No cuentan los
oprobios y los crímenes del pinochetismo en gran algazara estos días, ni lo
poco que hizo la presidenta, ni el moderado clima de tolerancia, casi tan sutil
que no se distingue el garrote centroizquierdista de la derecha pinochetista.
No sé qué le pasa a la humanidad. Y no los engaña nadie, cómo ha puesto de moda
la izquierda culpando a los medios masivos de comunicación. No la gente vota
así o de otra manera totalmente consciente. De tontos no tienen ni un pelo. Y
cosecharán, claro está, el fruto de su torpeza
NO SÉ QUÉ LE PASA
A LA HUMANIDAD… LA
DERECHA PINOCHETISTA
GANÓ LAS ELECCIONES EN
CHILE
Por Luciano Castro Barillas
La ola de la restauración neoconservadora
explotó en Chile, entre espumas ominosas, revolviéndose en el alfaque, en la
marejada de una incierta y errática izquierda que ya no es sorpresa para nadie,
ni rival a la postre de tomarse mucho en cuenta, pese a la emergencia del
Frente Amplio que se constituyó en la tercera fuerza política, frente amplio
surgido por la avasalladora realidad de una izquierda disgregada y en los
pleitos de siempre. Los 10 puntos porcentuales de ventaja son indudablemente
muy significativos del 49% por cierto de electores, porcentaje altamente precario de
participación, de una población de 18 millones de chilenos. No obstante esa
precaria legitimidad por el 51% de abstención, Sebastián Piñera, el
multimillonario y tercer hombre más rico del país, cuya fabulosa fortuna ronda
los 2,700 millones de dólares, se alzó con el triunfo y es a partir del 2018 el
nuevo presidente de Chile por segundo período. El centroizquierdista Alejandro
Guillier, continuador de la política mediocre de Michelle Bachellet, más
demagogia social que aserciones reales, ha sido la causa profunda de la derrota
de esa izquierda sin músculo político y sin mayor diferencia de las derechas que
ahora hablan un tanto desideologizadas de la necesidad del reconocimiento de
los cambios generacionales, pues los pinochetistas a ultranza se están muriendo
de viejitos; están conscientes también de los cambios demográficos pues los
miserables en Chile siguen siendo importantes y conversan ya de la necesidad de
mejorar los indicadores sociales. Sin embargo, lo que tienen por “principios” los conservadores de Chile
y de todas partes del mundo, porque la
ideología reaccionaria es en esencia la misma aunque tenga matices
diferenciales; es que nada de discutir en el parlamento el asunto del aborto,
nada de hacer concesiones generosas a la inmigración legal o ilegal, pues si
algo desprecian los chilenos, incluso los indios mapuches segregados y
empobrecidos, es no querer a otros indios más desgraciados que ellos, los
indígenas bolivianos y peruanos que son la mano de obra no calificada que les
llega del inmediato norte. Jornaleros esclavizados como los indígenas
guatemaltecos en las grandes ciudades norteamericanas.
Piñera pese a su visión corporativa del manejo
de los asuntos públicos, algunas cosas las hizo bien en su primer período. Hubo
crecimiento macroeconómico que solo se reflejó en los bolsillos de los
pudientes, se generó modestamente el empleo y afrontó con entusiasmo, con ese
feo acento y tono de los chilenos, el rescate de los 33 mineros atrapados en un
profundo socavón. Hizo lo propio con la reconstrucción tras el devastador
terremoto que se cobró la vida de 525 personas; de mucho mejor manera que lo
hizo el gran tonto de Bush hijo con el
huracán Katrina o lo todo que ha dejado de hacer el rubio horrible del tupé,
Donald Trump, con respecto a Puerto Rico. Podría ser que los tiempos que vienen
no sean tan buenos para Chile ni para las causas de los pobres, pero ellos lo
han decidido así sin tener el brazo torcido hacia atrás. No cuentan los
oprobios y los crímenes del pinochetismo en gran algazara estos días, ni lo
poco que hizo la presidenta, ni el moderado clima de tolerancia, casi tan sutil
que no se distingue el garrote centroizquierdista de la derecha pinochetista.
No sé qué le pasa a la humanidad. Y no los engaña nadie, cómo ha puesto de moda
la izquierda culpando a los medios masivos de comunicación. No la gente vota
así o de otra manera totalmente consciente. De tontos no tienen ni un pelo. Y
cosecharán, claro está, el fruto de su torpeza.
Publicado por La Cuna del Sol
USA.
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