Los guatemaltecos lo
damos por descontado, es decir, de todos es sabido las mañas con que se mueven
en los círculos burocráticos del Estado Guatemalteco.
SE CONFIGURA UN NUEVO
ACTO DE CORRUPCIÓN:
EL ANTIVIRAL FABRICADO
EN ESTADOS UNIDOS
SE COMPRARÁ SOBREFACTURADO
Por Luciano Castro Barillas
Escritor y analista político
Los guatemaltecos lo damos por descontado, es
decir, de todos es sabido las mañas con que se mueven en los círculos
burocráticos del Estado Guatemalteco, una especie de república larvaria, que no
logra romper el capullo para transformarse en una bella mariposa que vuele
libre e independiente. No podemos salir de nuestra condición de gusano, pupa o
ninfa. En esa condición animal nos debatimos desde hace más de medio siglo (no
se aburran por ser reiterativo con los 65 años de dictadura nacional).
A ningún pueblo, quizá, ha hecho tanto daño la
dependencia como a Guatemala. Vivimos en Guatemala sobre los escombros del
pasado, sobre lo que dejó el anticomunismo y la sinrazón, sobre las ruinas que
creó la traición, sobre la basura que arrojaron los ultraderechistas a la
dignidad nacional y sobre el odio y la violencia que terminó dominando a los
sueños de vivir en paz, comiendo de manera modesta pero sin aguantar hambre,
habitando casas de adobe y teja donde nos hemos cobijado con tibio sentido
humano y vistiendo años atrás con dos mudas de ropa, pero ropa nueva, varas de
manta y gabardina compradas en los “almacenes” de los chinos manchures como don
Ramón León de León. Ropa humilde que olía a nueva cuando se traía del sastre o
la costurera y no la “rica variedad” de ropa usada “americana” de paca oliendo a desinfectante o a
insecticida. Y comiendo humildes nuestros frijoles con tortillas de maíz,
nuestros quesos frescos y cremas de vacas alimentadas con pastos silvestres y
no con la abundancia de concentrados y forrajes transgénicos. Cuando no éramos
egoístas y nos alegrábamos del éxito de los demás, cuando era escasa la codicia
y abundante el deber y la solidaridad entre los pobres… ¡Qué mal vivimos hoy en
Guatemala! Todo por tener, porque se nos ha asignado la condición de país
periférico, de país dependiente, de patio trasero, de ser un país de mierda
como El Salvador y Honduras. Pero pareciera que eso hemos querido en estos 65
años. Ser un país de mierda. De ciudadanos de mierda de cabeza agachada. Damos
esa impresión y ojalá no fuera así.
Hoy pasó lo último. El 10 de julio de 2020, o
sea hace apenas cuatro días, la Embajada Rusa, el Parlamento Centroamericano,
el PARLACEN y la Compañía Farmacéutica Chromis, por medio de la plataforma ZOOM
presentó para América Latina y de manera especial para América Central el
medicamento antiviral ruso de nombre Avifavir,
coadyuvante efectivo en el tratamiento del Covid-19, dándole los rusos
prioridad a los más países más vulnerables por no decir más desgraciados del
mundo. En Rusia 30,000 pacientes fueron tratados exitosamente en diferentes
regiones del país más grande del mundo e inequívoca potencia científica,
política y militar del mundo. Este excelente medicamento ruso lo han solicitado
ya 51 naciones de la Comunidad de Estados Independientes, Europa y el sur de
Asia. De indubitable eficacia en el tratamiento médico, se hizo acreedor
(asunto nada fácil por cierto) del Registro
del Ministerio de Salud de Rusia.
Pero vean lo que sucedió con Guatemala con su
avanzada ciencia médica y sus premios nobeles en química, del Ministerio de
Salud Pública de Guatemala, el cual emitió un comunicado descalificador,
aseverando entre otras cosas, la poca fiabilidad de la investigación de los
hombres de ciencia rusos (jajaja) y la eficacia del medicamento. Y muy
preocupados los funcionarios de salud dominados por el prejuicio ideológico
pero disfrazando el pronunciamiento de sincera preocupación médica afirmaron lo
siguiente: (…) el Ministerio de Salud
Pública y Asistencia Social de Guatemala está comprometido con el uso de
medicamentos respaldados con evidencia científica. No sé si sea cierto,
pero el pronunciamiento fue revisado y corregido por El Taquero en la cárcel de
Pavón y en el Congreso por Felipao Alejos. ¡Juar! Los sanitarios guatemaltecos
no quisieron quedar mal con las farmacéuticas gringas ni con Trump, pues con
los rusos no se puede eso de la sobrefacturación y qué gracia tiene, pues, dice
Felipao, hacer negocios para el pueblo donde a uno no le quede nada…
Publicado por La Cuna del Sol
Da tanta pena ver hasta donde ha llegado la corrupción en nuestro país. La vida de los guatemaltecos no vale nada para estas voraces aves de rapiña y traidores del pueblo. Saludos Luciano y muchas gracias.
ResponderBorrarGracias Don Luciano por ser la voz del Pueblo
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