sábado, 11 de abril de 2020

¿Quién se beneficia de la pandemia?

Ni siquiera podemos empezar a imaginarnos las catastróficas consecuencias sociales de la debacle. Es posible que subsectores completos de la economía mundial no puedan ser reorganizados.


¿QUIÉN SE BENEFICIA DE LA PANDEMIA?


Por Pepe Escobar

No se necesita leer el trabajo de Michel Foucalt sobre biopoliítica para comprender que el neoliberalismo -en crisis profunda desde al menos 2008- es una técnica de control/gobierno en el cual surveillance capitalism o capitalismo de vigilancia está profundamente insertado.

Pero en este momento, con el colapso del sistema mundial sucediendo a una velocidad impresionante, el neoliberalismo se encuentra desconcertado, incapaz de lidiar con la próxima etapa de la distopía, siempre presente en nuestra hiperconectada angustia: el desempleo masivo global.

Henry Kissinger, oráculo ungido / guardián de la clase dominante, obviamente esta asustado. Kissinger afirma que "mantener la confianza pública es crucial para la solidaridad social". Está convencido de que el Hegemón debería "salvaguardar los principios del orden mundial liberal". De lo contrario, "el fracaso podría incendiar el mundo".

Eso es muy pintoresco. La confianza pública está muerta en todo el espectro. El "orden" liberal mundial es ahora un caos social darwinista. Solo hay que esperar a que el fuego se propague.

Los números son asombrosos. El Banco Asiático de Desarrollo (ADB) con sede en Japón, en su informe económico anual, puede no haber sido exactamente original, pero señaló que el impacto de la "peor pandemia en un siglo" será tan alto como $ 4,1 billones o, 4.8 por ciento del PIB mundial.

Esto es una subestimación, ya que "las dislocaciones de los suministros, remesas interrumpidas, las posibles crisis sociales y financieras, y los efectos a largo plazo sobre la atención médica y la educación están excluidos del análisis".

Ni siquiera podemos empezar a imaginarnos las catastróficas consecuencias sociales de la debacle. Es posible que subsectores completos de la economía mundial no puedan ser reorganizados.

La Organización Internacional del Trabajo (ILO, por sus siglas en inglés) pronostica, conservadoramente, que el desempleo global, especialmente en aviación, turismo y hotelería abarque a 24.7 millones de personas.

Según la OIT, las pérdidas de ingresos para los trabajadores pueden oscilar entre $ 860 mil millones y la asombrosa cantidad de $ 3,4 billones. La “pobreza laboral” será la nueva normalidad, especialmente en todo el Sur Global.

"Pobreza laboral ", en la terminología de la OIT, significa personas empleadas que viven en hogares con un ingreso per cápita por debajo del umbral de pobreza de $ 2 por día. Hasta un poco más 35 millones de personas en todo el mundo se volverán trabajadores pobres en 2020.

Cambiando a perspectivas factibles para el comercio mundial, es esclarecedor examinar que este informe sobre cómo la economía puede recuperarse se centra en los renombrados minoristas y frenéticos comerciantes de Yiwu en el este de China, el centro comercial de productos básicos más activo del mundo.

Su experiencia ilustra una recuperación larga y difícil. A la vez que el resto del mundo está en coma, Lu Ting, economista en jefe de Nomura en Hong Kong, enfatiza que China enfrenta una disminución del 30 por ciento en la demanda externa al menos hasta el próximo otoño.

¿Neoliberalismo en reversa?

En la etapa que viene, la competencia estratégica entre los EE.UU y China será sin reservas, pues las incipientes narrativas del nuevo papel global multifacético de China -en comercio, tecnología, ciberespacio, cambio climático- se establecerán, incluso serán de mayor envergadura que la Nueva Ruta de la Seda. Será además el caso en las políticas mundiales sobre la salud pública. Preparémonos para la aceleración de una guerra híbrida entre la narrativa del "virus chino" y la Ruta de la Seda de la Salud.

El último informe del Instituto de Estudios Internacionales de China sería bastante útil para que Occidente -si la arrogancia lo permite- entienda cómo Beijing adoptó medidas cruciales que priorizan la salud y la seguridad de la población en general.

Ahora bien, a medida que la economía china se recupera lentamente, hordas de administradores de fondos de toda Asia están rastreando todo, desde viajes en el metro hasta el consumo de tallarines para prever qué tipo de economía puede surgir después del cierre.

