El Mar del Sur de China es y seguirá siendo uno de los principales focos de tensiones geopolíticos del joven siglo XXI, donde se jugará una gran parte del equilibrio de poder Este-Oeste.
EL MAR DEL SUR DE CHINA
Por Pepe Escobar
The Saker
Cuando la flota naval comandada por los portaaviones Ronald Reagan y Nimitz
se involucró hace poco en
"operaciones" en el Mar del Sur de China, a muchos cínicos no se les
escapó que la Flota del Pacífico de los EE.UU estaba haciendo todo lo posible
por convertir la infantil teoría de la Trampa de Tucídides en una profecía autocumplida.
La propaganda oficial pro forma, a través del Contralmirante Jim Kirk,
comandante del Nimitz, es que las operaciones se llevaron a cabo para
"reforzar nuestro compromiso con un Indo-Pacífico libre y abierto, un orden
internacional basado en normas, y con nuestros aliados y socios".
Nadie presta atención a estos clichés, porque el verdadero mensaje fue
transmitido por un agente de la CIA que se hace pasar por diplomático, el
Secretario de Estado Mike "mentimos, engañamos, robamos" Pompeo:
"La RPCh no tiene bases legales para imponer unilateralmente su voluntad
sobre la región", en referencia a la Nine-Dash Line (Línea de
nueve puntos). Para el Departamento de Estado, Beijing no hace más que desplegar
"tácticas gangsteriles" en el Mar del Sur de China.
Una vez más, nadie prestó atención, porque los hechos reales sobre el mar
son claros. Cualquier cosa que se mueva en el Mar del Sur de China, la crucial arteria
comercial marítima de China, está a merced del EPL, quien decide como y cuando
desplegar sus "asesinos de portaaviones", los mortíferos misiles DF-21D
y DF-26. No hay absolutamente ninguna manera de que la Flota del Pacífico de
EE.UU pueda salir victoriosa en una guerra en el Mar del Sur de China.
Bloqueado electronicamente
Un informe chino de mucha relevancia, no disponible y no mencionado por los
medios de comunicación occidentales, y traducido por el analista Thomas Wing
Polin, con sede en Hong Kong, es esencial para comprender el contexto.
El informe se refiere a los aviones de combate electrónicos Growler de
EE.UU que fueron totalmente puestos fuera de control por los dispositivos de
interferencia electrónicos ubicados en islas y arrecifes en el Mar del Sur de
China.
Según el informe, "después del accidente, Estados Unidos negoció con
China y exigió que China desmantelara el equipo electrónico de inmediato, pero
fue rechazado". Estos dispositivos electrónicos son una parte importante
de la defensa marítima de China y no son armas ofensivas. Por lo tanto, la
solicitud del ejército estadounidense para que sean desmantelados es
inadmisible".
Esto se vuelve más interesante: “El mismo día, el ex comandante de la Flota
del Pacífico de los Estados Unidos, Scott Swift, finalmente reconoció que el
ejército de los Estados Unidos había dejado pasar el mejor momento para
controlar el Mar del Sur de China. Él cree que China ha desplegado una gran
cantidad de misiles de defensa aérea Hongqi 9, bombarderos H-6K y sistemas
electrónicos de interferencia en las islas y arrecifes. Se puede afirmar que la
defensa es sólida. Si los aviones de combate estadounidenses se precipitan en
el Mar del Sur de China, es probable que encuentren su ‘Waterloo’".
El punto crucial es que los sistemas, incluido el bloqueo electrónico,
desplegados por el EPL en las islas y arrecifes en el Mar del Sur de China, que
cubren más de la mitad de la superficie total, son considerados por Beijing
como parte del sistema de defensa nacional.
Con anterioridad he detallado lo que el Almirante Philip Davidson, cuando
todavía era un candidato para dirigir el Comando del Pacífico de los Estados
Unidos (PACOM), le dijo al Senado de los Estados Unidos. Estas son sus tres
conclusiones principales:
1) “China está en busca de capacidades avanzadas (por ejemplo, misiles
hipersónicos) contra los cuales Estados Unidos por el momento no tiene ninguna defensa.
A medida que China acelera la búsqueda de estos sistemas de armas avanzados,
las fuerzas estadounidenses en todo el Indo-Pacífico estarán cada vez más en
riesgo”.
2) "China está socavando las reglas del orden internacional".
