorprendentes. Y fueron en medio de feroces
confrontaciones, de clases e inter-imperialistas, que han teñido de rojo vivo
el planeta. En efecto, Estados Unidos no ha cesado un minuto en agredir a los
pueblos. En realidad una agresión a la humanidad. A no dudarlo su potencialidad
es aún muy fuerte. No podemos negar esto. Es el centro de la guerra. ¿Qué lugar
del planeta ha estado a salvo de sus fechorías? No hay un solo lugar. Es un vil
canalla. Un lastre y un enemigo jurado de los pueblos, por lo que estos deben
unirse para aplastarlo.
PUNTO DE QUIEBRE HISTÓRICO
Por: Enrique Muñoz Gamarra (*)
Hasta aquí el análisis internacional nos ha conducido a importantes
conclusiones: bancarrota económica de Estados Unidos, ascensión de China como
máxima potencia capitalista, paridad estratégica y ascensión de la RPDC a una
gran potencia nuclear. Estos cuatro hechos, más la pérdida de la hegemonía
mundial estadounidense, implosión de la arquitectura del dominio imperialista
occidental, nueva estructura económica capitalista después del 2008 y las
cuatro grandes potencias militares con Rusia como primera potencia militar del
mundo, seguidos en forma correlativa por Estados Unidos, China y la RPDC, han
sido los ocho hechos más importantes que han sacudido el planeta desde el año
2008.
Entonces hubo una gran preocupación por el análisis internacional. Sin
embargo es posible, que la increíble velocidad de los cambios que en estos
últimos años han estado batiéndose sobre el planeta, haya opacado por algunos
momentos la visibilidad y la hilaridad de aquellos análisis. No olvidemos que
los cambios han sido violentos. Entonces las tesis han parecido perder piso.
Pero el análisis en concreto ha sido certero y contundente. Recuerdo el titular
de aquel artículo publicado el 16 de mayo del 2015 que decía: “Rusia, Irán y
Siria: Firmeza, Firmeza, Firmeza”. Por supuesto todo esto siempre teniendo
presente que el conocimiento no está acabado, ni nunca lo estará. Aquello
siempre es relativo. Pues la materia es dinámica y en un proceso de continuo
movimiento que ha conducido al rechazo y repudio de la farsa, de la verdad
absoluta y de la existencia de dioses, sabios y sumos pontífices. En esto hay
que estar muy claros.
Y más aún cuando el sistema a través de sus ideólogos, sus tink tank y sus
intelectuales mercenarios, prácticamente en una auténtica ofensiva ideológica
fascista, inducen a un análisis superficial y sin perspectivas claras, como si
estuviéramos en una jungla donde todo es un caos sin tomar en cuenta el
verdadero sentido de las contradicciones que se superponen en el curso de la
historia.
Ante todo debo advertir que el curso de la historia, aunque zigzagueante,
siempre es ascendente. En ella es elemental la contradicción que conduce al
movimiento y la dinámica. Solo tomando conciencia de esto es posible una visión
acertada de la nueva realidad mundial.
Cierto, los cambios han sido sorprendentes. Y fueron en medio de feroces
confrontaciones, de clases e inter-imperialistas, que han teñido de rojo vivo
el planeta. En efecto, Estados Unidos no ha cesado un minuto en agredir a los
pueblos. En realidad una agresión a la humanidad. A no dudarlo su potencialidad
es aún muy fuerte. No podemos negar esto. Es el centro de la guerra. ¿Qué lugar
del planeta ha estado a salvo de sus fechorías? No hay un solo lugar. Es un vil
canalla. Un lastre y un enemigo jurado de los pueblos, por lo que estos deben
unirse para aplastarlo.
Bien sabemos que en la actualidad las tempestades sobre todo económicas y
militares siguen batiéndose, haciendo que las leyes capitalistas se agiten
siguiendo su tónica y su tendencia. No olvidemos que desde el año 2008 el
sistema capitalista está en un importante reajuste.
Además desde principios de este año (2017) en un periodo especial,
concretamente en la tercera fase de la nueva coyuntura histórica inaugurada en
2008, un punto de referencia obligatorio para cualquier análisis económico,
político y militar.
De hecho los cambios seguirán profundizándose. Esto es inevitable. Ahora
mismo están sobre acumulados, forzándose y batiéndose inconteniblemente y que
ya nada a partir de aquí será igual como fue antes del 2008.
