miércoles, 6 de junio de 2018

Capitalismo y democracia: ¿dónde está la izquierda?


Cuando una persona le roba algo a un ciudadano, se llama robo, pero cuando la ciudadanía entera es robada por unos pocos, la palabra utilizada no es robo sino "flexibilidad laboral". Y siempre son los hombres y mujeres que trabajan los más "flexibles, "nunca los capitalistas".


CAPITALISMO Y DEMOCRACIA:
¿DÓNDE ESTÁ LA IZQUIERDA?


Por Christopher Black

Las elecciones en Italia han puesto al descubierto el rostro de la democracia capitalista y han demostrado que es una farsa, un juego engañoso dirigido por el capital, con los capitalistas más fuertes siempre planeando la desaparición de los más pequeños y todos ellos tramando apuñalar por la espalda a la mayoría trabajadora a la cual estafan para lograr, a través del robo sistemático, algo que se conoce como ganancia.

Excepto en las naciones socialistas, los trabajadores no tienen voz ni voto en el control de la economía y su bienestar. En su lugar, se ven obligados a jugar un juego insultante en el que diversos partidos del capital les ofrecen candidatos para elegir, en lo que llaman "elecciones", pero que en realidad son selecciones, es decir, un sistema de nombramientos, a través de la ilusión de la voluntad popular, de los candidatos preseleccionados del capital para llevar a cabo la agenda del capital, mientras que los candidatos que representan los intereses de la mayoría y quienes tienen que trabajar para ganarse la vida no se les permite ser escuchados o son marginados y ridiculizados.

En Italia, la verdadera izquierda socialista, el Partido Comunista Italiano, se ha reformado y se ha desempeñado modestamente en las elecciones, pero su reciente reaparición en el pantano de los partidos populistas, liberales y de derecha fue demasiado tarde para evitar la triste farsa que está teniendo lugar con el Movimiento 5 Estrellas acordando formar una coalición con el partido derechista de la Liga Norte para formar un gobierno solo para que su candidato para ministro de finanzas sea bloqueado por la intervención de Alemania, que ha resultado en el rompimiento de la coalición, y en gritos de la tiranía de Berlín, cuando es el tiranía del capital alemán e italiano trabajando juntos lo que ha producido este desastre. La prensa italiana pretende sorprenderse con esta intervención alemana, llevada a cabo de manera directa y abierta para frustrar la llamada voluntad democrática del pueblo, mientras los alemanes se quejan de los irresponsables italianos que amenazan al euro, a la UE y al control que sobre Europa tiene el capital alemán.

Mientras tanto, en Francia, el presidente Macron, el chico mensajero del capital francés y alemán, y seleccionado por ellos contra la voluntad del pueblo trabajador, esta intentado forzar lo que cortésmente se denomina "reformas", un eufemismo que encubre el ataque frontal contra la clase trabajadora por parte del capital para hacer sus vidas más pobres, más difíciles, más miserables para poder enriquecer a los ricos. Cuando una persona le roba algo a un ciudadano, se llama robo, pero cuando la ciudadanía entera es robada por unos pocos, la palabra utilizada no es robo sino "flexibilidad laboral". Y siempre son los hombres y mujeres que trabajan los más "flexibles, "nunca los capitalistas". Una vez más, en Francia, la serie de huelgas de los sindicatos para tratar de protegerse de este robo se ven obstaculizadas por el débil apoyo político de la izquierda francesa. Para derrotar las "reformas" es necesaria una huelga general para derrocar al gobierno de Macron, como lo han pedido algunos líderes sindicales, un evento revolucionario si se llevara a cabo pero no hay una organización política fuerte para organizar y mantener  tal acción de manera efectiva. El Partido Comunista Francés se ha unido a las marchas y suma su apoyo a la lucha, pero no es la fuerza poderosa que alguna vez fue, ya que se desacreditó al unirse al gobierno del capital en el pasado con la buena intención de tener voz en la mesa, pero solo lograron ceder terreno al capital para poner en marcha la "austeridad", la palabra que usan todo el tiempo y que significa el empobrecimiento deliberado de la gente.