3) "Excepto la guerra con Estados Unidos, China es ahora capaz de
controlar el Mar del Sur de China en todos los escenarios".
Implícito en todo lo anterior está el "secreto" de la estrategia
del Indo-Pacífico: en el mejor de los casos, un ejercicio de contención,
mientras China continúa solidificando la Ruta Marítima de la Seda que une el
Mar del Sur de China con el Océano Índico.
Evocando a los nusantao
El Mar del Sur de China es y seguirá siendo uno de los principales focos de
tensiones geopolíticos del joven siglo XXI, donde se jugará una gran parte del
equilibrio de poder Este-Oeste.
En el pasado he abordado esto de manera bastante detallada, pero una breve reseña
histórica es absolutamente esencial para comprender la coyuntura actual, pues el
Mar del Sur de China se ve y se siente cada vez más como un lago chino.
Comencemos en 1890, cuando Alfred Mahan, entonces presidente del Colegio
Naval de los Estados Unidos, escribió el influyente libro The Influence of Sea
Power Upon History, 1660-1783 (La influencia del poder marítimo sobre la
historia, 1660-1783). La tesis central del libro Mahan es que Estados Unidos
debería globalizarse en busca de nuevos mercados y proteger estas nuevas rutas
comerciales a través de una red de bases navales.
Ese es el embrión del Imperio de Bases de los EE.UU, que sigue vigente.
Fue el colonialismo occidental -estadounidense y europeo- el que se inventó
la mayoría de las fronteras terrestres y marítimas de los estados que bordean
el Mar del Sur de China: Filipinas, Indonesia, Malasia, Vietnam.
Estamos hablando de las fronteras entre las diferentes posesiones
coloniales, y eso desde el principio implicaba problemas intratables, heredados
posteriormente por las naciones poscoloniales.
Históricamente, siempre había sido una historia completamente diferente.
Los mejores estudios antropológicos (por ejemplo, los de Bill Solheim) definen a
las comunidades seminómadas que realmente viajaron y comerciaron a través del
Mar del Sur de China desde tiempos inmemoriales como los Nusantao, una palabra
compuesta de las lenguas austronesias que se traduce como"isla del sur" y
"pueblo".
Los Nusantao no eran un grupo étnico definido. Eran una internet marítima.
Durante siglos, tuvieron muchos ejes de actividad vitales, desde la costa entre
el centro de Vietnam y Hong Kong hasta el Delta del Mekong. Ellos no estaban
vinculados a ningún "Estado". La noción occidental de
"fronteras" ni siquiera existía. A mediados de los años 1990, tuve el
privilegio de encontrarme con algunos de sus descendientes en Indonesia y
Vietnam.
Fue solo a fines del siglo XIX que el sistema de Westfalia logró congelar
el Mar del Sur de China dentro de un marco inamovible.
Lo que nos lleva al punto crucial del por qué China es tan sensible con sus
fronteras; porque están directamente vinculadas con el "siglo de la
humillación", cuando la corrupción y las debilidades internas de China
permitieron a los "bárbaros" occidentales tomar posesión de su
territorio.
Un lago japonés
La Nine Dash Line es un problema inmensamente complejo. Fue inventada en
1936 por el eminente geógrafo chino Bai Meichu, un feroz nacionalista, inicialmente
como parte de un "Mapa de la humillación nacional china" en forma de
una "línea en U" que abarca todo el Mar del Sur de China hasta el banco
de James (James Shoal), que se encuentra a 1,500 km al sur de China pero a un
poco más de 100 km de Borneo.
La Nine Dash Line, fue promovida desde el principio por el gobierno chino -en
ese momento todavía no era comunista- como la ley escrita en términos de
reclamos chinos "históricos" sobre las islas en el Mar del Sur de
China.
Un año después, Japón invadió China. Japón había ocupado Taiwán en 1895.
Japón ocupó las Filipinas en 1942. Eso significaba que prácticamente todo el
litoral del Mar del Sur de China estaba controlado por un solo imperio por
primera vez en la historia. El Mar del Sur de China se había convertido en un
lago japonés.
Bueno, eso duró solo hasta 1945. Los japoneses ocuparon Woody Island en
Paracels e Itu Aba (hoy Taiping) en las islas Spratlys. Después del final de la
Segunda Guerra Mundial y el bombardeo nuclear de Estados Unidos sobre Japón,
Filipinas se independizó en 1946 y las Spratlys fueron declaradas
inmediatamente territorio filipino.
