La ideología es como una
sombra: nos acompaña siempre. Para superar las ilegítimas, es menester
desenmascararlas y sacar a la luz los intereses escondidos. Y cuando hablamos a
partir de un determinado lugar social, conviene explicitar en el discurso
nuestra ideología. Concientizada, la ideología se legitima y democráticamente
puede ser discutida o aceptada.
LA IDEOLOGÍA ES COMO LA
SOMBRA:
SIEMPRE NOS ACOMPAÑA
Por Leonardo Boff
El tema de la ideología está a la
orden del día: ideología de género, política, económica, religiosa etc.
Intentemos poner en claro esta cuestión.
1. Todo el mundo tiene una determinada ideología. Es decir, cada uno se
hace una idea (de ahí ideología) de la vida y del mundo. Tanto el vendedor de
palomitas de maíz de la esquina como la persona que atiende el teléfono o el
profesor universitario. Es inevitable, porque somos seres pensantes con ideas.
Querer una escuela sin ideología es no entender nada de ideología.
2. Cada grupo social o clase proyecta una ideología, una visión general de
las cosas. La razón es que la cabeza piensa a partir de donde pisan los pies.
Si alguien tiene los pies en la favela, tiene una cierta idea del mundo y de la
sociedad. Si alguien tiene los pies en un apartamento de lujo junto a la playa,
tiene otra idea del mundo y de la sociedad. Conclusión: no solo el individuo, sino
también cada grupo social o clase, elaboran inevitablemente su visión de la
vida y del mundo a partir de su lugar social.
3. Cada ideología personal o social, así como todo saber, tiene intereses
detrás, no siempre explicitados. El interés del trabajador es aumentar su
salario. El del patrón, aumentar su ganancia. El interés de un habitante de la
favela es salir de esa situación y tener una casa decente. El interés del
morador de un apartamento de clase media es poder mantener ese status social
sin estar amenazado por la ascensión de la gente de abajo. Los intereses no
convergen porque si aumenta el salario, disminuye la ganancia y viceversa. Aquí
se instaura un conflicto.
4. El interés escondido detrás del discurso ideológico debe ser calificado:
puede ser legítimo y es importante explicitarlo. Por ejemplo: tengo interés en
que ese grupo de familias cree una pequeña cooperativa de productos orgánicos,
de hortalizas, tomates, maíz etc. Este interés es legítimo y puede ser dicho
públicamente. Puede ser también un interés ilegítimo y ser mantenido oculto
para no perjudicar a quien lo propone. Ejemplo: hay grupos que combaten el
desnudo artístico para, en realidad, encubrir la homofobia, la supremacía de la
raza blanca y la persecución a los grupos LGBT. O un político de un partido
neoliberal cuyo proyecto es disminuir los salarios, reducir las pensiones y
privatizar bienes públicos y se presenta como alguien que va a luchar por los
derechos de los trabajadores, de los jubilados y a defender la riqueza de Brasil.
Él oculta ideológicamente los verdaderos intereses partidarios para no perder
votos. Esa ocultación es la ideología como falsedad y él, un hipócrita.
5. La ideología es el discurso del poder, especialmente del poder
dominante. El poder es dominante porque domina varias áreas sociales. Las
élites brasileras tienen tanto poder que pueden comprar a las demás élites.
Porque son dominantes, imponen su idea sobre la crisis brasilera, culpando al
Estado de ineficiente y perdulario, a los líderes de corruptos y a la política
de ser el mundo de lo sucio. Por otro lado, exaltan las virtudes del mercado,
las ventajas de las privatizaciones y la necesidad de reducir las reservas
forestales de la Amazonia para permitir el avance del agronegocio. Aquí se
oculta conscientemente la corrupción del mercado, donde actúan las grandes
empresas que sustraen millones de los impuestos debidos, mantienen una caja B,
promueven intereses altos que favorecen al sistema especulativo financiero que
drena dinero público, sacado del pueblo, hacia los bolsillos de unas minorías,
que, en el caso brasilero, son seis multimillonarios que poseen igual riqueza
que 100 millones de brasileros pobres. Estas élites ocultan las agresiones
ecológicas, la desnacionalización de la industria y hacen propaganda de que el
agro es pop. Practican una ideología descarada como engaño. Hay redes de
televisión que son máquinas productoras de ideología de ocultación, negando al
pueblo datos sobre la gravedad de la situación actual, generando espectadores
alienados, pues creen en tales versiones irreales. Para encubrir su dominación,
apoyan proyectos que benefician a niños o patrocinan grandes eventos artísticos
para parecer benefactores públicos. Por detrás ocultan desfalcos y apoyan
abiertamente a determinados candidatos, satanizando la imagen del principal
opositor.
Existe también la ideología de los sin poder, de los sin tierra y sin
techo, y otros que para sustentarse elaboran discursos de resistencia y de
esperanza. Esa ideología es benéfica pues los ayuda a vivir y a luchar.
La ideología es como una sombra: nos acompaña siempre. Para superar las
ilegítimas, es menester desenmascararlas y sacar a la luz los intereses
escondidos. Y cuando hablamos a partir de un determinado lugar social, conviene
explicitar en el discurso nuestra ideología. Concientizada, la ideología se
legitima y democráticamente puede ser discutida o aceptada.
Publicado por La Cuna del Sol
USA.
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