El camino para derogar la constitución pinochetista todavía seguiría siendo cuesta arriba. Ese cambio institucional no se ve nada fácil, pero al menos, el primer round ha sido ganado por el pueblo chileno.
CHILE, EL PAÍS DEL
DESARROLLO DE FICCIÓN,
AVANZA CON EL
“APRUEBO” HACIA UNA NUEVA ERA
Por Luciano Castro Barillas
Escritor y analista político
La Cuna del Sol
El desarrollo no es crecimiento. Chile es un
país que quisieron exhibirlo los neoliberales de la Escuela de Chicago como el
modelo de progreso, de la prosperidad y de la democracia en América Latina. Un
país estable, dedicado al trabajo, a la excelencia en la producción y a punto,
muy cerquita, de acceder al peldaño del desarrollo, de ser parte de las
naciones del Primer Mundo. Muchos pacatos se creyeron eso, sobre todo si su
fuente de información era la prensa hablada y televisiva de los grandes medios
hegemónicos. Pusieron las supuestas bondades de ese sistema inhumano en la bien
iluminada marquesina de la demagogia, con el espejismo cosmético de la
superficialidad. Al interior, la realidad era otra cosa.
Hollando la tierra profunda del Chile, sobre
todo la Patagonia, el mundo era frío y oscuro. El desarrollo no aparecía en
esas regiones extremo meridionales de Chile donde, el concepto de desarrollo, o sea ese impulso
civilizador integral, en lo social, en lo político y en lo económico; pues,
sencillamente, no aparecía por ningún lado. El extremo sur de Chile es la
región de la marginación, el ostracismo, el racismo y la negación misma de una
nacionalidad, que los patagones heridos y lastimados por ese Estado oligárquico
por siempre, los hizo no sentirse chilenos y no sé cuál haya sido el porcentaje
de participación de los mapuches y patagones en el plebiscito de Apruebo y cuánto realmente les importa
ese proceso.
La nación chilena no es una sola, la de los
ladinos de Santiago o Valparaíso que, por supuesto, es la más conocida y al
mismo tiempo concentra el poder político y económico. Resolver todas esas
contradicciones fundamentales y apremiantes del Chile Real avanzó un poco con
los resultados favorables del Apruebo para dar el primer paso, todavía
incierto, para desmantelar ese terrible legado de casi medio a partir del golpe
de 1973 contra Salvador Allende, que legó indigno Augusto Pinochet. Chile,
pues, es un país atrasado, como todos los de América Latina, con matices diferenciales
en las marquesinas que les gusta exhibir a los sistemas capitalistas
dependientes y que, ciertamente, lo exhiben como desarrollo para los incautos.
Muchos lelos profesores de economía desde la
cátedra inconsciente o manipuladoramente hablaban las más exquisitas bondades
de la vía chilena para el desarrollo. Eso nunca existió. Fue la Gran Utopía del
siglo XX y los dos primeros decenios del siglo XXI. Chile está muy lejano del
concepto amplio de la igualdad: ni de género, ni económica, ni social, ni educativa,
ni, ni…ni…ni … en Chile hace falta todo y sobra, cuando no, la arrogancia de
sus clases poseedoras que se imaginaron que ellos y todos los chilenos vivían
en el paraíso, en ese paraíso de país donde viven millones de personas en la
extrema pobreza.
Ahora bien, ganar el pueblo de Chile con 78.2
de los votos es un logro significativo, tal como dijera el presidente del
Servicio Electoral, el señor Patricio Santamarina: (…) nunca había votado tanta gente en el país. Fueron 7.4 millones
de electores que desde tempranas horas abarrotaron los centros de votación.
Nadie prácticamente se quedó en casa en calidad de espectador. Las personas de
todas las edades, aptos o no para votar, se dejaron escuchar por calles,
avenidas y plazas de una u otra manera, antes, en el momento y después de la
votación.
El camino para derogar la constitución
pinochetista todavía seguiría siendo cuesta arriba. Ese cambio institucional no
se ve nada fácil, pero al menos, el primer round ha sido ganado por el pueblo
chileno. Hay que ir nuevamente a las urnas el 11 de abril de 2021 para integrar
la Asamblea Constituyente, ese es el procedimiento normal en el Derecho
Constitucional de todo el mundo, pues ya algunas izquierdas desorientadas andan
viendo chompipes en bicicleta, enredando las cosas, para luego echarlas a
perder. Hay que estar alerta, por supuesto que sí, pero no montarnos en esa
paranoia del cuadro psicótico de las artimañas. Ese tipo de izquierdas que
luego terminan aliándose con las derechas son muy especializados en que cundan
falsas alarmas. Y la derecha, pues, más delirante para los trucos.
En fin, esperamos que el nuevo texto
constitucional chileno esté listo, nuevecito en papel e ideas para abril de
2022. Ahora el camino para los activistas democráticos sanos, no los
paranoicos, tendrá que ser el trabajo profundo de concienciación con el pueblo
chileno para que salga de nuevo masivamente a votar para el nuevo plebiscito de
agosto del 2022 que legitimará su aprobación. Mientras tanto deben cuidarse de
los lobos con piel de oveja, ya que el resultado del 78.2, le puso ablandador a
Piñera cuando declaró: (…) exhorto a la
madurez, a la responsabilidad, a la estabilidad y al respeto a los derechos
humanos!!! Cara dura como la losa. Con esa gente, sí, que hay que tener
cuidado.
Publicado por La Cuna del Sol
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