Esto ocurre en medio de la agudización de las contradicciones
inter-imperialistas que en lo fundamental deberán sellar el desplazamiento del
imperialismo estadounidense de la hegemonía mundial. No olvidemos que en lo
económico prácticamente esta ahogado. La pesada carga militar que soporta es
muy fuerte, y ya de por sí, le es insoportable sostenerlo.
Sin olvidar que todos estos hechos son parte del nuevo reajuste del sistema
capitalista que se desplaza en una situación de agotamiento y entrampamiento,
inmersa en una grave crisis económica que dicho sea de paso no ha tocado fondo,
sin perspectivas de un nuevo ciclo económico largo de avance y prosperidad y
que tras la llegada de la nueva estructura económica de este sistema con China
como máxima potencia, está apurando su marcha.
En esto no podemos olvidar la inmensa trascendencia de la RPDC. La
existencia de este país en la presente coyuntura histórica ha devenido en uno
de suma importancia. Se dice que la gran batalla de Pyongyang sellará el
destino de la humanidad. De hecho su trascendencia es enorme.
El 11 de marzo del 2013 escribí el siguiente artículo: “Histórica reacción
de Corea socialista puede acelerar cambios geoestratégicos en el mundo”. Entre
otras afirmé allí, cuando las prensas occidentales hacían sorna de la reacción
de Corea socialista, lo siguiente: “La fuerza revolucionaria de la RPDC es muy
fuerte. De hecho pueden acelerar los cambios geopolíticos en el mundo. Es una
situación que en el análisis internacional tiene mucha incidencia. Algunos han
menospreciado esto, porque sus concepciones acerca del mundo son limitadas y
estrechas y, consecuentemente, sus visiones arbitrarias”.
Luego hemos sostenido que la RPDC es un país socialista que ha sobrevivido
a todo tipo de sabotaje imperialista y restauración capitalista, desarrollando
en primer lugar el armamento nuclear y sus portadores a su máximo nivel. Su
existencia en la historia humana de estos últimos tiempos, en particular, en
esta coyuntura de máxima dictadura imperialista mundial, es única.
Sin olvidar que el primer frente de guerra que desarrollan en la actualidad
los países imperialistas está centrado para destruir la RPDC. Es la principal
preocupación de estos países. Por supuesto en ese proceso también danzan Rusia
y China y, por el que finalmente se ha visto encajada en la contradicción
capitalismo versus socialismo que empezó a reavivarse en la presente coyuntura.
En efecto, por más de medio siglo (desde los años setenta del siglo pasado)
se había envenenado a la humanidad con eso de que el socialismo había
desaparecido particularmente esto fue con mayor saña después de la implosión de
la ex URSS en 1991. Pero, no, el socialismo estaba ahí. Existía. Así lo
demuestra ahora la RPDC, que para beneplácito de los pueblos, es una cuarta
potencia militar del mundo. Esto es muy importante.
Cierto, la RPDC un país socialista geográficamente pequeño pero moralmente
gigante, ahora mismo está dando una gran lección al decadente imperialismo
estadounidense. Su firmeza para hacerlo volver a su realidad fue determinante.
En esto la RPDC ha sido contundente: primero, el 4 de julio del 2017 lanzó
su misil balístico intercontinental (ICBM) llamado Hwasong-14 con capacidad de
portar ojivas nucleares. Y segundo, lo más importante, ocurrió la madrugada del
3 de septiembre del 2017 cuando se efectuó la prueba exitosa de su sexta prueba
nuclear de una bomba de hidrógeno (que se mide en megatones, no en kilotones)
para misiles balísticos intercontinentales. Fue el sexto ensayo atómico desde
que el país se proclamará potencia nuclear en el año 2005; los anteriores
tuvieron lugar en 2006, 2009, 2013 y dos en 2016. Con esto, todo occidente y
los demás países imperialistas estaban en una gran histeria, de dolor y
desesperación: el poderío nuclear de la RPDC había sido aclarado totalmente.
Sin embargo, los imperialistas estadounidenses en su insana brutalidad
desconocen el resultado final de sus maquinaciones sobre todo en la península
coreana. Vanagloriándose de una superioridad militar suya que ya no existe,
quieren esconder aquello que es vox populi que ahora la RPDC es la cuarta
potencia militar del mundo y sede de los más altos estudios militares
nucleares. De hecho la coyuntura actual es absolutamente favorable a los
cambios geopolíticos que se agolpan en el mundo desde 2008.
