domingo, 26 de mayo de 2019

Por qué capturar a Huawei no es una victoria en la guerra tecnológica

La mano dura de Estados Unidos contra Huawei inevitablemente será contraproducente.


POR QUÉ CAPTURAR A HUAWEI NO ES UNA
VICTORIA EN LA GUERRA TECNOLÓGICA


Por Pepe Escobar

Es una guerra geopolítica, geoeconómica. Fría, hasta aquí, pero a punto de descender a un estado de congelamiento. La Estrategia de Seguridad Nacional de los Estados Unidos lo deja en claro de manera inequívoca. China es un competidor estratégico y debe ser contenido, sin limitaciones, en todos los frentes: económico, militar y, sobre todo, tecnológico.

Entra en escena la ofensiva concertada actual en todo el espectro, desde la tecnología 5G y la Inteligencia Artificial (AI) hasta las maniobras que intentan evitar el arribo de la globalización 2.0. Agregar a ello la máxima presión sobre todo el mundo para evitar que las naciones se unan a la Nuevas Rutas de la Seda o Belt and Road Initiative (BRI), el concepto organizador de la política exterior de China en el futuro inmediato y la hoja de ruta estratégica para la integración euroasiática hasta 2049 .

Todo está interconectado; la guerra comercial de la administración de Trump, el bloqueo de Google a  Huawei del sistema operativo Android, la demonización de la Franja y la Ruta. Todo esto se trata del control de las cadenas de suministro globales y de la infraestructura tecnológica.

Huawei no es un peón sino la Reina en el tablero de ajedrez de la guerra tecnológica. En un entorno en el que las empresas chinas de Tecnología Informática (IT) están escalando rápidamente en términos de registro de patentes científicas, Huawei ya es primera entre iguales. Desde el conocimiento tecno-científico hasta la investigación aplicada y las soluciones creativas de mercado, la tecnología de China representa una "amenaza" concertada para la tecnología estadounidense. Este es el meollo del choque geopolítico y geoeconómico entre el hegemón y la superpotencia aspirante.

La presión sobre Alemania, el Reino Unido e Italia, por ejemplo, basada en un concepto vago de "agresión económica", no obligará a estas naciones industrializadas a descartar a Huawei, porque pueden beneficiarse del liderazgo de Huawei en tecnología 5G para crear sus propias ciudades "inteligentes" o seguras.

La fragmentación de las cadenas de suministro globales, como apunta el gobierno de Trump, tampoco logra el resultado esperado, ya que la interdependencia aún rige. Aproximadamente el 22% de los productos de Huawei tienen componentes de EE.UU y el chip Snapdragon de American Qualcomm aparece en la mayoría de los teléfonos inteligentes chinos.

Lo que más importa es cómo Made in China está creando paquetes innovadores totales, privilegiando el valor agregado para las empresas, en tanto se dirige a una masa global de clientes globales, privados y corporativos. Este proceso constituye la médula de Made in China 2025, cuyo objetivo es reducir la dependencia de la tecnología occidental y configurar a China como líder mundial en inteligencia artificial, servicios en la nube, Internet de las cosas (Internet of Things o IoT), automatización industrial 4.0, biotecnología y tecnología aeroespacial. Adiós a la fabricación en masa a bajo costo. Bienvenida la nube de tecnologías emergentes.

"Asianomics" es la senda a seguir          

En 'Superpotencias de la IA: China, Silicon Valley y el Nuevo Orden Mundial', el inversionista de riesgo Kai-Fu Lee, con décadas de experiencia en ambos lados del estanque tecnológico, muestra de manera concluyente cómo la tecnología "abrirá una brecha entre las superpotencias de la IA y el resto del mundo, y posiblemente dividiendo a la sociedad en términos de clase" imitando a "la ciencia ficción distópica".

Los EE.UU y China ya son superpotencias de la IA pues aparte de contar con talento y laboratorios de investigación de primera, pueden contar con "una gran base de usuarios y un vibrante ecosistema empresarial y de capital de riesgo".

A lo largo de Eurasia, siguiendo la huella del BRI, China está destinada a dominar en la tecnología 5G y la IA, desde el sudeste de Asia, pasando por el suroeste de Asia hasta llegar a África.

