Actualmente, naciones como Honduras, Guatemala, México, Paraguay, Chile, Colombia, Perú, Argentina y Brasil están gobernadas por la derecha radical de tendencia neoliberal dispuesta a obedecer ciegamente los dictados e instrucciones de Washington.
2018: NUBES NEGRAS
SOBRE LATINOAMÉRICA
Por Vicky Peláez
Mientras la geopolítica mundial se reorienta cada vez más a la multipolaridad, Latinoamérica está tomando un curso opuesto.
"Ahora se ha dado por llamar revolución a cualquier pendejada"
(Lenín Moreno, presidente de Ecuador, 30/08/17)
Dicho curso está impulsado por la sumisión, la corrupción de sus elites y
los medios de comunicación globalizados al servicio del sistema financiero
norteamericano, que necesita mantener a los latinoamericanos y sus inmensos
recursos naturales en su 'patio trasero' para asegurar su propio bienestar
económico.
Actualmente, naciones como Honduras, Guatemala, México, Paraguay, Chile,
Colombia, Perú, Argentina y Brasil están gobernadas por la derecha radical de
tendencia neoliberal dispuesta a obedecer ciegamente los dictados e instrucciones
de Washington.
Sus Gobiernos representan precisamente la variante de Latinoamérica
descrita por el propio presidente de Perú, Pedro Pablo Kuczynski, como "un
perro simpático que está durmiendo en la alfombra y no genera ningún
problema" a EEUU.
El proceso del retorno forzado de los países que se atrevieron de alejarse
de la órbita de Washington y declararon su soberanía lo impulsaron Barack Obama
y Hillary Clinton al orquestar y dirigir en 2009 un 'golpe de Estado
constitucional' contra el presidente legítimamente elegido de Honduras, Manuel
Zelaya. Luego, en 2012, la CIA y el Departamento de Estado promovieron un
'golpe parlamentario exprés' contra el presidente paraguayo, exobispo católico
y partidario de la 'teología de la liberación' Fernando Lugo.
Años antes hubo también intentos fracasados de golpe en Venezuela (2002)
contra Hugo Chávez y en Bolivia, en 2010, contra Evo Morales. Ese mismo año
Washington financió una rebelión policial contra Rafael Correa en Ecuador, pero
no logró su propósito. A pesar de estos fracasos, la Casa Blanca no se quedó
con las manos cruzadas y prosigue su guerra mediática sucia en Latinoamérica
con más intensidad y dinero. Logró convencer a los argentinos que el Gobierno
de Cristina Fernández era el más corrupto del continente y frenaba el
desarrollo del país, alejándolo del capital extranjero y, en especial, del
estadounidense. Creando una imagen negativa del Gobierno de Fernández, la
derecha logró imponer su candidato, Mauricio Macri, y elevarlo a la
Presidencia.
Lo que siguió fue un retorno al pasado, cuando los ricos se enriquecieron
más a costa de la clase media y los más pobres. La privatización de las empresas
públicas y la desregulación de la economía abrieron el camino al dominio de las
transnacionales y, finalmente, a la instalación de la base militar
norteamericana en la Triple Frontera, un viejo anhelo del Pentágono. El
empobrecimiento masivo del país no le importa al Gobierno y las marchas de
protesta casi diarias vienen siendo reprimidas con dureza.
En Brasil, la destitución de la presidenta Dilma Rousseff en 2016 siguió el
mismo guion que utilizaron para el golpe de Estado contra Fernando Lugo en
Paraguay. Incluso el congreso brasileño contrató el servicio de la misma firma
de la derechista exsecretaria de Estado, Madeleine Albright (Albright
Stonebridge Group), para ayudar a hacer un 'golpe parlamentario' contra
Rousseff.
El nuevo presidente, Michel Temer, puso en marcha un programa económico al
estilo de Mauricio Macri y desmanteló el sector público, congeló los salarios
por 20 años y, lo más importante, dio permiso a los estadounidenses para
instalar una base militar en Amazonía. De paso no defendió a una de las más
importantes corporaciones del sector industrial militar, Odebrecht, e hizo
congelar el desarrollo de la industria nuclear en el país que estaba realizando
esta compañía.
Ya son 19 años que el Gobierno de EEUU está en guerra mediática,
financiera, diplomática y económica contra Venezuela que, bajo el liderazgo de
Hugo Chávez, primero, y después de Nicolás Maduro, ha seguido un curso
progresista, oponiéndose a la política injerencista de Washington y logrando
salir adelante a pesar de guarimbas y otras formas de violencia política
propiciada por la oposición que es guiada por Norteamérica.
Ahora la situación se ha calmado debido al debilitamiento de la oposición y
el fortalecimiento del chavismo. Sin embargo, las drásticas sanciones
estadounidenses, el acaparamiento de los productos de primera necesidad y el
sabotaje económico incesante perjudican al chavismo. Actualmente, el país sufre
la escasez de gasolina porque Pdvsa carece de aditivos necesarios para la
refinación, que no llegan como antes de EEUU debido a las sanciones.
Además, 100.000 barriles diarios de gasolina se van a Colombia, Aruba y
Curazao. Recién ahora, después de 338 llamadas de Nicolás Maduro a la oposición
para entablar un diálogo, hay una remota posibilidad los próximos 11 y 12 de
enero para lograr un entendimiento y detener el sabotaje económico.