El letal imperialismo estadounidense puede decir lo que quiera respecto a
la potencialidad nuclear de la RPDC, pero lo que ha ocurrido en estos últimos
meses (marzo-septiembre del 2017) en la península coreana ha sido la quiebra
total de su hegemonía en el mundo. Esto ha sido sellado el 3 de septiembre del
2017 cuando fue probado con total éxito la bomba de hidrogeno para un misil
balístico intercontinental (ICBM). Ahora podemos escribir con grandes letras y
sin temor a equivocarnos que en esta región el viejo ejército estadounidense finalmente
ha sido contenido y, con ello, aun con sus enormes provocaciones actuales, el
nuevo rumbo de la geopolítica mundial está totalmente aclarado. Un hecho
histórico absolutamente trascendental en el destino de la humanidad de estos
últimos tiempos.
Entonces esto demuestra que la historia ha estado corriendo inmersa en su
tendencia.
Las dinámicas son tres: primero, la gran crisis económica que en mis
análisis la denomine la “Gran depresión económica del 2008”. Segundo, la
carrera armamentística que muestra al mundo el desarrollo desigual del sistema
capitalista, la agudización de las contradicciones inter-imperialistas y la
tendencia final del sistema imperialista. Y tercero, la existencia de la RPDC
como un país socialista con armamento nuclear que demuestra, aun sabiendo la
enorme dictadura imperialista sobre el mundo, que la contradicción
capitalismo-socialismo se vuelve vibrante y de suma importancia.
Y así, aunque la transformación socialista mundial está retrasada, la
tendencia de la historia hacia el socialismo es una línea que se mantiene
firme. En principio “la teoría leninista referida al imperialismo es la segunda
y última fase del capitalismo” sigue vigente como nunca antes. Sin olvidar que
el marxismo deviene en ciencia porque precisamente es resultado de todo lo
mejor de los conocimientos habidos en el mundo hasta el presente. Esto obliga a
los partidos comunistas a desmenuzar y asimilar los nuevos adelantos
científicos que se han dado en el mundo.
Consecuentemente en las nuevas condiciones de guerra que aun pretende
imponer el decadente imperialismo estadounidense, incluso después del 3 de
septiembre de 2017, las tácticas de autodefensa que la RPDC puede asumir, son
infinitas.
En efecto, las canalladas de la vieja burguesía financiera estadounidense
obligaran automáticamente a la RPDC a orientar sus estrategias y tácticas de
guerra a su extrema radicalización con múltiples objetivos de impacto. Esta es
una exigencia de la historia, el proletariado norcoreano y el proletariado
internacional.
Sin embargo este país (Estados Unidos) como potencia militar en decadencia
es extremadamente peligroso y jamás retrocederá por sí solo. Y no lo hará
aunque lo deseara. El sistema (crisis económica), la concatenación de los
hechos que avanza sobre el planeta casi violentamente aplastando su hegemonía
mundial, se lo impedirá de una u otra forma. Entonces provocara y provocara
hasta su ruina. Esta es la lógica imperialista estadounidense. Hay que tomar
nota de esto.
Pero la nueva realidad mundial lo obligará más rápido de lo que nos
imaginamos aceptar la existencia de la RPDC, socialista y con armamento
nuclear. Es una exigencia de vida o muerte para el conjunto del sistema
imperialista cuando la gran crisis económica y la carrera armamentística siguen
batiéndose y del que emergerá, como antes y como siempre, la lucha de clases
como el factor determinante que decidirá el desenlace final, pues, se entiende
que el proletariado mundial no es ningún convidado de piedra, sino, un ente
activo, dinámico y revolucionario como lo habían descrito Marx y Engels en el
Manifiesto Comunista. Esta es la perspectiva a largo plazo que nunca debemos
perder de vista.
(*) Enrique Muñoz Gamarra: Sociólogo peruano, especialista en
geopolítica y análisis internacional. Autor
del libro: “Coyuntura Histórica. Estructura Multipolar y Ascenso del Fascismo
en Estados Unidos”. Su Página web es: www.enriquemunozgamarra.org
Publicado por La Cuna del Sol
USA.
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