martes, 10 de octubre de 2017

Jorge Vega López, entre la grandeza y la mezquindad

Lo entrenaron sin muchas esperanzas y ahora, a la vuelta de pocos años,  da este hijo del pueblo, la más extraordinaria satisfacción propia y para todos los guatemaltecos.


JORGE VEGA LÓPEZ,
ENTRE LA GRANDEZA  Y LA MEZQUINDAD


Por Luciano Castro Barillas

Este jovencito guatemalteco de 1.48 metros de estatura es uno de los gigantes en el escenario de la gimnasia internacional. En un principio no se hacía grandes ilusiones con la final del domingo en Montreal, Canadá, el domingo 8 de octubre de 2017 por la alta exigencia técnica del evento y su todavía limitado fogueo en justas internacionales de esa envergadura. Si lograba entrar entre los 20 mejores del mundo, como lo esperaba su entrenador, lo tomarían ambos, atleta y técnico,  como buen resultado. Era una competencia fuerte con campeones olímpicos como el surcoreano Yan Hakseon, investido con el oro olímpico y el rumano Dragulescu Marian, igualmente medallista en la última olimpiada.

No la tenía nada fácil nuestro querido muchacho guatemalteco, que entre tanta pesadumbre y podredumbre que vivimos aquí en Guatemala, nos dio ese domingo como regalo un quinto lugar que nos hizo sentirnos alegres, contentos, satisfechos, con fe en Guatemala y confianza que hay tantos buenos chapines que no se quedan flotando en la cuba de la mediocridad y que, como osado cangrejo, que dejan atrás a los roñosos y envidiosos, sale de ese recipiente de poco espacio para demostrar a los demás y a sí mismo que se puede ser diferente y mejor y proyectarse a escala mundial como lo ha hecho Jorgito. Como aquí nunca faltan los guatemaltecos ruines, algunos  -no muchos, o quizá muchos-  resulta que empezaron a cuestionar que sus habilidades gimnásticas, principalmente de rutinas de piso y salto al potro, eran resultado de su pequeña estatura. Que un cuerpo así era manejable, que lo chaparro le favorecía para ser saltarín… Lo que estos rufianes de la opinión no sabían era que a Jorge le costó mucho más trabajo saltar al potro que los atletas europeos o coreanos, de mayor estatura y, por lo tanto, encontraban el potro más bajo, posiblemente más cómodo; que lo altísimo que hacía ese artefacto deportivo para Jorgito Vega y sus 1.48 metros de estatura. Enfrentó el reto sin pedir tregua y conquistó el quinto lugar, aventajado por décimas, no por uno o dos puntos completos, por el coreano Hakseon.


Ese es Jorge, con todo un perfil de campeón y del cual nos sentimos orgullosos, contentos con este patojo de Jocotenango, que entró al mundo de la gimnasia ya pasadito de años pues había perdido los años cruciales que se necesitan (5 y 8 años) para empezar a practicar esta disciplina. Él llegaba a ver a los gimnastas, sin estar enterado del todo lo que le deparaba el destino. Lo entrenaron sin muchas esperanzas por la pérdida de esos años y ahora, a la vuelta de pocos años,  da este hijo del pueblo, la más extraordinaria satisfacción propia y para todos los guatemaltecos. Son las pocas alegrías que tenemos los guatemaltecos que no tenemos ya carreteras pues están totalmente destruidas por 20 años de abandono, con hospitales sin medicamentos, con delincuentes de la misma edad de Jorge matando por las calles, con funcionarios altos y bajos rebalsando de estulticia, con diputados incompetentes y mafiosos; pero sobre todo con seres perversos como Roxana Baldetti que ayer declaró ante el juez Gálvez que ella siempre instruyó a sus subalternos que el dinero de los pobres era sagrado! Por Dios, cómo los ciudadanos guatemaltecos son capaces de llevar a altos cargos del poder público a semejante basura. Pero hay un Jorge Vega López que nos ilumina en esta oscuridad y da a la Patria su mejor regalo de buen hijo. Vaya, y los diputados se autodenominan Padres de la Patria! Ah, desgraciados estos.






Publicado por La Cuna del Sol
USA.

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