martes, 7 de enero de 2020

Estados Unidos le ha declarado la guerra a Irán

El asesinato premeditado de una figura de la talla del general Soleimani, en clara violación a su papel de diplomático de alto rango, y a la soberanía de Iraq, que para Estados Unidos nunca ha existido desde que fue invadido, y bajo ocupación de facto hasta el día de hoy, no es otra cosa que una declaración de guerra contra la República Islámica de Irán.


ESTADOS UNIDOS LE HA DECLARADO
LA GUERRA A IRÁN



El reciente asesinato en Bagdad del mítico general iraní, Qassen Soleimani, comandante de la Fuerza Quds (Jerusalen) de los Guardianes de la Revolución Islámica de Irán (IRGC), y de Abu Mahdi al-Muhandis, segundo al mando de la Unidades de Movilización Popular de Irak (PMU), por parte de Estados Unidos, al parecer será la chispa que provocará el estallido definitivo de la guerra total entre Estados Unidos e Irán. El ataque aéreo sobre el aeropuerto internacional de Bagdad, en el que resultó muerto el más reconocido y admirado estratega militar iraní, el general Soleimani, realizado por el pentágono, con la autorización del presidente Donald Trump, es la provocación más grave que los EE.UU ha llevado a cabo contra Irán desde la ruptura de relaciones en 1979, tras la Revolución Islámica. Este último incidente es la culminación de una serie de ataques y contraataques que se han venido desarrollando últimamente, particularmente en el Golfo Pérsico, Siria e Iraq donde Enastados Unidos e Israel, hasta ahora, han estado envueltos en una guerra de baja intensidad contra Irán y sus aliados, y que ya ha provocado graves daños materiales y humanos.  

Sin embargo, las características de los más recientes acontecimientos, como los violentos ataques contra las instalaciones de la embajada estadounidense en Bagdad por simpatizantes de las milicias apoyadas por Irán, las cuales habían sido el blanco de los letales ataques imperialistas, y el posterior asesinato del general Soleimani, indican que se está llegando a un punto donde la confrontación a gran escala parece será inevitable. A estas alturas y por el nivel de agresividad que los EE.UU han venido manifestando contra la República Islámica Irán, que ha tenido que responder apropiadamente, resulta casi un imposible una desescalada ya que el nivel de tensión alcanzado, pero sobre todo, el grado de beligerancia extrema o el apetito por la guerra que muestra el imperialismo estadounidense ha sobrepasado el límite de lo que puede ser considerado como tolerable dentro del contexto de esa guerra de desgaste que los EE.UU han venido librando contra Iran.

El asesinato premeditado de una figura de la talla del general Soleimani, en clara violación a su papel de diplomático de alto rango, y a la soberanía de Iraq, que para Estados Unidos nunca ha existido desde que fue invadido, y bajo ocupación de facto hasta el día de hoy, no es otra cosa que una declaración de guerra contra la Republica Islámica de Irán. El argumento falaz de que los EE.UU actuaron en defensa propia antes los ataques terroristas perpetrados en su contra por el maligno régimen de los ayatolas iraníes, es parte de la tradicional retorica imperialista para justificar ante el mundo sus constantes agresiones militares; esta vez contra Irán. Al parecer el fanatismo excepcionalista del que se ufanan las perversas elites estadounidenses, no les permite ver que la principal fuente de desestabilización, del terrorismo, destrucción y muerte en el Medio Oriente proviene precisamente de su ambición desmedida por dominar esa región del mundo. Irán está prácticamente sitiado, sometido a un régimen de máxima presión económica con el objetivo de doblegarlo, sin embargo, según la retorcida y criminal lógica imperialista, Irán es el culpable por negarse a aceptar los términos de rendición que le impone el benevolente Tío Sam. Según esa misma lógica, Irán tampoco tiene el derecho a defenderse de las agresiones en su contra, sus respuestas son consideradas como un comportamiento criminal que amenaza la paz mundial.

La muerte del general Qassen Soleimani, representa una grave pérdida para Irán y sus aliados, su eliminación física ha sido un golpe muy severo, pues su enorme estatura como estratega militar y su gran capacidad de negociación y convencimiento lo llevaron a convertirse en pilar fundamental de la proyección, en el terreno de las acciones, del poder y la influencia político-militar iraní en el Medio Oriente, tanto es así que se le considera la figura clave en la derrota de los ejércitos de terroristas, auspiciados por el imperialismo, en Siria, Irak y Líbano. Su compromiso por liberar el Medio Oriente del destructivo intervencionismo y la rapiña estadounidense lo llevaron a convertirse en el enemigo número uno y objetivo principal en la lista de líderes políticos y militares a ser eliminados por el Pentágono y la CIA. Su asesinato, el plan para ejecutarlo, el lugar y el momento, dejan ver que se trata, no de los arrebatos de un presidente desquiciado, sino de la ejecución de un plan para provocar  la guerra. Es absurdo creer en lo que dice el jefe de la Casa Blanca, que se hizo para evitar la guerra, no para iniciarla.

Independientemente de las medidas de represalia que pueda tomar el liderazgo iraní, o de los contratiempos que pueda enfrentar el gobierno estadounidense, como el juicio político a Trump, la tibia oposición de algunos políticos en el Congreso, o la posible expulsión de la tropas de Irak, la decisión de atacar a la Republica Islámica y llevarla a la guerra es unan cuestión de tiempo; en el corto o en el mediano plazo la agresión militar contra Irán será una realidad. La preparación del escenario para justificar la guerra (casus belli) contra Irán, está en marcha, basta observar como el público estadounidense poco a poco, con la complicidad de los medios de comunicación del imperio, se vuelven perceptibles a la campaña anti-Irán y el discurso guerrerista que emana de la Casa Blanca, el Pentágono y el Departamento de Estado. Lo que queda por saber es que medidas tomará Irán para enfrentar la agresión imperialista en ciernes, o de si podrá contar con el apoyo de sus supuestos aliados, Rusia y China (o los recientes ejercicios navales en el océano Índico y el golfo de Omán, fueron un puro cuento) que parecen más preocupados en seguir apaciguando al monstro que, al final también los devorará a ellos.

El imperialismo ha entrado en su fase más peligrosa y destructiva. Su gran crisis interna y la pérdida de su hegemonía absoluta sobre el mundo lo está conduciendo a atacar sin misericordia todo aquello que se mueva en contra de sus intereses en cualquier rincón del mundo; aliados y no aliados.

Actualización:

Irán ha despejado cualquier duda a cerca de su determinación de atacar a Estados Unidos como represalia por el asesinato del general Qassen Soleimani. El día de hoy la Guardia Revolucionaria de Irán ha lanzado un ataque con decenas misiles sobre bases militares estadounidenses en Iraq. El presidente de los EE.UU, Donald Trupm, ha manifestado que esperará la evaluación de los daños antes de responder.






Publicado por La Cuna del Sol

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