En 1947, todas las islas en el Mar del Sur de China recibieron nombres
chinos.
Y en diciembre de 1947, todas las islas fueron puestas bajo el control de
Hainan (una isla en el sur de China). Nuevos mapas surgieron continuación, pero
ahora con nombres chinos para las islas (o arrecifes o bancos). Pero había un
gran problema: nadie explicaba el significado de esos guiones (que
originalmente eran once).
En junio de 1947, la República de China se adjudicó todo lo existente dentro
de la línea, al tiempo que se declaraba abierta a negociar fronteras marítimas
definitivas con otras naciones en el futuro. Pero, por el momento, no habría
fronteras.
Y eso preparó el escenario para la inmensamente complicada "ambigüedad
estratégica" del Mar del Sur de China que aún persiste, y permite al
Departamento de Estado acusar a Beijing de "tácticas gángsteriles".
La culminación de una transición milenaria de la "internet marítima"
de los pueblos seminómadas al sistema de Westfalia no significó más que
problemas.
Hora del código de conducta
¿Y qué pasa con la noción
estadounidense de "libertad de navegación"?
En términos imperiales, la "libertad de navegación", desde la
costa oeste de los EE.UU hasta Asia -a través del Pacífico, el Mar del Sur de
China, el Estrecho de Malaca y el Océano Índico- es estrictamente una cuestión
de estrategia militar.
La Marina de los EE.UU simplemente no puede imaginarse lidiando con zonas
de exclusión marítima, o tener que pedir una "autorización" cada vez
que necesitan cruzarlas. En este caso, el Imperio de Bases perdería el
"acceso" a sus propias bases.
Esto se agrava debido a la paranoia característica del Pentágono, en una
situación en la que un "poder hostil", es decir, China, decide
bloquear el comercio mundial. La premisa en sí misma es ridícula, porque el Mar
del Sur de China es la principal arteria marítima, vital para la economía
globalizada de China.
Por lo tanto, no existe una justificación racional para un programa de
Libertad de Navegación (FON, por sus siglas en ingles). A todos los efectos
prácticos, estos portaaviones como el Ronald Reagan y el Nimitz que se exhiben
en el Mar del Sur de China equivale a una diplomacia de las cañoneras del siglo
XXI. Y Beijing no está impresionado.
En lo que respecta a la Asociación de 10 Naciones del Sudeste Asiático
(ASEAN), lo que importa ahora es elaborar un Código de Conducta (COC, por sus
siglas en inglés) para resolver todos los conflictos marítimos entre Filipinas,
Vietnam, Malasia, Brunei y China.
El próximo año, la ASEAN y China celebraran 30 años de sólidas relaciones
bilaterales. Existe una gran posibilidad de que se actualicen a la condición de
"socio estratégico integral".
Debido al Covid-19, todos los participantes tuvieron que posponer las
negociaciones sobre la segunda lectura del borrador único del Código de
Conducta. Beijing deseaba que las negociaciones fueran cara a cara, debido a que
el documento es extremadamente sensible y, por el momento, secreto. Sin
embargo, finalmente acordaron negociar online, a través de textos detallados.
Será un trabajo duro, ya que como lo dejó en claro ASEAN en una cumbre
virtual a fines de junio, todo debe estar de acuerdo con el derecho
internacional, incluida la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho
del Mar (UNCLOS, por sus siglas en ingles).
Si todos pueden llegar a un acuerdo sobre un Código de Conducta para fines
del 2020, la ASEAN podría aprobar un acuerdo final a mediados del 2021. El
término histórico ni siquiera alcanza a describirlo, porque esta negociación ha
estado ocurriendo durante no menos de dos décadas.
Demás está decir que un Código de Conducta invalida cualquier pretensión
estadounidense de garantizar la "libertad de navegación" en un área
donde la navegación es totalmente libre.
Sin embargo, la "libertad" nunca fue el problema. En terminología
imperial, "libertad" significa que China debe obedecer y mantener el
Mar del Sur de China abierto a la Marina de los Estados Unidos. Bueno, eso es
posible, pero debes comportarte. Ese será el día en que a la Marina de los
Estados Unidos se le "niegue" el Mar del Sur de China. No se necesita
ser Mahan para saber que eso significará el fin del dominio imperial de los
siete mares.
Publicado por La Cuna del Sol
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