En el mundo de la
televisión, a Maduro se le presenta como un dictador y verdugo, aunque en
Venezuela se le increpa abiertamente por ser muy manso; dibujan caricaturas de
él, y lo insultan tanto como pueden.
LAS AVENTURAS DE UN
REPORTERO EN VENEZUELA
Esta es la opinión personal del corresponsal de AIF sobre lo que sucede hoy
en día en Caracas
Dia uno…
Nuestro vuelo de Air France estuvo varado en París durante 5 horas; nadie
quiere aterrizar en Venezuela en medio de la noche, debido a la "criminal y
peligrosa situación". El avión está medio vacío, los pasajeros, a juzgar
por sus nerviosas conversaciones, son todos venezolanos. Un conductor de taxi,
al salir del aeropuerto, cierra las puertas y advierte con amabilidad que,
después de oscurecer, los bandidos desparraman clavos en las carreteras y roban
los autos varados. "Oh, no te preocupes, amigo, tengo un auto viejo. A
ellos no les interesan los autos viejos”. Ahí es donde uno entiende por qué
Caracas ocupa el primer lugar en el ranking de las ciudades más peligrosas del
mundo. Es demasiado tarde para la cena, pero al menos deseo cambiar mis dólares
estadounidenses por bolívares venezolanos. Le pregunto a mi taxista. El sacude
violentamente la cabeza: "No, no, no. ¡No me meto con esas cosas, es
ilegal!" "Lo que sea ", me río de él. "Mañana, alguien tomará
los dólares, tal vez incluso con mis manos mutiladas". Estaba equivocado...
En Venezuela, el tipo de cambio oficial del dólar es de 200 bolívares, y de
2,715 en el "mercado negro". Y si uno cambia su moneda en un banco,
de acuerdo con este cálculo, una botella de agua costará 330 rublos y un modesto
almuerzo en una cafetería no muy cara: 7,000 rublos por persona. A juzgar por
las historias en Internet, los venezolanos simplemente se matan unos a otros
por los dólares, pero este no es el caso. También hay otras cosas diferentes de
acuerdo a la percepción. En occidente las noticias muestran a los manifestantes
enfrentándose a la policía diariamente, decenas de muertos, cientos de heridos,
un mar de sangre. Pero en Caracas, todo está tranquilo. En una tarde, la gente
está sentada en los cafés y bebiendo ociosamente ron con hielo, mientras las
cuadrillas de mantenimiento barren las calles. Resulta que las noticias en las principales
cadenas de televisión en el mundo (incluidas CNN y la BBC) muestran una
película fantasiosa sobre Venezuela. “¿Demostraciones?” Bosteza Alejandro, un
vendedor ambulante que vende maíz. "Bueno, el sábado habrá una, algo así.
En un extremo de la ciudad habrá un mitin de partidarios de la oposición, y en
el otro, los partidarios de Maduro. La policía los mantiene separados para
evitar peleas”. Increíble. Navegas por Internet, enciendes la televisión y ves
la revolución, la gente que muere en las calles para derrocar al "malvado
dictador Maduro". Y vienes aquí, y a nadie le importa.
Y luego se puso aún más interesante. Nunca en mi vida he tenido tantas
aventuras al tratar de cambiar una moneda por otra. El país tiene un problema
con el dinero en efectivo, las largas colas en los cajeros automáticos, e
incluso los cambistas ambulantes de "moneda" no tienen
"efectivo", como llaman al dinero cash. Deambulo dentro de una joyería
y pregunto si quieren unos "verdes". La respuesta es "No".
Todos actúan como ciudadanos respetuosos de la ley. Me han dicho que la policía
recientemente comenzó a arrestar a personas involucradas en el cambio de moneda,
por eso la gente no quiere involucrarse. Uno de los dueños de la joyería casi
acepta. "¿Qué tienes? Dólares? No, no voy a aceptar eso”. "¿Por qué
ahora?" "Sólo acepto euros... ¡el dólar, amigo, es la moneda del
agresor, tratan de decirnos cómo vivir!