Eso deja a Europa Occidental como el campo de batalla geoeconómico crucial, en Internet y en los servicios de Internet, que deben ser conquistados por Huawei y otras compañías tecnológicas chinas. Siempre es importante recordar que una gran mayoría de los llamados "aliados" de los EE.UU, especialmente en Asia pero también en vastas franjas de Europa, ahora tienen más comercio o inversiones con China que con los EE. UU.

La tecnología 5G establecerá un nuevo paradigma tecnológico en robótica aplicada a la producción industrial, cirugía de control remoto, nuevas soluciones de transporte impulsadas por la IA, la logística de distribución y muchos otros campos especializados. Pensemos, por ejemplo, en contenedores conectados en una comunicación autónoma, en un flujo de libre interconexión de alta velocidad.

En este nuevo entorno, Huawei es más eficiente, más competitivo, más barato, más innovador y sus productos consumen menos energía. A esto hay que agregar que las empresas chinas están dispuestas a experimentar con operadores de telecomunicaciones, por ejemplo, invirtiendo en centros de investigación y laboratorios en Europa, como el Huawei Transparency and Cyber Security Center en Bruselas.

No solo China, sino que Asia en su conjunto se está convirtiendo en el motor de desarrollo tecnológico privilegiado del siglo XXI. Bienvenidos, por lo tanto, a "Asianomics".

Esto significa que Huawei, incluso bajo el ataque del gobierno de los Estados Unidos y rechazado por Google, no tendrá problemas para encontrar otros proveedores chinos y asiáticos. De hecho, hay que contar con Pekín movilizando vigorosamente a todas las grandes empresas tecnológicas de China para desarrollar todas las tecnologías de componentes de las que aún carece China. Los precedentes abundan. Echemos un vistazo a uno de los más importantes.

Innovar o morir         

En septiembre de 2014, el Primer Ministro Li Keqiang se dirigió a la "Summer Davos" china en Tianjin para explicar cómo la innovación tecnológica era esencial para crear crecimiento y modernizar la economía china.

Como suele pasar estos discursos consisten en una somnolienta letanía de jergas y exhortaciones. Pero esta vez, Li propuso un nuevo e inédito eslogan: "emprendimiento masivo e innovación masiva". Y eso pronto se convirtió en el grito de guerra de un proceso impulsado por el gobierno para fomentar los ecosistemas de empresas emergentes y apoyar la innovación tecnológica.

En julio de 2015, el Consejo de Estado de China, que confecciona todas las políticas que realmente importan, emitió una directriz importante; de ahora en adelante, todos deben unirse a la causa del "emprendimiento masivo e innovación". El objetivo era crear miles de incubadoras de tecnología, zonas de emprendimiento y "los fondos destinados a nuevas empresa", respaldados por Beijing, para atraer  más capital de riesgo privado, en paralelo a políticas fiscales atractivas y permisos gubernamentales simplificados necesarios para iniciar un negocio.

Así es como funciona en China. El gobierno central puede establecer los objetivos principales. Pero la implementación es totalmente local, es decir recae en miles de alcaldes y funcionarios locales. Estas personas solo son promovidas a través del desempeño dentro de la vasta burocracia. Y los inspectores son, por supuesto, peces gordos en el departamento de recursos humanos del Partido Comunista Chino. Resulta fácil imaginar el frenesí cuando Pekín establece metas y objetivos claros. Ir con todo, o desaparecer en el olvido de una carrera.

Eso es exactamente lo que va a suceder enseguida. Beijing le dirá a China tech que alcance el siguiente nivel. Cualquiera que haya estado en el frenético centro de experimentos tecnológicos de Shenzhen sabe lo que esto significa. La mano dura de Estados Unidos contra Huawei inevitablemente será contraproducente.

Huawei ha acelerado ahora la implementación comercial de su propio sistema operativo, que se adaptará completamente a los mercados globales. Su Plan B es ahora el Plan A –ojo por ojo. Nunca subestimar el poder de las consecuencias imprevistas; Huawei rompiendo el monopolio de facto de Google puede estar a la vuelta de la esquina (tecnológica).






Publicado por La Cuna del Sol

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