domingo, 6 de enero de 2019

El único peligro para la seguridad nacional es Jimmy Morales y su equipo, ante su cristiano desacato de la ley

Nada es eterno y nada mal llevado puede llevar una vida imperturbable. El poder corrompe, no cabe la menor duda, y el poder absoluto como pretender este señor y quienes le rodean, corrompe absolutamente.


EL UNICO PELIGRO PARA LA SEGURIDAD NACIONAL
ES JIMMY MORALES Y SU EQUIPO, ANTE SU CRISTIANO
DESACATO DE LA LEY


Por Luciano Castro Barillas

El tiempo se acorta y todos aquellos  corruptos de Guatemala, entre empresarios y politiqueros, que lucían orondos en sus poltronas parlamentarias o sillas ergonómicas de sus despachos burocráticos, resulta que ahora andan literalmente zurrados porque la dulce vita que proporciona el poder está llegando a su fin y resulta que todo aquello que ha sido bocatto di cardenale se les está transformando por obra y gracia del gnomo maligno de la corrupción, en moronga de marrano sabatino, escrótalo, para acabar de arruinar las cosas. La vida les está cambiando de la noche a la mañana, en primer lugar porque los ciudadanos están hastiados de tanto desacierto en la administración de la cosa pública, por la corrupción rampante que los ha hecho famosos a nivel internacional y porque ahora, de hecho y desde hace varios meses, se ha dado un total irrespeto al régimen de legalidad sin que ellos caigan en cuenta que tanto abuso llevará a éste como a cualquier régimen político al abismo y por cuyas acciones equivocadas tendrán  que responder en algún momento.

Nada es eterno y nada mal llevado puede llevar una vida imperturbable. El poder corrompe, no cabe la menor duda, y el poder absoluto como pretender este señor y quienes le rodean, corrompe absolutamente, dijo el barón Acton. Pero hay libertad de elección y si uno elige ser apátrida y vivir una vida de destierro, esa soledad nacional termina matando, como una fuerte depresión, tal el caso de Serrano Elías que vive su aparente plácido ostracismo en Panamá y que llora en sus momentos de depresión por estar un momento, una media hora, en Guatemala. Pero es el pago por robar, por mentir y por ser arrogante. Nadie es feliz, por más que afirme lo contrario, fuera de la tierra que lo vio nacer. Así pasará con los futuros exiliados, pues han de saber que las cosas materiales, si bien confieren alegría y placer momentáneo, al final, cansan; y te vez sencillamente rodeado de objetos, sea este dinero en cuentas con testaferros o inmuebles, mansiones exquisitas en tierra ajena. Se disfrutan mejor los objetos materiales cuando éstos están en el terruño, al lado de la familia, porque tienen algo, adquieren una particularidad las cosas: el calor de la Patria.

Si uno ha perdido a su Patria, realmente ha perdido todo. Pues la tierra es la madre nutricia de todo: de las creencias, de los rituales, de las tradiciones, del lenguaje y del espíritu, en nuestro caso, de ser guatemaltecos. De nuestro ser, de nuestra ontología indígena, mestiza, negroide, etc. Se es muy desgraciado cuando no se tiene Patria, porque la Patria de adopción, nunca será la misma. Estará siempre cercana y distante. Por eso el prófugo prefiere regresar a una cárcel nacional que estar en una cárcel extranjera. Los barrotes aunque sean de acero, tienen siempre por allí, el calor de la Patria. Por ello, aunque fastidian tanto los politiqueros arrogantes y abusivos, en el fondo son dignos de lástima porque, sencillamente, no se puede vivir de esa manera.

Hoy Guatemala tiene cerrado su horizonte, oscuro su porvenir. Pero los tiempos mejores no están tan distantes. El guatemalteco por tímido y conservador en extremo no sale a la calle a manifestar su inconformidad, pero si sabe hacer algo, con eso de su talante calladote. Sabe vengarse y en las urnas le darán el voto a Telma Aldana, como la ideal manera de vengarse, si acaso van a darse las elecciones. Porque la locura, el delirio, la alucinación han sido tomadas por las autoridades de las altas esferas del poder como por los más modestos funcionarios administrativos. Solo hace falta el Golpe Clásico. Debieran de hacerlo para no andar con disimulos, para no ser reticentes con la Nación. Éntrenle duro y sin pena. Así la Nación y su sistema político, social y económico se reconfigurará de mejor manera. Ya son 64 años que vivimos una democracia, la de 1944, y anhelamos otra, para vivir mejor. Las dictaduras son la catsarsis necesarias, los catalizadores, los puntos de inflexión aquí, en todos los tiempos, en todas partes del mundo; para crear un Mundo Nuevo. Así que éntrele, no sean tímidos y conservadores, uno debe tirarse a los callos, y claro, después asumir las consecuencias. Esto que pasa actualmente en el aeropuerto es el colmo.





Publicado por La Cuna del Sol
USA.

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