¡Maldición! ¡Tengo dinero en mi bolsillo y ni siquiera puedo comprar un
almuerzo! Finalmente, una mujer que está amamantando a un bebé en el lugar de
trabajo, acepta a regañadientes intercambiar 2,200 bolívares por un "dólar".
Siento deseos de maldecirla, pero tengo que sobrevivir de alguna manera. Los
bolívares parecen una moneda hermosa e inalcanzable, que oculta todos los
beneficios del mundo, por eso es tan difícil conseguirlos. Muevo la cabeza en
señal de aprobación. La mujer llama a alguna parte, y pide que espere. Después
de 15 minutos, me dice que "hay un problema". Por supuesto, no se
puede encontrar dinero. Su hombre no podía retirarlos del cajero automático, en
todas partes los cajeros automáticos están sujetos a una tarifa diaria muy estricta.
"El presidente Maduro está luchando por el fortalecimiento de la moneda
nacional", explicó la madre lactante. "Todos usamos nuestras tarjetas
para pagar por todo". No sé cómo funciona, pero ayer el tipo de cambio era
de 3,200 bolívares por 1 dólar, y hoy los "dólares" cayeron a 2,700.
Empecé a darme cuenta de que en los próximos días moriré de hambre con dólares
en mi bolsillo. Un destino único, quizás, que nunca ha sucedido en la historia.
En el siguiente quiosco, un lugar de cash por oro, me ofrecen una tarjeta
de débito de plástico cargada con dinero local para que luego pruebe mi suerte retirando
billetes de los cajeros automáticos cercanos. "O, quizás no, si no tienes
suerte". Bueno, claro. Por cierto, un intento de comprar una tarjeta SIM
para el teléfono también fracasa. No los venden a extranjeros, necesitas una
tarjeta de identificación de Venezuela. Sí, y no tengo nada con que pagar por
ello. La sensación es que el dólar es un regalo que nadie quiere. Con tristeza,
paso por las tiendas. La gente sale de allí con paquetes de huevos, pan, paquetes
de mantequilla. La variedad no es como en Moscú, por supuesto, pero nuevamente,
si uno cree en las noticias de la televisión, Venezuela está sufriendo una
terrible hambruna, los supermercados están
vacíos y la gente se pelea por la comida. Nada de eso. Hay colas, pero no de
kilómetros. En general, las estaciones de televisión en los Estados Unidos y
Europa (y en el nuestro también) han creado su propia Venezuela, dibujada como
una terrible caricatura. Entro en un café al azar. “¿Aceptarían dólares por un
almuerzo?” Pregunto desesperadamente. "Sí, al precio del "mercado
negro" me susurraron. "Pero el cambio también será en dólares... lo
siento, no hay bolívares en absoluto... los hemos estado buscando durante
semanas".
Mi primer día en Venezuela ha terminado. Que inusual. He estado aquí por 24
horas y no tengo un Bolívar en mi mano. Oh, pero habrá más...
Día dos…
60 litros de gasolina aquí cuestan cinco centavos, y una canasta de
productos alimenticios básicos: 50 rublos (unos 90 centavos).
"La gasolinera", mi chofer mete la mano en su bolsillo y saca un
billete de 2 bolívares. El tipo de cambio de la moneda venezolana cambia todos
los días, y hoy es de 2,580 bolívares por un dólar. En dinero ruso, eso
equivale a 10 centavos. "Ahora debemos llenar el tanque", dice el
conductor del taxi. 60 litros de gasolina cuestan 1 bolívar, pero nosotros
damos el billete de 2 bolívares, porque no hay billetes de 1 bolívar. No puedo
creer que un tanque lleno de combustible valga CINCO CENTAVOS? “¿Y cuántos más puede
llenar a este precio?” “Una vez al día para cada ciudadano. Y eso es suficiente
para mí". Durante el trayecto al centro de la ciudad, el conductor despotrica
contra el presidente Maduro y me dice cuánto ama a Estados Unidos y que será beneficioso
cuando los estadounidenses derriben finalmente al "hombre del bigote".
