Evo, El Indio, es querido por todas las mujeres y hombres progresistas del mundo, de América Latina, en especial. Pero como es inteligente y no quiere que su presencia perjudique la gestión gubernamental de Luis Arce y Choquehuanca, ha dicho, porque así lo siente y así lo quiere, que se devolverá al Trópico de Cochabamba para dedicarse a la agricultura.
“EL TRIUNFO DEL MAS
DEVOLVERÁ LA DIGNIDAD
Y LA LIBERTAD AL
PUEBLO BOLIVIANO,
YO, VOLVERÉ A
COCHABAMBA A LA AGRICULTURA”
(Evo Morales, dixit).
Por Luciano Castro Barillas
Escritor y analista político
La Cuna del Sol
¿Habrá un presidente más humilde que Evo? Sería
difícil encontrarlo. Evo siempre ha sido un hombre sencillo, no simple. Inteligente
y de gran pensamiento estratégico. Fue capaz de realizar en Bolivia grandes
logros económicos y sociales nunca antes vistos. Ha sido muy querido por
amplios sectores del pueblo y odiado por otro tanto. Indígenas renegados del
MAS igualmente lo odian, y los ladinos, los blancos y medio blancos lo
desprecian, por una sola cosa: ¡Por ser
el indio más grande de América!, como dijera muchas veces el difunto
presidente Chávez.
Evo, El Indio, es querido por todas las mujeres
y hombres progresistas del mundo, de América Latina, en especial. Pero como es
inteligente y no quiere que su presencia perjudique la gestión gubernamental de
Luis Arce y Choquehuanca, ha dicho, porque así lo siente y así lo quiere, que
se devolverá al Trópico de Cochabamba para dedicarse a la agricultura. Ya cumplió su papel histórico y deja a la
nación boliviana en un punto irreversible de su historia, como lo es la ruta
del progreso y la consolidación de la democracia.
El socialismo como lo piensan en su partido, el
MAS, puede construirse despacio, y para la realidad boliviana, construirse sin
la violencia armada. No sé qué pasa en este momento por la cabeza de los
golpistas: organismos internacionales como la OEA, prensa auspiciada por las
oligarquías internacionales, empresarios retrógradas, gobernantes descocados
como Bolsonaro y Donald Trump, políticos que se están zurrando como Jeanine
Áñez, que temen la revancha y la venganza de los ganadores, a lo que Luis Arce
respondió a sus más que adversarios políticos, sus enemigos; “que no teman, que no habrá ni venganzas ni
revanchas”. ¿Hay grandeza en esas declaraciones? ¡Indudablemente!
Son declaraciones típicas, propias, de personas
llenas de nobleza que quieren construir la paz y el bienestar para todos los
bolivianos. Ignoro si Jeanine Áñez tendrá siempre la Biblia en su poltrona de
senadora, porque cuando dio el golpe dijo con gran hipocresía: ¡Gracias a Dios la Biblia vuelve al
palacio! Pero con Jeanine Áñez sí que se da un caso especial, ella es la
primera responsable de dar la orden de reprimir duramente a los campesinos de
Sacaba y Senkata, donde murieron veintidós personas. Por eso hechos tendrá que
responder ante la ley, no ante el nuevo gobierno. Esa persecución penal, ese
genocidio, tiene que ser perseguido de oficio por el Ministerio de Justicia de
Bolivia porque son hechos de suma gravedad, delitos de lesa humanidad.
En fin, son muchos personajes los que
participaron en la destrucción de la democracia de Bolivia como el empresario
Luis Fernando Camacho que, en la euforia malsana del golpe, fue recibido por el
feo ex canciller uruguayo, el inefable Almagro, que no sé por qué extraños
temores no se atrevió a degollar a Pepe Mujica, con tantos años que lo tuvo
peligrosamente a su alcance.
El MAS ganó de manera contundente, sin paliativos.
Con una diferencia porcentual que no da para dudar, ni tener nada que discutir.
Fue un triunfo arrollador. En primera vuelta. Lo que nos dice que es lo que
quiere el pueblo boliviano para su futuro. Carlos Mesa, el supuesto demócrata,
tuvo la esperanza de la segunda vuelta para unirse con los reaccionarios y
derrotar al MAS. Pero los planes no salieron como se habían pensado. Los planes
se volvieron laderas y la Comunidad Ciudadana, el partido de Mesa, pese a que
en el momento serán la oposición más importante en el gobierno de Arce, el
pueblo despacio y con paciencia, los echará a rodar al excusado de la historia.
52.4% del MAS contra el 31.5% del CC no da lugar a réplicas.
Saludamos desde este espacio a Luis Arce y
Choquehuanca, por su dignidad y por su fe en la democracia.
Publicado por La Cuna del Sol
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