En Gran Bretaña, cuya clase obrera ha sido devastada durante 40 años por el asalto combinado de la austeridad de los Tories y el llamado Partido Laborista, el voto de la mayoría para abandonar la Unión Europea esta siendo obstaculizado a cada paso por las mismas personas que organizaron el voto bajo la presión del capital británico y extranjero que se benefician de que Gran Bretaña permanezca en la UE, mientras que la libertad de expresión es pisoteada. Canadá, cuya clase trabajadora, generalmente  y de manera errónea etiquetada como "clase media", ha sufrido grandes recortes a los servicios y una degradación del nivel de vida desde la caída de la URSS, está envuelta en el escándalo de la decisión del gobierno de usar dinero de los contribuyentes para construir un oleoducto para una compañía petrolera estadounidense que extrae el petróleo del suelo canadiense por casi nada y quiere que se envíe a puertos en la costa oeste para venderlo a China. Los canadienses no se beneficiarán de este proyecto en absoluto y se opondrán a él, pero el partido en el poder ve su papel como agente del petróleo estadounidense en lugar del pueblo que los eligió.

El sistema político estadounidense, siempre un espectáculo, ha descendido a una caricatura de democracia en la que no existe una opción real para la gente y cuando participan en esa farsa y eligen como líder a uno de los dos candidatos que les ha sido impuestos, cada uno tan corrupto y criminal como el otro, de manera insultante se les dice que su "elección" fue arreglada por Rusia, mientras que el 45% de ellos según United Way, viven en la pobreza real en un país donde tienen que pagar por todo.

Podemos seguir hablando así de todas las democracias capitalistas, pero el punto es que todos estos juegos están diseñados para enriquecer una clase a expensas de la otra. Y cuál es la respuesta en los antiguos estados socialistas de Europa y la URSS, en los antiguos países socialdemócratas convertidos en cloacas neoliberales, mientras la gente se hunde en el desastre que los capitalistas les han traído como  consecuencia de sus falsas promesas e ilusiones, no otra cosa que avanzar hacia el fascismo o su compañera de cama, la monarquía.  

Pero, ¿dónde está la izquierda para restablecer el movimiento socialista frente a la represión universal y continuar la lucha por la justicia social, económica y política que solo puede existir bajo el socialismo? José Saramago, ganador del Premio Nobel de Literatura, más conocido por ser el autor de Ceguera, y miembro del Partido Comunista Portugués, declaró allá por el año 2004 que: "La izquierda no tiene ni puta idea del mundo en el que vive". La declaración era un desafío deliberado a todos los partidos obreros de todo el mundo, incluido el suyo, que luego no recibió respuesta y sigue sin respuesta. La cuestión no es de ideología, buenas intenciones o análisis correctos de la situación porque las buenas intenciones están ahí, entre muchas, como es el análisis, y Marx nunca ha tenido más razón que hoy. Es más una cuestión de atreverse a tomar medidas, a dar los pasos para encarar la situación de una manera seria. No tengo las respuestas a esto, pero hay que preguntarlo de nuevo, ¿qué estamos haciendo frente al ataque sostenido contra los trabajadores que se ha convertido en una guerra de tierra arrasada? En Cuba estamos presentes, comandante, en China, Corea del Norte, en Venezuela, en Vietnam. Sí, pero ¿dónde está el resto de nosotros? Y se nos dice, "somos débiles" pero, ¿por qué somos débiles? O bien, "estamos creciendo". Muy bien, pero, ¿por qué no crecemos más rápido? "Ellos controlan los medios de comunicación". Sí, lo hacen. Pero ¿dónde están los nuestros? "Ellos nos están encarcelando y asesinando". ¿Por qué los dejamos? En otras palabras, ¿por qué muchos de nosotros estamos sentados sin hacer nada, cuando hay mucho trabajo por hacer? ¿Dónde están mis amigos? ¿Dónde está la izquierda?






Publicado por La Cuna del Sol
USA.

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