Empiezo a pensar que no siento pena por Maduro en absoluto. Él realmente
corrompió a todo un país con tan generosos beneficios. Y los reciben con agrado,
pero nadie dice "gracias", solamente quieren más y más.
En la calle hay una larga cola hacia un "supermercado social", un
lugar donde se pueden comprar 400 tipos de productos a precios sustancialmente bajos.
Estas tiendas fueron establecidas por el fallecido presidente Hugo Chávez
"para combatir la inflación y proteger a los pobres". Las tiendas
están financiadas por el gobierno venezolano. El comprador viene con una
identificación, obtiene un número y espera en una fila hasta que se les permita
ingresar y comprar un determinado grupo de productos. El surtido no es muy
impresionante, solo lo esencial: pollo, plátanos, piñas, salchichas, leche. Una
caja de estos alimentos cuesta aproximadamente 50 rublos. CNN y la BBC muestran
videos de venezolanos envueltos en rollos de papel higiénico deambulando
tristemente por la frontera con Colombia. El papel higiénico se encuentra en
todas las tiendas y sin ningún problema. Una vez más, estoy simplemente
asombrado: las noticias de la televisión occidental son algo de Hollywood, ellos
no están informando sino fabricando fantasías de gran taquilla. En el sitio web
de la BBC leí que niños venezolanos hambrientos después de la escuela van a
echar una mirada a los vendedores ambulantes que cocinan carne. He estado por
toda la ciudad. Los restaurantes, cafés, fondas, están llenos durante la hora
del almuerzo, y la gente se ve bien vestida. La hambruna que los medios de comunicación
occidentales nos pintan, no existe en la realidad.
Tomo algunas fotos dentro del supermercado e inmediatamente se me acercan los
trabajadores, o los "seguidores de Maduro". "Está prohibido tomar
fotos aquí". "¿Es esta una instalación militar?" "Váyase o
llamaremos a la policía. "Escuchen, en todas partes en la televisión nos
dicen que hay hambre en Venezuela. Quiero demostrar que la realidad es
diferente". "No estamos interesados, simplemente trabajamos aquí:
¡váyanse de inmediato!" Empecé a entender perfectamente por qué Nicolás
Maduro perdió la guerra de la información. Hugo Chávez era alabado a menudo incluso en conversaciones
privadas, pero sobre Maduro, incluso los partidarios de Chávez, encuentran poco
positivo que decir. Cuando la gente protestaba contra las interminables
nominaciones de Hugo como jefe de Estado, el solía reunirse con ellos con los
brazos abiertos, sonriendo y diciendo: "Muchachos, ¿cuál es el problema?
Soy su presidente, los amo, ¡sentémonos y hablemos! "Maduro no tiene esta
imagen de ser uno de los muchachos. No tiene la habilidad para comunicarse con
el público, y sus asistentes, como los empleados de la tienda social, solo
saben presionar, prohibir y amenazar con la policía
En las calles, los agricultores provinciales venden frutas y verduras:
mango, tomates, pepinos. Todo aproximadamente al mismo precio de 25 rublos por
kilogramo. Aquí, el valor de una docena de huevos de los que venden los vendedores
ambulantes es de 4,800 bolívares o sea unos 130 rublos, y eso no es barato.
Durante el pico de los precios del petróleo, cuando un barril de petróleo se
vendía por $ 150, Venezuela vivió según el principio de un tonto rico. ¿Para
desarrollar la producción nacional? No, ¿qué tontería es esa? Podemos comprar
cualquier trivialidad en el extranjero. Ni siquiera los gerentes de la producción
del petróleo eran locales, contrataron a especialistas de Europa y les pagaron
mucho dinero. Las importaciones de alimentos en el país alcanzaron el 95 por
ciento. Y la situación no es muy
diferente hoy en día. Cuando ordeno mi comida en un café (por cierto, todavía
pagando en dólares; todos los intentos de cambiar dólares por bolívares
fracasaron), obtengo una excelente carne de cerdo. "¿De dónde viene?"
