Las autoridades argentinas
ven con inquietud la compra masiva de tierras en la Patagonia por parte de un
multimillonario británico y las «vacaciones» de decenas de miles de soldados
israelíes en las propiedades de ese acaudalado personaje.
¿QUÉ PLANEA ISRAEL EN
ARGENTINA?
Por Thierry Meyssan
Dueño de 175 empresas, entre
las que se cuentan varias cadenas de restaurantes y el club de futbol británico
de Tottenham –autoproclamado «Ejército de los Yid»– el discreto multimillonario
Joe Lewis se dedica a la especulación en el mercado cambiario, junto a su amigo
George Soros.
En el siglo XIX, el gobierno británico estuvo indeciso entre crear Israel
en la actual Uganda, en Argentina o en Palestina. Argentina estaba entonces
bajo control del Reino Unido y, por iniciativa del barón francés Maurice de
Hirsch, se convirtió en aquel momento en tierra de asilo para los judíos que
huían de los pogromos desatados en Europa central.
En el siglo XX, después del golpe de Estado militar que derrocó al general
Juan Domingo Perón, presidente democráticamente electo de Argentina, una
corriente antisemita se desarrolló en las fuerzas armadas de ese país. Esa
corriente distribuyó un folleto donde se acusaba al nuevo Estado de Israel de
estar preparando el «Plan Andinia», para invadir la Patagonia.
Hoy resulta que, si bien la extrema derecha argentina exageró los hechos en
los años 1970, realmente existía un proyecto, que no era de invasión sino de
implantación en la Patagonia.
Todo cambió con la guerra de las Malvinas, en 1982. En ese año, la junta
militar argentina en el poder trata de recuperar los archipiélagos de las
Malvinas y las Islas Georgias del Sur y Sandwich del Sur, denunciando su
ocupación por la Gran Bretaña desde hace siglo y medio. La ONU reconoce que la
reclamación argentina es legítima, pero el Consejo de Seguridad condena el uso
de la fuerza para recuperar esos territorios en disputa. Hay de por medio un
botín considerable ya que las aguas territoriales de esos archipiélagos dan
acceso a las riquezas del continente antártico.
Al final de la guerra de las Malvinas, que oficialmente dejó más de mil
muertos –aunque las cifras oficiales británicas en realidad minimizan las
pérdidas humanas–, Londres impone a Buenos Aires un Tratado de Paz
particularmente duro, que limita las fuerzas armadas de la República Argentina
a su más simple expresión. Incluso se priva a Argentina del control del espacio
aéreo del sur de su territorio continental, a favor de la Royal Air Force
británica, y se impone a la República Argentina la obligación de informar
previamente al Reino Unido de todas sus operaciones.
En 1992 y 1994, dos atentados extraordinariamente devastadores y
sangrientos destruyen sucesivamente la embajada de Israel en Buenos Aires y la
sede de la asociación israelita AMIA en la misma ciudad. El primer atentado
ocurre en momentos en que los jefes de la inteligencia israelí en Latinoamérica
acababan de salir del edificio. El segundo atentado, perpetrado contra la sede de
AMIA, tiene lugar durante los trabajos conjuntos de Egipto y Argentina sobre
los misiles balísticos Cóndor. Durante el mismo periodo estalla la principal
fábrica de misiles Cóndor y tanto el hijo mayor del presidente argentino Carlos
Saúl Menem como el hijo mayor del presidente de Siria Haffez al-Assad mueren en
sendos accidentes. Las investigaciones sobre todos esos hechos son objeto de
numerosas manipulaciones.
Después de haber designado a Siria como responsable de los atentados contra
la embajada de Israel y la sede de la AMIA en la capital argentina, el fiscal
Alberto Nisman se vuelve contra Irán, acusándolo de haber ordenado ambos
atentados, y contra el Hezbollah, atribuyendo a esa organización libanesa la
realización de estos. La hoy ex presidente Cristina Kirchner es acusada de
haber negociado la interrupción de los procedimientos legales contra Irán a
cambio de un precio ventajoso para las compras de petróleo. Más tarde, el
fiscal Nisman es hallado muerto en su apartamento y Cristina Kirchner es inculpada
por alta traición. Pero la semana pasada, como en una obra de teatro, se vino
abajo todo lo que hasta ahora se daba por sabido: el FBI entregó análisis de
ADN que demuestran que el presunto terrorista no está entre los muertos así
como la presencia de un cuerpo no identificado. Conclusión: al cabo de 25 años,
no se sabe absolutamente nada sobre los atentados de Buenos Aires.