Por el contrario, en Occidente, el pesimismo prevaleciente provocó que el The Financial Times publicara un editorial invaluable. Al igual que James Brown en la epopeya pop de los Blues Brothers de la década de 1980, la City de Londres parece haber visto la luz, o al menos dar la impresión de que realmente lo dice en serio. Neoliberalismo a la inversa. Nuevo contrato social. Mercados laborales "seguros". Redistribución.

Los cínicos no serán engañados. El estado criogénico de la economía global arroja luz sobre una feroz Gran Depresión 2.0 y un tsunami de desempleo. La plebe finalmente armándose de bieldos y  AR-15s en masa es ahora una clara posibilidad. También podría comenzar a arrojar unas pocas migas de pan al banquete de los mendigos.

Eso puede aplicarse a las latitudes europeas. Pero la historia estadounidense no tiene parangón.

Durante décadas, nos hicieron creer que el sistema mundial establecido después de la Segunda Guerra Mundial, proporcionó a los Estados Unidos un poder estructural inigualable. Ahora, todo lo que queda es una fragilidad estructural, desigualdades grotescas, un Himalaya de deuda impagable, y una crisis constante.

Ya nadie se deja engañar por los poderes mágicos de la flexibilización cuantitativa de la Reserva Federal, o la ensalada de siglas –TALF (Term Asset-Backed Securities Loan Facility), ESF (Exchange Stabilization Fund), SPV (Special Purpose Vehicle)- integrada en la Fed / Tesoro y su obsesión exclusiva con los grandes bancos, corporaciones y la Diosa del Mercado, en detrimento del estadounidense promedio.

Fue solo hace unos meses que se llevó a cabo una seria discusión en torno a la implosión del mercado de derivados de $ 2.5 mil billones  y la debacle de la economía global que causaría, en función de la subida del precio del petróleo, en caso de que el Estrecho de Ormuz -por cualquier razón- fuera cerrado.

Ahora se trata de la Gran Depresión 2.0: todo el sistema derrumbándose como resultado del cierre de la economía global. Las preguntas son absolutamente legítimas: ¿es posible que el cataclismo político y social de la crisis económica mundial sea una catástrofe mayor que la del propio Covid-19? ¿Y proporcionará una oportunidad para terminar con el neoliberalismo y marcar el comienzo de un sistema más equitativo, o algo peor?

BlackRock "transparente"

Wall Street, por supuesto, vive en un universo alternativo. En pocas palabras, Wall Street convirtió a la Fed en un fondo de cobertura. La Reserva Federal tendrá al menos dos tercios de todas las letras del Tesoro de los EE.UU en el mercado antes de fines de 2020.

El Tesoro de los Estados Unidos comprará todos los valores y préstamos a la vista, mientras que la Fed será el banquero, financiando todo el esquema.

Y el ganador es BlackRock, el administrador de dinero más grande del planeta, con tentáculos en todas partes, administrando los activos de más de 170 fondos de pensiones, bancos, fundaciones, compañías de seguros, de hecho, una gran parte del dinero en capital privado y fondos de cobertura. BlackRock, que promete ser completamente "transparente", comprará estos valores y administrará esos SPV dudosos en nombre del Tesoro.

Black Rock, fundado en 1988 por Larry Fink, puede no ser tan grande como Vanguard, pero es el principal inversionista en Goldman Sachs, juntamente con Vanguard y State Street, y con $6,5 billones en activos, es más grande que Goldman Sachs, JP Morgan y Deutsche Bank juntos.

En este momento, BlackRock es el nuevo sistema operativo (OS) de la Fed y el Tesoro. El shadow bank o banco en la sombra más grande del mundo -y no, no es chino.

En comparación con este juego de alto riesgo, los mini-escándalos, como el del senador por Georgia, Kelly Loffler, son cacahuates. Loffler supuestamente se benefició de información privilegiada sobre Covid-19 por parte de los CDC para hacer una fortuna en el mercado bursátil. Loffler está casado con Jeffrey Sprecher, quien resulta ser la que  preside la NYSE, instalada ahí por Goldman Sachs.

Mientras que los medios corporativos siguieron esta historia como pollos sin cabeza, los planes post  Covid-19, en el lenguaje del Pentágono, "avanzan" sigilosamente.

¿El precio? Un exiguo cheque de $ 1,200 por persona durante un mes. Alguien sabe que, según el ingreso salarial promedio, una familia estadounidense tradicional necesitaría $ 12,000 para sobrevivir durante dos meses. El secretario del Tesoro Steven Mnuchin, en un acto de suprema desfachatez, les permite apenas el 10 por ciento de eso. Por lo tanto, los contribuyentes estadounidenses quedarán con un tsunami de deudas, mientras que los privilegiados especuladores  de Wall Street se apoderarán de todo el botín, parte de una transferencia de riqueza sin paralelo hacia los de arriba, completa con las quiebras en masa de pequeñas y medianas empresas.