"De Colombia". "¿Y el pollo?" "De Brasil, por eso es
tan caro". Incluso la harina de pan proviene de la vecina Guyana. Chávez y
su sucesor, Maduro, querían ser "presidentes de la gente", repartiendo
dinero a diestra y siniestra. Pero luego los precios del petróleo se
derrumbaron, comenzó la escasez de alimentos y la gente se rebeló. La gente
demanda como antes: comida barata en los supermercados, gasolina por nada, y no
quieren escuchar otra cosa.
"¡Chávez era un gran tipo!", dice un seguidor del ex presidente,
Raul Romero, de 75 años, vestido con una camisa roja "chavista".
“¡Maduro no se parece en nada a él! Hay especuladores en las calles, él no hace
nada. En su época, Chávez arrestaba a los comerciantes que aumentaban los
precios de los alimentos, cerraba sus tiendas, confiscaba las tierras a los
terratenientes y se las daba a la gente. ¡Necesitamos una mano firme, una
verdadera dictadura! ”
En el mundo de la televisión, a Maduro se le presenta como un dictador y
verdugo, aunque en Venezuela se le increpa abiertamente por ser muy manso;
dibujan caricaturas de él, y lo insultan tanto como pueden. ¿Pero a quién le
importa la verdad? Mucho más colorido mostrar el sufrimiento por el papel
higiénico.
Día tres…
"Fui sorprendido por un policía que robó mi teléfono. Estoy afuera hablando
por el teléfono celular, él se acerca a mí y me toca el costado con su arma.
"Dame tu móvil". No entiendo de inmediato, y continúo automáticamente
la conversación. Amartilla su pistola y dice: "Mata". Le doy mi
teléfono. Pero está bien, me encanta que me roben los policías. No son bandidos
de los "Barrios", los barrios pobres de las montañas, que te pueden
disparar primero y luego hurgar en los bolsillos de tu cadáver. Tengo suerte,
he vivido en Venezuela durante 27 años y esta fue la primera vez que me
"atracaron". Muchas personas sufren robos cada año.
Estoy hablando con Mikhail, un ciudadano de Rusia que ha estado viveiendo
en Venezuela desde principios de los años noventa. Me ayuda a desplazarme por
Caracas y me enseña cómo ir a los barrios marginales. "¿No tienes
protección? Oh, quién lo dudaría. Luego deja tu reloj, teléfono y cámara en el
hotel. Toma algo de dinero para un taxi, también tienes que tener algo de
dinero en efectivo en caso que te embosquen, de lo contrario, podrían ofenderse
y matarte. A veces, la gente recibe un disparo en un brazo y una pierna, pero
sin riesgo de morir". Después de tan simpática historia, aun así decido ir a los "Barrios". Es allí
donde viven principalmente los partidarios del presidente Nicolás Maduro. Según
la CNN y la BBC, las personas empobrecidas en Venezuela se están revelando
contra el gobierno. Nada puede estar más alejado de la verdad; es la clase
media rica que sale a protestar. Maduro es aplaudido en los barrios pobres,
porque el presidente les da a sus residentes paquetes de comida gratis suficiente
para un mes y también apartamentos gratis (!). Formalmente, pertenecen al Estado,
pero las personas viven en ellos por generaciones.
El mitin de la oposición en la parte occidental de Caracas es enorme, al
menos 100 mil personas se reunieron. Los manifestantes son amistosos conmigo,
Rusia aquí es respetada. No es considerada un enemigo. Cero agresión en
absoluto... y luego me pregunto sobre lo que veo en CNN, los videos de la
oposición siendo convertidos en panqueques por los tanques. La policía mantiene
la neutralidad, desaparece de las calles, para no dar motivo a los
provocadores. La gente alegremente agita sus manos a un helicóptero militar que
vuela en el cielo. Muchas personas con camisetas con la bandera estadounidense,
un hombre pasa, sosteniendo un póster escrito a mano con el eslogan alterado de
Donald Trump: “Make Venezuela Great Again.” "¿Te encanta EE.UU?" ¡"Sí, lo
adoro!" “Recuerdo que ustedes ya tuvieron un presidente pro-americano en
1993, Carlos Andrés Pérez. El subió bruscamente el precio de la gasolina, el
80% de las mercaderías eran importadas, condujo a la república a un
endeudamiento de miles de millones con el FMI. La gente salió a protestar, y
Pérez los ahogó en sangre, matando a 2,000 personas... luego huyó a Estados
Unidos".
