LA VISITA DE SARA NETANYAHU A GUATEMALA:
MUCHO RUIDO Y POCAS NUECES
Por Luciano Castro Barillas
La semana que recién termina nos deshonró con su vista a esta hermosa tierra, Guatemala, la corrupta señora Sara Netanyahu, mujer del presidente de Israel, el inefable, impresentable e igualmente mañoso, además de corrupto y con cuero de gran resistencia, Benjamín Netanyahu, pues ha sobrevivido a varias mociones de censura parlamentaria por su desacertada manera de conducir la entidad sionista de nombre Israel, el cual no es ni Estado, ni país, mucho menos nación. Los judíos históricos, étnicos, dejaron de existir hace siglos y ahora son europeos blancos, de religión y cultura judía, los que se hacen pasar por judíos ancestrales. Por eso ve usted que toda la clase dirigente de la entidad sionista son blancos, precisamente porque no son judíos.
No hay que recorrer mucho para confirmar lo dicho, Sara Netanyahu es hija de un padre polaco, y se casó por primera vez con Doron Neuberger, quien hizo el esfuerzo de soportarla por lo peculiar de su personalidad: abusiva, arrogante, prepotente y cleptómana; pero de las de gran calibre. Esa es una de las razones ¡vaya casualidad! Por lo que ha hecho grandes amigos, gran amistad, con el presidente bibliero guatemalteco que en cada una de sus intervenciones como Jefe del Estado de Guatemala no deja hacer mención del libro sagrado y plagiado por los judíos a los a los antiguos sumerios 2,700 años antes de que naciera Cristo. Este personaje fue el quinto rey de la ciudad de Uruk y quien ya no tuvo tiempo de ver el robo de su autoría intelectual que los judíos esclavizados en Babilonia lo transformaron después en Pentateuco o Viejo Testamento para los cristianos.
Pues, bien, los casos de corrupción de la señora Netanyahu no es nada nuevo, vienen de manera documental desde 2010 cuando ya consorte de Benjamín Netanyahu, la señora Lilian Peretz, la demandó en los Tribunales de Trabajo por retención de salarios (no le ha gustado pagar a la doña), condiciones laborales injustas y abuso verbal. Es decir, una señora polaca que, literalmente la hierve la trompa, para exigir trabajo y no pagar. Antes, en 1990 había sido demandada también por lanzarle con toda la ira de los antiguos profetas una zapatilla a la niñera de su casa. Ya en 2014 se dio otra demanda en los Tribunales de Trabajo, por lo mismo, por abuso verbal, derecho que le fue otorgado al señor Meni Naftali y que luego fuera revocado por los tribunales corruptos de Israel. Después vino el escándalo de Londres, en el 2008, cuando en una visita de Estado del señor Netanyahu, la señora se fue de polizón e hizo compras desmedidas con dinero de los contribuyentes israelíes. Y va más, lo más reciente: en 2014, descaradamente se clavó 100 mil dólares pagando un supuesto banquete, aunque dinero y trabajadores estaban pagados en los presupuestos anuales de la Oficina del Primer Ministro. ¿Cómo se parece a Jimmy Morales, a su hermano que está en el bote y a su joven hijo a quién tío y padre ya le enseñaron a ser sinvergüenza?
Pero hay algo curioso en esta polaca. Se graduó en psicología en la Universidad Hebrea de Jerusalén y trabajó como Evaluadora Psico-técnica en el Departamento de Ciencias del Comportamiento en la DIRECCIÓN DE INTELIGENCIA MILITAR. Se le atribuye ser autora de un manual de técnicas de interrogatorio (tortura) del Ejército Israelí. ¿Y contra quién lo usan? Pues contra los palestinos, y en la década del 70 y 80 dieron esas “asesorías” a los gobiernos fascistas de Romeo Lucas y Efraín Ríos Montt. Ella, al parecer, perfeccionó esos manuales de interrogatorios con la bendición de Jehová, en el contexto de ese mundo de alta hipocresía judaica-cristiana.
Su visita a Guatemala fue pagada por el gobierno guatemalteco y ella nos trajo a cambio un ostentoso obsequio: 10 mil blíster de desparasitante, con un valor de 25 centavos de dólar las diez pastillas. Prometió, eso sí, construir 45 casas para los damnificados del Volcán de Fuego, circunstancia ante la cual la doña nos sale debiendo y estaría por verse. La empresa israelí que estafó al Estado de Guatemala con el Agua Mágica para sanear el lago de Amatitlán se rascó 300 millones de quetzales. Salimos perdiendo si hacemos bien las cuentas. Por lo tanto, no hay nada que agradecerla a esta señora polaca, porque nos salen debiendo.
Otro asunto, dentro de las vilezas de este gobierno está el hecho que fue depositaria en las manos de bronce del Monumento a la Paz de la Rosa Blanca de la Paz, acto simbólico que le fue concedido también al ex embajador de Colombia, enemigo de los Acuerdos de Paz y quien insultara, aquí en Guatemala, a un prominente activista de los derechos humanos. Es decir, ese acto ya no vale nada porque su peso moral anda cercano a la materia vacía y hueca del duroport. Sin obviar al abusivo y grosero embajador de Israel en Guatemala, quien al preguntarle la prensa nacional quién había corrido con los gastos de la señora Netanyahu, exhibió su prepotencia contra la prensa nacional. Todo esto porque este gobierno tiene vocación de alfombra con los sionistas y de los cuales no se puede esperar nada bueno.
Publicado por La Cuna del Sol
USA.
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