La carta de Fink a sus accionistas casi revela el plan: "Creo que estamos al borde de una reforma fundamental de las finanzas".

Y en el momento justo, pronosticó que, "en el futuro cercano -y antes de lo que la mayoría espera- habrá una reasignación significativa de capital".

Se refería, en ese entonces, al cambio climático. Ahora eso se refiere a Covid-19.

¿Implantar nuestro nanochip, o en caso contrario?

La jugada de las élites, aprovechando la crisis, bien podría contener estos cuatro elementos: un sistema de crédito social, vacunación obligatoria, una moneda digital y una Ingreso Básico Universal (UBI, por sus siglas en ingles). Esto es lo que solía llamarse, de acuerdo con el comprobado manual de la CIA, una "teoría de la conspiración". Bueno, en realidad podría suceder.

Un sistema de crédito social es algo que China ya estableció en 2014. Antes de que termine el 2020, a cada ciudadano chino se le asignará su propio puntaje de crédito -un "perfil dinámico" de facto, elaborado con un amplio uso de la inteligencia artificial y del Internet de las cosas (IoT, en inglés), incluida la omnipresente tecnología de reconocimiento facial. Esto implica, por supuesto, vigilancia 24/7, completa con pájaros robóticos itinerantes estilo Blade Runner.

Los Estados Unidos, el Reino Unido, Francia, Alemania, Canadá, Rusia e India pueden no estar muy lejos. Alemania, por ejemplo, está modificando su sistema universal de calificación crediticia, SCHUFA. Francia tiene una aplicación de identificación muy similar al modelo chino, verificado por reconocimiento facial.

La vacunación obligatoria es el sueño de Bill Gates, en colaboración con la OMS, el Foro Económico Mundial (WEF) y las grandes compañías farmacéuticas (Big Pharma). Gates quiere que obligatoriamente se apliquen  "miles de millones de dosis" en el Sur Global. Y esto podría ser un pretexto para que todos obtengan un implante digital.

Aquí está, en sus propias palabras. A los 34:15 en el video de TED: “En algún momento lo que tendremos que tener son certificados de quién es una persona recuperada, quién es una persona vacunada.... Porque ustedes no desean que la gente se mueva por el mundo donde habrán algunos países que no lo tendrán bajo control, tristemente. No querrán bloquear por completo la capacidad de las personas de ir allí y regresar y de ir de un lugar a otro".

Luego viene la última oración que fue borrada del video oficial de TED. Esto fue señalado por Rosemary Frei, que tiene una maestría en biología molecular y es periodista de investigación independiente en Canadá. Gates dice: "Así que eventualmente habrá esta prueba de inmunidad digital que ayudará a facilitar la reapertura global".

Es crucial tener en cuenta esta "prueba de inmunidad digital", algo que podría utilizarse indebidamente con fines nefastos por parte del estado.

Los tres principales candidatos para producir una vacuna contra el coronavirus son la firma estadounidense de biotecnología Moderna, así como las alemanas CureVac y BioNTech.

El dinero en efectivo digital podría convertirse en un vástago de blockchain. No solo en los EE.UU, sino en China y Rusia que también están interesados en una criptomoneda nacional. Una moneda global -por supuesto controlada por los banqueros centrales- pronto podría adoptarse en una especie de cesta de divisas, y circularía virtualmente. Interminables modificaciones del cóctel tóxico del Internet de las cosas (IoT), la tecnología blockchain y el sistema de crédito social podrían surgir en el futuro.

España ya ha anunciado que está introduciendo la renta básica universal (UBI), y busca que sea permanente. Es una forma de seguro para la élite contra los levantamientos sociales, especialmente si millones de empleos nunca regresan.

De ahí que la hipótesis crucial es que Covid-19 podría usarse como excusa por los sospechosos de siempre para poner en marcha un nuevo sistema financiero digital y una vacuna obligatoria con un nanochip de "identidad digital" con disidencia no tolerada: lo que Slavoj Zizek llama "el sueño erótico" de todo gobierno totalitario.

Sin embargo, en el fondo de todo ello, en medio de tanta ansiedad, una ira contenida parece estar tomando fuerza, para finalmente explotar de maneras imprevisibles. Por mucho que el sistema pueda estar cambiando a una velocidad vertiginosa, no hay garantía de que incluso el 0.1 por ciento podrá mantenerse a salvo.






Publicado por La Cuna del Sol

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