Si por algún momento
la ultraderecha guatemalteca pensó que Trump tendría hacia ellos un eterno
agradecimiento, pues, sencillamente, se equivocaron. La brevísima luna de miel
ya pasó y las acciones totalmente equivocadas de reunirse en un cuartel los
diputados afines y el presidente Jimmy Morales mandan un mensaje inequívoco del
esfuerzo de la restauración fascista y criminal. Todo
EL MOVIMIENTO
GUATEMALTECO
DE RESTAURACIÓN DEL
FASCISMO CRIMINAL
Por María de los Ángeles Roca
El tiempo y las lecciones del pasado, al
parecer, nunca han transcurrido, ni se han asimilado para algunas personas.
Varados en el ayer oprobioso, no cejan, porfían, en mantener un viejo sistema
que tiene hundida a la sociedad en la miseria, en la desolación económica y en
la misma incertidumbre política. Al guatemalteco como que se le están agotando
sus reservas espirituales para luchar contra el sistema o quizá se trate de una
olla de presión que va acumulando vapor de agua y, más temprano que tarde,
obliterada, explotará con gran estruendo y violencia. ¿Qué necesita una
sociedad para reaccionar? ¿Acaso que maten a mediomundo que disienta o que la
gentes literalmente empiecen a caer como moscas por las calles de aldeas y
ciudades por el hambre?
Yo creo que en Guatemala casi todo el mundo
está sumido en la desolación y son pocas las voces que se atreven, de manera
frontal, valiente y temeraria, a desafiar esos poderes que están acorralando,
incluso, al propio secretario general de las Naciones Unidas, el señor Guterres
quien, reiterando una y otra vez el apoyo internacional de la institución que
dirige, estas extrañas personas, como la canciller Jovel, no conocen de la
mesura diplomática y asumen con descaro posiciones y peticiones inaceptables de
parte de todos los funcionarios guatemaltecos. Esta gente se imagina que por el
hecho de haber dado el voto servil a los Estados Unidos en cuanto a trasladar
la embajada de Guatemala a Jerusalén, esa cuenta en gracia con Donald Trump;
equivalía a un cheque en blanco. Pero el imperialismo norteamericano no valora
ni agradece, no tiene amigos, solo intereses. Y eso del voto guatemalteco ya
pasó a la historia, según se ve, por hace tres o cuatro días el presidente
norteamericano declaró, entre otras cosas, que “los países centroamericanos que
reciben ayuda de los Estados Unidos y que nunca dan muestras de combatir el
narcotráfico y la corrupción, no son países amigos de los Estados Unidos”.
Si por algún momento la ultraderecha
guatemalteca pensó que Trump tendría hacia ellos un eterno agradecimiento,
pues, sencillamente, se equivocaron. La brevísima luna de miel ya pasó y las
acciones totalmente equivocadas de reunirse en un cuartel los diputados afines
y el presidente Jimmy Morales mandan un mensaje inequívoco del esfuerzo de la
restauración fascista y criminal. Todo presidente, incluso uno de los más
pésimos como Otto Pérez Molina, tuvo dos lugares para reunirse siempre: la Casa
Presidencial o la finca Santo Tomás, nunca un cuartel, siendo el militar. Y es
que el cuco de la persecución de la CICIG y el MP lo espanta en primer lugar
Alvaro Arzú y lo secunda Jimmy Morales, cuyo pensamiento atrasadísimo solo es
capaz de conjeturar sandeces como la siguiente: “Guatemala es un pueblo hoy
difamado. Pero es difamado por nosotros mismos, por nuestros medios
informativos, cuando es injusto”. Le recuerda algo esa manera tan
peculiar de pensar. Claro, eran las declaraciones en los años de las sucesivas
dictaduras militares de la alta oficialidad encargada de dirigir al país.
Las fuerzas oscuras se consolidan con aliados
inefables como el mexicano Remigio Ángel González, monopolista de la televisión
abierta; la Junta de militares que integran el partido en el gobierno, los
narcos, el Estado paralelo que ya está funcionando, los funcionarios
cleptócratas y casi 313 alcaldes, todos igualmente corruptos de pueblos y
pequeñas ciudades. Ese Estado paralelo está integrado por esos 313 alcaldes que
crearon la noción del Estado Municipalista, un Estado creado en favor de sus
intereses y a su justa semejanza. Esa idea municipalista fue impulsada en
tiempos de la Gran Alianza Nacional por el ex diputado encarcelado por lavado
de dinero Jaime Martínez Loaiza, Salvador Gándara, honrado personaje procesado
por fraude y concusión cuando fuera Ministro de Gobernación de Alvaro Colom e
impresentables alcaldes de San Marcos y Huehuetenango donde los narcos tienen
copado todas las alcaldías o en Ipala, Chiquimula, donde el Tres Quiebres reina
e impera. Esa es la terrible situación de Guatemala y a veces es tremendamente
tranquilizador estar aquí, en cualquier ciudad norteamericana, donde los
esfuerzos de aniquilación son más difíciles. Y donde al menos aunque hayan
presiones económicas, racismo, discriminación y exclusión, la vida tiene un
poco más de sosiego.
Publicado por La Cuna del Sol
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