Murió un cobarde que huyó
del país cuando pudo gobernarlo de forma limpia, habiendo ganado elecciones de
forma legal y se fue a esconder al otro lado del mundo. Murió quien regresó por
medio de un golpe de Estado, convertido en un fanático enajenado religioso,
oportunista y fiel lacayo de la
oligarquía pro yanqui, quien vería en él,
al ensayo de dictador clásico, consolidando un gobierno de facto
tiránico y déspota.
EL COBARDE
Por: Jimena Castañeda
“en verdes pastos me hace
descansar, junto a tranquilas aguas me conduce;
me infunde nuevas fuerzas y me guía por sendas de justicia…” Salmo 23.
Dicen que lo se busca es el dinero, posiblemente quienes dicen esto es
porque en sus propias vidas es justo eso, el dinero, lo que dicta el curso de
su andar.
Están quienes habiendo crecido como familia directa de militares, parece
que sienten una extraña necesidad de defender y ensalzar a todo lo referente
con las botas, uniformes y en general con la milicia, posiblemente ignoran que
si bien el ser humano es gregario, otra de sus características principales es
la capacidad individual de tomar decisiones.
Otros repiten consignas viejas sobre como el fantasma del comunismo habría
socavado a esta bella tierra, posiblemente desconocen la cruda realidad de
Guatemala.
Algunos mencionan a dios, el único juez y que seguramente le dio su perdón,
posiblemente ignoran que incumplir el mandamiento de No Matarás es considerado
pecado mortal.
Los hay quienes han dicho que se fue un gran hombre, un buen presidente y
un amigo, posiblemente su escala de valores para catalogar la grandeza y la
bondad sea muy limitada.
Murió un cobarde que huyó del país cuando pudo gobernarlo de forma limpia,
habiendo ganado elecciones de forma legal y se fue a esconder al otro lado del
mundo. Murió quien regresó por medio de un golpe de Estado, convertido en un
fanático enajenado religioso, oportunista y
fiel lacayo de la oligarquía pro yanqui, quien vería en él, al ensayo de dictador clásico, consolidando
un gobierno de facto tiránico y déspota.
El cobarde hablaba fuerte, a gritos, con su voz carrasposa y una oratoria
propia de pastor de culto, era un momento justo para un individuo así. La
estrategia importada desde los Estados Unidos había traído hacía varios años,
diversas células de iglesias neopentecostales como arma ideológica contra las
posturas más críticas y a favor de los pobres que mantenía la iglesia católica, sobre todo por medio de
la Acción católica y de muchos de sus sacerdotes quienes habían optado por la
teología de la liberación ante las situaciones crudas de miseria y abusos constantes,
sobre todo en el interior de la República.
Era el momento de quitar al perro viejo y altanero y sustituirlo por uno nuevo, un chucho no tan
faldero pero que supiera seguir órdenes
y ejecutar de forma definitiva alguna estrategia que detuviera a una guerrilla
a la que el ejército no había, en casi veinte años, logrado sofocar. Es aquí
cuando el cobarde vestido de valiente, escondido en su uniforme camuflado,
contando con el respaldo de la fuerza armada ante una población desarmada y con
el apoyo del gobierno estadounidense y la iglesia Verbo a la cual pertenecía y
quien sirvió prácticamente como asesora de gobierno; el cobarde inicia dos
planes operativos, el plan Victoria 82 que reorganizaría al ejército en zonas
de combate y ampliaría a las denominadas Patrullas de Autodefensa Civil (PAC) y
el plan SOFIA o “Quitando el agua al pez”, con el que se buscó eliminar por
completo a población civil desarmada y en el que aparecen órdenes de exterminio
sobre poblados enteros, con los reportes detallados de las patrullas que las
cumplían, así como los nombres y lugares específicos de quienes las ejecutaban.
Según datos estadísticos durante el corto período del gobierno de facto del
cobarde, el índice de muertes cubre el 47% del total dentro del Conflicto
Armado Interno. La contrainsurgencia encontró la forma más vil para, según
ellos, acabar con un enfrentamiento, destrozó y mutiló cuerpos, mató a golpes a
bebés y niños, violó a mujeres y niñas, golpeó y torturó a hombres y ancianos
desarmados para asegurar que no solo se mataba la carne sino también el
espíritu y la esperanza.
El cobarde de la tierra arrasada,
ese que se sintió valiente desde lejos girando órdenes de muerte sobre
población desarmada pero que se supo miserable y muerto de miedo ante la
posibilidad de enfrentarse a la justicia.
Dicen que lo que se busca es el
dinero, hay quienes sienten una extraña necesidad de defender y ensalzar a todo
lo referente con las botas, otros
repiten consignas viejas sobre el
fantasma del comunismo, algunos mencionan a dios, el único juez y que seguramente
le dio su perdón, los hay quienes han dicho que se fue un gran hombre, todos
quienes utilizan estos como argumentos expiatorios, espero que si existe un
lugar después de la muerte, se encuentren, junto con El cobarde, en la purga
eterna.
Este lugar florecerá y crecerán sus forrajes, sus ríos y lagos volverán a
estar limpios, las montañas se llenarán de árboles y Hunahpú e ixbalanqué volverán a ver a sus
hijos e hijas jugar sobre sus pastos el día en que cese la ignominia, la paz
llegue y la sangre derramada encuentre el cauce de La justicia.
Publicado por La Cuna del Sol
USA.
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