lunes, 18 de marzo de 2019

Los jeeps J-8 destinados al combate del narcotráfico en Guatemala están parqueados y ya se sabe el porqué…

Nunca supo la ciudadanía cuántos eran los jeeps J-8 donados y parqueados en el hangar de los Estados Unidos en el aeropuerto internacional La Aurora hasta ahora: ya están en ese hangar 150.


LOS JEEPS J8 DESTINADOS AL COMBATE
DEL NARCOTRÁFICO EN GUATEMALA
ESTÁN PARQUEADOS Y YA SE SABE EL PORQUÉ…


Por Luciano Castro Barillas

No es un nuevo berrinche de Jimmy Morales al replicar de esa manera a Estados Unidos por el cese de la ayuda militar a Guatemala. Le cayó como anillo al dedo a él y todos los granujas de su entorno. Es una decisión de los militares oscuros que están detrás de él, muchos de ellos vinculados a diferentes tipos de acciones ilícitas, como ejecuciones extrajudiciales y narcotráfico, hechos que no son un secreto para nadie y ellos tampoco se ocupan en el ocultarlo. Sencillamente, como dijo, el Vicepresidente Jafeth Cabrera, son cosas que “los tienen sin cuidado”. Y ahora con menores preocupaciones, claro, porque se justificarán plenamente que los pocos o inexistentes decomisos de cocaína de hoy en adelante es por causa de que los Estados Unidos les retiró la ayuda militar.

No hubo mejor cooperación de Estados Unidos para con ellos, como un socio de verdad. Ahora los caminos de Guatemala están despejados para que entren los narcotraficantes como Pedro por su casa. Ya no habrá controles en las fronteras, aunque esas patrullas que se movían en los jeeps J-8 donados, servían también de mulas para trasladar drogas, ante la certeza que no podían ser revisados. Ahora hay una gran facilitación para las fechorías y dirán a los Estados Unidos, con el cinismo de siempre: “Yo no fui, fue Teté”. Nunca supo la ciudadanía cuántos eran los jeeps J-8 donados y parqueados en el hangar de los Estados Unidos en el aeropuerto internacional La Aurora hasta ahora: ya están en ese hangar 150.

Estos jeeps modernos, cuatro por cuatro para todo terreno, son diesel, automáticos, blindados, los fabricaron por primera vez en el año 2007 y actualmente son ensamblados en Egipto e Israel. Son muy apetecidos para uso civil, principalmente en la minería subterránea por su buen desempeño. A Guatemala llegó la primera donación en el 2016 y el convenio establecía con claridad que eran para uso exclusivo de fronteras con el fin de controlar el narcotráfico. Se hicieron las cosas a medias y cuando tuvo lugar la crisis de la CICIG en 2018 se utilizaron para patrullar no solo frente a la sede diplomática, sino la sede de la Corte de Constitucionalidad, de la Corte Suprema de Justicia y el colmo, lo que rebalsó el vaso de la arbitrariedad y la estulticia, fue que patrullaron intimidantes la sede de la embajada de los Estados Unidos, con una salvedad: que ahora iban artillados con una ametralladora 50.

Y no fue intimidación, querían meterse a la sede de la CICIG y expulsar de manera violenta a los diplomáticos, pero la oportuna intervención del embajador de los Estados Unidos, al ver la gravedad de lo acontecido, se comunicó con sus superiores y desde Washington disuadieron enérgicamente del intento a la soldadesca que lucía envalentonada. No cabe duda, pues, que la criminalidad irá en aumento y seguirá avanzando irresistible la destrucción de la precaria institucionalidad del país. ¿Hacia dónde vamos? No se sabe. Cualquier mejoramiento de la vida nacional, guste o no, lo determinarán los Estados Unidos y no los guatemaltecos. Y por supuesto la agenda electoral de Trump.






Publicado por La Cuna del Sol
USA.

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