En el siglo XXI, explotando las ventajas obtenidas en el Tratado impuesto a
Argentina después de la guerra de las Malvinas, el Reino Unido e Israel
emprenden un nuevo proyecto en la Patagonia.
El multimillonario británico Joe Lewis adquiere inmensos territorios en el
sur de Argentina y en el vecino Chile. La extensión de sus tierras allí cubre
varias veces la extensión territorial de todo el Estado de Israel. Esas tierras
se hallan en el extremo sur del continente, en la Tierra del Fuego. Incluso
rodean el Lago Escondido, impidiendo el acceso al lago [1] a pesar de una
decisión de la justicia argentina.
El multimillonario británico ha construido en esas tierras un aeropuerto
privado, con una pista de aterrizaje de 2 kilómetros, capaz de recibir grandes
aviones de transporte, tanto civiles como militares.
Desde el fin de la guerra de las Malvinas, el ejército de Israel organiza
para sus soldados «campamentos de vacaciones» en la Patagonia. Cada año, entre
8 000 y 10 000 soldados israelíes pasan 2 semanas de “vacaciones” en las
tierras del multimillonario Joe Lewis.
Si en los años 1970, el ejército argentino señaló la construcción de 25 000
alojamientos –vacíos–, dando lugar al mito del plan Andinia, hoy parece que se
han construido cientos de miles más. Es incluso imposible verificar el estado
de realización de esos trabajos, por tratarse de tierras privadas y porque
Google Earth neutraliza las imágenes satelitales de esa zona, procediendo así
exactamente como lo hace con las instalaciones militares de la OTAN.
Mientras tanto, el vecino Chile ha cedido a Israel parte de una base
militar que posee en la zona. Allí se han cavado túneles para facilitar la vida
ante los rigores del invierno polar.
Por su parte, los indios mapuches que pueblan la Patagonia, tanto en
Argentina como en Chile, quedaron sorprendidos con la noticia de la
reactivación, en Londres, de la “Resistencia Ancestral Mapuche” (RAM), una
misteriosa organización que reclama la independencia. Inicialmente acusada de
ser una vieja asociación recuperada por los servicios secretos argentinos, la
RAM es vista hoy por la izquierda como un movimiento secesionista legítimo,
pero los líderes mapuches la denuncian como un ente financiado por George
Soros.
El 15 de noviembre de 2017, la marina de guerra argentina perdió todo
contacto con su submarino ARA San Juan, finalmente declarado como hundido con
toda su tripulación. El ARA San Juan era uno de los 2 submarinos de propulsión
diesel-eléctrica que constituían el orgullo de la pequeña marina de guerra
argentina. La Comisión Preparatoria de la CTBTO (Organización del Tratado de
Prohibición Completa de los Ensayos Nucleares, siglas en inglés) anunció haber
registrado un fenómeno acústico inhabitual en Atlántico, cerca de la zona desde
donde procedía la última señal recibida del ARA San Juan. El gobierno argentino
reconoció finalmente que el submarino perdido estaba realizando una «misión
secreta», cuya naturaleza no se precisó y sobre la cual se había informado a
Londres. El Pentágono estaba participando en la búsqueda y la marina de guerra
rusa contribuyó con el envío de un drone submarino capaz de explorar el fondo
marino a 6 000 metros de profundidad, sin encontrar nada. Todo parece indicar
que el ARA San Juan estalló bajo el agua. La prensa argentina está convencida
de que chocó con una mina o fue destruido por un torpedo enemigo.
Por el momento, es imposible determinar si Israel está implicado en un
programa de explotación del continente antártico o si está construyendo una
base para el repliegue en caso de derrota en Palestina.
[1] El Lago Escondido se extiende
sobre casi más de 7 kilómetros cuadrados, constituye un bien público de la
República Argentina y sus orillas son públicas. Nota de la Red Voltaire.
Publicado por La Cuna del Sol
USA.
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