El hombre se queda helado, con la boca abierta. Finalmente, recupera el don
del habla. "Espero que esta vez el presidente pro-estadounidense sea
diferente". "¿Estás seguro?" "Lo siento, no tengo nada que
decir". Preguntando a la chica de la oposición cómo se siente con respecto
a los Estados Unidos: "Estados Unidos es nuestro vecino, que cambien el
poder aquí". "En países donde Estados Unidos cambió el poder, como
Irak, Libia, Afganistán, cientos de miles de personas murieron. ¿Estás
dispuesta a esto?"
Una vez más, ella hace una pausa y suspira. "No no no. No somos África
ni Asia. Todo sucederá en paz. Los venezolanos no se matarán entre sí”. Donde
se dividen las opiniones es en la cuestión de si la gasolina gratis y los
paquetes de comida gratis permanecerán en un gobierno puesto por los Estados
Unidos. Muchos están sinceramente seguros de que los "regalos"
permanecerán bajo un nuevo presidente. ¿De qué otra manera? La minoría que
reconoce que las dadivas estatales serán canceladas dice que al menos
"seremos libres". Como he dicho, los manifestantes son en su mayoría
personas bien vestidas y acomodadas. Por cierto, el líder de la oposición, Juan
Guido, tampoco tiene un programa económico real que prometa "cuadruplicar
la producción de petróleo". Nadie piensa que después de eso el precio
bajará cuatro veces. En resumen, tengo la sensación de que ni el presidente ni
la oposición saben nada sobre la economía en Venezuela.
Las manifestaciones en apoyo de Maduro tienen lugar en el otro extremo de
la ciudad, para evitar que los oponentes se enfrenten entre sí. "¡Los
estadounidenses son insolentes!", Gritó una señora con una camiseta roja
corriendo hacia mí. "Bastardos! ¡Deberían ser colgados en el primer árbol!
¡Saludos al socialismo!" "Soy ruso, abuela". La señora
retrocede. "Lo siento, disculpe". "No se enoje, señora".
Muchas de las personas reunidas aquí están felices, bailando y cantando.
Un soldado se para frente a mí y no me permite tomar ninguna foto. No solo
a mí, sino también a otros transeúntes. "No puedes tomar fotos aquí".
"¿Quién dice?" "El presidente Maduro". No, Maduro definitivamente
está haciendo todo lo posible para ser detestado. Quienes se reúnen aquí son
trabajadores pobres, obreros y granjeros de los suburbios. Me interesa, honestamente,
¿te trajeron aquí en autobuses? "¡Sí, lo hizo!", dice un abuelo,
mostrando con orgullo un retrato del Che Guevara. “¡Pero yo caminaría hasta aquí
por Maduro! Es una mentira que nos pagaron para estar aquí". Otras
personas lo aplauden alegremente. Le doy la mano "¡Los rusos son
bienvenidos! Venezuela los ama, están en su casa".
El día de los mítines ha terminado. Las cuadrillas de mantenimiento
llegaron a la acera llena de botellas de plástico, paquetes arrugados de
cigarrillos y otros restos dejados por la muchedumbre. En la entrada de una
casa vieja, personas mayores toman café. "Dicen que el día de hoy un general
ha desertado al lado de la oposición", dice uno de ellos. "Una
persona importante". "¿Cómo se llama este tipo?" "¿Quién
sabe?" Venezuela está dividida en dos. Y la situación allí puede cambiar
en cualquier momento.
Publicado por La Cuna del Sol
USA
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