Perú, bajo el mando de Pedro Pablo Kuczynski, se ha convertido no solamente
en el 'perrito dócil' de Washington, sino también en el rehén del fujimorismo,
con quienes Kuczynski pactó para evitar ser destituido por corrupción a cambio
de indultar al exdictador Alberto Fujimori, quien purgaba cárcel por delitos de
lesa humanidad.
A consecuencia de esto, el país, polarizado, se halla en constante
movilización y se viene organizando a nivel nacional un nuevo planteamiento de
vacancia presidencial. Igualmente, los diferentes estamentos están llegando
hasta tribunales internacionales para anular el indulto a Alberto Fujimori,
quien se hallaba 'al borde de la muerte', pero ahora en libertad viene opinando
con mucha energía y pidiendo 'trabajar unidos por un país sin violencia'. Todo
el país contempla admirado cómo el moribundo indultado defiende a su hijo Kenji
Fujimori, intenciones de llegar a la Presidencia del país.
En otros países, como Uruguay, la orientación política de la nación está
desplazándose del centro-izquierda al centro-derecha bajo el liderazgo de
Tabaré Vázquez. El presidente Vázquez trata de 'ordenar' la herencia que dejó
Pepe Mujica. Algo similar está pasando en Ecuador, donde el presidente Lenín
Moreno está esforzándose en deshacer la herencia de Rafael Correa.
Primero, ha terminado con los medios públicos de comunicación, convirtiendo
al diario polémico y alternativo El Telégrafo en algo amorfo. Después, según el
periodista Jaime Galarza, ha hecho encarcelar a su vicepresidente, Jorge Glas,
elegido el 2 de abril pasado por millones de ecuatorianos, por no estar de
acuerdo con su política de acercamiento a la derecha.
Así se logró "armar un circo implacable de múltiples poderes locales e
internacionales, entre ellos el Departamento de Justicia de EEUU, ese pantano
de lagartos insaciables, magistrados de lectura rápida (100 expedientes por
día), linchadores mediáticos a tiempo completo, parlamentarios convertidos en
tales por milagro, banqueros nostálgicos de célebres feriados, líderes
izquierdistas que danzan abrazados con momias derechistas, todos pidiendo la
horca para Glas", describe Galarza (28-12-17).
En Cuba vienen muchos cambios. Primero, los pronósticos de todos los
especialistas a nivel mundial sobre el crecimiento negativo en el 2017 no se
cumplieron y la economía de este país creció un 1,6%. Segundo, a pesar del
huracán Irma, las sanciones estadounidenses y el problema de la disponibilidad
de combustible, La Habana siguió adelante con sus planes de desarrollo social y
la industria del turismo siguió creciendo. La isla caribeña fue visitada por
4,7 millones de personas. Este 2018 comenzó con una excelente noticia, cuando
la delegación de la Unión Europea condenó el bloqueo económico comercial y
financiero contra Cuba por parte de EEUU y lo tildó como obsoleto e ilegal.
Con esto, prácticamente la UE reconoció la legalidad de la Revolución
Cubana. Ambas partes firmaron un acuerdo de diálogo político y cooperación
económica por valor de 58 millones de euros —69,6 millones de dólares—. Esto
coincide con el anuncio de Raúl Castro de dejar el poder en abril de este año.
En México habrá sorpresas el 1 de julio cuando se lleven a efecto las
elecciones presidenciales. Según las encuestas de Latinobarómetro, el candidato
izquierdista Andrés López Obrador tiene la aprobación del 30% de los mexicanos,
mientras que el candidato del Gobierno, José Antonio Meade, tiene el 23%. Sin
embargo, los medios globalizados ya empezaron la guerra contra López Obrador,
declarando que, con él, "México se convertirá en una nueva Venezuela".
No es la primera vez que esto sucede: López Obrador fue el favorito en el
2006, pero el sistema no le dejó llegar al poder y 'perdió' las elecciones por
un 0,7% de votos ante la denuncia y protesta generalizada, tal como pasa hoy en
Honduras donde el favorito de las encuestas, Salvador Nasralla, fue derrotado
por el presidente candidato, Juan Orlando Hernández.
En este 2018 habrá elecciones en seis países. Costa Rica (febrero),
Paraguay (abril), Colombia (mayo), México (julio), Venezuela (noviembre) y
Brasil (octubre). Tal como van las cosas, los candidatos que apoya EEUU para
que el continente siga siendo su 'patio trasero', tienen mayor opción de ganar
y hasta son impuestos.
En Brasil, por ejemplo, el candidato favorito de prestigio internacional
Luiz Inácio Lula da Silva corre el riesgo de ser encarcelado por un caso de
corrupción —no comprobado—para evitar que concurra a las elecciones.
Sin embargo, todo en este mundo está en permanente movimiento. La otrora
poderosa Europa está dejando de ser uno de los importantes centros de la
globalización y se debilita. Toma fuerza lentamente un mundo multipolar que se
aleja de la ideología occidental. A la vez, la derecha radical que ahora se
apodera de América Latina agudizará las contradicciones en la sociedad moderna,
donde internet, WhatsApp, etc. ya han quitado la exclusividad de la verdad a
los medios de comunicación globalizados. Entonces, todo es cuestión de tiempo
hasta que surja un nuevo ciclo de desarrollo más progresista, fuerte y justo.
Publicado por La Cuna del Sol
USA.
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